Fandom: Shingeki No Kyojin
I.
—Eren, despierta de una buena vez. —Carla observaba a su hijo, quien se removía muy incómodo entre aquellas mantas. Se había quedado hasta muy tarde estudiando por lo cual no se extrañaba, pero no era lo suficientemente malo como para que ella lo dejara faltar a la escuela.
—Cinco minutos más Levi... —susurró el castaño girándose para evitar la luz que ingresaba por la ventana.
—¿Levi? —preguntó con extrañeza Carla, para después bufar molesta—. No comiences con tus juegos Eren, nada te salvara de ir a la escuela. —Sin piedad alguna, ella tomo la manta del chico y la jalo con fuerza causando que Eren rodara hasta el suelo.
—¡Auch! —Eren se sentó en el suelo y comenzó a masajear el golpe en su cabeza—. ¿Por qué siempre tienes que ser tan brusco para despertarme, Le...? —No logro terminar aquella oración, pues al abrir sus lindos ojos azules a quien vio no era a aquel hombre con el que compartía el sueño desde hacía cinco años.
—¿Qué estas esperando? Se te hará tarde para ir a la escuela. —dijo ella mientras comenzaba a ordenar la cama de su hijo. Pero al ver que Eren no hacía nada además de mirarla como si le hubiese crecido una segunda cabeza lo miro enojada.
—¿Mamá? —preguntó incrédulo el castaño en el suelo.
—¿Solo eso dirás? ¡Apresúrate si no quieres que te castigue! —Carla tomo el uniforme de Eren que estaba en una silla, y lo lanzo hacia él quien lo atrapo aun sin salir de su sorpresa—. Mikasa y Armin te están esperando. —Y justo después de ordenar la cama, Carla salió de la habitación, dejando al desconcertado castaño.
En ese momento pudo analizar su entorno, y el lugar en el que estaba.
Definitivamente esa no era su casa, ni mucho menos ese era su cuarto y su mamá no era el amor de su vida que siempre lo levantaba a golpes y luego lo besaba. Esa era su casa de cuando era un adolescente.
Ah claro, era solo eso.
¡¿HABIA VUELTO A CONVERTIRSE EN UN MOLESTO ADOLESCENTE?!
Eso no podía ser posible, pero ahora lo era. ¡¿Qué demonios estaba sucediendo?!
Eren miro con nervios aquel uniforme en sus manos, claro que recordaba aquel día de su adolescencia. Si no se equivocaba ese día fue cuando cometió aquel vergonzoso accidente y regó su café en la camisa de Levi, y aun no entendía como fue que siguió vivo después de eso.
Pero gracias a eso pudo hablar con aquel lindo y malvado alumno de grado superior, pero le tomo bastante antes de ganarse su confianza.
Quien diría que cinco años después se casarían, y cinco años después estuvieran a punto de adoptar un hijo.
Y ahora había vuelto al inicio de todo eso.
El castaño apretó el uniforme entre sus manos, y después se levantó dispuesto a cambiarse.
Sea lo que sea que estuviese pasando; sueño o no, universo paralelo o agujero negro, no debía dejar escapar a Levi.
II.
Por las puertas del lugar ingreso abruptamente Eren, asustando a todos los alumnos que se encontraban cerca causando que lo miraran molesto. Pero el castaño los ignoró para buscar con su mirada a una sola persona.
—¡E-Eren! —Armin llego al lado de su mejor amigo junto con Mikasa, respirando agitadamente—. ¿C-Cual es la prisa?
—¿Dónde está Levi? —preguntó Eren algo molesto de no ver al pelinegro.
—¿L-Levi? —dijo Armin confundido. Mikasa miro seriamente al castaño.
—¿Para qué quieres al enano? —preguntó acercándose a Eren.
—Solo quiero hablar con él. —respondió algo enojado por ese apodo.
—Escuche que a esta hora suele ir a la cafetería... —Armin no pudo terminar de hablar, pues Eren había comenzando a correr nuevamente en dirección a aquel lugar.
En la cafetería de la escuela todo estaba en orden, algunos sentados y bebiendo algo, mientras otros hacían la fila para comprar algo. Y entre la gran fila se encontraba un chico pelinegro de mirada penetrante, y a su lado se encontraba una chica de cabellos castaños recogidos sonriendo alegre.
—Cierra la boca, cuatro ojos. —dijo el pelinegro con voz de ultratumba cansado de ella.
—No seas amargado Levi, por no sonreír es por lo cual no crecerás mas. —Hanji elevo su mano hasta su cabeza, y luego por encima de Levi, haciendo referencia a la clara diferencia de estatura.
Levi estuvo a punto de golpearla, pero de repente un estruendo llamo la atención de todos.
Eren había entrado a toda prisa al lugar, que no se dio cuenta de que había un grupo de chicos atravesados en su camino. Fue demasiado tarde, pues antes de darse cuenta choco con uno de ellos causando que sus cosas cayeran al suelo.
—¡¿Qué te pasa idiota?! —gritó un chico alto castaño claro, mirando enojado al de menor estatura.
Eren lo reconoció de inmediato, y también recordó todos los conflictos que tuvieron en su adolescencia. Pero al final siempre lo apoyo en todo.
—Me alegra verte de nuevo, cara de caballo. —dijo burlón Eren.
—¡¿Qué dijiste bastardo?! —Jean se acercó amenazadoramente a él, mientras Eren lo veía divertido.
Y justo antes de decir otra cosa, la mirada del castaño se desvió a un lado, observando como en aquella larga fila llena de personas que los miraban, había una en especial que causo que sus ojos azules se iluminaran.
—¡Levi! —gritó el castaño ignorando a Jean y corriendo en dirección al pelinegro que lo veía entre extrañado y molesto.
—¿Lo conoces? —susurró Hanji a su amigo.
Eren llego al frente de ellos dos, y luego de recuperar el aire miro con una enorme sonrisa a aquel chico que se había ganado su corazón.
—No, jamás había visto a un mocoso tan desordenado en mi vida. —respondió Levi, ignorando a Eren para comenzar a caminar hacia la salida de la cafetería.
Hanji tan solo suspiro, típico del pelinegro. Luego de darle una mirada compasiva al castaño, siguió a su amigo.
Eren tan solo se quedó ahí, con las palabras y su dignidad en el suelo.
III.
Las clases habían acabado hace poco y ahora todos se dirigían hacia sus hogares. Levi caminaba lentamente pues no tenía ninguna prisa por llegar a su hogar, además de que caminaba solo pues Hanji había tenido que ir a solucionar algo con el director Erwin, y al ser la presidenta del consejo estudiantil no podía faltar..
Aunque no lo admitiera si le tenía algo de afecto a la castaña, a pesar de su molesta actitud ella aun permanecía a su lado. En aquellos momentos podía sentir lo solitario que era.
—¡Levi! —gritó alguien detrás suyo.
Eso tenía que ser una broma, reconocería esa voz tan molesta donde fuera y parecía que alguien quería morir hoy.
Con enojo giro a observar a aquel castaño que había interrumpido su tiempo libre en la cafetería corriendo con esa molesta deslumbrante sonrisa hacia él.
—Nunca aprendes modales, ¿Verdad, Mocoso? —dijo entre burlón y molesto Levi.
—No seas malo, yo solo quiero acompañarte. —habló Eren algo agitado cuando llego a su lado.
—¿Y por qué querías acompañarme? ¿Cuándo pedí yo tu compañía? —preguntó enojado. Eren solo rio nervioso, había olvidado lo hiriente que podía ser su esposo en su adolescencia.
—Porque me gusta tu compañía. —respondió con toda la sinceridad del mundo, mientras le sonría cálidamente al pelinegro. Dijo aquello con tanto sentimiento que incluso Levi pudo sentir que su corazón se agitaba levemente.
—¿Compañía? Esta es la primera vez que decides seguirme ¿Acaso eres algún tipo de acosador? —Eren en ese momento sintió como los colores le subían al rostro, había olvidado ese pequeño detalle. Sin embargo Levi sonrió apenas visiblemente—. Eres el acosador más extraño que he visto. —Y sin decir más comenzó a caminar, dejando a un avergonzado castaño.
—¡N-No soy ningún acosador! —gritó Eren comenzando a caminar a su lado.
—¿Entonces como sabes que por este camino siempre voy yo? —Y con aquella pregunta el castaño se quedó sin palabras—. Además de mocoso desordenado, un acosador torpe. —A pesar de que su tono de voz fuera serio Levi lo decía con burla, y es que solamente quien lo conociera bien lo sabría. Por ello Eren no lo tomaba a mal, pues lo conocía muy bien aunque no lo supiera.
—No soy acosador —repitió haciendo un puchero—. Sé que vas por aquí porque yo siempre tomo el mismo camino. —Y era verdad, su casa estaba por el mismo lugar que la de Levi.
—¿Acaso también sabes dónde vivo? —preguntó curioso observando levemente al castaño, quien se encontraba nervioso.
—N-No. —dudó Eren, mientras sentía que sus mejillas se sonrojaban más.
—Hasta para mentir eres todo un mocoso. —Siguió burlándose Levi.
Y así pasaron el camino hacia sus hogares, entre Levi burlándose de Eren, y Eren disfrutando de las crueles bromas del pelinegro quien sin saberlo, terminaría por casarse con él.
IV.
—¡Hanji-san! —La castaña quito su vista de los documentos que llevaba y miro a aquel peculiar castaño llegar a su lado agitado.
—¡Vaya, pero si es el chico desordenado! —dijo ella divertida—. ¿Qué se te ofrece?
—Quería pedirte un favor —Eren suspiro antes de seguir hablando, y la miro seriamente—. ¡Por favor, deja de acompañar a Levi a su casa! —pidió juntando sus manos y haciendo una reverencia.
Hanji quedo algo impresionada por su petición, pero luego al atar cabos no pudo evitar sonreír como toda una demente.
—¡Así que de eso se trataba todo! ¿Quieres al enanín para ti solo? —dijo con tono pícaro, causando que Eren se sonrojara levemente—. ¡Haberlo dicho antes! De igual manera no podría hacerlo, tengo un compromiso científico. —Eren rio aliviado, además de que Hanji siempre había apoyado todos sus planes para impresionar al pelinegro—. ¡Dalo por hecho, ahora ve antes de que se te escape! —grito ella apoyándolo, Eren tan solo asintió y después de hacer una reverencia comenzó a correr para alcanzar a Levi.
Hanji sonrió sinceramente, aquel castaño tenía algo que llamaba la atención. Pero sobre todo sabía que todo lo que decía era sincero, y sus ojos expresaban lo mismo. Quizás era la persona que Levi había estado esperando, y la que iluminará todo su mundo.
Eren corría rápidamente dispuesto a alcanzar a aquel pelinegro, logrando verlo recargado sobre una columna. Se detuvo en ese momento, ¿Podía ser que estuviera esperándolo? Al pensar aquello no pudo evitar sentir que su corazón latía frenéticamente y comenzó a caminar hacia él.
Cuando Levi lo vio sintió un calor llegar a su corazón, había estado esperando a Hanji pero sabía que muy en el fondo esperaba que ella se rompiera una pierna para que Eren viniera con él.
Eso era basura, a penas y llevaban hablando casi una semana y el castaño ya no quería separarse de él. En la cafetería siempre lo buscaba y se aseguraba de halagarlo. Cuando salían de clases llegaba a su lado, a pesar de que estuviera Hanji y aprovechaba para mirarlo como si fuese alguna clase de Dios.
Nunca nadie había sido tan persistente en estar a su lado, y ese castaño a pesar de lo molesto que era... ya estaba empezando a formar parte de su mundo. Maldita sea su suerte, ya se estaba acostumbrando a la presencia de Eren.
Y de alguna manera sentía como si conociera al castaño desde hace mucho.
—¡Levi! —Eren le sonrió cálidamente, como solo él sabía hacerlo.
—Tardaste mucho, mocoso. —dijo con una sonrisa, ya se le había hecho costumbre sonreír mas ante la presencia de Eren.
—Lo siento, tuve un asunto que atender. —Y sin más ambos comenzaron a caminar. Entre charlas, insultos y más que nada aquella calidez en sus miradas hasta llegar a sus hogares.
Eren solo pudo pensar en agradecerle a Hanji por esa oportunidad, se lo compensaría después.
V.
Levi esperaba pacientemente al castaño en aquella banca, pues ayer después de llegar a su hogar recibió un mensaje de él pidiendo que lo viera en el parque. No tenía nada más que hacer, por lo cual acepto. Aunque de todos modos de haber tenido compromiso alguno lo hubiera dejado de lado por salir con Eren.
A lo lejos pudo apreciar como el castaño corría hacia él con aquella hermosa sonrisa.
Por algún motivo Eren iba a buscarlo desesperadamente, como si fuese a ir a algún lugar.
—Lamento haberte hecho esperar. —Se disculpó Eren mientras se sentaba a su lado.
—Siempre llegando tarde mocoso. —Y ese era Levi saludando a su manera. Eren rio, ya se había acostumbrado a él y aun así sentía que podía amarlo aún más—. ¿De qué querías hablar? —El castaño recordó lo que quería decirle y bajo su rostro sonrojado.
—Levi, yo... —Intento controlar su respiración para hablar claramente—. Yo quisiera disculparme contigo, por todas las molestias que te he causado. —Levi lo miro extrañado.
—¿De que estas habla...? —Pero antes de terminar la pregunta, Eren poso su dedo en sus labios para callarlo.
—Tenías razón, yo soy un acosador. Porque se muchas cosas sobre ti. —Eren con delicadeza quito su dedo y lo miro sonriente—. Sé que estuviste en una academia militar y te graduaste con honores, que sueles hacer limpieza en tu hogar cuatro días a la semana y que tu desayuno favorito puede ser cualquiera, en cuanto disfrutes de una buena compañía. —Eren ante la impresionada mirada de Levi, saco un bento de una bolsa que traía y se lo dio a él—. No soy un experto cocinando, pero mamá me ayudo con esto.
Levi aun algo impresionado, tomo el bento y lo abrió, viendo que tenía la forma de una medalla militar pero con un corazón en el medio.
—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó sin dejar de mirar aquel bento.
—Se mucho más que eso —Eren se acercó un poco más a él, y con cuidado tomo su mano. Levi lo vio directo a los ojos, notando esa alegría que solo veía cuando aquellos ojos azules se conectaban con los suyos—. Antes fui un idiota por no esforzarme por hablarte antes, y ahora que tengo una oportunidad nueva no planeo desperdiciarla —El castaño apretó la mano de Levi entre las suyas—. Por eso no me importaría vivir nuevamente estos diez años, mientras sea contigo. —admitió con la sonrisa más hermosa que Levi pudiera apreciar.
—Esa es la confesión más ridícula que he escuchado —dijo dejando de mirar al castaño. Pero a pesar de sus palabras, Eren no dejo de sonreír porque ya conocía a Levi—. ¿Crees que te voy a soportar diez años? —Levi tomo los palillos en la bolsa de Eren, y comenzó a comer el bento.
—Aunque no quieras, yo lo hare, porque disfruto tu compañía. —admitió Eren sonriendo, y Levi lo vio con una pequeña sonrisa.
—Sin duda eres el acosador más extraño que he visto.
Y así pasaron la tarde ellos dos. Levi sonriendo por su agradable compañía, y Eren por saber que podría compartir nuevamente aquellos 10 años con su amado.