Evanna:
—¿La dirección de Mathew?.—Peter repite mis palabras, parece muy confundido.
—Si, necesito la dirección, somos compañeros y tenemos un trabajo en grupo.
Tras no obtener respuesta, dejo caer mis hombros.
— ¿Qué sucede? ¿Acaso no lo tienes?. —La siguiente pregunta lo echo en broma, no lo esperaba en serio.
Mi boca se abre.
— ¿Acaso no son amigos?
Peter luce incómodo.
—Escucha, amigos no somos.
—No entiendo, los he visto juntos .. ¿De qué hablas?
Mi pregunta lo incomoda más.
—Somos conocidos ¿De acuerdo?. —Me responde. —Y si estoy con él para librarme de los problemas, Mathew tiene una reputación, me quise ligar de eso , ya sabes..
— No, la verdad no lo sé. — Respondo con cierto enfado.
—Tener buenas fiestas. — Me aclara alzando las cejas. —Conocer chicas. No somos amigos. Solo..
— Ya no digas nada. — Lo interrumpo.
Sus ojos se abren.
— ¿Sabes la dirección o o?
Que las personas se junten contigo por conveniencia debe ser lo más horrible que puede pasarte en una amistad.
Tal vez por eso Mathew Vance es así, como sea, el sigue siendo un misterio.
Uno que cada vez más quiero adentrarme a averiguar.
¿Dónde quedo mi lado sensato?
—No creo que debas ir.
Me ve de pies a cabezas y antes de golpear su rostro, hablo.
—¿La tienes o no?. — Insisto alzando la voz.
Peter suspira cansado y se prepara para dármela.
(*)
Bueno, es un lugar bonito. —Es lo primero que pienso cuando estoy frente a su casa.
He meditado desde que salí de clases, no he visto a Mathew la primera hora y después de ponerme el saco de Sherlock, logre averiguar que siempre falta a clases y ya que está prohibido dar información de otros estudiantes, eso me llevo a Peter y finalmente me trajo aquí.
¿Se encontrara su padre en casa?
Mi cuerpo tiembla de solo pensarlo.
Tomo una respiración profunda y levanto mi puño para tocar, antes de hacerlo la puerta ya se encuentra abierta.
—Llegas tarde.
No dice nada más, deja abierta la puerta seguramente para que pase, lo hago.
Tras cerrarla detrás de mí, digo. —Hola ¿No?
Me hago camino detrás de él, lo veo coger una botella de la refri y sentarse sobre el mueble, no me queda de otra que hacer lo mismo, saco las hojas dentro de mi folder con los temas y se lo muestro.
—Tenemos que presentar un avance para el viernes, he dividido los temas, así que podemos hacer un resumen juntos.
Siento que cada palabra que sale de mi boca es incorrecta, cuando me preparo para escuchar más palabras frías, me sorprende que él tome la hoja de mis manos y comience a leerla.
No hablamos mucho, más que sobre el tema y palabras cortas como "Si" o "No", incluso menos que eso, no creí que fuera posible, pero es Mathew Vance después de todo.
Él es un enigma.
Llega el momento en que me deja sola en la habitación, me tomo un descanso y mis ojos recorren la sala, ya me queda claro que él vive solo aquí y no sé si sentirme aliviada o aterrorizada.
Después de rebuscar tanto y hasta memorizarme ciertos lugares, mis ojos se quedan viendo las hojas sobre la mesa, solo las tomo hasta que una nota desaprobada y con bolígrafo rojo se encuentra en la mayoría de las hojas.
¿Este chico no estudia o qué?
Cuando escucho como jalan la palanca del baño, oculto las hojas debajo de las demás y el regresa, después se vuelve igual de silencio cuando comenzamos.
Nunca antes me había sentido tan incómoda al lado de alguien.
Para aliviar el ambiente, decido hablar, aunque lo hago de más, las palabras solo se me escapan.
—Puedo ayudarte con tutorías, si quieres.
Demasiado directa.
Manteniendo la mirada en las hojas que lleva en las manos, dice. —¿Por qué necesitaría tu ayuda?
¿Es en serio?
— Porque tus notas son bajas, dah..
No le ha agradado mi broma, me observa con enfado.
Realmente soy estúpida, acabo de delatarme yo solita.
— Es hora de que te vayas.
Parpadeo registrando las palabras.
¿Qué?
—¿Estas..?¿Estas echándome?
— ¿No he sido claro, Eva?
Otra vez esa abreviatura de mi nombre.
—Evanna. — Le corrijo y sus cejas se juntan. — Mi nombre es Evanna.
— Da igual.
—Claro que no, Eva o Evvie es para mis amigos, Evanna para mis conocidos y ya que somos de todo menos amigos..
—Nosotros no somos nada.
Me siento ofendida, él se pone de pie y va directo a la puerta.
Me pongo de pie. — No tienes que ser grosero, solo intentaba ayudar.
Su espalda se tensa. —Y otra vez te lo pregunto, Evanna. —Pronuncia resaltando mi nombre largo en sus labios. —¿Por qué yo necesitaría tu ayuda?
Me quedo congelada y él se gira en mi dirección.
—¿Buscas aliviar algo tratando de ayudarme?
— ¿Qué?
Él sonríe. —Nadie hace nada por nada.
Nos quedamos en silencio, finalmente tomo la palabra.
—No todos somos así. —Le corrijo. — Hay personas que solo buscamos ayudar sin nada a cambio.
Sonrie con burla.
— Pero ..¿Qué rayos sucede contigo?
Silencio.. Incomodo.
—Solo intento ser amable.. y tú..
Da un paso hacia mí, pero no me inmuto ante su presencia.— ¿Y Yo qué?
—Y tú eres difícil de entender.
Sus ojos se abren, pero a diferencia de otras veces, esta no se recupera.
—Es incomodo trabajar con alguien así, solo me respondes con palabras cortas.. y no he visto ni una pizca de humanidad durante todo el corto tiempo que he pasado contigo. — Lo etiqueto y hablo sin detenerme. —Eres frío y serio todo el tiempo.
A pesar que me detengo para tomar aire, él no me interrumpe.
—No parecer sentir ni sentimientos, ni emociones.. y es realmente molesto.
Me callo cuando veo su rostro transformado.
Oh no, lo he enfadado.
Date por muerta, Evanna, date por muerta.
— Y-o.. — Oh no, he titubeado frente a él.
Busco palabras correctas que decir, pero no hay nada.
—Sin emociones ¿Eh?
¿Qué?
El avanza un paso hacia mí, su impotente presencia me lo dice todo y cuando veo sus puños apretarse a ambos costados, temo por mi vida.
Retrocedo y veo rojo mientras los recuerdos me regresan a la cabeza, cierro los ojos por impulso, por miedo a revivir esos días.
Pero es todo lo contrario.
Mathew Vance.
Él no me ha golpeado.
El..
Él me está besando.