Estoy en mi habitación viendo al techo, claro, porque intentar encontrar mosquitos o algo que llame mi atención y deje de pensar en demasiadas tonterías. Si eso es lo que deseaba. Toda la semana desde que oficialmente terminé con Sebastian y acepté el arreglo matrimonial. Porque mi mente no dejaba de pensar en que Sebastian Verlac tenía una relación con ese médico desde hace seis meses y nosotros siempre nos revolcábamos. Aunque tal vez fue eso, el sexo era bueno, pero yo nunca le dije palabras bonitas al terminar el coito, solo nos abrazábamos de vez en cuando, nunca hablamos de un futuro para los dos. Porque ambos sabíamos y fuimos conscientes de la realidad. Que esto ocurriría en algún momento y por fin llegó.
Ese día lo que hice fue salir corriendo, estuve espantado por el compromiso. Alguien tocó a la puerta de mi habitación, la chaparra más fastidiosa que conocía. Ella estaba en el umbral, con su cabello zanahoria y sus ojos verdes, mostrándome culpa y también compasión.
-¿Cómo te sientes?
-¿Ahora va a ser una costumbre tuya venir a visitarme todas las noches? -Pregunté sentándome.
Clarisa, mi hermana me sonrío y fue a sentarse junto a mí.
-Mamá me dijo que mañana llegará la princesa Seelie a Alacante.
Nuestros muslos se rozaban, ella acomodó su cabeza en mi hombro y sujetó mi mano.
-Simon dice que tan siquiera tú prometida es alguien hermosa.
-Simon es un idiota -espeté.
Mi hermana pequeña sonrío, nuestros dedos se acariciaron. Era un tipo de comunicación secreta entre hermanos. Donde yo entendía, nos llevábamos tan bien los dos. Yo amaba a mi hermana, pienso que ella sería la Reina perfecta. De pequeña siempre jugábamos en querer ser reyes. Ella se casaría con el príncipe William de Inglaterra. Lástima que le ganaron. Si yo no fuera homosexual, tal vez hubiera tenido un pequeño enamoramiento. Recuerdo que Michael Wayland Jr me reveló que su primer beso fue con su hermana. Ellos se llevan por tres años. Vi los labios de mi hermana, después sus ojos verdes y ahora mostraban preocupación.
-¿Con quién te hubieras casado de poder elegir por tú cuenta? -Me preguntó.
-Contigo -respondí sin pensar.
Ella no dejó de mirarme y vi como tragó saliva que bajó por su cuello y su garganta. Apreté su mano con fuerza y llevé la que tenía libre a su cabello.
-La puerta está abierta... -dijo en un susurro.
-Siempre eres torpe -respondí soltando su mano.
Y pensé que ahí se quedaría todo. Que después nos reiríamos de esto. Pero ella se puso de pie y cerró la puerta, después con su mano temblando puso el seguro y también la aldaba.
-¿Qué haces Clary? -Pregunté confundido.
-Te quiero Jonathan -me dijo sin girarse, ahora quien tragó saliva fui yo.
-Chaparra.
-Mañana va a llegar tú prometida y se quedará en la Casa Veraniega de la familia en Brocelind, anunciarán su compromiso en la noche y yo también muero de celos, de saber que otra mujer que no seré yo ahora será la dueña de tus pensamientos por imposición, cuando éramos niños me prometiste que yo sería la única.
-Eres mi hermana, siempre serás la única y tal vez no seas la Reina de Idris pero eres la Reina de mi corazón.
Ella se giró, me sorprendí al ver que se había desabrochado la blusa y se veía su brasiere negro que llevaba debajo. Caminó hacia mi y llevó sus manos a mis mejillas. Lágrimas empezaron a asomarse de sus ojos.
-¿Esto es lo que quieres? -Pregunté llevando mi mano a su nuca.
Yo estaba asustado. Era mi hermana. Pero ambos somos adultos. Estamos conscientes de nuestros actos. Me sorprendió que en el fondo yo también lo deseara, que en el fondo yo también quería tener esa experiencia, tal vez, por eso nunca me interesé en ninguna mujer. La única para mí era ella.
Clary asintió y me besó en los labios, yo la acepté y llevé mi mano a su espalda. Sus besos sabían a cereza, supongo que el sabor de su labial, era un poco pegajoso, pero no me importaba, ella fue descendiendo sus manos hacia mi jersey. Convertí el beso en intenso, haciendo intercambio de lenguas y fluidos, también fui levantando su blusa para acariciar su piel. Ella hizo un gemido que quedó ahogado en su garganta al momento del contacto y entendí que no me iba a detener, no hasta terminar lo que habíamos empezado.
Esa noche fue un camino nuevo a lo desconocido, fue conocer a mi hermana como mujer en la intimidad, morderla, saborearla, llevarla a la pasión, sin límites, porque lo hicimos sin protección, ella me detuvo cuando iba por un condón, quería sentirme completamente en nuestra única vez, porque eso sería y yo se lo di. Así que ahora a unos minutos del amanecer la observo desnuda en mi cama, sus bellos pequeños senos, su cintura, sus caderas estrechas, ella siempre se queja por no tener buen cuerpo y no se da cuenta de lo hermosa que es. Estoy seguro que será feliz con el hombre que se llegue a enamorar de ella y que ella también ame. Se casarán y tendré sobrinos. Pensar que siempre pensé que el contacto con el sexo femenino sería caótico.
-Fue fantástico -dijo abriendo sus ojos.
Yo sonreí.
-Estoy seguro que eso le dices a todos los hombres que has llevado a la cama -bufé.
-Solo me he acostado con mis dos ex-novios y puedo aclararte, que tú lo hiciste mejor que ellos -me dijo volteando hacia mi lado, sin pudor o temor de su desnudez y ambos quedamos de frente.
-¿Ahora es la charla con cuántos has tenido sexo? -Bromeé.
Clary acarició mi rostro y detuvo su dedo en mis labios.
-¿Cuántas chicas antes que yo?
-Ninguna -respondí sin parpadear y mordí su dedo-, esta es mi primera vez.
-No te creo -me dijo sorprendida.
-Es mi primera vez con una mujer -revelé.
Miré sus ojos. Le acababa de revelar que me he acostado con hombres. Un secreto que jamás pensé compartir.
-Idiota -respondió acercándose a mi y entonces volvió a besarme.
Estuvimos minutos besándonos, hasta que me coloqué encima de ella. Me gustaba estar a su lado y sentirla como mujer.
-Cuando salgan los primeros rayos del sol, esta utopía terminará -Susurré.
-Entonces bésame hasta que ese momento llegue.
No pegué ojo esa noche, pero me sentía de maravilla. Me di cuenta que toda esa semana que fue a verme todas las noches, era por ese momento. Ella buscaba acostarse conmigo. Se convirtió en nuestro secreto. Nadie tenía porque saberlo. Yo estaba en el salón principal del palacio. Mi madre llevaba un vestido azul que resaltaba su piel blanca y sus pecas, mi hermana también iba como toda una mujer de la realeza. Tal vez después de la cena por la celebración del compromiso podía colarme en su cama.
Cuando las puertas del palacio se abrieron descarté la idea, y no porque no desee tener a Clary de nuevo en mis brazos. Sino porque la mujer que entraba detrás de una escolta, acompañada de su padre Franklin Queen, parecía un ángel tenía una mirada de paz y llevaba un bello vestido verde con una pequeña tiara en su cabello rojo, más oscuro que el de mi hermana, al verme me sonrío.
-Rey Queen, bienvenido a Idris -saludó mi madre primero.
-Mi Reina Morgenstern, es un honor estar frente a ustedes -dijo el hombre del mismo color de cabello que su hija, era alto, y corpulento. Él continúo hablando-, le dije por mi escrito que realmente lamento la situación en la que se encuentran.
-Mi esposo siempre ha sido un hombre de palabra y la familia Queen es bienvenida a Idris, gracias por aceptar la proposición de matrimonio.
Antiguo Rey de Suecia y mi madre se hicieron una mutua leve reverencia. Mi madre me miró y caminé hacia ellos. El antiguo monarca de su país, me miró con severidad.
-Es mi única hija la que vengo a entregar, espero que pueda cuidar de ella, del mismo modo que yo lo he hecho todos estos años. Es mi más preciado tesoro.
-Yo cuidaré de la princesa Queen, le doy mi palabra.
El monarca asintió. Mi madre me miró, sabía lo que tenía que hacer, así que me acerqué a la princesa y ella me mostró una sonrisa tímida. Por el ángel, si era una mujer sumamente hermosa, pareciera una hija de Raziel y yo no podía hacer nada, me sentí atraído hacia ella.
-Bienvenida princesa Seelie Queen, permitame presentarme soy el príncipe Jonathan Christopher Morgenstern.
-Su alteza -respondió haciendo una reverencia.
-¿Gusta que demos un paseo por el jardín?
Pensé que sentiría desprecio o enojo al conocerla. Pero no era igual a las fotos que me mostró Lucian, era más hermosa y emitía una energía, que simplemente te congelaba, era como si tuviera un imán, así que la idea de meterme a la cama con Clary esta noche se desechó. Los dos salimos al jardín del Gard, seguidos de nuestros chaperones y guardaespaldas, que nos daban una distancia considerable de privacidad.
Ella caminaba en silencio, yo supuse que debía ser el primero en hablar. Solo que nada salía de mi boca, solo observar sus bellas curvas, tal vez hasta querer saber como se vería debajo de ese vestido y si gemiría al momento en que yo la penetre, como lo hice esa noche con mi hermana. El cuerpo de una mujer, no me pareció despreciable, después de ese encuentro.
-¿Es su primera vez en Idris?
-Es mi tercera vez, debo decir que su país es muy bonito -dijo con esa sonrisa tímida.
-No tan grande como Suecia, pero sí, es un país pequeño y próspero -respondí.
-Las torres demonio son lo que más me gustan de Alacante, son el edificio más hermoso sin embargo no entiendo porque ponerle ese nombre -dijo confundida.
Encogí los hombros -Cuenta la leyenda que hay sobre mi nación que hace muchos siglos cuando los demonios, brujas y seres sobrenaturales se mezclaban en nuestro mundo, el Rey Jonathan pidió ayuda a los cielos por las muertes que ocurrían... entonces el Ángel Raziel emergió del lago Lyn y entregó tres regalos al Rey por su bondad, uno de ellos fue las torres que funcionan como salvaguardas y eso evitaría una invación.
La leyenda era eso, el Rey Jonathan conocido como el "Cazador de Sombras". Fue un héroe, tal como lo fue en otro país Hércules o el Rey Arturo.
-¿En honor a él te llamaron Jonathan?
-Es posible -dije con una sonrisa-, pero la respuesta a tu duda, es que en honor a eso llamaron a las torres, Torres Demonio. Porque gracias a ella, ningún ser sobrenatural o demonio puede entrar aquí.
-¿Crees que en otro lado de este mundo también hayan seres sobrenaturales?
Me sorprendió su pregunta y detuve su caminar -Es sólo una leyenda, un cuento de hadas para que los niños puedan dormir y que de cierto modo transmite paz a los ciudadanos.
-A una amiga la poseyó un demonio, tuvo que ir un exorcista del Vaticano, pero murió en el acto -dijo bajando su mirada-, ¿alguna vez hubo un exorcismo en Idris?
Tragué saliva, vaya esto iba a ser un poco complicado.
-Princesa Seelie, lamento lo ocurrido con su amiga, pero yo le puedo asegurar que aquí no tiene que preocuparse por ello. Usted está a salvo y protegida.
-Es usted más atento y apuesto de lo que imaginé -reveló y se ruborizó al instante.
-¿Está incómoda con el matrimonio arreglado por nuestros abuelos? -Pregunté.
Ella hizo sus cabellos rojos hacia atrás, mostrando sus orejas perfectas. Todo en ella era perfecto.
-Soy hija única y de un padre dictador, así que puedo asegurarle que nunca he estado en una relación formal, no dejé ningún corazón roto en Suecia.
Me sorprendí, me parecía increíble. Lucian me dijo que la princesa tiene veinticuatro años. ¿Eso me convertía en su primer novio? Una mujer tan bella como ella.
-Realmente deseo hacerla feliz, princesa y darle lo que usted se merece.
Ella miró hacia atrás, hice lo mismo. Viendo a nuestros sirvientes y guardaespaldas. Su doncella, se llama Kaelie. Y a mi me acompañaba Jeremy Pontmercy, alguien torpe, pero me las arreglaba con él.
-Me gustaría que podamos tener una cita a solas sin tanta compañía -murmuró.
-Deseo concedido, yo la iré a ver a la Casa Veraniega después de la cena del anuncio de compromiso -dije sin acercarme ni siquiera, pero supe que me escuchó.
-¿A cuántos deseos tengo derecho? -Preguntó ruborizada.
-A tres -respondí con una sonrisa traviesa-, porque usted será la Reina de Idris.
-Entonces cuidaré los dos que me quedan, no quiero desperdiciarlos.
Después de decir eso empezó a caminar de regreso. Al parecer no nos llevaríamos mal. ¿A qué tenía miedo cuando salí corriendo esa mañana al apartamento de Sebastian? Miré hacia arriba, me di cuenta que habíamos llegado al ala este y desde arriba nos observaba Clary. Ambos nos miramos, a mí mente vinieron los gemidos que salieron de su boca y también la suavidad de su piel. No pude distinguir si estaba llorando.
-Su alteza -me llamó Jeremy.
Reaccioné y vi que la princesa Seelie ya se encontraba algo lejos de mí, así que caminé detrás de ella. Así sería de ahora en adelante.
Buenas noches, casi días. Bueno aquí es media noche. Mil disculpas porque no subí el capítulo el sábado. Pero aquí se los traigo. Nuestro pequeño heredero resultó todo un rompecorazones. Un capítulo intenso con Jonathan y Clary. Al igual que pues, Jonathan se da cuenta que la princesa Seelie al parecer tiene algo mágico que lo atrae como un imán. Ya veremos que pasa en el próximo capítulo. Alexander todavía no aparece, tal vez tarde un poquito en llegar a Idris. Así que no se desesperen.
Besos y abrazos.
Jaidiangel.