Sander
-¡Si dan un paso más los mato!- gritó Mariana apuntandonos con un arma.
Su cara de psicópata me daba escalofrío, parecía que iba a enloquecer. Tenía Sangre en su blusa, sus brazos y cara están razpados y su pelo encaramado.
-Mariana tu no quieres hacer esto- dijo Sheryl tratando de aparentar serenidad cuando en realidad la sentía temblar detrás de mí.
-¡Tú cállate!- el pecho de Mariana se movía rápidamente de arriba hacia abajo y su cara se mostraba brillosa del sudor que bajaba de su cabeza-¡puedo hacerlo!- el arma comenzó a temblar en sus manos- ¡puedo hacerlo!- su voz se escuchó más fuerte que la vez anterior.
-¡Eres una maldita perra!- gritó Randery con la cara bañada en lágrimas desde su lugar haciendo que la miremos.
Sus manos aún aferradas al cuerpo de Tyler, manchando su ropa de la sangre que seguía corriendo por su abdomen acumulandose en el piso a modo de charco.
Siento mi espalda mojarse con las lágrimas de
Sheryl.
- Despierta- llora besando su cara- te amo, por favor no te vayas-lo abrazó más fuerte como si fuera a escurrirce de sus manos.
-Por favor Mariana- estaba prácticamente rogándole- dejanos salir de aquí, no quieres hacer esto- tragué grueso mientras una lágrima se deslizaba por su rostro- ven con nosotros- di un paso hacia ella, pero al ver que agarró con más confianza la pistola retrocedí a mi lugar- nosotros vamos a buscar a alguien que te ayude a supe....
-¿Me estás diciendo loca?- rió ironicamente y apretó los dientes- ¡Yo no estoy loca!- me gritó.
Sentí como Sheryl salía de detrás de mí, quise detenerla pero antes de que me diera cuenta ya estaba delante.
-¡Si estás loca!- gritó Sheryl con furia que no sé de dónde habrá sacado- ¡Estás enferma maldita sea!- la halaba del brazo pero ella estaba fuera de si- ¡Le disparate a Tyler!
-Así aprenderá a no meterse en lo mio- dijo sería.
-¡No es de una persona normal estar llena de odio, has vivido junto a mí toda mi vida y nunca diste señales de odiarme!- la apuntaba con el dedo- ¡te molesta verme feliz!- afirmó- ¡pero lo soy, no tengo la culpa de tener buenos padres, ni un novio que me ama, ni buenos amigos, excluyendote claro está- declaró lo bastante rápido como para quedarse sin aire.
El estruendoso sonido de una sirenas se escucharon cerca del cuarto y sonaron unos autos que se estacionaban, Mariana miró a lo lados rápidamente y luego volvió a nosotros.
-¿Quién diablos llamó a la policía?- en su voz se notaba que estaba a punto de entrar en pánico.
Sheryl ignoró su pregunta y siguió con sus represalias contra ella.
-¡A pesar de todo lo que me ha pasado soy feliz!- volvió a gritarle, mientras se oian los policias gritar desde afuera que salieran por las buenas- ¡No me arrepiento de serlo!- Randery apretó los puños al rededor del arma y le dedicó una mirada asesina- ¡y el cómo te sientas con respecto a eso es tu problema, no el mio!
Volteó y se abalanzó contra de mi, en auto reflejo la agarré por la cintura y sin que yo me lo esperara estampó sus labios contra los míos.
Estaba tan sorprendido por su acción que por más que lo intentaba, mi mente no ordenaba a mis labios moverse, aunque los de ella tampoco lo hacían.
-¡Eres una maldita!
Randery estaba a punto de apretar el gatillo cuando se escuchó el crujido de la puerta al romperse.
Dos policías armados aparecieron detrás de Randery, pero ella ni se inmutó, es mas, ajustó mejor el arma a sus manos.
Entonces se escuchó un disparo.
Unas horas antes
Estábamos sentados esperando el aviso de Tyler, hace más o menos dos días que no había hecho saber su plan, pero no había vuelto.
Todos tememos que le hayan descubierto o que haya sido una trampa de su parte.
-Les dije que no debíamos creer en el- dijo Randery con un hilo de voz.
No hemos comido ni bebido nada en lo que creo son días, estamos completamente agotados, a veces creo no poder más.
Mi lengua se siente completamente seca y mis extremidades adormesidas de tanto estar en la misma posición.
Si hace una semana me hubieran dicho que estaría sentado sobre mi orina y cubierto de mi propia mugre me hubiese reído en su cara.
-Sheryl- la llamé haciendo que se moviera un poco.
Se encontraba con su cabeza recostada, cualquiera pensaría que está durmiendo, pero estoy consciente de que ninguno de los tres ha podido pegar un ojo más de cinco minutos desde que estamos aquí.
Nuestro aspecto es lamentable, aunque Randery está en peores condiciones que nosotros, ya tiene más de una semana aquí y lo único que ha recibido es un pan y una que otra botella de agua que Tyler le llevaba.
- yo creo que deberíamos darle el beneficio de la duda- dijo Sheryl después de un largo silencio y mirando a Randery directamente a los ojos - después de todo nos dijiste que te llevó pan y agua- asentí dándole la razón- si no fuera por el ya estuvieras deshidratada.
Ella se midió el labio tratando de controlar las ganas de soltar alguna de sus estupideces que últimamente eran muy recientes, pero decidió callar porque por más que lo quisiera negar, sabía que Sheryl tenía la razón.
-¿cuanto creen que llevemos aquí?- de verdad me sentía perdido, no tenía ni la menor idea de la hora, ni si es de día o de noche.
-deben ser algunos 4 días- dijo Randery- yo tengo más de una semana aquí, ya no recuerdo como era el sol o el aire libre.
-Para que más exagerados, si contigo basta y sobra- la voz de Sheryl salía con sorna y a la misma vez fastidiada.
Una claridad se coló a través del techo cegándonos por un momento. Tardamos menos de un minuto en acostumbrarnos a la luz.
Cuando por fin pude ver con claridad, Tyler bajaba las escaleras con una bolsa en mano. Los tres seguíamos su movimiento atentamente temiendo que pudiera hacer algo.
- no había podido venir, todos los ojos puestos en mí- anunció mientras se acercaba a cada uno de nosotros y nos ofrecía pan y un envase pequeño de lo que creo es leche- creo que están sospechando de mí, coman, los necesito con fuerzas para está tarde.
Los tres comenzamos a devorar todo, con toda el hambre que teníamos esto nos sabía a gloria.
Esperó a que terminaramos de comer, y después recogió todo, supongo que para que no quedará evidencia de que había estado aquí.
-Tengo buenas noticias- se quedó callado un momento dejándonos con la intriga.
-¡¿Qué?!- gritamos los tres al unísono.
-Aun no tengo las llaves- dijo arrebatándonos la esperanza.
-¿y qué es lo bueno entonces?- el casi gruñido de Randery le hizo rodar los ojos.
-Aun no tengo las llaves- volvió a repetir está vez mirando a Randery directamente a los ojos- pero ya sé donde están- hizo énfasis en sus palabras.
-¿cuando nos vas a sacar de aquí?- dijo Sheryl en tono desesperado.
-escuché a Mariana decirle a lagarto que se van a reunir esta noche, generalmente lo hacen en una de los aposentos que están alejados y me dejan a mí vigilando la puerta principal por si hay algo sospechoso- informó dando vueltas en la habitación, se notaba que estaba nervioso- desde que comience la reunión llamaré a la policía y buscaré las llaves para liberarlos.
Se hizo un silencio sepulcral en la habitación, creo que todos estábamos pensando en si esto era buena idea.
Aunque me duela aceptarlo mi hermano al parecer no tiene piedad y no quiero que le pase nada a Randery o Tyler, mucho menos a Sheryl.
Miré a esta última y ella a mí.
-¿Quieres hacerlo?- le pregunté dudoso.
-Quiero salir que aquí Sander- afirmó.
Miré a Randery y ella asintió aunque no se veía mí o Segura.
-Te esperamos está noche- le dije a Tyler antes de ver como se marchaba rápidamente por donde entró.