Zabivaka

By OscarVF2233

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Un patriótico y huérfano lobito nacido en la Rusia comunista tiene como propósito ganar la copa mundial de Fu... More

ZABIVAKA CAPÍTULO 1
Capítulo 2 EL PRIMER BALÓN
Capítulo 3 EL COLAPSO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
Capítulo 4 EL PEQUEÑO GOLEADOR
Capítulo 5 EL VIAJE CONTINÚA
Capítulo 6 HUNTER
Capítulo 7 EL NAUFRAGIO
Capítulo 8 CONFÍA EN TUS INSTINTOS
Capítulo 9 BERLIN ALEMANIA
Capítulo 10 ENERGÍA POTENCIAL
Capítulo 11 ADIOS ARNOLD
Capítulo 12 EN UN LUGAR LEJANO
Capítulo 13 UNA NUEVA VIDA
Capítulo 14 EL PRIMER EQUIPO
Capítulo 15 UNA VISITA INESPERADA
Capítulo 16 EL PLAN DE LEONARD
Capítulo 17 UN GIRO COMPLETO
Capítulo 18 LA DECISIÓN DE ELIOT
Capítulo 19 LA PRIMERA TEMPORADA
Capítulo 20 HAMBURGO CONTRA BERLÍN
Capítulo 21 PASIÓN EN EL CORAZÓN
Capítulo 22 UNIVERSIDAD HUMBOLDT DE BERLÍN
Capítulo 23 COPA INTERNACIONAL DE LA UNIÓN EUROPEA
Capítulo 24 DE VUELTA EN VARSOVIA
Capítulo 25 TAN CERCA...
Capítulo 26 EN LA FRONTERA CON RUSIA
Capítulo 27 UNA OFERTA CONSIDERABLE
Capítulo 29 EL RECUERDO DE TU SONRISA
Capítulo 30 ADIÓS ALEMANIA
Capítulo 31 UN LUGAR PARA RECORDAR
Capítulo 32 EL ÉXITO DEL MAÑANA
Capítulo 33 EL MUNDIAL DE FÚTBOL
Capítulo 34 LA MASCOTA DEL MUNDIAL
Capítulo 35 RUSIA 2018
Capítulo 36 RUSIA CONTRA ARABIA SAUDITA
Capítulo 37 SEMIFINALES
Capítulo 38 MÁS FUERTE QUE AYER
Epílogo
Notas finales
Agradecimientos
MUCHAS GRACIAS
Descripción gráfica de personajes principales
Descripción gráfica personajes principales 2
Descripción gráfica de personajes secundarios
Descripción gráfica personajes incidentales

Capítulo 28 VERDADERA FAMILIA

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By OscarVF2233

La mañana del veinte de Diciembre pasaba volando, Zabivaka recibió su bono navideño y por consiguiente salió de compras en la nevada ciudad de Berlín, las tiendas a pesar del clima se encontraban muy concurridas. El centro comercial de Berlín fue donde decidió recurrir para las compras, el lobo estaba consciente del supuesto escándalo que se armaría cuando todos lo vieran pero estaba bien preparado para la situación. Al estacionarse en el sótano del lugar aseguró su auto y caminó guardando las llaves en su pantalón, Zabivaka entró en un elevador para dirigirse hacia el tercer piso donde se encontraba la tienda de ropa donde haría sus compras navideñas. Al detenerse el elevador en el primer piso entraron dos husky y un pastor alemán.

-Disculpa... ¿Acaso tú eres Zabivaka?- preguntó el pastor alemán.

Zabivaka lo miró y sonrió al percatarse que se dirigía a él.

-Sí- mostró los colmillos con una sonrisa- es un placer.

El elevador se abrió en la tercera planta y se despidieron, al pasar por los pasillos del centro comercial todos se percataban que Zabivaka se encontraba ahí, autógrafos, saludos, estrechos y hasta fotos les concedió a quienes se lo pedían.

-Gracias Zabivaka- dijeron dos aficionadas al equipo Force Berlín.

-Hey, Zabivaka

-Zabivaka

-Hola, Zabivaka

-¿Qué tal, Zabivaka?

No se hizo ninguna multitud, al menos se estaba cumpliendo una gran expectativa del lobo, pues sentía la necesidad de comprar la ropa lo más rápido posible, subió a la sección de las chaquetas, Hunter era amante de las chaquetas negras, al ver dos chaquetas de aquel color que hacían juego con un nuevo pantalón que su hermano había comprado recientemente Zabivaka la tomó y posterior a ello se dirigió a la sección de tecnología.

-Hola, disculpe quiero ver el modelo más reciente de la marca de celular que usted considere la mejor.

La zorrita se estremeció al ver al lobo.

-Oh, ¿Zabivaka? Por supuesto que sí, éste teléfono- señaló al que tenía en exhibición- tiene un veinte por ciento de descuento y cuenta con las características de las más sofisticadas que puedes leer en el papel que tiene a un lado.

Zabivaka examinó el teléfono de pantalla táctil y no dudó en comprarlo para su amigo Rudy.

-Mmmmm me parece que necesito tres, por favor- Zabivaka sonrió.

La suma total junto con la chaqueta fue pagada sin remordimientos, los regalos navideños estaban listos y se dirigió de nuevo a la camioneta, al guardar las bolsas recibió una llamada, la foto de Eliot se hacía visible en la pantalla táctil de su teléfono celular.

-Eliot, que gusto escucharte- contestó Zabivaka.

Eliot del otro lado de la línea sonaba un poco agitado.

-Sí, Zabivaka pero... en vista de las circunstancias necesito que vengas rápido al hospital Hedwig, el entrenador Duke ha sufrido un ataque al miocardio y no se encuentra muy bien, me gustaría que pudieses venir.

Zabivaka se estremeció considerablemente al escuchar aquella noticia.

-¡Voy para allá, enseguida!

El lobo se abrochó el cinturón de seguridad e inmediatamente aceleró dirigiéndose a la salida del estacionamiento, giró a la derecha e incrementó la velocidad para dirigirse por la sexta avenida directo al hospital, lo que más le causaba desesperación eran los semáforos en rojo, temía que por culpa de esa pérdida de tiempo llegara demasiado tarde al hospital... Luego de veinte minutos de conducir por la ciudad de Berlín se encontró en el estacionamiento superior del hospital, recogió su boleto y entró corriendo a todo lo que sus patas daban, la recepción se encontraba en el otro extremo, esquivando enfermeras y doctores logró llegar a un espacio amplio que solía ser un elegante vestíbulo.

-Disculpe... - llegó jadeante al escritorio- ¿podría informarme en que habitación se encuentra el Entrenador Duke?

-¿Tiene alguna identificación?

-¡Maldición, por favor no la necesito, usted debe saber quién soy! Necesito verlo, se lo suplico- exclamó ante la enfermera que se encontraba en turno.

Luego de darse cuenta que el lobo tenía la razón investigó en el sistema y posteriormente le dio las indicaciones para dirigirse a la sexta planta en la zona doceava exactamente en la habitación 19, Zabivaka corrió para tomar el elevador y saludó a unos cuantos aficionados, al llegar a la sexta planta ubicó en una pantalla la zona doceava y corrió con todas sus fuerzas para encontrarse con el número de habitación indicado por la enfermera.

-¡Entrenador!- gritó Zabivaka abriendo la puerta.

Eliot y Ryan quienes eran viejos compañeros de la liga juvenil se encontraban con el entrenador, Zabivaka se acercó a la camilla del entrenador y contempló que el pastor alemán lo miraba sonriendo con una mascarilla en el hocico.

-Entrenador, dígame por favor ¿se encuentra mejor?

El entrenador Duke se quitó un poco la mascarilla para hablar, el vapor del oxígeno artificial se escapó un poco, el entrenador se incorporó y respondió:

-Hijo, gracias por venir, ya me encuentro mejor pero bueno... el viejo Duke ya está considerablemente delicado para impresiones, pero al percatarme que has sido seleccionado para ir a España hizo que mi corazón se alterase demasiado.

-Tendrá que quedarse unos días, probablemente hasta navidad- comentó Ryan.

Zabivaka se paseó por el extremo de la camilla y volvió a ver al entrenador.

-Entrenador... habrá algún

-De ninguna manera que tengo problema, hijo, tú irás a España y todos en Force Berlín nos sentiremos muy orgullosos de ello.

-Yo... gracias, entrenador.

Zabivaka habló un poco con Ryan y Eliot sobre el estado de salud de su entrenador y luego decidió dirigirse a una máquina expendedora del pasillo para tomar una botella de agua, el haber corrido desde el estacionamiento le había secado por completo el hocico al pobre lobo. Zabivaka salió del cuarto y eligió la máquina que tenía agua natural de su marca preferida, luego de introducir la moneda y marcar el código el agua cayó y éste la tomó.

Tomó un poco de aire y con más calma presenció el ambiente que lo rodeaba mientras caminaba, el hospital parecía un hotel de lujo, pues las paredes en vez de ser blancas eran de color café claro, llegó al pasillo que conectaba con la habitación del entrenador y tomó un trago de agua, apreció las puertas y contaba los números de cada una.

En seguida del número siete, debería seguir la puerta número ocho, ésta se encontraba abierta y cuando Zabivaka miró que paciente estaba dentro se volvió inmediatamente para examinarlo.

Giró para encontrarse frente a la puerta abierta y la escena hizo que sus ojos se enfocaran en un solo punto y quedarse completamente boquiabierto, los presentes en aquella habitación fijaron la vista en Zabivaka y lo mismo pasó con ellos, la botella de agua resbaló de la pata derecha de Zabivaka, su instinto lo hizo entrar a la habitación ocho corriendo.

-¡LEONARD! ¡COSMIC!- Gritó con alegría.

En aquella habitación se encontraban sus dos amigos más queridos en toda su vida, Leonard se encontraba recostado en la camilla mientras que Cosmic leía una revista sentado en una silla junto al zorro, Cosmic se levantó y corrió hacia Zabivaka, el abrazo del reencuentro fue como si una parte del alma de Zabivaka se regenerara al sentir después de once largos años el pelaje de su peludo amigo.

-¡Leonard!- gritó Zabivaka

-¡OH POR DIOS! ¡Zabivaka, eres tú!- el zorro se levantó de la cama sin importar que estuviese en reposo.

Zabivaka lloraba a lágrima viva junto con sus tres mejores amigos, Leonard tenía los ojos como un tomate mientras dejaban que la escena siguiera su curso por sí sola, Cosmic se unió al abrazo y lloraron al unísono. Se acabaron las fronteras, la distancia y la espera que durante once años mantuvo tanto a Zabivaka como a Leonard y Cosmic consternados todo ese tiempo. Las malas ideas que uno u otros pudiesen haber muerto desaparecieron por completo, los tres se separaron y Leonard volvió a acostarse, las dudas que por once años permanecieron sin responder estaban por ser aclaradas.

-Todo este tiempo creí que estaban...

-Muertos- completaron la frase tanto Cosmic como Leonard.

-Sí, nosotros pensábamos lo mismo todo este tiempo de ti, Zabivaka.

Cosmic interrumpió a Leonard un poco al darse cuenta que Zabivaka se consternaba al escucharlo.

-¿Qué les parece si comenzamos por contar con detalle nuestras historias? Sé que es un momento muy...Especial, pero no podemos dejar que las dudas nos maten de curiosidad.

Zabivaka y Leonard se lo pensaron y asintieron, Cosmic votó para que Zabivaka contara la historia, Leonard estuvo de acuerdo y posterior a ello el lobo aclaró la garganta para hablar.

-La vez que fui al concurso conocí a un amigo llamado Rudy, la noche de la invasión al instituto cuando los perdí de vista salí por la puerta trasera, con dificultad crucé la barda pero logré llegar al centro de San Petersburgo, Rudy junto con su padre me acogieron en su casa y al día siguiente abordamos un tren que nos sacó del país, al cruzar la frontera con Polonia nos dirigimos a fijar un destino que por supuesto es ésta misma ciudad, Berlín, Rudy me pagó el pasaje en un barco, ahí conocí a un perro llamado Hunter y luego tuvimos un naufragio marítimo...- Zabivaka tardó al menos diez minutos en contarles la historia desde la vieja casa hasta el preciso momento en el que se encontraban-... pero al ser jugador reconocido me pregunto ¿Cómo es que no se percataron de que yo lo era? Si en la televisión, en internet y todos los medios aparezco.

Leonard y Cosmic tuvieron algo de pena al escuchar aquella pregunta.

-Bueno, Zabivaka es algo muy difícil- confesó Leonard- tú lo tuviste fácil pero nosotros... fue una pesadilla.

Zabivaka escuchó aquella confesión de Leonard y pronto se estremeció al darse cuenta de aquello.

-El ejército comunista nos atrapó y posterior a ello nos llevó a campos de concentración horribles en Uzbekistán- dijo Leonard- estuvimos semanas, es más ni siquiera quiero recordar cuánto tiempo, era como vivir en la Alemania nazi, por Dios, te quemaban la pata con un sello de hierro al rojo vivo- Leonard le mostró la marca del escudo de Uzbekistán en su hombro- me maltrataban demasiado, me golpeaban y a Cosmic también, luego de poder escapar y ver morir a dos amigos cruzamos la frontera con Rusia, casi nos detuvieron y no tuvimos opción más que escondernos y pasar infinidades de sustos, al llegar a la frontera con Lituania fuimos perseguidos por solados rusos, logramos cruzar con éxito al país Lituania y ahí pasamos casi diez años trabajando para un granjero, luego de ver que en Polonia tendríamos más oportunidades decidimos aplicar para refugio y nos fue concedido, Cosmic consiguió trabajo de chofer y yo soy lavaplatos en un restaurante.... ¿Cosmic? Cuéntale lo que viste aquella mañana

Cosmic se levantó de la silla para acercarse a la camilla y mirar a Zabivaka para contarle de la ocasión en que lo vió.

-Un amigo tuyo llamado... ¿Eliot? me confundió con un servicio de renta automovilística- Zabivaka se asombró al escuchar el nombre de su compañero de Fútbol- cuando te detuviste en el estacionamiento del aeropuerto para que me diera los euros te reconocí inmediatamente, Zabivaka- el lobo se quedó boquiabierto y se llevó la pata al hocico al escuchar aquella declaración- Pero no levantaste la vista del mapa, solo me dijiste hola.

Zabivaka se sintió culpable y bajó las orejas apenado.

-Lo siento mucho...

-No te preocupes, no te culpo- dijo Cosmic- intenté seguirlos pero los perdí de vista, Leonard y yo buscamos toda la noche tu nombre en los hoteles de Varsovia, cuando tomamos el correcto nos dirigimos corriendo hacia el hotel donde te estabas quedando, pero llegamos demasiado tarde.

Zabivaka comenzó a llorar al escuchar aquella declaración de Cosmic.

-Leonard se desmayó de la impresión esa misma mañana y no volvimos a verte hasta ahora. Por nuestros duros trabajos y vida difícil nunca nos dimos cuenta que lograste cumplir tu sueño de ser un jugador profesional, pero te felicito.

-Ya veo, gracias y ¿por qué están en Alemania?- preguntó Zabivaka.

Leonard sollozó al escuchar esa pregunta, Zabivaka tomó las peludas patas del zorro y escuchó lo que éste tenía que decir.

-El trabajo duro, las horas que no he podido dormir bien por completarlo y sobre todo la preocupación y tensión que hemos vivido todos estos años causaron que tuviese un infarto cerebral, Zabivaka- Leonard se puso un dedo en la cabeza- no tenían el equipo médico suficiente en Polonia y nos han enviado aquí como medida preventiva, la atención ha sido espectacular.

El zorrito aclaró la duda de Zabivaka y éste se inclinó para darle un abrazo.

Zabivaka realmente se encontraba sorprendido de haber tenido la oportunidad de reencontrarse con sus mejores amigos, el haber estado separados de ambos durante once años le había provocado un gran vacío en su corazón, pues al no tener una familia tanto Leonard como Cosmic – aunque hubiese sido su amigo unas semanas antes de la invasión al orfanato- fueron los únicos que le brindaron algo que cualquier huérfano podría desear, sentir que al menos tenía compañía y sobretodo cariño por parte de ellos, ahora que tenía todo para ser feliz no podría pedir más, pues ellos estaban de regreso e independientemente de muchas circunstancias que pudiesen venir en el futuro estaría seguro que podría enfrentarlas con más valor y dedicación ahora que tenía la pieza del rompecabezas que tanto le había hecho falta.

El caso del entrenador Duke quedó olvidado por completo, aunque para considerarlo bien si no hubiese sido por aquel pastor alemán Zabivaka no hubiera tenido la oportunidad de encontrar a sus nuevos amigos de nuevo, Leonard había enfermado, se diagnosticó atención en su caso unas horas después de que Zabivaka se reencontrara con ellos, lo único por hacer era esperar a que se recuperara, las diez de la noche dieron y el lobo se reportó con Hunter y Rudy para avisar sobre su ausencia, no pensó en alejarse de la habitación de Leonard y junto con Cosmic se quedó a cuidar de su amigo Zorro.

-Saben algo, no me causa mucha gracia que quieran quedarse en Polonia, sería mejor que pudiesen aplicar para una visa en Alemania- declaró Zabivaka- apuesto a que aquí tendrán mejores oportunidades, el idioma no es difícil.

Leonard tomó una de sus medicinas y posteriormente se incorporó para ver a su amigo lobo.

-Ya lo veremos, por lo pronto con la VISA temporal nos quedaremos unos días en el país y ya veremos que pudiese seguir después de ello- sonrió y bebió un poco de su botella de agua.

Zabivaka se paseó junto con Cosmic por el hospital y posteriormente bajaron a la cafetería para cenar aprovechando que Leonard se había quedado dormido, Zabivaka no permitió que su amigo pagara la cuenta y le dio paso libre para elegir lo que quisiera del menú.

-Bueno, Zabivaka, me alegra saber en realidad que tu gusto por el futbol en verdad te haya llevado a conseguir el éxito- Dijo Cosmic mientras le daba un mordisco a su ensalada de papa- no puedo creer que ya conozcas otro país europeo.

Zabivaka sonrió y simplemente dijo:

-Bueno, pero ni te imaginas todo lo que sufrí para eso, además de darme a la tarea de entrenar en las ligas durante mi niñez tuve la responsabilidad del ámbito académico, soy un ingeniero ocupado, pero bueno, solamente me llaman si necesitan algún servicio en especial en la empresa en la que estoy trabajando en la actualidad, normalmente la mayoría del tiempo la dedico a fútbol.

Cosmic y Zabivaka continuaron comiendo en la cafetería y posterior a ello tomaron de vuelta el elevador al sexto piso, el hospital era alto y tardaba un poco en llegar, una campanita sonaba cada vez que éste se detenía y abría las puertas.

-Cosmic ¿podrían quedarse conmigo en estas fechas?- preguntó Zabivaka- no me gustaría separarme nuevamente y considero que necesitan un buen lugar para pasarla bien en Berlín.

Cosmic miró los números que marcaba el elevador y luego miró a su amigo.

-No quisiera...

-Te quedarás en mi apartamento y conocerás a Rudy y a Hunter, te irá muy bien el saber que te llevarás bien con ambos y para que no te pongas nervioso quiero decirte que son rusos, así que tenemos una gran ventaja.

-Vale, muchas gracias, Zabivaka.

El elevador se abrió en la sexta planta y frente a ellos se encontró Eliot, sus ojos tenían la mirada perdida y al ver a Zabivaka retrocedió para que éste y su amigo salieran del elevador.

-Hola Zabivaka y... ¿Cosmic?- señaló con su pata blanca.

-Sí, Eliot- Ambos se despidieron con las patas y las puertas se cerraban.

-Te veré después- gritó Zabivaka.

Zabivaka se dirigió a darle las buenas a su entrenador, quien saldría del hospital un día antes de navidad, los pasillos se encontraban iluminados por las luces de las lámparas y la bella ciudad alemana se apreciaba en las ventanas de la pequeña sala de estar del cuarto de Leonard, luego de platicar un momento sobre los momentos de Zabivaka con el ambiente futbolístico entró un doctor, se trataba de un pastor suizo como Eliot pero de mayor Edad, sus lentes reflejaban la inteligencia y la preparación que éste tenía considerablemente.

-¿Leonard? Tenemos buenas noticias- anunció- podrás salir del hospital el día de mañana- inmediatamente se percató de la presencia de Zabivaka- Oh buenas noches, Zabivaka, es un placer contar con tu presencia aquí.

Zabivaka se acercó y estrechó la pata de quien fácilmente pudo haber sido el padre de Eliot.

-¿Leonard podrá caminar?- cuestionó Zabivaka.

El doctor sacó su bloc de notas y recitó algunas anotaciones que él mismo había hecho en cuestión de su paciente.

-Puede caminar pero es recomendable que mantenga el reposo por el tiempo que permanezca en el país- el doctor volvió a revisar su bloc- el pago de servicio es necesario efectuarse lo antes posible, señor Cosmic.

El doctor salió dejando en el cuarto tanto las medicinas como la receta y el horario que Leonard debería frecuentar para encontrarse mejor, el zorro se incorporó muy preocupado, Cosmic se paseaba de un lado a otro mientras Zabivaka se percataba que estaban nerviosos por algo en especial.

-Bueno, los cinco mil que tenemos no alcanzará lo suficiente- dijo Cosmic haciendo cuentas- pero puedes dejármelo todo a mí, Leonard no tienes nada de qué preocuparte.

Zabivaka se levantó decidido con las patas formando puños y dio una patada en el suelo para que ambos captaran su atención.

-Escuchen, yo pagaré esa cuota del hospital y pasarán las navidades conmigo y mi familia... Bueno mis amigos de quienes les había contado, solamente quiero que no volvamos a separarnos y asegurarme que te sentirás mejor Leonard.

-En realidad, muchas gracias hermano- Dijo Leonard sonriéndole a Zabivaka.

A la mañana siguiente las patitas de Leonard volvieron a tocar el suelo después de estar considerablemente una semana recostado y sentado en su cama, el zorro pudo caminar sin ningún problema y cuando la cuota estuvo pagada se dirigieron al auto de Zabivaka-

-¡Es tu auto!- exclamó Leonard.

-No es nada en especial, suban por favor y bienvenidos a Alemania- dijo Zabivaka abriendo la puerta para entrar.

El motor se puso en marcha y recorrieron las avenidas principales, Zabivaka dio un recorrido especial pasando por la avenida del muelle – donde vió Berlín por primera vez- hasta cerca del callejón que había sido su hogar, luego de dar la vuelta por el edificio de la liga juvenil y el estadio Force Berlín se dirigió a la zona centro en un lujoso edificio en el cual estacionó su auto, al llegar al décimo piso recorrieron los amplios pasillos para posteriormente entrar al departamento del lobo.

-¡No puede ser!- Dijo Cosmic boquiabierto.

El departamento de Zabivaka era considerablemente lujoso, desde una sala hasta una cocina con un bonito comedor y más al fondo una pequeña sala de cine, las escaleras de caracol llevaban al segundo piso donde se encontraban tanto el baño como las tres habitaciones que éste poseía, lo que más impactaba a Leonard y Cosmic fue una habitación exclusiva con pasto sintético y dos porterías para jugar libremente fútbol.

-Pueden instalarse en la habitación que deseen, incluso pueden dormir conmigo pero me convencería más que estuviesen cómodos- explicó Zabivaka mientras les daba un tour por su habitación.

Prácticamente era una réplica exacta de la habitación que el lobo tenía en casa de Hunter, la cama grande, sobre ella un cobertor grueso con un balón dibujado, el armario lleno de ropa casual y deportiva, la pequeña salita con tres sillones y una mesita de centro para disfrutar de la televisión y como toque personal un escritorio con una laptop al lado de su mesita de noche, Zabivaka se acercó a la ventana, la cual tenía una hermosa vista de estilo panorámico de la bella capital alemana, todas las noches miraba hacia el horizonte pensando en aquellos amigos que había perdido hacía once años y ahora el lobo contemplaba la vista con los amigos que desde el horizonte llegaron para encontrarse con él, de manera inesperada pero allí estaban con Zabivaka y no podría estar más feliz y agradecido con el destino por haber vuelto a hacer que una luz volviese a iluminar su camino.

Leonard y Cosmic se acomodaron en las habitaciones que se encontraban al lado de la habitación del lobo Zabivaka.

-Sí que tienes un lindo departamento, es muy grande y sobre todo entretenido si consideras el cuarto de fútbol soccer- dijo Leonard desempacando su maleta.

Cosmic pegaba la nariz al cristal de la ventana, jadeaba feliz y emocionado de poder tener una vista tan asombrosa de la ciudad alemana, luego de ver una película juntos acordaron dormir en un mismo cuarto solo por aquella noche para recordar los viejos momentos, tal y como lo hacían cuando eran cachorros.

Para suerte del trío de amigos se llegó la víspera de navidad, la noche buena estaba por comenzar y Zabivaka inmediatamente se dirigió a comprar para sus dos amigos los regalos más sofisticados que pudo encontrar, Alemania siempre estaba abastecida de todo tipo de mercancía en las tiendas, en aquel país era raro darse el caso que se agotase algún producto de cualquier índole. Para Leonard escogió un abrigo de la marca Canadian Seal junto con un celular igual al de sus amigos, después de adquirir un teléfono para Cosmic decidió darle como detalle extra; una computadora para que pudiese tener entretenimiento y hacer labores que le pudiesen servir con aquel aparato.

-Pasaremos las navidad en casa de Hunter y regresaremos en la noche para dormir aquí- dijo Zabivaka- a menos que...

-¡Nos encanta la idea!- dijeron sus amigos al unísono.

Hunter anunció a Zabivaka que prepararía tanto pavo como ensalada de manzana y jamón ahumado para la ocasión, Zabivaka por su parte optó por conseguir filetes asados y puré de papa suficiente para todos, según referencias de Hunter, Rudy sería quien se encargara de las bebidas y un tradicional ponche ruso que había aprendido a preparar, llegó el atardecer y los tres amigos se encontraban en el auto para dirigirse a la casa de Hunter.

-¿Qué tal si ponemos un poco de música?- sugirió Zabivaka.

Al son de los villancicos en inglés y ciertos en alemán aceleraron por las avenidas de Berlín en dirección a la zona residencial de Hunter.

Hunter y Rudy corrían de un lado al otro para dejar todo al cien por ciento para cuando llegaran los amigos de Zabivaka, Hunter terminaba de poner la mesa mientras que Rudy limpiaba la cocina y enjuagaba los platos y sartenes sucios, luego de diez minutos de mucho trabajo la cocina lucía como nueva y posterior a ello se sentaron a esperar en el salón principal.

-¿Hunter?- preguntó Rudy- ¿Crees que Zabivaka aún me quiera? Con el reencuentro con sus amigos no me ha dirigido la palabra en días.

Hunter se volvió hacia Rudy y expresó su opinión al respecto, sonreía como siempre al igual que inexplicablemente lucía el mismo aspecto de cuando conoció a Zabivaka.

-Oh pero claro que sí, pero consideremos que llevaba muchísimo tiempo sin verlos, además haber tenido la idea de que estuviesen...- A hunter no le fue posible completar esa frase- ya sabes, cuando era cachorro siempre me preguntaba por ti, e incluso lloraba por estar contigo, te considera como un hermano y créeme que está tan agradecido por todo lo que le ayudaste cuando más te necesitó.

Rudy bajó la mirada y posteriormente se sonrojó al darse cuenta que Hunter estaba en lo cierto, después de aquello contempló como había quedado la decoración navideña del salón, el enorme árbol de navidad con regalos bajo el mismo, tres guirnaldas en la ventana y numerosos adornos en las mesas y encima de la chimenea, en la chimenea estaban colgadas cinco botas con los nombres: Hunter, Rudy, Cosmic, Leonard y Zabivaka. Posteriormente el husky levantó la mirada y volvió a dirigirla a Hunter.

-Y ¿crees que los amigos de Zabivaka sean buenos?

Hunter volvió a sonreír y dijo:

-Si Zabivaka los aprecia tanto es porque en realidad deben tener un buen corazón- el timbre sonó- oh ya llegaron, ven vamos y relájate.

Rudy respiró hondo y caminó con Hunter hacia la puerta, sus patitas con huellas azules se arrastraban un poco temblorosas en la alfombra. Hunter puso su pata en la puerta y giró la manija, Rudy cerró los ojos y al abrirlos Zabivaka se encontraba frente a él, detrás del lobo logró apreciar las figuras de un alto y delgado zorro seguido de un Husky con pelaje negro y azul tan parecido a él. No le importó ver a Zabivaka ni al zorro, se quedó completamente boquiabierto al contemplar la presencia de Cosmic, Rudy era considerablemente mayor que él, Zabivaka y Leonard se apartaron mientras que los ojos vidriosos de Rudy se posaban en Cosmic, éste miraba la nieve del suelo sin prestar atención al frente, pero al percatarse que alguien estaba acerándosele levantó la mirada y éste se extrañó.

-Hey, Hola, extraño- Cosmic lo examinó y Rudy no contestó- eh, ¿no hablas?

Zabivaka, Hunter y Leonard se quedaron muy extrañados al ver que Rudy actuaba de aquella manera, el viento helado corría y la nieve comenzaba a caer de nuevo, las luces navideñas del exterior de la casa se encendieron y los vecinos encendieron las suyas junto con sus adornos en los jardines al mismo tiempo.

-Oye, me estás dando miedo... soy Cosmic, amigo de Zabivaka- extendió su pata pero Rudy no correspondió.

Por fin Rudy movió los labios rompiendo el silencio y la tensión del ambiente.

-¿Mijaíl?- dijo en voz baja, a pesar de aquello todos escucharon bien- ¡ERES TÚ!- se llevó las patas al hocico.

Cosmic abrió el hocico y levantó tanto las orejas como la cola exaltado por aquella afirmación de Rudy.

-No puede ser... Ru... Ru... ¿Rudy?- sus ojos se llenaron de lágrimas- oh, ¡RUDY!

-¡MIJAÍL!

Ambos se abrazaron y agitando las colas, muy contentos decían frases el uno al otro como:

-¿Pero cómo?

-¿Dónde estuviste... todo este tiempo?

- Yo no importo, ¿cómo está papá?

Leonard y Zabivaka se acercaron a los dos muy extrañados de la escena, Rudy y Cosmic se conocían pero ¿por qué Rudy lo llamaba Mijaíl? Era algo a lo que Zabivaka no estaba acostumbrado escuchar, ni de cachorro ni ahora, para él siempre había sido Cosmic.

-Lamento interrumpirlos- dijo Zabivaka y ambos voltearon a verlo sonriendo con los rojos y vidriosos por las lágrimas- pero ¿acaso ya se conocían?

Hunter los observaba desde el marco de la puerta y no gesticuló ninguna palabra, al igual que Leonard y Zabivaka estaba ansioso por saber que ocurría.

-Gracias, Zabivaka- dijo Rudy abrazándolo.

Zabivaka correspondió cariñosamente pero luego se separó para aclarar bien la duda que tenía.

-¿Gracias? Por favor explíquenme

-Y a mí también- dijo Leonard.

-Y a mí- repitió Hunter.

Zabivaka vaciló un momento y propuso entrar en la casa, el calor de la chimenea calentaba el hogar y al pasar la puerta se sentía la diferencia del clima exterior con el interior, todos se dirigieron a la sala y Rudy junto con Cosmic tomaron la palabra.

-Zabivaka ¿no lo recuerdas? Te lo conté en el barco cuando éramos cachorros- Zabivaka hacía un intento por recordar- mi hermano menor Mijaíl o sea... Cosmic para ustedes- Rudy volteó y sonrió a su hermano.

Zabivaka se dio cuenta de a qué se refería, inmediatamente visualizó la escena en la que se encontraban en el barco y platicaban del tema.

-¿Cosmic es Mijaíl?- cuestión Leonard.

-Y Rudy es el hermano del que siempre nos contabas en el instituto, Cosmic ¿no es así?- ambos Husky asintieron.

Rudy se volvió hacia todos y decidió contar a grandes rasgos la historia de nuevo.

-Bueno, lo llamaré Mijaíl, así me quedé acostumbrado, fue hace catorce años- Hunter escuchaba tan atento como Leonard, Zabivaka la sabía pero igual lo miraba- Era el mejor hermano del mundo, a pesar de ser nueve meses mayor que él, siempre nos llevábamos bien, jugábamos juntos basquetbol y todo tipo de cosas divertidas, un día papá nos llevó a un parque en Siberia, era donde vivíamos y mientras Jugábamos, Mijaíl me dijo: ¨Iré a buscar a papá¨, asentí con mi cabeza y lo vi caminar por los senderos del parque, fue la última vez que lo vi...- Pasó la vista a Cosmic y éste bajó la mirada- después de buscarlo sin triunfo nos mudamos a San Petersburgo- Cosmic se estremeció al escuchar el nombre de dicha ciudad- y allí nos establecimos hasta que cayó la Unión Soviética.

Todos guardaron silencio y no pensaron en hacer preguntas, más sin embargo la primera fue hecha por Rudy, Cosmic tenía la mirada baja y se notaba muy avergonzado.

-¡Escapaste! Y me dejaste sufriendo catorce años, conocí a Zabivaka en San Petersburgo pero tú... desapareciste.

Cosmic habló para defenderse, Rudy cambió su aspecto de nostalgia a uno rudo.

-No estaba a gusto, Rudy, siempre quise explorar el mundo y...

-¡Lo tenías todo con nosotros! Papá sufrió como no te lo imaginas- Cosmic hizo una mueca de culpabilidad- si no hubiese sido por Zabivaka...

Cosmic se puso en dos patas y caminó hacia su hermano, Rudy se tapó el peludo rostro y comenzó a llorar en silencio, Zabivaka no podría entrometerse, lo único que le quedaba era observar aquella escena.

-Rudy... Lo siento mucho, créeme que volví, te lo juro que volví a casa pero ya no estaban- respiró hondo- ahora que dices que se mudaron comprendo todo.

Rudy levantó su mirada triste y se incorporó sentándose derecho en el sillón.

-Será duro para ti, Mijaíl...- vaciló un momento- papá murió en Rusia cuando recién llegué a Alemania, no tuvo la oportunidad de verte- las lágrimas resbalaban y se perdían en su pelaje negro y azul- y yo tenía miedo que pasara lo mismo conmigo, morir sin haberte encontrado. Todo este tiempo creí que estaba solo en este mundo, sin familia.

Cosmic se sentó al lado de su hermano y lo rodeó con las patas.

-Fui un tonto y cuando quise remediarlo, fue demasiado tarde- confesó- lo lamento mucho, papá era increíble- sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas también.

Rudy se incorporó y miró fijamente a su hermano.

-Ahora lo que más me importa es que estás conmigo, que nos hemos vuelto a encontrar y no dejaré que te vayas ¿me entiendes?- Cosmic lo miraba fijamente- no volveré a perderte de nuevo, eres la única familia que me queda- abrazó a Cosmic llorando.

Luego de unos minutos de silencio ambos se incorporaron y se sentaron derechos nuevamente, Cosmic fue el primero en hablar.

-Me quedaré contigo, pero con una condición, Rudy- declaró Cosmic- no vuelvas a llamarme Mijaíl, no me gusta ese nombre.

Rudy hizo una mueca y posteriormente sonrió.

-Pero así estoy acostumbrado.

-Rudy...- Dijo Cosmic insistiendo.

Rudy pensó en darse por vencido en ese aspecto, dedujo que Zabivaka y Leonard así lo conocían, luego de volver a ver a su hermano estaba dispuesto a no perderlo jamás.

- Creo que... Cosmic se escucha bien- ambos volvieron a abrazarse.

Zabivaka, Leonard y Hunter aplaudieron al unísono y todos se regocijaron al ver que gracias al lobo una familia separada por más de diez años volvía a unirse, luego de aquel épico momento el lobo Zabivaka presentó a sus viejos amigos con sus nuevos amigos, aunque no había necesidad de Cosmic y Rudy.

-Rudy, él es Leonard- Leonard se acercó feliz y estrechó la pata de Rudy- de quien tanto te hablaba.

Leonard sonrió y dijo:

-Gracias por ser amigo de Zabivaka todo este tiempo, Rudy- el Husky lo miró alegre y guiñó un ojo- por ayudarlo con muchas cosas que por desgracia nosotros no le pudimos dar.

-Leonard, en vivo y en directo, Zabivaka habla tanto de ti, en realidad te aprecia cómo no tienes idea—declaró Rudy- gracias a ti por cuidar de mi hermano Mijaíl...Cosmic todo éste tiempo.

-Hunter, él es Leonard y el Cosmic- presentó Zabivaka.

Hunter estrechó las patas de los amigos de Zabivaka.

-Zabivaka habla tanto de ustedes, en realidad los aprecia mucho, me alegro que estén bien y bueno bienvenidos a mi casa que de ahora en adelante es suya también- dijo alegre.

-¡La cena!- exclamó Rudy.

-¡Va a enfriarse!- respondió Hunter

-¡Los regalos!- Dijo Zabivaka

Rudy y Hunter se hicieron cargo de la cena, luego de meter unos minutos más en el horno cada platillo éstos estuvieron listos de nuevo para ser servidos, Zabivaka y sus amigos entraron a la casa con su parte para la cena y con muchas bolsas de regalos que fueron colocadas bajo el árbol de navidad, la cena comenzó y Zabivaka decidió sentarse entre Leonard y Rudy, éste último le pidió a Cosmic que cenara junto a él.

-Me deja tan feliz que todos aquellos a los que quiero tanto estén reunidos- dijo Zabivaka saboreando un pedazo de pavo- una noche soñé con esto y ahora es una hermosa realidad.

-Siempre soñábamos con encontrarte, Zabivaka- Dijo Leonard- eres como un hermano para nosotros, nunca perdimos la esperanza de que estuvieses bien.

-Estoy muy feliz de que ahora todos aquellos que te hemos ayudado tanto disfrutemos de una noche especial como noche buena.

-Zabivaka, ¿crees que a tus padres les hubiese gustado estar aquí?- preguntó Rudy.

Zabivaka suspiró y notó como Cosmic le daba una patada por aquella pregunta, Zabivaka no se molestó en lo más mínimo y se dignó a responder:

-No me duele que no estén aquí, supongo que les hubiese encantado pero no los necesito porque... Yo ya tengo una familia- Una lágrima resbaló de sus ojos y Leonard lo abrazó fuerte.

Cosmic y Rudy platicaban sobre más cosas en el salón mientras Zabivaka, Leonard y Hunter lo hacían por su cuenta, al son de la música navideña compartieron un lindo momento de platica general y Leonard no soportó más tiempo para abrir sus regalos, aquella era la primera navidad para Leonard, Cosmic había tenido varias durante su infancia con su padre y Rudy pero el zorrito radiaba de felicidad al ver los adornos navideños y sentir el espíritu de compañía.

-Esta bolsa es para... Hunter- Zabivaka le entregó una enorme bolsa donde estaba su chaqueta- No los abran hasta que todos tengamos por lo menos uno, hay para todos así que no se preocupen.

Rudy se acercó al árbol de navidad y les entregó tanto a Cosmic como a Leonard una bolsa de chocolates que había comprado cuando recibió la noticia de que Zabivaka les había conseguido invitados para noche buena.

-¡Zabivaka esto es para ti!- Rudy le tendió una pequeña caja y una gran bolsa.

-¡Gracias!, Rudy esto es tuyo- una computadora estaba envuelta en una gran caja- Leonard y Cosmic, tengan amigos.

Ambos recibieron dos grandes bolsas que contenían el paquete que había armado Zabivaka.

-¡Los abrimos a la cuenta de tres!- Propuso Hunter, todos asintieron y pusieron las patas sobre las envolturas- Uno, Dos, ¡TRES!

Zabivaka se encontró con un balón esculpido en oro, seguido por uno verdadero y posteriormente rodilleras para cubrirse mientras estaba en acción, aquel regalo fue de Hunter, posterior a ello se encontró con unas gafas increíbles al abrir el regalo de Rudy, de cubierta naranja y cristales azules.

-Son gafas tecnológicas- explicó Rudy- las configuras para que te den un ángulo exacto y amplifiquen tu visión mientras juegas fútbol, espero te gusten, Zabivaka.

-¡Están geniales, Rudy muchas gracias!- exclamó el lobo.

Hunter recibió la chaqueta y el celular de parte de Zabivaka, Cosmic y Leonard se estremecieron al ver el celular que Zabivaka les había regalado a cada uno, Leonard inmediatamente se puso el abrigo que Zabivaka le había regalado y considerándolo bien se veía excelente con aquella prenda, Cosmic agradeció por la computadora y Rudy por las prendas y su celular también.

-¡Es la mejor navidad que he tenido!- exclamó Zabivaka.

El reloj dio las doce de la noche y todos aplaudieron dándole la bienvenida a la navidad.

¡Feliz navidad, amigos!- gritó Zabivaka- ¡Gracias por formar parte de ésta familia!

Zabivaka estrechó la pata de Hunter, seguido por Rudy- a quien abrazó y agradeció por enésima vez toda su ayuda y cariño- le dio unas palmaditas a Cosmic y se detuvo cuando Leonard estuvo frente a él. El zorrito llevaba en las patas una envoltura sencilla y se la tendió a Zabivaka.

-¡Éste lo dejé para el último! Porque quiero que lo abras para mí- Dijo Leonard.

Zabivaka se disculpó con los demás y subió junto con Leonard a su habitación, el zorro cerró la puerta detrás de él y sonrió a su amigo que abrazó con todas sus fuerzas al estar de nuevo frente a él.

-Antes de abrirlo quiero mostrarte algo, Leonard- Dijo Zabivaka abriendo su closet.

De aquel armario sacó una caja forrada con tela roja y se la tendió a Leonard.

-El único recuerdo que tenía de ti- Zabivaka le tendió la caja a su amigo y Leonard la abrió.

El balón que hacía once años le había dado el zorro se encontraba en aquella caja, lucía finamente conservado y limpio, Leonard levantó la mirada y dijo:

-¿Acaso no jugabas con él? Todavía lo conservas- secó una de sus lágrimas- muchas gracias, Zabivaka.

-Ese balón me recordaba tanto a ti, que lo único que pensé fue no patearlo más- Suspiró contemplando el balón- decidí ahorrar suficiente para comprarme otro y conservarlo como si fuese una reliquia que te representara.

Leonard sonrió y Zabivaka guardó la caja que contenía el balón de su amigo, posterior a ello tomó el regalo de Leonard y se dispuso a abrirlo.

-¡¿QUÉ?! Imposible, es ¿acaso es?

Leonard asintió despacio y se sentó en la cama junto a su amigo, aquel regalo se trataba el primer balón que Zabivaka había tenido, aquel que Leonard por accidente había ponchado cuando eran cachorros, la rotura estaba finamente remendada y lucía como si hubiese sido sacado de la tienda de deportes aquella mañana en San Petersburgo cuando el padre de Rudy se lo compró al lobito.

-En Polonia había una fábrica de balones y me hicieron el favor de arreglarlo- Explicó Leonard- cuando te perdí de vista aquella noche de la invasión al orfanato regresé corriendo al cuarto y lo tomé de debajo de tu cama, donde lo habías guardado- declaró- y como aquel balón ha sido mi recuerdo para ti, éste ha sido el único recuerdo que yo tenía de ti.

Ambos se abrazaron de nuevo, no les importaba cuántas veces se abrazarían, estaban juntos y ninguna fuerza los separaría. No se dijo más al respecto de aquel tema, entrada la noche Rudy entró en la habitación de Zabivaka y encontró a su amigo durmiendo profundamente con el zorro, sonrió y cerró la puerta.

La mejor navidad de Zabivaka y probablemente de todos los que estaban presentes había pasado y quedaría como uno de los mejores momentos de la vida de Zabivaka que permanecería guardado en su memoria para siempre.

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