Capítulo 3 - La búsqueda

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Después de lo sucedido con la princesa el reino de Elentari se encontraba en alerta, las tropas del rey comenzaron a moverse por todo el reino y el rey estaba demasiado preocupado, ya que apesar de todo no había recibido noticia alguna sobre el paradero de la princesa —Encuentren a mi hija y traigan al maldito que se la llevo— dijo el rey con una voz grave y entrecortada mientras arrojaba varios objetos al suelo con demasiado coraje—Se han llevado a lo más preciado que tengo ¡Guardias! preparaos para la batalla que no descansaré hasta ver muerto al que se ha atrevido a llevarse a mi hija— Exclamó el rey a gran voz.

Una vez dicho eso el rey envío a todas sus tropas a buscar a su hija en cada rincón del reino y mientras esperaba saber algo sobre Brigid, el rey comenzó a planear una estrategia para atacar al reino enemigo Garoir ya que, algunos rumores afirmaban que ellos habían estado involucrados en lo sucedido.

Por su lado Eldar se encontraba detenido por sospechas de traición y de haber sido el culpable de su desaparición, los guardias del rey entre ellos el guardia que estaba con la princesa lo tenían acorralado mientras lo presionaban para que confesara —¡Ya les dije que yo no fuí! No sería capaz de algo tan malo cómo eso— dijo Eldar mientras los guardias lo golpeaban —Si todo eso que dices es verdad, ¿Porqué fuiste el único que no le pasó nada? ¡Contesta maldito!— exclamó uno de los guardias —Porque la princesa escapó y no pude alcanzarla, no pude evitar que la capturara...— entre sollozos con una mirada triste dijo. Los guardias al ver esto comenzaron a cuestionarse las cosas que habían sucedido, pero entre ellos el que estuvo con la princesa no mostraba interés

Después de eso el chico pensó y dijo
—No puedo quedarme aquí ¡Tengo que encontrar a la persona que se llevó a la princesa! No importa lo que pase, no voy a permitir que le hagan daño a la princesa aunque tenga que recorrer ríos y mares no descansaré hasta encontrarla—Dijo Eldar con valor mirando a los guardias mientras tomaba su espada y su escudo.

—¿A dónde crees que vas?— dijo el guardia de la princesa—Iré a rescatar a la princesa, no puedo quedarme así— dijo el chico—¿Sabes algo? No trates de involucrarte en esto, hay cosas más grandes en las que es mejor no involucrarse— dijo mirándolo a los ojos mientras con una sonrisa burlona se retiraba del lugar—No traten de detenerme, lo haré cueste lo que cueste ¡Ya verán!— Exclamó Eldar mientras alzaba su espada.
Después de eso, el chico se despidió de sus conocidos en el pueblo para poder comenzar la búsqueda de la princesa y así poder acabar con el responsable.

Al día siguiente, cuando ya había amanecido, Eldar se encontraba perdido en el bosque ya que no sabía a donde ir, "¿A dónde podré ir?" Pensó mientras miraba a su alrededor.

En ese momento, Eldar observó que a lo lejos había una pequeña aldea habitada por Gnomos donde todos estaban reunidos, cómo si de una junta se tratase. El chico intrigado decidió ir a ver que es lo que sucedía, cuando se acercó vio que una mujer gnomo se encontraba malherida—¿Qué ha pasado aquí?— Preguntó sorprendido al ver lo que había sucedido—Una horrible bestia llegó a nuestra aldea y comenzó a matar parte del ganado cuando intentamos detenerla nos atacó hiriendo a varios de nuestros campesinos—Le explicó uno de los gnomos al chico. En ese instante, a lo lejos un gran ruido se escuchaba, cómo si de un gruñido se tratase el cual provenía desde el interior de una granja

Eldar se preparó para encarar a la gran bestia y sin temor exclamó —Sal de este lugar o acabaré con tu vida de inmediato. Acabando de decir aquellas palabras la bestia se enfureció y lo atacó hiriendo su brazo con sus enormes garras—¡Auch!, eso no será suficiente para acabar conmigo— Dijo con dolor, en ese instante Eldar tomó su espada lentamente cómo el héroe que era mientras observaba a la bestia la cuál era enorme, tenía la forma de un gran lobo pero deformado y con cuernos que sobresalían de su espalda, unos grandes dientes y garras afiladas, era un momento de tensión, el chico con su espada en mano miraba a la bestia para atacarla —No te tengo miedo, solo eres una horrible bestia— dijo mientras la bestia trataba de herirlo nuevamente pero no pudo lograrlo ya que Eldar era demasiado ágil y antes de que lo pudiera lograr, dió un gran salto atacandolo y causandole una herida en el pecho logrando que la bestia se enfureciera.

Elentari: La leyenda de una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora