Our Promise

By SeiyaKou337

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Nuestro pasado fué caótico, nuestro futuro parece ser incierto, ¿Cómo curar cicatrices sin crear otras nuevas... More

El Pasado Que Nos Destruyó
El Pasado Que Nos Destruyó Parte II
Una Princesa Sin Opciones
Un Sacrificio Por Amor
¡Nuevas Noticias!

Y Todo Comenzó

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By SeiyaKou337

Una joven de larga cabellera rubia, se desperezaba en su cama, sin siquiera percatarse de que volvería a llegar tarde otra vez por no programar bien la alarma. Se levantó lentamente y miró la hora en el rosado reloj, fué entonces cuando un grito retumbó en toda la casa. Se vistió apresuradamente y bajó las escaleras a los tropezones, sin siquiera detenerse a tomar el almuerzo que su madre había preparado para ella la noche anterior, incluso la pobre mujer de cabellos azules le había gritado, pero fué en vano. Allí iba el torbellino rubio, corriendo a toda prisa por las calles de Tokio maldiciendo haberse quedado dormida más de la cuenta, cuándo el tropiezo contra algo bastante blando la hizo caer de rostro al suelo. Se levantó sacudiendo sus ropas y con pequeñas lágrimas en los ojos, volteandose sólo para divisar la figura de un aplastado gato. Por la culpa, se acercó y tomó al felino entre sus brazos, solo para recibir arañazos en el rostro—

Serena: ¡Auch! ¡Auch! ¡No hagas eso, ya te pedí disculpas! ¿Eh? —Miró con curiosidad la forma en la que el pequeño gato movía sus patas como intentando remover la cinta pegada en su frente— Oh, ya veo. Ésta cosa te molesta... ¡No hay problema, yo te la quito! —Tomó la cinta entre sus dedos y la apartó lentamente del pelaje del gato, divisado una calva en forma de luna. Iba a tocarla, cuándo la figura felina saltó sobre su cabeza y posteriormente, sobre una pared observándola fijamente. La joven rubia se quedó mirando al ser gatuno, pero inició nuevamente su carrera a la escuela cuándo las campanas comenzaron a sonar. Tarde, otra vez tarde y por culpa de ello, su profesora de Inglés la sacó fuera de la clase, obligandola a estar parada como castigo. Sollozó un poco antes de fijar su vista a un pequeño rayo de luz que se asomaba por la ventana, recordando así, el sueño que había provocado su llegada tarde. En él, una joven descendía de los cielos para ser sujetada por los brazos de lo que parecía ser un caballero, su verdadero amor. Dió una pequeña vuelta, imaginándose en una situación similar con el amor de su vida, aunque aún no lo conociera— Me encantaría ser una princesa, así no tendría que levantarme temprano ni venir a la escuela, además de que conocería a un guapísimo príncipe —Dijo, soltando un suspiro enamorado al final de su oración. Al término de la hora, salió junto a su mejor amiga, Molly, para almorzar algo durante el receso solo para darse cuenta de que no había tomado su almuerzo por culpa de llegar tarde. Para su suerte, su querida amiga siempre estaba dispuesta a compartir un poco con ella y su hambriento estómago. Fué entonces qué, Kelvin, apareció para asustarlas con su repentina llegada— ¡Kelvin! ¡Que susto! ¡¿Que quieres ahora, entrometido?! —Gritó con molestia la joven rubia—

Kelvin: Solo he venido a contarles sobre la misteriosa Sailor V —Acomodó sus lentes, mostrando su extraña sonrisa —

Serena: ¿Sailor V? —Preguntó confundida la joven, mirando con más atención al muchacho—

Kelvin: No me digas que no la conoces, Serena. Sailor V es una justiciera con traje de marinero. Algunos dicen que es mágica o que tiene Superpoderes, otros simplemente creen que es un agente secreto de la policía. Sólo se puede estar seguros de que ha resuelto más casos que la misma policía y ha atrapado a los más fuertes criminales, ella es toda una diva actualmente.

Serena: —Perdió su mirada en el verde césped, imaginando como sería su vida de ser una guerrera como Sailor V, no tendría la obligación de asistir a clases y sería toda una actriz famosa y reconocida por todos. El golpe de Molly sobre su brazo, la hizo volver a la realidad— ¡Auch! ¡Eso dolió, Molly! —Se quejó la joven haciendo pucheros—

Molly: El receso terminó y tú sólo te la pasas soñando despierta, Serena. Anda, vamos antes de que nos regañen. —Ambas jóvenes se dirigieron a su respectivo salón, dónde el profesor de matemáticas les entregaría sus calificaciones. Como era de costumbre, Serena reprobó con una pésima calificación de 30/100, mientras que Molly la superó por varios puntos más, logrando aprobar. Se quejó un buen rato, hasta que Molly mencionó que su madre ponía en oferta las joyas más bonitas de la joyería donde trabajaba. Todas parecían encantadas con la idea de asistir luego de clases y así lo hicieron, los padres de cada una seguramente les comprarían las baratas joyas por las buenas calificaciones obtenidas. Serena, por su parte, salía del lugar con su examen en la mano—

Serena: Mamá jamás me dará dinero con ésta clase de calificaciones... Si tan solo pudiera estudiar un poco más...—Susurró con cierto pesar— ¡Que más dá! ¡Que se lo lleve el viento! —Arrugó su examen y lo lanzó detrás de si, solo para escuchar el papel rebotar sobre algo y un leve quejido— ¿Eh? —Se volteó solo para divisar a un joven de escasos centímetros más que ella y larga cabellera negra amarrada en una coleta baja, desenvolviendo aquel bollo de examen—

***: Vaya, Bombón. ¿Quién lo diría? 30 puntos... Deberías comenzar a estudiar más, Cabeza hueca. —Dijo plantando la hoja en el rostro de la rubia—

Serena: ¡Mi nombre no es "Bombón" y son parte de mi peinado! ¡No metas tus narices dónde no te importa, Presumido! —Se quitó el papel del rostro para sacarle la lengua al muchacho. Llevaba lentes oscuros y a pesar de ello, se podían divisar sus perfectos ojos zafiros bajo ellos. La joven de cabellos dorados no pudo evitar pensar en que se le hacía familiar, como si hubiera salido de un sueño, sus miradas se cruzaron y para cuándo la joven reaccionó, se volteó tomando su mochila y prácticamente corriendo lejos del contrario— Mi corazón no puede dejar de latir con fuerza... ¿Quién es y porque me siento así?... ¡Que tipo tan extraño! —Gritó para luego seguir su rumbo a casa, recordando como su piel se había puesto como la de una gallina por el escalofrío que la penetrante mirada del joven había provocado en ella. Una vez qué llegó a casa, su madre la recibió con una enorme sonrisa—

Ikuko: ¡Bienvenida a casa, Cariño! ¿Sabes? Kelvin pasó hace un rato para enseñarme su excelente calificación en el examen de matemáticas ¿Cómo te fué a ti, Cielo? —Mencionó alegremente la mujer, mientras que Serena maldecía internamente a Kevin por enviarla directo al matadero. Sacó la arrugada hoja de su maletero, entregándola a su madre con algo de pena. La misma al verla, se enfureció inmediatamente— ¡¿Solo 30 puntos?! ¡Son pésimas calificaciones! ¡Hoy no dormirás en la casa y así será hasta que estudies como es debido! —Gritó empujando a la joven rubia fuera de la casa y cerrando la puerta detrás de ella—

Serena: ¡¿Eh?! ¡Mamá, no es justo! —Lloriqueaba la muchacha, hasta que la voz de su odioso hermano menor se escuchó—

Sammy: Serena tonta ¿Otra vez sacaste malas calificaciones? Eres una cabeza hueca, Hermana, me das vergüenza —Mencionó entre risas el menor, ante lo que Serena, molesta, decidió pegarle una patada—

Serena: ¡Patada de Sailor V! —Pero su pierna rebotó contra la puerta que su hermano había cerrado en su cara— ¡Aaayy! ¡Mi pie! ¡Mamá! ¡Déjame entrar, Por favor! ¡Muero de hambre! ¡Mamá! ¡Mamá! —Comenzó a golpear la puerta con ambas manos esperando a que su madre sintiese algo de pena. Pasó un largo rato hasta que su madre decidiera abrir la puerta y cuándo la hizo, la envió directamente a su habitación. Una vez allí, dejó su maletero y se lanzó a su cama sin ganas de hacer su tarea, acomodándose de lado para quedar profundamente dormida instantes más tarde.—

En el sueño de Serena

Se sentía aterrada. Corría viendo al frente, siendo llevada de la mano por un muchacho desconocido para ella. Sólo podía mover los ojos de un lado a otro intentando reconocer la zona dónde se encontraba, más todo parecía ser un lugar oscuro y desolado. De repente, la imagen cambió a lo que parecía ser, el video juego de Sailor V, intentando rescatar a aquel gato que vió esa mañana—

En la realidad

—Serena abría los ojos lentamente, para encontrarse con aquel ser gatuno de sus sueños—

Serena: Ah, pero si tú eres el gato de ésta mañana ¡Y tienes tú calvita de luna! ¿Cómo entraste aquí? —Preguntó, levantándose un poco—

***: Entré por la ventana, la dejaste abierta, además, no es una calva en forma de luna. Unos niños maleantes pegaron una cinta sobre el símbolo por el cual puedo comunicarme, debes imaginarte lo feo que es no poder hablar y por eso, te agradezco la ayuda. Me presento, mi nombre es Luna y he venido para encomendarte una misión, Serena Tsukino —Mencionó la gata, moviendo su cola de un lado para el otro—

Serena: Buenas Noches —La rubia se volteó, aterrada. Creyendo que era un mal sueño, cerró los ojos con fuerza pensando que era imposible que un gato hablara "Debo estarme volviendo loca" pensó—

Luna: ¡Serena! ¡No es momento para dormir! ¡Despierta! —La gata arañó el rostro de la joven, provocando que ésta dé un brinco hacia atrás— Tengo algo importante que decirte, además, te traje un pequeño obsequio. —Dicho ésto, dió un salto con pirueta, revelando un hermoso broche de oro con varias piedras incrustadas de colores rojo, azul, verde y amarillo. —

Serena: ¿Huh? ¡Ah! ¡Que bonito broche! ¿Es para mi? ¡Muchas Gracias, Luna! —Tomó el broche, colocándolo en el centro del moño de su uniforme para luego ir frente al espejo y lucirse frente a él —

Luna: ¡Serena! ¡Entiende que quiero que me escuches! Están ocurriendo una serie de casos extraños alrededor de distintas zonas en Tokio qué ni siquiera la policía puede controlar. ¡El enemigo anda suelto por las calles de la cuidad y tú tendrás que combatirlos, Serena! ¡Tú eres nuestra Sailor Scout elegida! Además, te encomendaré otra misión, que te reunas con las demás Sailor Scout y se encuentren con nuestra Princesa.

Serena: ¡Por supuesto! ¿Algo más? —Mencionó divertida la joven, observando a la pequeña gata—

Luna: Ya veo que no me has creído ni una sola palabra ¿Verdad? —Dijo en un suspiro—

Serena: ¡Claro que sí! —Movió levemente la cabeza, posando su mirada en el espejo nuevamente—

Luna: Pues entonces repite éstas palabras "¡Por el poder del prisma Lunar!"

Serena: ¡A la orden! ¡Por el poder del prisma Lunar! —Y así, la muchacha de cabellos rubios se transformó, luciendo un vestido parecido a su uniforme escolar pero con falda más corta y una hermosa diadema de oro en la frente, además de largas botas rojas. Se acercó al espejo para mirarse horrorizada por lo anteriormente ocurrido— ¡Ay no! ¡Me transformé! ¡Cosas extrañas están pasando aquí! ¡Waaaaaaahhhh! —Comenzó a llorar, claramente asustada— ¡¿Que es lo que está ocurriendo aquí?! ¡Dime! —De repente, unas figuras circulares en sus pompones, comenzaron a emitir luz, dejando escuchar los gritos de una mujer aparentemente en problemas— Pero si es... ¡La voz de Molly! No entiendo nada de lo que está ocurriendo, pero parece estar en problemas...

Luna: ¡Es hora, Serena! ¡Debes pelear contra el enemigo! —Mencionó la gata con determinación, a lo que Serena asintió contenta—

En la joyeria Osa-P

Molly: ¡Mamá, estás asfixiandome! —Gritó la joven, intentando zafarse del agarre de la mujer—

Morgana: ¡Entiende que yo no soy tú madre! —Su rostro cambió para dejar lucir uno horripilante, su verdadera imagen. Ésto provocó aún más terror en la muchacha de ojos verdes— ¡Tú madre está atrapada en el sótano y cuándo acabe contigo, me encargaré de enviarla al otro mundo contigo porque soy invencible!

Molly: ¡A-Auxilio! —Gritó al borde de la muerte—

***: ¡Deja en paz a Molly en éste instante! —Gritó una muchacha desde la puerta del establecimiento. La criatura volteó a verla confundida—

Morgana: ¡¿Y quién eres tú, Niña entrometida?!

***: Yo... Bueno... Yo soy... —Pensó durante un buen rato, hasta que la luz de la luna se posó sobre ella, provocando una sonrisa en el rostro de la joven— ¡Soy una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia! ¡Soy Sailor Moon y te castigaré en el nombre de la luna! —Gritó decidida la rubia—

Morgana: ¿Sailor Moon? ¡Jamás en mi vida había oído algo así! —Soltó a una inconsciente Molly, para luego levantar los brazos— ¡De pie, Esclavas! ¡Entreguen absolutamente todas sus energías a nuestro gran amo, Obedezcan! —De repente, un montón de mujeres de todas las edades, comenzaron a levantarse del suelo donde estaban tumbadas, eran las mismas chicas que compraron las joyas, pero poseían ojos blancos—

Sailor Moon: ¡Ah! ¡¿Pero quienes son ustedes?! ¡No lo entiendo! —Una de las mujeres poseídas se lanzó sobre la pobre Sailor Scout. Seguida de ésta, las demás se lanzaron al ataque, acorralando a la rubia contra una columna — ¡Ay no! ¡Me lastimé! ¡Estoy sangrando! —Mencionó atemorizada mientras veía la herida en su rodilla—

Luna: ¿Pero qué estás haciendo, Sailor Moon? ¡Tienes que pelear y acabar con ese horrible monstruo! —Gritó la pequeña gata, apareciendo detrás de aquella columna—

Sailor Moon: —Veía al enemigo acercarse cada vez más hacia ella— ¡¿Pero porqué yo?! ¡No me gustan las peleas, soy pacifista! ¡Debo ir a hacer mi tarea o mamá me regañará otra vez! —Gritó entre lágrimas, mientras que la criatura de nombre morgana, estiraba su brazo de forma descomunal en dirección a la joven—

Morgana: ¡Acabaré contigo!

Luna: ¡Sailor Moon! —Gritó, cerrando los ojos mientras que la Scout continúaba su llanto arrepentido por haberse aparecido en una batalla—

Sailor Moon: ¡Ahhhh! —Un último grito desgarrador, el fin estaba cerca pero, de repente, una rosa roja se interpuso entre el ataque de Morgana y la sollozante Sailor—

Morgana: ¡¿Quién eres tú?! —Volteó su rostro hacia una de las ventanas, divisando la figura de una joven mujer, de aparente edad como la de la rubia—

***: ¡Soy una estrella fugaz que lucha contra la oscuridad! ¡Mi nombre es Sailor Star Fighter! Y tú, no ganarás nada si te la pasas lloriqueando, Sailor Moon.

Sailor Moon: ¿P-pero quién está lloriqueando? ¡Waaaah! —Volvió a gritar entre lágrimas, pero ésta vez, el sonido de su voz se agudizó para los oídos de las criaturas, quienes cayeron aturdidas por aquel fuerte llanto—

Morgana: ¡¿Que es esto?! ¡Cállate, niña llorona! —Cubrió sus oídos con fuerza—

Luna: ¡Quítate la tiara y arrojala diciendo "Tiara Lunar en acción"! ¡Pronto!

Sailor Moon: ¿Porque habría de seguir semejante consejo? —Preguntó levantándose con dificultad—

Luna: ¡Hazlo ahora! —Gritó con desesperación—

Sailor Moon: —No tuvo más alternativa que escuchar a la gata y hacer lo indicado por la misma. Tocó su tiara, quitándose la misma a la vez que se convertía en algo parecido a un boomerang — ¡Tiara Lunar, Acción! —Y la misma salió volando hasta golpear directo en el pecho de Morgana, quién desapareció en lo que parecía ser barro. Se acercó lentamente a la criatura, con temor a que ésta se levantase—

Sailor Star Fighter: No encontré el cristal de plata, pero sí vi algo interesante. Hiciste un gran trabajo, Sailor Moon, lamento haberte subestimado. Espero verte pronto, Adiós. —La joven de negra cabellera, saltó de la ventana. Sailor Moon corrió detrás de ella, ignorando las felicitaciones de la gata. Una vez que salió del establecimiento, vió a la muchacha de traje similar al suyo pero en cuero, con largas botas y guantes hasta por debajo de los hombros, además de poseer un short y un corpiño a juego, dejando su bien tonificado cuerpo libre. Ésta le dedicó una última sonrisa antes de desaparecer bajo la luz de la Luna. —

Luna: ¡Sailor Moon! ¿Que haces? —Preguntó confundida la gata, mientras observaba la cara de la guerrera regente de la luna—

Sailor Moon: ¡Pero que linda es! ¡Ella si parece una verdadera guerrera! —Corazones se asomaban de los azules ojos de la joven, ante el pesado suspiro de la gata, quién aún no comprendía de dónde había podido salir aquella Sailor Scout—

Día siguiente, Instituto Juuban

Molly: ¡No van a creer lo que soñé anoche! ¡Soñé que una linda joven de nombre Sailor Moon luchaba y vencía a todos los monstruos!

Sabrina: ¡Yo soñé lo mismo!

Yuni: ¡Igual yo!

Molly: —Completamente sorprendida por la revelación, se acercó a su mejor amiga para contarle— ¡Serena! ¿Oíste lo que nos pasó? ¡Las tres soñamos lo mismo!

Serena: Déjenme dormir por favor, estoy muerta.. Buenas noches... —La rubia se acomodó en su escritorio, apoyando su cabeza entre sus brazos–

Luna: —La gata, observaba a su dueña desde la ventana del instituto. Desde allí, pudo divisar a una joven de cabellos azules cortos, que se le hizo familiar. Decidida a investigar más sobre el paradero de las otras Sailors Scout, bajó de la ventana y se dirigió a su guarida secreta—


Si, todo dió un giro inesperado. Ahora, la historia de nuestra guerrera defensora del amor y la justicia, revivirá desde su inicio, todos los hechos de la serie (obviamente resumidos, no pienso escribir 200 capítulos enteros) con una nueva historia, donde Tuxedo Mask no la rescatará, sino, una misteriosa Sailor como ella, la cuál podría ser una enemiga o una aliada con un mismo propósito. Siempre quise ver la serie pero con Seiya ocupado el lugar de Darien. Espero que sea de su agrado y nos vemos en el próximo capítulo.

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