Regálame un lápiz | Los Intoc...

By littlemaple

8.8M 706K 149K

¿La típica historia de amor en donde el chico choca con la chica accidentalmente, se miran fijamente a los oj... More

Sinopsis.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Especial I.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Especial II.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Especial III.
INFORMACIÓN: Inkitt
Especial 1 año de #RUL.
Agradecimientos + Próximo libro.

Hasta que la muerte nos separe.

187K 7.9K 2.8K
By littlemaple

ADVERTENCIA: NO LEER si no has terminado la serie. NO LO LEAS, NO SEAS TERCO. Vuelve cuando hayas terminado ;) 

Saber que tu primer hijo se va a casar con su novia puede ser algo impactante. Vale, muchos se lo esperan, hasta yo me lo estaba esperando—era obvio, en realidad—, pero igual el golpe te deja un moretón fuerte en el corazón. Joder, soy su madre y él sigue siendo mi bebé.

No señores, no está hablando la mamá fallecida de Connor o papá Pirce, tampoco lo hace la madre de Daisy o su celoso papá adicto el beisbol, no, está vez habla la espectacular, maravillosa y excelente madre biológica de cada uno de los intocables, que aunque está muy orgullosa en lo que ellos se han convertido, sigue enojada hasta morir porque adivinen: ¡No la invitaron a la boda! Yo, Simy Quintana—aquí dando mi nombre, aprovechen de buscarme en las redes sociales y me dan unos cuantos me gustas a mis fotos—, la cual tuvo una relación intensa con el teclado de su computador y le ocasionó celos y peleas a la relación que tenían su cerebro y corazón para hacer a estos niños y ellos... no me invitaron... ¡Me mandaron vídeos! ¿Saben que es eso?

Ofendida, herida, decepcionada y estafada. Así me siento, señores.

Ya sé, ya sé, a ustedes no les importa cómo me siento, ustedes solo quieren saber que paso en la boda de Connor y Daisy, les podría decir que no sé nada, pero para su buena fortuna una madre siempre sabe lo que sucede alrededor de sus hijos—esto es mentira, solo me quiero hacer la sabihonda—, así que les contaré un poco de lo que sé.

Primero, Daisy Rogers fue llevada a un club de strippers para su despedida de soltera. Estoy orgullosa de Amy, Sophie, Cristine, Christie—esas dos todavía me confunden con sus nombres—, y Livana por haber organizado aquello, y si se lo preguntan, si, Daisy toco mucho... y no fue un teclado de un computador como lo hace su madre todos los días. Mi vida es triste, lo sé. Tampoco fui invitada a esto, otra indignación.

Pero tengo los detalles sucios: Livana dejó de lado su timidez y bailó entre dos bomberos, Sophie cantó las mañanitas con un mariachi sexy, Cristine se la pasó bomba con un chef, Christie se enrolló con un motero, Amy estuvo con un veterinario sexy—que según sus gritos al bailar sería el nuevo papá de Mimi por que le haría gratis la consulta—, y por supuesto la novia quien irónicamente recibió un baile sexy con un tipo que tenía puesto un bóxer de lápices amarillos. Hubiera sido yo y me hubiese reído del pobre chico, aunque los lápices parecen serle atractivos a Daisy, niña loca.

Escucho sus gritos a millón, ¿qué pasó con Los intocables? No lo sé, no estoy enterada de eso y me molesta. Solo puedo decirles que Bart terminó con una nueva perforación en su cuerpo y no quieren saber dónde fue.

Ahora hablemos a una semana después de eso, un día antes de la boda y pasó lo peor: A Daisy no le entraba el vestido. Uinss, si supieran la desesperación que pasamos—y digo que pasamos porque ahí si tuvieron la decencia de invitarme—, la pobre Daisy no paraba de llorar diciendo que estaba gorda. Y lo estaba, de hecho tuve la indiscreción de preguntar si estaba embarazada. Ahora que lo pienso, tal vez por eso me negaron la entrada a la boda.

Después de muchos chillidos la modista le prometió que todo estaría listo para el día siguiente—claro, la mujer estaba cobrando bien sus honorarios—, por lo que hizo tranquilizar a Daisy.

Si si, yo sé que quieren saberlo con detalles, quieren que les diga todo lo que pasó desde que Daisy se puso al día siguiente su vestido y Connor su caliente traje de pingüino hasta que ambos destrozaran sus disfraces de boda y estuvieran follando como conejos, son unos cochinos.

Muy bien, un sábado del caliente mes de agosto, Daisy Rogers iba a renunciar a su apellido para ser oficialmente Daisy Pirce, ahora que lo pienso que feo suena. Uy, pobre Daisy. Ok, enfócate Simy, seguimos... Se colocaba el vestido blanco con miedo... Lo siento, no puedo evitarlo, otra pausa. ¿Por qué eligió un vestido blanco? Dios mío, ya Connor se la comió completita, esa niña de virgen no tiene nada, ¿eso no es lo que significa el vestido blanco? Debería ensuciárselo de negro por ser tan impura, la muchachita esta.

Ok, ok, sigo. Daisy empezó a dudar lo que estaba haciendo, vamos, que la entendemos, casarse no es algo que se debe tomar a la ligera. Daisy ya se iba a poner a llorar y arruinar el maquillaje que Christie con tanto empeño había hecho por ella. Afortunadamente, en ese momento entró Sophie a la habitación y al ver el estado de su amiga y futura cuñada oficial la alertó. Muy bien, citemos, yo sé que ustedes quieren los detalles, trataré de citar bien lo que ellas me dijeron que dijeron. Esperen, eso ultimo está mal escrito, ¿verdad? No me miren así, ya entendí que no les importa y solo quieren chismosear.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?—había dicho Sophie acercándose a la chica que estaba a punto de romper a llorar.

—Soph, sé que no debo decir esto y mucho menos a ti que eres la hermana del novio pero... ¿y si me estoy equivocando? ¿Y si todavía no es el tiempo de tomar esta decisión? ¿Y si...

—¡Ya basta de los y si!—exclamó ella acallándola—. Daisy, el matrimonio es solo un papel que los unirá aún más. Lo importante es que ustedes se amen y los he visto. Ustedes se aman, demasiado. Todos quisieran tener lo que tú y mi mellizo tienen, son especiales juntos, se complementan. ¿Realmente estás dudando del amor que ambos se profesan en este momento cuando todo el mundo sabe que no pueden vivir sin el otro?

Les podría decir que respondió Daisy pero con mis problemas de memoria no lo recuerdo. Pero que luego hubiera llegado a la puerta de la iglesia con una gran sonrisa, me imagino que la respuesta fue que si amaba a Connor y se iban a casar.

Cuando la marcha nupcial sonó, las manos de Connor empezaron a sudar—ya sé que ustedes querían leer los pensamientos pecaminosos de mi niño, voy a tener que alejarlas de Conito, me lo están pervirtiendo—. Muy bien, por la cabeza de Connor solo podían pasar todos los momentos que había pasado con su dulce y amada Daisy, era así, la amaba con todo su ser y a pesar de los miles de comentarios que tuvo por parte de sus amigos sabía que no estaba arrepentido de haber tomado esa decisión.

Cuando ambos se tomaron de las manos en el altar sabían que estaban haciendo lo correcto, afianzar su amor, demostrárselo a todos—aunque no tenían que hacerlo—, y sobre todo unir más allá sus vidas, juntos.

No sé por qué presiento que ustedes quieren escuchar los votos matrimoniales, para su suerte, eso es lo que pude ver en el vídeo. Se los contaré... con pelos y señales.

¿Qué dijo Connor?

—La primera vez que te vi con esa dulce sonrisa adornando tu rostro lo supe. Te quería para mí, todo mi cuerpo me pedía a gritos acercarme pero yo como cobarde no me lo permití. Nuestros mejores amigos estuvieron ahí cada día diciéndome que inventara cualquier excusa para acercarme. ¿Qué mejor que hacerlo pidiendo un lápiz? Funciono... y muy bien. ¿Quién iba a creer que por pedirte un lápiz todo cambiaría entre nosotros? Gritos, peleas, algunas tontas cabe destacar, pero fue la manera más original de acercarme a ti y demostrar un poco lo mucho que me interesabas. Pasamos tiempo cada vez más y más y pude ver lo que había a través de ti... hizo que me gustaras más, tanto que me enamoré de ti, Daisy Rogers. De tu dulzura e inteligencia, de tu belleza interior y exterior, de cada pelea o desacuerdo que tuvimos, de cada sonrisa o carcajada que te hice soltar. Toda tu, me enamoraste mi señora lápiz y ahora estoy ante ti, ante nuestros padres, ante nuestros hermanos, ante nuestros amigos y ante Dios jurándote amarte y respetarte cada día de mi vida, hasta que la muerte nos separe.

¡No lloren, coño! Yo no estoy citando todas estas cosas para que estén llorando, más bien griten de felicidad porque lo que mi niño dijo estuvo precioso. Ainss, yo quiero un hombre así, pero lo veo difícil sabiendo que este es mi décimo octavo día de San Valentín que lo paso en mi cama haciendo nada, porque ni admiradores tengo.

Ya, ya sé que tampoco les importa mi vida sentimental y quieren que me vaya al carajo para escuchar los votos de Daisy. Muy bien, aquí vamos.

¿Qué dijo Dasy? —Cabe destacar que lo hizo con un nudo en la garganta y casi echándose a llorar—.

—Cuando escribí mis votos matrimoniales quería que fuera perfecto, lo intente una y mil veces pero sabía que no iba a ser más perfecto que hacerlo totalmente improvisado ante ti, aunque Conito, nadie podrá superar lo que acabas de decir—dijo ente risas haciendo también reir a todos los invitados—. Fuiste una bomba andante desde que te conocí Connor Pirce, con tu sonrisa baja bragas y tus ganas de sobrepasar mi espacio personal en varias ocasiones. Incluso admito que tuve ganas de golpearte cada vez que venías a mí pidiendo un nuevo lápiz por alguna tonta razón. Pero fui valorándote, fui descubriendo a ese Connor especial, fui conocido a ese Connor que pocas personas conocían y me enamoré de él. En realidad me enamoré de cada Connnor Pirce. Sí, no me veas así. Me enamoré del Connor Pirce que se metía en problemas, me enamoré de ese Connor Pirce que hacía reír a los demás con un tonto chiste, me enamoré de ese Connor Pirce sensible que había perdido a una persona importante y estaba herido, me enamoré de ese Connor Pirce pedidor de lápices, me enamoré de ese Connor Pirce que podía ponerme a babear con una sola frase. Y sí, me enamoré de ese Connor Pirce que me hace feliz cada día y que lo hará hoy, mañana y siempre. Te amo Connor, y no sé qué hubiera sido de mí si no me hubieses pedido ese lápiz. Suena tonta la frase, pero para nosotros tiene el mayor significado y es eso lo que importa. Gracias por hacerme feliz y te prometo que yo lo haré también, siempre, hasta que la muerte nos separe.

Ainss, los entiendo, no sé quien estuvo mejor, me encantó. Tal vez haga algo que no esté permitido en la escritura pero a quien le importa, así que asdfghjklpoiuytrewqzxcvbnm. Así me siento señores.

Vale, terminemos con esto, hubo beso caliente, todos lloraron, varios silbaron y están esos que gritaron cosas obscenas en plena iglesia—cof Bart cof, imagínense que esos cof son yo tosiendo—, salieron de la iglesia, tiraron arroz, Daisy lanzó su ramo de flores el cual fue recibido por Sophie y luego se dirigieron a la casa de los Pirce para la fiesta.

Daría detalles pero recuerden que no me invitaron, inserte aquí carita feliz matadora.

También sé que quieren leer cochinadas de como Connor metió su lápiz en el sacapuntas de Daisy pero señores, no quiero tener que escribir una escena de porno en este momento. Si están calenturientos les invito a pasarse a una página porno ya que los videos son gratis, solo imagínense la cara de Connor y de Daisy entre los protagonistas del video y voila, está resuelto.

Ahora para despedirme dignamente por haber contado la historia de lo que pasó en una boda a la que no fui invitada y me negaron la entrada y que solo fue contada hacia mí por los protagonistas, les deseo un feliz día del amor y la amistad y que tengan buena compañía, guiño.

Aunque aquí entre nos, pienso que San Valentín es otro tonto día comercial, lo más seguro es que diga eso porque estoy más sola que un camello en un desierto y este más seca que una ostra, pero ajá.

Si, ya sé que debo terminar, pero es que me gusta tocar mi teclado—inserte carita pervertida—. Ya, ya, me voy, adiós, au revoir, ciao, chaito, conichigua, si, ya, fin, ¿quiero decir fin? Tal vez no... okey, ahora sí, adiós.

RESUBIDO (PÚBLICO) POR MOTIVO DE ACTUALIZACIÓN DE WATTPAD.

Pero antes de irme... ¡Feliz San Valentin a todos! Espero que les haya gustado este capítulo que sé que muchos estaban esperando leer. Quise hacerlo un poco diferente y ¿que mejor que hacerlo desde mi punto de vista?

Ahora la razón de porque el capítulo está en privado: Simple, es un pequeño regalo que le quiero dar a mis seguidores, aquellos que han estado ahí apoyándome. Si eres nuevo, bienvenido a la familia intocable, si solo me seguiste para leer el capítulo y luego me dejaste de seguir, también gracias por leerme, eres parte esencial de que todo esto haya crecido.

Ahora sin más me retiro.

Los quiero.

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 84.4K 55
Amelia lleva años fantaseando con su mejor amigo pero no se atreve a confesárselo y cuando finalmente saca valor para hacerlo, un traumático obstácul...
1M 47.1K 47
"-¿Y si te robo un beso?- susurró él con voz ronca con los labios muy cerca de mi boca. -No...- fue lo único que pude decir antes de que él estampara...
2.8K 134 6
Muchos por ahi dicen siempre hay un final feliz pero no es un cuento de hadas
69.4K 3.4K 60
Normal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutament...