Encontré un tesoro "calle MCJ...

By LagrimasDulces

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"Dicen que lo mejor llega sin ser buscado. Yo encontré una chica de color marrón; si, de color marrón. Sus oj... More

Aviso.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.

Capítulo 11.

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By LagrimasDulces

POV' Lauren.

-¿Qué quieres comer?- pregunté a la chica al lado mío. Yo usualmente desayuno un simple café con una galleta o un cupcake, pero ahora estoy con Camila y debo ser más consiente con ella.

-No lo sé... Jamás me habían preguntado eso- susurró. No pude evitar sentir un pequeño encogimiento en mi corazón. Saber que tuvo que vivir en las calles durante quién sabe cuánto tiempo y comer quién sabe qué cosas... Es lamentable para una chica tan hermosa cómo ella《Espera... ¿qué acabo de pensar? ¡Deja de ser tan gay, Jauregui!

Yo quería mi tan ansiado café, así que hice camino hacia el Starbucks de la calle MCJ11. Vi que hay un restaurant en la otra calle 《Normani me dijo que la comida era buena》 y lo mejor es que estaba cerca del Banco.

Estacioné el auto en el parking del Starbucks. No hay nada mejor que éstos cafés.

-¿Camila?- la llamé cuando vi que aún no se había bajado. La morena estaba viendo algo por la ventana del auto al otro lado de la calle. Guié mi vista hasta dónde estaba la de ella y entonces supe lo que estaba pasando. En la esquina de la acera, estaba aquel hombre tirado en el suelo. Adrián; según recuerdo cómo se llamaba, pidiendo dinero o comida a todo aquel que pasase por el frente -Vamos, Camila- llamé de nuevo en un tono más fuerte y demandante. No quería saber qué era lo que pasaba por su cabeza en éstos momentos, solo sabía que ver a ese hombre y el lugar donde vivió hace tan poco tiempo, no le hacía bien a su cabeza.

Por suerte, Camila salió de sus pensamientos y bajó del auto, yendo a un lado mío en completo silencio y con la cabeza gacha.

Narrador Omnisciente.

Sus instintos se activaron al reconocer el auto de Lauren Jauregui, la mujer que le terminó de joder la vida. Aquel hombre de aspecto maloliente veía con furia a las dos mujeres caminar dentro del Starbucks; apretó los puños con fuerza al reconocer a la hermosa joven que iba junto a la pelinegra. Sus ojos se encontraron, pero ella siguió caminado, ignorando completamente su presencia, ignorando a su propio esposo, ignorando el hecho de que él aún estaba en las calles sabiendo que todo había sido su culpa ¿es que no tenía un mísero sentimiento de culpa? Por supuesto que no, no ahora que se está dando la gran vida al lado de esa mujer. Camila Cabello tenía que estar al lado de él, no de ella. Lauren Jauregui le arrebató a su esposa, dándole un mundo de colores, dándole oportunidades que no se merecía. El castigo de Camila era estar en las calles. Él era el que debía estar en lo alto, él era el que debió salir de ese inmundo lugar, pero no, Adrián seguía revolcándose en las calles de Miami, mendigando un poco de dinero o comida debido a que su fuente de sobrevivencia ya no estaba.

Los papeles deberían haberse cambiado. Adrián es el que debía estar bajo el manto de Lauren Jauregui, mientras que Camila Cabello debía seguir cumpliendo su castigo viviendo cómo lo que es: una estúpida vagabunda.

 ~~ FlashBack ~~
~Semanas antes~

-Debemos irnos de aquí- susurró Adrián -Esa mujer no nos conviene, Cami-

-¿Por qué no? Nos ha estado trayendo comida y ropa durante éstos días. Ella es buena y tal vez nos pueda ayudar-

El hombre vio un destello de esperanza en los ojos de su mujer. Sintió lástima por ella; Camila siempre ha sido tan inocente y el hecho de vivir en las calles debió activar sus sentidos. Por eso se había enamorado de ella, era una niña dulce que vivía de sueños y esperanzas, siempre derrochando alegría hasta en los momentos más difíciles. Él la amaba, pero su rencor hacia ella eclipsaba todo ese amor que decía sentir.

-No estás cumpliendo con tu deber, Camila- suspiró. Ya llevaba días que no hacía nada -Esos hombres me pagan por ti y tu no has ido a satisfacerlos. Sabes que es por nuestro bien-

-¿No entiendes, Adrián? Lauren nos ayuda ahora ¿para qué seguir acostándome con hombres por comida de la basura cuándo Lauren nos da comida casera?-

-Esa mujer debe estar tramando algo, nadie ayuda a un indigente; además, no nos ayudará por siempre, por eso hay que salir de aquí. Debemos alejarnos de ella-

-No me voy alejar de Lauren- fue lo último que dijo la castaña antes de echarse en su cama de cartón y abrigarse con las mantas que le había dado la ojiverde.

Adrián frunció el ceño y gruñó. Tenía que hacer algo.

***

Muy temprano en la mañana, el vagabundo había dado unas vueltas por la manzana, haciendo negocios con sus amigos. Camila tenía que cumplir por las buenas o por las malas.

Regresando a "casa" se encontró con la morena despierta, observando desesperadamente ambos lados de la calle. Estaba esperando a esa mujer de ojos verdes.

-Camila, tienes un trabajo en la calle vecina con Rodrig y luego con su hermano pequeño Daniel ¿entendido? Te advierto que ya cobré. No me falles-

-No quiero ir, Adrián- dijo la castaña.

-Vas a ir- ordenó mientras le agarraba con fuerza el mentón -Ahora, voy a ir a la fábrica para ver cuanto me dan por éstas botellas de plástico- le soltó el mentón y se fue.

Dos horas después, el hombre venía muy contento con algunos billetes en su bolsillo; tal vez pasaría a comprar un buen plato de comida, sólo para él, porque de verdad se lo merecía. Doblando una de las esquinas, cuatro hombres lo arrastraron hasta un callejón.

-¡¿Qué les pasa? Suéltenme!- empezó a forcejear antes de sentir un dolor en el estómago. Le habían dado un puñetazo.

-Hola, Adriancito- se escuchó la voz de uno de ellos -Debo decirte, mi querido amigo, que tu esposa no cumplió con el trato y ¿sabes? estuve hablando con otros amigos y ¿adivina qué? Me enteré de que tu mujercita tiene días sin complacernos ¿por qué?-

-Yo... No lo ; se ha puesto rebelde-

-¿No será que tienes otros ingresos?- dijo el hombre con una sonrisa. Le revisaron los bolsillos, encontrando los dólares que le habían dado por las botellas -Pero miren esto... Aparte de dinero, mira cómo andas vestido... ¡Eh, chicos, tiene mejor ropa que nosotros!- los demás se rieron -Sea lo que sea en lo que andas metido, nosotros queremos entrar-

-No de qué hablan, no ando metido en nada- explicó.

-¿Crees que no hemos notado tu aumento de peso, o es que no quieres compartir?- escupió con furia -Así no se tratan los amigos, Adriancito- acto seguido, despojaron su chaqueta y pantalones, dejándolo con sus viejos harapos, y no sólo eso, lo golpearon repetidas veces, aunque debido a la tierra, no se veían los moretones. Es obvio que también se fueron con los billetes.

A duras penas, el vagabundo se acomodó la ropa que le quedó y salió del callejón echando fuego por las orejas. Su esposa le debía una explicación.

-¡Camila!- gritó una vez que llegó a su calle. La morena volteó con una sonrisa, pero al ver el rostro enojado de su esposo, supo que estaba en problemas -¿Creíste que era Lauren? ¡pues no!- la empujó fuerte, pero no lo suficiente cómo para hacerle caer al suelo -¡Te dije que tenías trabajo y que ya lo había cobrado!-

-Yo te dije que no lo haría. No más, Adrián-

-¡Eres una zorra mal agradecida!- le dio una cachetada.

-Por favor no...-

-¡Cállate!- le dio otra cachetada y le tomó por el cuello en un intento de ahorcarla -¡Maldita perra, arruinaste todo!-

Dos palizas se le habían dado a Adrián ese día, pero sin duda, haber sido golpeado y humillado por Lauren Jauregui fue lo peor. Lo último que vio fue que la pelinegra se llevaba a su mujer y la metía a su lujoso auto. Aún con dolor en sus partes íntimas, se prometió a si mismo destruir a esas dos mujeres, en especial a Camila Cabello por ser la causante de todo esto.

~~ Fin de FlashBack ~~

~Presente~

POV' Lauren.

Mientras estábamos en la fila para pedir, Camila aún tenía su semblante triste.

-¿Quieres un café?- pregunté, pero ella negó -¿Qué tienes?- ella volvió a negar. No me gustaba verla así -Eh, no estés así, dame una sonrisa- pedí haciendo un puchero《Se me esta derritiendo el corazón, diablos》ella sonrió poquito negando con su cabeza al verme -Así me gusta. Te prometo que ya pronto saldremos de aquí, sé que tienes hambre, además, Mani nos espera ahí- pagué y salimos del local.

Yo también había dirigido mi vista de nuevo para aquel lugar, pero Adrián no estaba allí, y me alegré por eso. Camila no merecía sufrir más por un imbécil cómo él.

Di una cuantas vueltas por la calle buscando el dichoso restaurant, pero lo único que vi fue un pequeño local de comida muy, muy pequeño, pero se veía acogedor《¿Es ahí? Por favor, Dios, dime que no es ahí

-Mira, Lauren, es Normani- señaló Camila fuera de la ventana y efectivamente, la chica de piel oscura estaba justo al frente del establecimiento. Estacioné donde pude y bajamos.

-Al fin llegaron, me moría de hambre- expresó cuando nos vio mientras entraba en el local.

-¡¿Es aquí?!-preguntamos Camila y yo al mismo tiempo. Mi mejor amiga nos vio algo confundida.

-¿Pasa algo?- preguntó.

-Mani, no pondré un pie sobre ese lugar. Es tan pequeño y... Mira esas personas; ni siquiera hay aire acondicionado- dije con desprecio.《He ido a restaurantes de alta calidad, no pienso comer aquí

-Deja tu egocentrismo, Lauren, la comida es deliciosa-

-Podemos ir a otro lado- comentó Camila algo ¿nerviosa?

-Oh vamos, Camila ¿no me digas que se te pegó el ego Jauregui? Ánimo, chicas, no se van a arrepentir-

Dicho esto, nos tomó de las manos y nos arrastró hacia dentro. La verdad es que no estaba tan mal cómo yo creí. El lugar si es pequeño, pero todo esta muy bien ordenado. Del lado izquierdo están una serie de mesas de madera, al fondo a la izquierda los baños, y a la derecha en la entrada, un gran mesón con tres cajeros detrás; más allá, está la cocina. Ni hablar del delicioso olor que abunda en el aire. Escuché a Camila murmurar algo que no entendí, aunque de igual manera, se veía tan asombrada cómo yo.

Normani nos guió hasta una mesa lejos del bullicio en la entrada.

-Ya pagué nuestro desayuno, así que, elijan lo que quieran- informó mi mejor amiga.

-¡Normani!-

-¡Ally!- gritó Normani respondiendo el saludo de aquella mujer bajita de cabello rubio. Tenía un delantal y un malla puesta en su cabello -Miren, chicas, ésta es Ally y es la dueña y cocinera de éste lugar- la mujer de baja estatura posó sus ojos en mi con una amable sonrisa y luego los pasó a Camila, quien me tomó la mano por debajo de la mesa y apretó fuerte《¿Qué carajos..?》Ally la miró con el ceño fruncido, escaneando todo su rostro mientras la castaña seguía aparentando mi mano. Parecía que aguantaba la respiración.

-Un gusto, soy Lauren- interrumpí su extraña interacción. El agarre de Camila se suavizó un poco, pero seguía sosteniendo mi mano -Y ella es Ca...-

-Karla- interrumpió la morena, le vi con cara de "¿por qué hiciste eso?" -Mucho gusto-

-Un placer conocerte, Lauren, Normani habla mucho sobre ti- respondió Ally -A ti también, Karla... ¿nos hemos visto antes?- preguntó acercándose a Camila -Te me haces familiar-

-No lo creo, señora-

-Ay, por favor, llámame Ally- sonrió -Bienvenidas a mi humilde restaurant ¿que desean ordenar?-

-Traenos un desayuno especial, Ally, y tres jugos de fresa- pidió Normani -Confíen en mi, les va a gustar- Ally se fue, asegurando que no tardaría en traer nuestro desayuno.

Conversamos sobre los exámenes de Camila y los que aún faltaba por hacerles. Quiero que vaya a sesiones con Normani, pero eso se lo comentaré luego cuando la castaña no esté presente, no quiero que asuma mal las cosas y piense que creo que ella está mal de la cabeza. También sobre algunos problemas que tenía sin resolver en el banco, algunas cosas de noticias etc, etc, etc... Todo eso sin soltar la mano de Camila todavía.

A lo lejos, Ally venía con nuestro pedido, equilibrando todo perfectamente en sus dos manos. Los dejó sobre la mesa, y se retiró deseando un buen apetito. Sinceramente, se veía delicioso, pero ¿realmente esto es un desayuno? El plato consistía en un pequeño puño de arroz blanco con zanahoria rallada, carne en tiras, granos negros y huevo revuelto. Di el primer bocado y les juro que vi la gloria《¡Es lo mas delicioso que he probado en mi puta vida, joder! Si mi Nana me ve disfrutando de otra comida que no es la de ella, seguramente estaría bajo tierra ahora mismo

-¿Estas bien, Camila? No has tocado tu comida- escuché decir a mi mejor amiga. Volteé a ver a la mujer en cuestión y tenía su cabeza gacha, observando el plato en silencio.

-¿Camila?- pregunté preocupada -Puedes decirme que pasa, estoy contigo; no te puedo ayudar si no me dices qué tienes- dije hablando lo más dulce que mi negro corazón me permitió. Sus ojos chocolate conectaron con los míos durante un segundo y juré que iba a decirme, pero lo único que salió de su boca fue:

-Voy al baño, permiso-

Normani y yo la vimos alejarse. Mi corazón empezó a latir más rápido y el deseo y necesidad de saber qué atormentaba a la morena era tan fuerte que me asusté por sentir aquello. Jamás me había preocupado tanto por alguien además de Normani, Chris y mi Nana.

¿Qué es lo que pasa por tu mente, Camila?

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