Conduzco mientras escucho la radio y el interlocutor anuncia los nuevo hits del mes, canto algunos de ellos, solo los que me sé...
Aparco el coche en una plaza de parking que encuentro, 2 calles atrás de la tienda, cuando por fin coloco el coche en paralelo, perfectamente aparcado, me bajo y camino hasta mi puesto de trabajo.
Las puertas automáticas se abren y el aire acondicionado me hace sentir bien, ¡que fresquito!
-Buenos días.- digo alegre, buscando con la mirada a Rachel.
En la tienda hay 3 chicas más, aunque no tengo ninguna relación amistosa con ellas como con Rachel y Miranda.
-Buenos días Christina, ¿qué tal estás?.- dice saliendo de el almacén.
-Bien, ¿y tu?. Oye, ¿tu no le habrás dado mi número a alguien, no?
-¿Yo? No, no se lo he dado a nada, ¿por?
-No es nada, ¿dónde está Margaret?.-pregunto por la nueva chica, que se incorporó hace unos días.
-Ya ha llegado, se está cambiando.
-Perfecto, bueno, al lío.
Entro en mi despacho, bueno despacho, si se le puede llamar así, dejo mi bolso y vuelvo a salir.
Miranda se pasea por los pasillos, con algunos productos en las manos.
-Miranda, ¿puedes venir un segundo?
-Claro.- deja los productos en una estanteria y se acerca.
-Esto es un poco raro, pero...¿tú le has dado mí número a alguien?
-Hmm...no.- empieza a ponerse nerviosa.
-¿Segura? Mira que no me fío ni un pelo.- digo riendo.
-Bueno...es que, ese hombre estaba loco por conseguirlo.
Ahí está, ella se lo dió.
-¿Qué?
-Cuando fuiste a el almacén a por bolsas, creo, eso me dijo él, me pidió tu número, dijo que hasta que no lo consiguiera no pagaba, no tuve remedio, además, ¿has visto que hombre?
Una sonrisa juguetona aparece en mi cara.
Ella me señala con su dedo índice.
-¿Ves? ¡Te gusta!
-¡Miranda, tengo novio!
-¿Steve? Pero vamos a ver, ¿ese hombre te da lo tuyo?
-¿Qué? ¿Hablas enserio?
-Muy enserio, yo a ese chico, lo veo muy...espeso, no sé, muy soso, no puedes venir con cara de amargada a el trabajo.
-Lo sé, pero es que Steve está muy raro ultimamente, pienso que me está engañando...hace cosas muy raras.
-¿Y todavía no le has pedido explicaciones? Si yo fuera tu, ya estaría de patitas en la calle, un hombre tiene que darte magia y pasión, y estoy 100% segura que ese hombre es un muermo.
Me quedo mirandola, tiene razón.
-¿Cuándo fue la ultima vez que hubo pasión entre vosotros?
-Ni me acuerdo, llevamos como más de un mes sin tener sexo, no quiere, no tiene ganas, no lo desea.
-Menudo hombre, ¿no quiere sexo? Raro, muy raro.
Sacudo la cabeza y interrumpo nuestra conversación cuando un grupo de mujeres entra en la tienda.
Miranda se aleja para atenderlas.
Yo voy a el escritorio, donde está la caja registradora y el ordenador.
Enciendo el ordenador y miro el correo, por mirar algo...
Miro la pantalla del ordenador, buscando ropa por internet cuando la voz de una mujer me saca de mis pensamientos.
-Perdona, ¿podría preguntarle algo?
-Claro, dígame.
-Mira, es que...yo ya tengo una edad, como todas nosotras.- dice señalando a el grupo de mujeres.- Y bueno...tampoco soy tan vieja pero, chica, estamos entre mujeres, para ser más claros, tienes unos pechos preciosos, ¿dónde te han operado?.- dice sonriente.
¿Qué? ¿Me está preguntando que si me he operado las tetas? Madre mía que mujeres...
-Lo siento pero yo no...yo no estoy operada.- digo riendo.
-¿No, chica? Pues mira, que suerte has tenido, dios te ha dado unos buenos atributos.- dice dando golpecitos con su palma de la mano encima de la mía.
-¡Gracias!.- río.- Pero, no sé, no conozco a nadie que esté operada, bueno si, creo que...¿Rachel, puedes venir?
Rachel asiente y enseguida se acerca hasta nosotras.
-Tu...¿tu estás operada de ya sabes...?
Ella contesta rápidamente.- ¿De las tetas?
Asiento.
-Si, hace unos años, ¿por?
Le hago un gesto con la mano, dejando a la mujer preguntarle cualquier cosa que quiera preguntarle.
La música de fondo se escucha por la tienda y no puedo evitar cantar cuando "Man down" de Rihanna suena.
Oh, mamma, mamma, I just shot a man down
Paso la mañana de aquí para allá, colocando cosas y atendiendo la caja.
Miro el reloj y ya es la hora de la comida.
Salimos de la tienda, juntas vamos hasta un restaurante que queda cerca de la tienda.
Llegamos hasta la terraza y nos sentamos en una mesa para 4, aprovechamos la silla libre para dejar nuestros bolsos.
-Sigo sin entender porque nosotras tenemos que llevar esto.- se señala su uniforme negro, con el logo de la tienda en la camiseta.- Y no esto.- señala mi vestido.
-Simplemente porque yo me encargo de todo.- río.
El camarero se acerca hasta nosotras, un chico jóven, moreno de ojos oscuros.
-Bueno guapas, ¿que váis a pedir?
-¿Que tienes hoy?.- pregunta Rachel.
-Hoy tengo pescado ahumado, carne a la plancha, sopa de pollo y ensalada marinera en el menú.
-Yo quiero ensalada marinera.- hace mucho calor, ni de coña me como una sopa de pollo ahora.
-Yo quiero pescado ahumado.- Miranda dice.
-Otra marinera.- pide Rachel, mientras deja el menú encima de la mesa.
-¿Para beber?
-¿Agua?.-les pregunto a Rachel y Miranda.
-Si, no estamos para engordar a base de refrescos.
-Agua.- afirmo.
El camarero lo apunta todo en su PDA y nos dice que todo estará preparado en unos minutos.
Mientras esperamos la comida hablamos de nuestras cosas.
Minutos después aparece el camarero con una bandeja, con todos nuestros platos en ella.
-Aquí tenéis preciosas.- deja uno a uno cada plato.
Le damos las gracias y empezamos a comer.
-Rachel, ¿tú que piensas de el muermo de Steve?
-Pufff, ¿tengo que contestar?.- dice sujetando el tenedor frente a su boca, aún lleno de comida.
-¿Tan muermo os parece?
Las dos me miran seriamente, como si lo que acabara de decir fuera una gilipollez. Y lo es.
-A ver, Christina, yo siempre te veía con un hombre apasionado, alegre, pero sobre todo que te diera vida, que te llevara a todos lados y sobre todo te diera placer, pero nunca pensé que podrías estar con ese hombre, que ni sexo te da.
-¿Ni sexo?.- dice Rachel.
-Ni sexo...¿tu te crees? ¿Que excusa le pondrá, la típica de "Cariño, estoy cansado del trabajo" o "Me duele la cabeza, mañana".- dice imitando la voz de un hombre.
Las miro mientras opinan sobre mi relación con Steve, y mientras tanto yo como en silencio.
-¿Viste el tiarrón que entró ayer?
-¡SÍ!.-dice rápidamente, agarrándose a la mesa y poniendo recta su espalda. -Menudo, madre mía...
-Bueno, pues, me pidió el número de Christina, se lo tuve que dar, por mucho que me diera envidia, lo hice, para que luego digas que soy mala amiga...
Dejo mi tenedor en la mesa, ya que ya he acabo de comer, normal que termine, se han pasado la comida de chachara.
-¿Te lo pidió?
Ella asiente.
-¿Como le voy a decir que no? ¿Escuchaste su voz? Imaginate; "Hola nena".- dice imitando su voz ronca.
Suelto una risa, el camarero llega y recoje nuestras cosas cuando todas terminamos.
Cuando le pedimos la cuenta, el camarero viene con una bandeja y unas copas de margaritas.
-Esto es para ústedes.- deja los margaritas en la mesa.
-Pero nosotras no hemos pedido nada.- dice Rachel.
-Vosotras no, pero él sí.
-¿Él, quién?
-No ha querido decir su nombre.
Le pasa la balleta a la mesa y a continuación, se aleja de nuestra mesa.
Nos bebemos nuestros margaritas, aunque no podamos beber durante el trabajo, un margarita no nos hará nada.
Nos levantamos de nuestra mesa y caminamos hasta nuestro trabajo.
Seguimos nuestra jornada laborar, hasta que el reloj marca las 5:20, en 10 minutos Harry estará aqui, ¿pero que estoy haciendo? Yo tengo un novio, no le va a hacer nada de gracia a Steve, si no le importa, claro...
Entro al baño y me retoco un poco.
Aplico otra capa de pintalabios y un poco de polvos.
Salgo del baño y me despido de las chicas con dos besos.
Me quedo esperando en la puerta, hasta que oigo el pito de un coche.
Miro a mi alrededor y localizo a Harry en un Range Rover negro, mirando desde la ventanilla.
Me acerco a el coche, abro la puerta y le sonrío.
-Hola.- le digo sonriendo.
-Hola preciosa, ¿qué tal tu trabajo?
-Hm, bien, ¿y tu el tuyo?.- ni siquiera se si trabaja, pero mirando su coche y su forma de vestir, tiene que estar forrado.
-Bien también.- me sonríe.- ¿Nos vamos?
-Si, ¿a dónde?
-Es temprano, podemos ir a mi casa y después salir a tomar algo.
Suena bien, asiento con la cabeza.
Harry fija su mirada en mí, sonriendome, antes de volver a posarla sobre la carretera, arranca y conduce.
10 minutos conduciendo en el tráfico y llegamos hasta una gran urbanización, casas enormes, rodeadas de flores, coches relucientes...
Nos paramos enfrente de una de las casas, me asomo por la ventana, menuda casa...
Es enorme, la fachada es color beis, está rodeada de una gran verja, la cual se abre cuando Harry presiona un botón en su mano.
Entramos por el camino de piedras, hasta llegar a un pequeño aparcamiento, en el hay varios coches. ¿Vive con su familia?
Nos bajamos del coche y caminos por un camino de baldosas hasta la entrada.
Una puerta blanca, la cual Harry abre sacando un manojo de llaves.
Abre la puerta y me deja pasar primero.
-Bienvenida.- dice detrás de mí.
Me quedo boquiabierta al ver la pedazo de casa, tiene un gran vestíbulo, de azulejos marrones claros.
Una mesa recibidor con un jarrón de flores.
Entramos hasta el salón, el cual está decorado muy minimalista
Hay un gran sofá en forma de L, de color negro, una televisión de...ni siquiera puedo contar las pulgadas, colgada en la pared.
Una mesa de cristal enfrente de el sofá, una alfombra blanca, varios cuadros de la ciudad de Nueva York colgados en las paredes.
Me enseña habitación trás habitación.
Por ahora he contado 4 habitaciones.
-¿Vives con tu familia?.- le pregunto.
-Oh no, yo vivo solo.- Mierda, espero no haberla cagado.
-Lo siento si...-me interrumpe.
-No, tranquila, no pasa nada, me llevo bien con mi familia.
Suspiro, menos mal, solo me faltaba oír que toda su familia había muerto o algo de el estilo.
-¿El baño?
-Allí mismo.- señala una de las puertas.
-Vuelvo enseguida.
Me encamino hacia el baño, mirando las paredes, decoradas con cuadros.
Abro la puerta de madera, de estilo moderno y me quedo sorprendida al ver tal cuarto de baño.
El baño más bonito que he visto nunca, y eso que es un baño.
Todo reluciente, una ducha y una bañera- jacuzzi, un lavabo y unos armarios.
Veo que no hay papel, ¿dónde lo guardará?
Miro a mi alrededor, hasta dar con dos armarios, supongo que aquí guardará las toallas y etc.
Abro uno de los armarios y si antes estaba sorprendida por el baño, ahora me quedo de piedra.
Mis ojos recorren todos los objetos que se encuentran dentro.
Dos antifaces, varias esposas, lubricantes, preservativos para aburrir...
Cierro rápidamente el armario, haciendo el menor ruido posible, abro el otro armario en el que encuentro el papel higiénico.
Agarro un rollo y me siento en el vater a hacer mis necesidades.
Instantes después, me lavo las manos y salgo del baño como si nada hubiera pasado.
Busco a Harry, pero no está en el pasillo.
-¿Harry?.- lo llamo desde el pasillo.
-Abajo.- oigo su voz ronca, cuando alza la voz se oye aún más sexy.
Bajo las escaleras, con cuidado de no torcerme un tobillo con los tacones.
Lo encuentro en el sofá, sentado con una copa de vino entre los dedos.
-¿Quieres una copa?.- pregunta, echándose hacia delante.
-Si, gracias.-
Harry se levanta, dejando su copa en la mesa enfrente de el sofá.
-Siéntate.- dice caminando hasta la cocina.
Segundos después aparece con una copa y una botella de vino.
Me da la copa y sus dedos rozan los míos, le sonrío y el llena mi copa de vino.
Se vuelve a sentar en su sitio.
-Bueno, Christina, cuéntame cosas de ti.
-Pues, no sé, me llamo Christina, nací en España, pero vivo aquí desde hace unos 6 años, vivo con mi...novio.- digo casi en un susurro.
-¿Te averguenzas de tu novio?.-pregunta, alzando una ceja y bebiendo un trago de su copa.
-No, claro que no, pero no se si podría llamarlo ya novio.
-¿Hay algún motivo?
-Los hay, hay varios.
-Cuéntame.- se recuesta en el sofá, posando su espalda sobre el respaldo.
-Bueno, no entiendo que le pasa, está...soso, no quiere hacer nada, hay noches que no se si duerme en la misma cama, no...no me mira como un hombre mira a una mujer, no...-intento seguir pero Harry me interrumpe.
-¿No te hace sentir deseada?
-Bueno...-doy un trago de mi copa.- Si... no tenemos relaciones desde hace meses, 2 casi.
-¿Has probado con llevarlo al hospital? Un hombre no aguanta tanto sin sexo, te lo aseguro.
Suspiro y bajo mi cabeza.
El prosigue.
-Mira, si el problema es que no te sientes deseada, olvídalo, porque hay otras personas que sí lo hacen.-al oír sus palabras levanto mi cabeza, encontrándome con sus ojos color esmeralda, su mirada penetrante clavada en mí.
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¡HOLA A TODAS! Bueno, estoy muy contenta, porque este fanfic está empezando a tener comentarios, lectores y votos, sobre todo gracias y bueno, este es el capítulo de hoy, si este capítulo llega a los 15 votos y 15 comentarios mañana tendréis capítulo 4 y la cosa se va poniendo interesante.
¿Qué pensáis que esconde Steve?