El capitán del avión tuvo necesidad de hacer una escala de emergencia en la ciudad de San Petersburgo, Zabivaka se encontraba dormido cuando la alerta del cinturón lo despertó, al abrocharse el cinturón observó que se encontraban en el cielo de la ciudad que lo había visto nacer, consultó la bitácora del viaje en la pantalla del asiento y se percató que llevaban volando dos horas con diez minutos, el avión tocó tierra y el impulso de las llantas se sintió en todo el avión. Zabivaka recordaba al cien por ciento el idioma ruso y se tranquilizó al bajar del avión.
Al pasar por migración contaba con una hora y media de escala que aprovecharía para comer y acudir a un lugar especial, inmediatamente se topó con los ciudadanos rusos y como era de esperarse en la mayoría eran lobos y Husky siberiano de distintos tonos de pelaje, Zabivaka abrió la aplicación de mapas en su teléfono y ubicó el punto de la tienda de deportes que había visitado de cachorro que para suerte aún existía, salió del aeropuerto y caminó por las calles que a diferencia de Berlín se encontraban considerablemente frías.
-¡ZABIVAKA! ¡Es Zabivaka!
El lobo se estremeció y al voltear hacia atrás vió que una multitud corría hacia él, volvió a voltear hacia adelante y se percató que de aquel lado se acercaban más lobos y Husky siberianos.
-Bienvenido a Rusia, Zabivaka
-No puedo creerlo, es él
Zabivaka sonrió y se sintió verdaderamente en su casa, Rusia lo recibía con las puertas tal y como lo había hecho Berlín hace once años, en menos de cinco minutos una gran multitud se formó en la calle y la policía se acercaba para ver qué era lo que pasaba, Zabivaka estaba rodeado de todos sus fans quienes gritaban para llamar la atención.
-¡¿Te quedarás, Zabivaka?!- gritaban decenas de ellos.
-¿Vienes de Alemania?- preguntó un lobo que estaba al lado de Zabivaka.
Zabivaka lo escuchó al instante y volteó a verlo.
-Si vengo de allá, estoy en una escala para más tarde volar a Moscú- explicó- pero bueno, me da gusto verlos a todos aquí, ¡Son demasiados!
-Pusiste en alto el nombre de Rusia con tus distinguidas acciones en el extranjero, te has vuelto una eminencia del deporte en nuestro país, pero debemos recibirte de la manera correcta- el lobo vaciló un poco- ¿Podrás pedirles que guarden silencio? Tengo un plan.
Zabivaka alzó ambas patas como de costumbre y todos los aficionados guardaron silencio al instante como por arte de magia, entonces el lobo subió a una banca junto con Zabivaka y dijo:
-Zabivaka se quedará en Rusia- Todos aplaudieron y gritaron emocionados- pero debemos recibirlo como se merece, y que mejor que cantando el himno nacional ¿lo recuerdas Zabivaka?
-Jamás podría olvidar tan majestuoso himno.
Todos se volvieron hacia tres músicos que se acercaban corriendo a Zabivaka.
-Zabivaka- gritó uno de ellos alzando una bocina- yo me haré cargo de la música.
Conectaron un celular a la misma y anunciaron que estaban listos para interpretar el canto, Zabivaka se llevó la pata al corazón y todos los demás lo hicieron, una bandera rusa fue levantada por dos Husky siberianos.
-A la cuenta de tres- gritó Zabivaka- Uno... Dos y TRES
De la bocina salió la primera nota del majestuoso himno ruso, el canto se escuchó por toda la calle:
Rusia, nuestra patria sagrada,
Rusia, nuestro amado país.
Zabivaka sentía como su corazón latía rápidamente y un orgullo le recorría todas las fibras de su cuerpo al interpretar aquel canto.
Una poderosa voluntad, una gran gloria —
¡Son tu herencia por toda la eternidad!
El lobo cantó aquel himno como nunca lo había hecho, el haber estado fuera de Rusia por catorce años hizo que la energía patriótica que provocaba cantar uno de los himnos más bellos del mundo estallase en su corazón y entonara el estribillo del himno dejándose llevar.
¡Gloria a ti, nuestra patria libre!
Eterna unión de pueblos hermanos
¡La sabiduría popular, dada por nuestros antepasados!
- ¡Gloria a la patria! ¡Estamos orgullosos de ti!- Zabivaka terminó casi gritando la última sílaba del canto, todos aplaudieron y gritaron para recibir al lobo como debía de ser- ¡GRACIAS, RUSIA!
Luego de saludar y estrechar las patas de todos sus fans tomó un taxi y le indicó la dirección de la tienda de deportes, al llegar ahí le dio las gracias y un autógrafo al conductor y posteriormente bajó a la banqueta, los rusos lo saludaban pero ya no formaban multitud como hacía unos minutos. Zabivaka contempló la misma fachada de la tienda y posterior a ello emprendió el camino hacia donde se encontraba el instituto, corrió con todas sus fuerzas al ver la calle que llevaba directo al lugar del cual había huido hacía catorce años, jadeaba más rápido por la emoción y la curiosidad de saber que encontraría en aquella ubicación, estaba acercándose más y más hasta que sus ojos se enfocaron en un determinado punto.
-¡No lo creo!- exclamó Zabivaka viendo lo que hacía catorce años había sido el instituto bratskiy.
Lo que en el 2001 había sido un orfanato ahora tenía un letrero que decía:
MUSIC FOR EVERYONE
Zabivaka se acercó y contempló la misma fachada que aquel edificio había tenido cuando él era un cachorro, caminó y se percató que ahora servía como una escuela de música para cachorros y jóvenes en San Petersburgo, el lobo se acercó por el estacionamiento que antes era un jardín y entró por la misma puerta principal.
Todo lucía tal y como había sido antes, el edificio fue restaurado y pintado a manera que luciera atractivo para los estudiantes de violín, la recepcionista era una lobita de la misma edad de Zabivaka y como era de esperarse lo reconoció de inmediato.
-¡Bienvenido a Music for Everyone! Creo que te conozco... me parece que eres Zabivaka ¿no es así?
El lobo se acercó al escritorio y asintió.
-Si eh y bueno he venido porque antes de ir a Alemania yo vivía aquí- vaciló un poco- el instituto bratskiy cuando estaba la Unión soviética
La lobita se sorprendió y posteriormente respondió a Zabivaka.
-Sí tenemos registro de que había sido este lugar antes, Zabivaka.
-Y la ¿señorita Anastasia?- cuestionó el lobo, tenía curiosidad sobre aquella malvada mujer.
-Me temo que no la conocemos, y bueno me alegra que nos visites aunque por ahora no tenemos clases.
Zabivaka no se contuvo de preguntar algo que le estaba inquietando.
-¿Podría ver si aún existe mi habitación?
La lobita se lo pensó, posterior a ello se puso de pie.
-Bueno, no le mentiré a una estrella del fútbol que pasó parte de su infancia en este lugar, aún se conservan, vamos.
Zabivaka caminó junto a ella con algo de inseguridad, le temblaban las patas al recordar que había recorrido esos pasillos cuando era cachorro, el lobo giró por los pasillos y se encontró con la habitación que tanto buscaba.
-No lo creo, está aquí, no lo creo- Zabivaka abrió la puerta que ahora estaba pintada de color café- Jamás imaginé que...
La escena hizo que sus ánimos de encontrar el mismo mobiliario se apagasen, en vez de tres camas ahora había una pizarra blanca y sillas frente a ella, acomodadas de forma que pudiesen sentarse los miembros de una pequeña orquesta, la pequeña ventana aún seguía en el mismo lugar y Zabivaka sonrió al recordar que allí había pasado una parte de su vida.
-Mi cama estaba aquí- señaló a la pared derecha de la puerta- un amigo, Leonard se acostaba por donde está aquella silla y Cosmic frente a mi cama, pero... de alguna manera me siento mucho mejor al ver éste lugar tan iluminado porque antes solo contábamos con un simple foco de bombilla.
La lobita retrocedió y no respondió a lo que Zabivaka decía, el lobo miró su reloj y contaba con media hora para tomar el avión a Moscú, la lobita lo acompañó hasta la puerta y Zabivaka detuvo un taxi que venía de la ciudad.
-Gracias por la oportunidad- Dijo a la lobita que sonreía.
-No fue nada, adiós Zabivaka- el auto aceleró y la lobita se perdió de vista.
Al llegar al aeropuerto Zabivaka preparó sus documentos y corrió hasta la sala de migración, luego de presentar su pase de abordar arribó a la sala de abordaje y corrió hacia las escaleras que lo llevarían directo al avión, el lobo piso el suelo del avión faltando cinco minutos para que éste cerrara las puertas y caminó hacia su lugar para sentarse y posterior a ello abrochar el cinturón de seguridad.
Damas y caballeros, favor de abrochar los cinturones de seguridad para continuar nuestro vuelo hacia la ciudad de Moscú.
Ladies and gentleman, please fasten your seatbelts to continue with our flight to Moscow city.
El avión comenzó a acelerar por la pista de aterrizaje, Zabivaka observó cómo la ciudad de San Petersburgo lucía mientras la aeronave volvía a ascender, como lo habían hecho anteriormente subieron más alto y toda visibilidad terrestre se perdió en las nubes, la señal de levantarse de los asientos si así lo deseaban fue emitida y Zabivaka aprovechó para ir al baño del avión.
Al volver y sentarse en el mismo lugar una voz lo llamó desde atrás:
-¿Zabivaka?
El lobo volteó y su sonrió al reconocer a un dálmata que usaba lentes y lo saludaba con su pata derecha.
-¿Arnold?- el lobo suspiró- ¡¿Cuánto tiempo?!
Zabivaka y Arnold se abrazaron nuevamente, el dálmata estuvo muy interesado por hablar con Zabivaka y al mismo tiempo lo felicitó por haber logrado cumplir el más grande de sus sueños.
-En Croacia todos ya tienen apuestas de que serás elegido para jugar en el mundial del 2018- Arnold suspiró un poco- aunque aún no se sabe dónde será.
-Espero tener la oportunidad de al menos seguir desempeñando lo que más me gusta en Moscú.
Arnold se incorporó en el asiento, observó por la ventana y declaro:
-Mira esas nubes, van para Moscú y están cargadas de agua, probablemente haga frío allá como de Costumbre, pero volviendo al tema me agrada que hayas podido aprovechar la casa y posteriormente tener la oportunidad de estudiar gracias a... ¿Hunter?
-Sí, ese es su nombre- Zabivaka sonrió.
Pasaron dos horas de vuelo y el aviso de abrochar los cinturones fue encendido y anunciado por los altavoces, Zabivaka sintió cómo el avión comenzó a descender y posteriormente otro fuerte impulso le hizo saber que habían aterrizado en Moscú.
El proceso de migración fue un poco más difícil que en San Petersburgo por la verificación del pasaporte alemán y posteriormente el pasaporte emitido por la embajada de Rusia.
-Bueno, todo está en orden, Zabivaka- el oficial selló ambos pasaportes y los entregó- Bienvenido a Rusia.
-¡Gracias!
Zabivaka recibió indicaciones para recoger el auto en el estacionamiento del aeropuerto internacional de Moscú, el lobo tomó su maleta y se dirigió a firmar un documento para declarar su llegada al país, en el estacionamiento lo recibieron dos Husky que lo condujeron hasta su auto. Zabivaka les agradeció y verificando que tenía la licencia de conducir subió a su vehículo, consultó la ubicación de la casa que había adquirido en la embajada rusa de Berlín y se encaminó al lugar.
La ciudad de Berlín era linda y resaltaba por los colores de algunos de sus edificios en la noche, pero Moscú era una eminencia si nos enfocamos en lo que viene siendo la estética de las calles y edificios, a diferencia de Berlín el aeropuerto de Moscú no se encontraba tan separado del centro de la ciudad. Condujo por tres avenidas y quedó maravillado por la iluminación y contraste de las luces de los edificios.
Zabivaka adquirió una sofisticada casa cerca de la zona centro de Moscú en una sección privada que los funcionarios de la embajada recomendaron considerando la fama del lobo.
-Debería ir a la plaza roja, siempre la veía en la televisión cuando estaba pequeño... sería genial ver la Catedral de San Basilio- Zabivaka hablaba solo mientras seguía por una calle en la zona residencial.
La calle era muy amplia a comparación de la zona donde se encontraba la casa de Hunter, las casas tenían enormes jardines y le recordó a Zabivaka las casas que había visto por curiosidad de la ciudad de Florida en Estados Unidos de América y Toronto en Canadá. Zabivaka divisó la casa que había comprado y sonrió al estacionar el auto en la acera.
Su casa colindaba con un pequeño bosque que pertenecía al parque ecológico de la ciudad, la casa de Zabivaka era considerablemente más grande y lujosa a comparación de la residencia que Hunter tenía en Alemania, Zabivaka se sentía muy feliz por haber hecho la adquisición de la misma, por una parte se la merecía por todo el sacrificio que había llevado desde que era un cachorro.
El lobo recogió su maleta del auto y se abrió paso por el gran jardín de la casa, la estructura era de estilo moderno, el techo en vez de ser plano tenía un aspecto abstracto que resaltaba entre las casas de la misma calle de Zabivaka, al abrir la puerta de roble se encontró con su sala de estar, la decoración de la misma se basaba en dos sillones blancos con una mesa de cristal de centro, la superficie de mármol y acabados de madera sostenían la televisión y al lado de la misma se encontraban dos jarrones con flores aromáticas, en el techo había un candelabro moderno que iluminaba la sala de estar completamente, en el otro extremo de la habitación se encontraba un cuadro con una fotografía de cuando era cachorro goleando un balón, más atrás de la sala de Zabivaka se alzaba una escalera con final ondulado que conducía al segundo piso, toda la casa tenía un contraste con el blanco y el negro que le daban un estilo muy moderno y sobre todo sofisticado.
Zabivaka echó un vistazo a la cocina y se encontró con una barra especial para comer y dos sillas, al entrar por un costado se encontró con una isla de cocina color café y una cocineta integral del mismo acabado, el mismo refrigerador que había comprado en Berlín ahora se encontraba en una esquina al lado del microondas y a un costado del horno.
Al fondo se encontraba una gran lavandería con una lavadora y una nueva secadora que incluía la compra de la casa, había una sofisticada alacena para guardar todos los utensilios de limpieza. La puerta que daba al patio era rectangular, afuera Zabivaka se encontró con una gran alberca que tenía las luces encendidas, en medio del mosaico del fondo apreció un balón de fútbol que adornaba el fondo de la piscina.
-¡Wow! Todo está de acuerdo a mis gustos y preferencias, la casa tiene los colores de un balón clásico y creo que en los límites del bosque instalaré el pequeño campo de fútbol como Hunter lo tenía en Alemania... ¿Cómo será el segundo piso?
Zabivaka regresó a la cocina y de allí admiró el comedor que se encontraba en medio de la habitación que conectaba a la cocina, subió las escaleras y terminó en el segundo piso que tenía una sala de cine, los cuartos, un baño y una oficina a la que entró primero.
-Mi computadora se encuentra en un excelente estado, ese librero me gusta aunque no tengo muchos libros para poner ahí.
La oficina era mediana y en las paredes había retratos de él mismo junto con sus amigos de Force Berlín, su título universitario. Una repisa estaba dedicada al cien por ciento para los reconocimientos de Zabivaka, la medalla de plata, una réplica de la medalla de oro de la copa internacional de la unión europea, Zabivaka sacó de su maleta el trofeo que había recibido de la liga alemana y la medalla.
-Harán un gran juego con todos estos aquí en medio- los colocó junto a reconocimientos del equipo interno de fútbol de la facultad donde había estudiado.
Zabivaka se dirigió a los cuartos, todos contaban con una cama grande y un baño incluido, televisiones de plasma y un escritorio no hicieron falta en ninguno de los cuartos para huéspedes, pero el cuarto de Zabivaka era especial. Tenía una ventana enorme que daba vista al bosque y el gran patio de su casa, Zabivaka dejó la maleta a un lado y contempló el resto de la habitación.
-Es mucho mejor que las habitaciones de Alemania.
La cama de Zabivaka se encontraba frente a un enorme armario, la habitación contaba con una gran televisión y frente a ella dos sofás reclinables con una mesita de centro pequeña, el acceso al baño estaba genial pues éste contaba con una gran tina de baño y las paredes eran del más fino mosaico que daba el estilo de ser madera.
La cama era enorme y se percató que estaba vestida con la misma colcha que tenía el balón bordado, colocó su ropa de la maleta en el armario y posterior a ello se dio un baño.
-Vaya que se siente excelente volver a ducharse en mi país- dijo mientras tallaba su pata derecha.
Zabivaka terminó de ducharse y se vistió con un pijama de balones de fútbol, apreció el cuarto nuevamente y se metió en la cama. Al día siguiente conocería a sus nuevos compañeros de trabajo en la empresa automovilística y estaba entusiasmado por dar lo mejor de sí en la rama de ingeniería industrial de nuevo.
-Aunque no estaría nada mal darme una vuelta por el estadio Spartak- Dijo mirando el techo- será una gran experiencia verlo....un sueño por cumplir.
El lobo sonrió y en un instante se quedó completamente dormido, tenía todo para ser feliz, el simple hecho de estar en Rusia hizo que todas sus preocupaciones se acabaran por el momento, había dormido a gusto en su estancia en Berlín pero nunca lo había hecho tan a gusto como aquella primera noche en la ciudad que tanto anhelaba conocer y en la cual se encontraba ahora.