Después de lo sucedido con la princesa el reino de Elentari se encontraba en alerta, las tropas del rey comenzaron a moverse por todo el reino y el rey estaba demasiado preocupado, ya que apesar de todo no había recibido noticia alguna sobre el paradero de la princesa —Encuentren a mi hija y traigan al maldito que se la llevo— dijo el rey con una voz grave y entrecortada mientras arrojaba varios objetos al suelo con demasiado coraje—Se han llevado a lo más preciado que tengo ¡Guardias! preparaos para la batalla que no descansaré hasta ver muerto al que se ha atrevido a llevarse a mi hija— Exclamó el rey a gran voz.
Una vez dicho eso el rey envío a todas sus tropas a buscar a su hija en cada rincón del reino y mientras esperaba saber algo sobre Brigid, el rey comenzó a planear una estrategia para atacar al reino enemigo Garoir ya que, algunos rumores afirmaban que ellos habían estado involucrados en lo sucedido.
Por su lado Eldar se encontraba detenido por sospechas de traición y de haber sido el culpable de su desaparición, los guardias del rey entre ellos el guardia que estaba con la princesa lo tenían acorralado mientras lo presionaban para que confesara —¡Ya les dije que yo no fuí! No sería capaz de algo tan malo cómo eso— dijo Eldar mientras los guardias lo golpeaban —Si todo eso que dices es verdad, ¿Porqué fuiste el único que no le pasó nada? ¡Contesta maldito!— exclamó uno de los guardias —Porque la princesa escapó y no pude alcanzarla, no pude evitar que la capturara...— entre sollozos con una mirada triste dijo. Los guardias al ver esto comenzaron a cuestionarse las cosas que habían sucedido, pero entre ellos el que estuvo con la princesa no mostraba interés
Después de eso el chico pensó y dijo
—No puedo quedarme aquí ¡Tengo que encontrar a la persona que se llevó a la princesa! No importa lo que pase, no voy a permitir que le hagan daño a la princesa aunque tenga que recorrer ríos y mares no descansaré hasta encontrarla—Dijo Eldar con valor mirando a los guardias mientras tomaba su espada y su escudo.
—¿A dónde crees que vas?— dijo el guardia de la princesa—Iré a rescatar a la princesa, no puedo quedarme así— dijo el chico—¿Sabes algo? No trates de involucrarte en esto, hay cosas más grandes en las que es mejor no involucrarse— dijo mirándolo a los ojos mientras con una sonrisa burlona se retiraba del lugar—No traten de detenerme, lo haré cueste lo que cueste ¡Ya verán!— Exclamó Eldar mientras alzaba su espada.
Después de eso, el chico se despidió de sus conocidos en el pueblo para poder comenzar la búsqueda de la princesa y así poder acabar con el responsable.
Al día siguiente, cuando ya había amanecido, Eldar se encontraba perdido en el bosque ya que no sabía a donde ir, "¿A dónde podré ir?" Pensó mientras miraba a su alrededor.
En ese momento, Eldar observó que a lo lejos había una pequeña aldea habitada por Gnomos donde todos estaban reunidos, cómo si de una junta se tratase. El chico intrigado decidió ir a ver que es lo que sucedía, cuando se acercó vio que una mujer gnomo se encontraba malherida—¿Qué ha pasado aquí?— Preguntó sorprendido al ver lo que había sucedido—Una horrible bestia llegó a nuestra aldea y comenzó a matar parte del ganado cuando intentamos detenerla nos atacó hiriendo a varios de nuestros campesinos—Le explicó uno de los gnomos al chico. En ese instante, a lo lejos un gran ruido se escuchaba, cómo si de un gruñido se tratase el cual provenía desde el interior de una granja
Eldar se preparó para encarar a la gran bestia y sin temor exclamó —Sal de este lugar o acabaré con tu vida de inmediato. Acabando de decir aquellas palabras la bestia se enfureció y lo atacó hiriendo su brazo con sus enormes garras—¡Auch!, eso no será suficiente para acabar conmigo— Dijo con dolor, en ese instante Eldar tomó su espada lentamente cómo el héroe que era mientras observaba a la bestia la cuál era enorme, tenía la forma de un gran lobo pero deformado y con cuernos que sobresalían de su espalda, unos grandes dientes y garras afiladas, era un momento de tensión, el chico con su espada en mano miraba a la bestia para atacarla —No te tengo miedo, solo eres una horrible bestia— dijo mientras la bestia trataba de herirlo nuevamente pero no pudo lograrlo ya que Eldar era demasiado ágil y antes de que lo pudiera lograr, dió un gran salto atacandolo y causandole una herida en el pecho logrando que la bestia se enfureciera.
Mientras tanto el pueblo se acercó a ver que es lo que estaba pasando, nadie veía al chico, ni podían escucharlo, todos se preguntaban "¿Dónde está el joven?" "¿Estará bien?" cuando de repente el chico con una herida en su brazo salió con la cabeza de la bestia en sus manos y dijo—Aldeanos y campesinos han sido librados de la gran bestia que os hacía daño, seguid con lo suyo que ya no habrá más muertes—dijo el chico mientras alzaba su espada.
Todos los aldeanos comenzaron a brindarle aplausos, algunos le llevaron oro y algunas cosas mágicas.
Después de unos minutos los médicos de la aldea curaron su herida y el chico se retiró prometiendo que volvería a sus tierras algún día.
Mientras tanto en el reino de Garoir la princesa Brigid estaba encerrada en un calabozo, con temor exclamaba que la dejaran salir —No lo entiendo... No logro recordar que es lo que sucedió ni cómo llegué a este horrible lugar— dijo mientras miraba desde la ventana del calabozo y lloraba.
En ese momento uno de los guardias entró a su celda para sacarla y llevarla frente al rey ya que quería hablar con la princesa. Mientras la princesa se encontraba caminando junto al guardia que la llevaba con el rey, Brigid iba mirando lo que veía a su alrededor, el lugar era oscuro y una energía oscura llenaba el lugar por completo, grandes estatuas del rey y símbolos mágicos se encontraban por doquier, el lugar era una tierra llena de fuego y espectros oscuros.
Al llegar con el rey el guardia que le tenía esposada la lanzó y dijo en forma de burla —Hincate ante el rey, "su majestad"— la princesa cae al suelo lastimandose y con la mirada hacia abajo decía repetidamente en voz baja "¿Porqué me hacen esto?" —Con que tú eres la hija del rey Fëanor, que grata sorpresa es tenerla aquí— dijo mientras la miraba y reía, la princesa solamente callaba mientras lloraba en silencio, ya que tenía miedo y no sabía que hacer —¡Deja de llorar! No servirá de nada, es mi momento de victoria, por primera vez Fëanor podrá pagar y así recuperaré el reino que le arrebató a mi padre— exclamó el rey mientras reía y tomaba a la princesa del brazo alzandola—¡Suéltame! mi padre vendrá por mi y a ti te derrotará ¡Te lo aseguro!— exclamó la princesa mientras lo miraba con desesperación, el rey en ese momento la miró riendo mientras la lanzaba con fuerza al suelo—llevensela y encierrenla.
Más tarde en el calabozo la princesa se encontraba llorando, estaba muy triste por todo lo que estaba sucediendo, en ese momento Brigid a lo lejos escuchó una linda y pequeña voz que decía.
—No llores, tranquila, todo estará bien no te preocupes. Cuando la princesa escuchó esto se levantó para ver quien era la persona que estaba hablando. En eso miró que era una pequeña niña, tan pequeña que apenas cabía en la palma de su mano. La princesa sorprendida la miró y dijo —¿Quién eres tú y qué eres tú?— Brigid preguntó a la pequeña niña mientras la miraba con sorpresa—Me presento, mi nombre es Gaia hija de Baltasar mensajero del rey del reino de las hadas y vi que estabas llorando, por eso me acerqué para ayudarte— dijo la pequeña hada mientras se sentaba en el hombro de la princesa. La princesa mirando a Gaia comenzó a contarle lo que había sucedido y el cómo había llegado a ese lugar.
—Ven conmigo, te llevaré a un lugar mejor—¿Pero cómo saldremos de aquí? si todo está demasiado vigilado—preguntó la princesa—Usted no se preocupe, yo sé cómo salir de aquí—dijo Gaia mientras su cuerpo se iluminaba y un destello de sus manos salía, la princesa asombrada exclamó—¡Wow! quisiera poder hacer eso, después de eso la pequeña hada comenzó a cantar un canto mágico antiguo en Hancrël (lengua que hablan los hechiceros)
Oh gran diuse Elentari, diuse da astrares llavanus tu dastine
Que traducido es: "Oh gran diosa Elentari, diosa de las estrellas llévanos a nuestro destino"
Después de hacer el conjuro una luz brillante entró de la pequeña ventana y envolvió a la hada y a la princesa, alzandolas lentamente las sacó de aquel calabozo, la princesa observaba sorprendida como lentamente se alejaban de aquel horrible castillo. Todo era más claro y hermoso desde las alturas, una gran paz envolvía su cuerpo.
—¿Cómo hiciste eso?— Dijo Brigid sorprendida y asombrada—Todo es posible si puedes creer, es el poder que todos los hijos de los dioses y las diosas llevamos en nuestro interior.
Al día siguiente, la princesa y el hada se encontraban frente a un arroyo, la princesa algo intrigada preguntó—¿Dónde es este hermoso lugar?—dijo mientras admiraba el paisaje que las rodeaba, montañas, enormes árboles, un hermoso y verde pastizal y un hermoso arroyo que dividía aquel lugar —Al parecer es la tierra de la gran diosa Lileath, pocos han podido llegar a este lugar, hmm no entiendo porque llegamos aquí, esto es extraño— dijo el hada mientras intrigada volaba alrededor de la princesa—Pero ¿Porqué llegamos aquí? Pensé que iríamos al reino de mi padre...
Las dos observaban a su alrededor algo confundidas pero asombradas ya que era muy hermoso el paisaje que les rodeaba, por su lado la princesa estaba algo triste porque extrañaba a su padre.
—No lo sé aún, pero tranquila pronto volverás, te lo aseguro, encontraremos la manera de que puedas regresar— dijo el hada mientras la miraba con una sonrisa.
En ese momento las dos comenzaron a caminar para poder encontrar algún lugar donde quedarse y pasar la noche mientras averiguaban como volver al reino.