Thom:
Lo siento por haberte llamado imbécil en la anterior carta, fue algo del momento, pero lo eres.
No podía creerlo, simplemente no entraba en mi cabeza, ¿Qué le veías? Oh, claro, tiene unos senos que parecían el doble de los míos (Y yo era copa D), si, un genial y gigante trasero, piernas perfectas, cintura fina, pero diablos, ¡su cerebro debía igualar una nuez! Odiaba eso, te odiaba, me habías apartado de Steven pareciendo un estúpido novio celoso y ahora que me fijaba en ti, te gustaba Linda, oh, jodido karma, yo no había hecho nada malo.
Bien, no habías dicho que te gustaba, pero parecía que si, llevabas teniendo estas 'citas' con ella una semana o dos y ya parecías decidido a no volver a hablarme. Yo no le insisto a los hombres, no soy como Linda, soy Sophie, ¿Entendido?
Tu sabes que pasó, en cualquier caso te refresco memoria diciendo que había un chico nuevo, Freddie, era atractivo, cabello castaño, ojitos verdes, un ejemplar, me pareció agradable desde el primer momento. Como lucía amigable y tú volvías lentamente a ser un tonto para mí, me acerqué a él, me caía genial, pero todo su alrededor me gritaba que yo no era su tipo, digamos que creo que prefería una persona que tuviera algo colgando entre las piernas.
Me daba la sensación de que no habías notado ese pequeño detalle y cada vez que yo le hablaba me mirabas como si estuviera traicionandote por dirigirme a otro, joder, ¿En serio?
—Entonces —murmuraste aquel día—. ¿Te gusta el chico nuevo?
—Se llama Freddie —me limité a responder.
—¿Es un sí? —¡Qué pesado!
—Es un 'no es tu problema', Thomas —corté.
Pasabas todo el día con Linda. No sabía ni por qué me molestaba.
Te quise, Sophie.