Cuando bajamos al comedor seis pares de ojos se vuelven a nosotros, por supuesto a nadie se le ha pasado por alto que llegamos juntos y el gran detalle que Hale aun lleva la ropa de ayer.
-Buenos días - digo algo incomoda, ya suficiente tengo con tener los ojos como pelotas de golf y con el drama que se está cocinando fuera de estas puertas, como para que se continúe aquí.
- ¿Dónde estabas? - pregunta Coral achicando los ojos, su mirada va de Hale a mí - cuando me he despertado no estabas en la habitación.
Hale finge toser mientras se sienta en su lugar.
-Buenos días.
-Salí a tomar un poco de aire - miento, ¿Qué más puedo hacer?, no puedo decir estuve en la habitación de Hale, hasta ahora, no hicimos nada malo, de hecho aparte de abrazarme hasta que los sollozos desaparecieron no hicimos nada más. No tiene nada de malo.
Tomo mi lugar a su lado, no me pasa desapercibido la mirada que me da la abuela Bridge, pero decido fingir que no lo veo. Ya me había comentado algo acerca de su nieto, no necesito poner más leña al fuego.
-Muchachos - comienza el rey, dejando el tenedor en el plato y juntando sus manos frente a él - ambos son conscientes de la cantidad de rumores y cosas que se formaron, luego de lo sucedido la mañana de ayer y tenemos que encontrar una solución a todo esto.
»Tenemos que tomar una decisión como familia, ante la reciente situación, pero antes de eso necesito saber que opinan ustedes.
»Hale, tu primero.
Hale deja salir un bufido y endereza los hombros.
-Sabes mejor que nadie que no me gustan estos circos, pero también soy consciente que en esta ocasión dimos de que hablar, bueno, realidad es mi culpa, pero lo que dije es realmente lo que pienso, Josabet sería una buena reina.
No había pensado en eso, bueno quizás no detenidamente y una cosa es lo que yo pensara de Hale como futuro rey o como persona, pero algo completamente distinto, es yo estar metida en todo eso.
Veo con tristeza mi plato de cereal, he perdido el apetito.
-Comprendo y comparto tu pensamiento hijo - dice Paul con voz calmada - pero esto no es algo que se decida de esta manera, Josabet, es parte de nuestra familia - dirijo mi mirada hasta él y estoy sorprendida, una cosa son los abuelos y otra muy distinta son los demás miembros de esta - querida, eres parte de nuestra familia, al igual que Coral y Lyris. Por la misma razón no puedo permitir que esto siga por cualquier tipo de conveniencia, quiero lo mejor para los dos.
La abuela Bridge y su esposa asienten.
Compartimos una mirada con Hale, yo mejor que nadie sé la situación en la que está el Reino, el descontento al Rey ha ido en crecimiento los últimos años, su liderazgo está en la cuerda floja desde hace algún tiempo, la coronación de Hale, llevaría al país a nuevos días, cambiarían todos los altos cargos, pero también podría sumir al país en caos, confió en que Hale será un buen rey, algún día, pero no puedo estar segura de que esté preparado en este momento.
Dejo salir un suspiro.
-Hale, ¿podemos hablar un momento?
Asiente y se levanta de la mesa.
-Si nos disculpan un momento.
-Hablen cariño, es su decisión.
Caminamos sumidos en un incómodo silencio, hasta el despacho de la abuela Bridge, donde yo paso la mayor parte del tiempo, abre la puerta y se hace un lado para dejarme pasar primero, en medio de todo es un caballero. Tomamos asiento en el sofá de cuero junto a la ventana.
-Hale...
Niega con la cabeza.
-Dejame hablar primero por favor - asiento, se retuerce un poco las manos, creo que está un poco nervioso, y siendo sincera yo también lo estoy - Lo que dije hace un momento, es lo que verdaderamente pienso. Lo que hiciste ayer me quedo marcado en la cabeza, ambos sabemos que será difícil olvidarlo.
»Tú amas este país con todo tu corazón, no puedo pensar en alguien mejor para ser reina.
Mejor para ser reina.
-Hale, gracias, es un halago que me veas de esa manera, pero no me libere de la cárcel de los Barrier, para caer en una cárcel de oro.
»Amo a Hannover y trabajar para hacerlo crecer, no hay nada que me gustaría más, pero no lo hare de esta manera, no voy a fingir ser la reina, ser tu esposa.
Niega con la cabeza.
-No fingirás...
- ¿Qué no lo hare? Hale no puedo vivir de una mentira, tal vez sea una Reina de palabra pero tú y yo sabemos que no es así, y cuando comiencen a presionar con los herederos, te recuerdo que parte del trabajo es eso. Yo no voy a fingir.
»Bien, tu y yo tenemos un pasado, nos conocimos y compartimos algo que no puedo llamar como un dulce recuerdo - asiente pensativo - recién llevas dos días en Ambur, no conocemos nada del otro.
-Podemos intentarlo.
Dejo salir un pequeño bufido, ese no es el punto.
-Intentar no es una palabra que se lleve bien con "matrimonio", quiero ser yo la que decida con quien quiero pasar el resto de mi vida, Hale.
Me mira, veo en sus ojos que le ha dolido mis palabras, pero debo ser sincera, si me agrada, y creo que llevo años idealizándolo, pero ahora es distinto, cuando la realidad golpea, no puedo simplemente dejar que todo esto siga, si no lo amo.
»Mira, no se trata de intentarlo o no, ¿Qué haremos si no resulta bien?, no podemos divorciarnos como las personas normales, ser dos extraños que comparten el mismo lecho, lo siento Hale, pero yo no quiero eso.
-Tienes razón - se pasa una mano por la cara - hay veces que olvido, que hay otro tipo de vida que la mía.
Eso de vivir en dos mundos distintos, sí, se aplica a nosotros.
- ¿Por qué no hacemos esto? Aun me quedan diez días en Ambur, ¿Qué tal si, nos conocemos mejor?, no sé, salimos, hacemos cosas normales.
No puedo evitar soltar una carcajada, hacer cosas normales.
Me mira frunciendo el ceño y se cruza de brazos.
- ¿Qué tiene de gracioso?
-Todo - intento contenerme - vamos, no me mires así, es gracioso, tú y yo a pesar de venir de dos mundos distintos, estamos muy lejos de ser normales. Pero creo que será divertido intentarlo, eso es algo que puedo aceptar.
-Sigo sin verle la gracia - gruñe, ruedo los ojos, niño consentido - entonces... ¿comenzamos siendo amigos?
Las comisuras de sus labios comienzan a levantarse, regalándome una dulce sonrisa.
-Amigos -digo acercándome a él y darle un sonoro beso en la mejilla.
Me mira con las cejas enarcadas, pero su mirada brilla divertida.
-Oh, demonios, ¡me va a encantar esta amistad! - exclama con la sonrisa más grande que le he visto y hace lo mismo conmigo.
En el estacionamiento Dus se junta con nosotros, a diferencia de ayer, hoy debemos salir con escolta.
Iremos en uno de los autos de la familia real, a diferencia del mío, tienen vidrios polarizados y son blindados, no sé si hace falta tanta seguridad, pero la experta en este tema no soy yo.
-Señorita Josabet, Tristán y yo seremos sus escoltas durante el día, por la noche nos relevan los escoltas de su majestad el rey - asiento dándole una sonrisa.
-He notado que todo el mundo te trata como Señorita, ¿no es algo incómodo? - pregunta Hale llegando a mi lado, colocándose una bufanda roja, que contra todo pronóstico, le queda muy bien.
Me encojo de hombros.
-Ya me he acostumbrado, al inicio, sí, incluso era molesto. Pero el abuelo Lex me explico que era una muestra de respeto hacia mí. Cuando los niños de la ciudad comenzaron a llamarme así, dejo de molestarme.
Asiente y me observa de los pies a la cabeza. Sigo su mirada, buscando que está mal, llevo unas botas hasta las rodillas con un pantalón ajustado, una blusa turquesa que se asoma un poco del sacón de trenzas blanco. No encuentro nada malo, levanto la mirada y me encuentro con su estúpida sonrisa.
-Te hice mirar.
En este preciso instante me apetece golpearlo. ¡¿Qué clase de broma es esa?! ¿Estamos en primaria? o ¿qué?
-Era una broma, me miras como si quisieras matarme.
-Es la broma más ridícula que me han hecho.
Se encoje de hombros y ríe bajito. Camina hacia la puerta del auto.
- ¿Vienes?
Niego con la cabeza ¿En qué me vine a meter?
El camino hasta el hospital donde está internado el pequeño Hale es corto, cuando llegamos está lleno de periodistas. Dios mío...
-Solo mantén la cabeza agachada - dice tomando mi mano - no te separes de mí en ningún momento y no digas nada, esperaremos a que papá haga el comunicado oficial para hablar ¿entendido?
Asiento, no sé si estoy enfrentándome a periodistas o a mis verdugos.
Dus abre la puerta, y lo primero que escucho son una cantidad increíble de voces, todas hablando al mismo tiempo, ¿Cómo esperan que se les conteste? Ni siquiera se entiende. Luego siguen los flashes mientras bajo, hago lo que Hale me ha dicho, estoy entre el pecho de Tristán y la espalda de Hale, empujan y en más de una ocasión tengo una cámara frente a los ojos, esto es de locos.
Por fortuna el trayecto es muy corto, cuando estamos detrás de la puerta principal dejo escapar el aire que tengo contenido, joder, eso fue intenso.
Una mano toca mi hombro.
- ¿Estas bien? - pregunta Hale.
Asiento y me esfuerzo por darle una pequeña sonrisa, pensé que sabía a lo que me atenía, pero no tenía ni la menor idea.
-Te acostumbraras.
Ruedo los ojos, no quiero acostumbrarme, pero creo que ya es muy tarde para eso.
Me acerco hasta el puesto de información y pregunto por la habitación de Hale.
Subimos un par de pisos en el ascensor, hasta la planta de pediatría, nos encontramos con señora Evans en el pasillo, tiene mejor aspecto que ayer, su cabello pelirrojo esta agarrado en un moño bajo, algunos mechones caen a los lados de su rostro, es una mujer muy guapa.
-Señora Evans - digo para llamar su atención, se vuelve a nosotros y sus ojos se abren sorprendidos.
-Señorita Josabet, su majestad - hace una pequeña reverencia con la cabeza sin salir de su asombro.
-Puede tratarnos por nuestros nombres - dice Hale a mi lado, entendiéndole la mano.
Ella la mira dudosa por un momento, hasta que la toma.
-Solo si ustedes me llaman Jeannie - sonríe dulcemente.
-Perfecto.
La puerta de la habitación se abre y sale el doctor que opero a Hale.
-Doctor...
-Hale está bien, la herida está cicatrizando normalmente, los demás análisis salieron limpios, por seguridad estará en observación un par de días más, luego podrá ir a casa.
La sonrisa de Jeannie se ensancha, y no es para menos, debe extrañar mucho a su hijo.
-Gracias doctor.
Este asiente como despedida, el doctor debe tener unos treinta años a lo sumo y es bastante apuesto, tiene una mirada muy cálida en esos ojazos castaños, de rasgos fuertes y cabello oscuro, le luce la bata de doctor.
-Señorita Josabet - se dirige a mí, me extiende su mano, por un momento dudo en tomarla pero lo hago al final - Déjeme felicitarla por el trabajo que hizo con el niño, eso marco la diferencia, si el cerebro se quedaba sin oxígeno, ahora podría tener daños irreversibles.
Sonrió y siento mis mejillas encenderse, no soy buena con los halagos.
-Me alegro que no haya sido el caso.
Sonríe de lado, por un momento creo que me está coqueteando, hasta que ve a Hale a mi lado y su sonrisa se ensancha más, pero noto como su mirada cambia y se vuelve más oscura.
Paso mi mirada del doctor a Hale, suelta mi mano y se gira hasta él.
-Su majestad, es un honor estar en su presencia - hasta su voz se ha vuelto más ronca y profunda, veo a Jeannie llevarse una mano hasta su boca para ocultar la misma sonrisa que a mi amenaza con escapárseme.
Le extiende la mano de la misma manera que hizo conmigo, Hale la toma de inmediato.
-El honor es todo mío - dice con un tono de voz neutral pero cordial.
-Les dejo, el niño puede recibir visitas, pero traten de que no se altere.
Dice soltando la mano de Hale y arreglándose la bata, se despide con un pequeño asentamiento y no puedo soportarlo más.
-Así que tienes mucha suerte con el sexo masculino - comento divertida, viendo como los hombros de Jeannie se sacuden por la risa, lo codeo suavemente - te envidio.
Hale me fulmina con la mirada y veo de reojo a Dus disimulando una pequeña sonrisa.
-No es gracioso Bet - dice malhumorado.
-No tiene que serlo para ti.
Niega con la cabeza. Y coloca su mano en mi espalda baja.
-Vamos a visitar al pequeño Hale - dice cambiando el tema y empujándome un poco, se me erizan los vellos de la piel a su contacto y se me borra la sonrisa de la cara - Ahora es divertido para mí - dice viendo mi reacción.
Doy un paso adelante separándome de su contacto.
-Pasen - dice Jeannie viéndonos divertida.
Entramos a una pequeña habitación llena de dibujos de animales en las pareces, el pequeño Hale está concentrado viendo la television, aunque lleva su cabeza vendada, se ve que es un niño muy apuesto, sus ojitos azules se encuentran con los míos y sonríe.
-Tía Bet - dice dejándome helada.
- ¡Hale! - lo reprende su madre apareciendo a mi lado.
La tomo del hombro y niego con la cabeza.
- ¿Cómo te sientes cariño? - Digo acercándome a él - ¿Te acuerdas de la tía Bet?
Asiente con la cabeza y su sonrisa se agranda.
-Me duele un poco aquí - señala su cabecita - pero soy un niño fuerte y no lloro ¿verdad mami?
Jeannie se sienta a su lado y le da un beso en la cabeza.
-Si mi cielo, mi niño es fuerte.
No puedo evitar sentir como se me hincha el pecho, lo hice bien, jodidamente bien.
-La tía Bet, dijo que debía quedarme con ella.
Siento un escalofrió recorrerme la espalda.
Quedate con la tía Bet, cariño. Lo recuerdo, claro que lo recuerdo perfectamente. Hale toma mi mano y le da un ligero apretón.
- ¿Cómo puede ser cariño? - dice Jeannie ajena a la sorprendida mirada que compartimos con Hale, solo los tres estuvimos en ese momento.
Me vuelvo al pequeño que mantiene su sonrisa mientras se encoje de hombros.
-No podía dejarla solita en la lluvia, eso no hace un caballero - dice sorprendiéndonos una vez más.
Dejo salir un largo suspiro. Ahora no se si yo lo salve a él, o él me salvo a mí.
-Cariño - me acerco a él y me siento al filo de su cama - eres todo un caballero y uno muy valiente.
Sus ojitos brillan contentos, no sé cómo recuerda lo que paso, y posiblemente no podría explicarlo así se lo pregunte, solo sé que es un gran milagro.
Su mirada va hasta Hale.
-Mami, él es... - dice abriendo sus ojitos incrédulo.
-El príncipe mi cielo, el príncipe ha venido a visitarte.
-Al caballero más valiente de mi reino - dice Hale detrás de mí. Veo como aparece su sonrisa de nuevo.
Es indescriptible la sensación que tengo en el pecho en este momento, pero este pequeño angelito que tengo frente a mí, llego en el momento justo cuando mi vida comenzaba a perder sentido. Me vuelvo a Hale que sonríe con dulzura. Algo cambio ayer, algo cambio hoy. Hale Lennox llegaste a cambiar mi vida.