HARRY
Abel está herido.
En mis ojos no podía parar de repetirse las mismas imágenes, el saliendo disparado del auto junto con nosotros, sus ojos preocupados y su único acto de reflejo en protegernos.
No me controlo, no me tengo.
— ¡Maldita sea!— gime de dolor el deformado chico que se solía ver como un adolescente.
No se exactamente en qué momento me transformé, solo me limite a verlo sufrir, sangrar y luchar.
Nublado por la ira, sin arrepentirme, lo agarro del abdomen con mi hocico, lo muerdo y lo tiro como si solo fuera un saco.
El lastimó a Abel.
El apenas puede levantarse, con cada uno de mis ataques guiados por mi lado animal, que hasta el día de hoy había sabido controlar, solo ya no puedo controlarme ni quiero hacerlo. Tiene mis colmillos marcados por donde sea que lo mires, grandes rasguños hecho por mis garras, y de hecho aún no se como puede seguir respirando.
— Perro asqueroso, has lo que quieras, el chico igual se va a morir— habla divertido, como si ya no le importase la cantidad de sangre que pierde.
No, no, ¡NO!
Mi mirada solo se centra en su cuello, con solo clavar mi dientes en ese lugar, terminaría con el en un santiamén. Es un punto muy débil y mucho más para el, por las condiciones en que se encuentra.
Cuando ya estoy por arrasar con su cuello, justo en el momento en que me lance a su cuerpo, soy detenido por una extraña burbuja azul, que me envuelve y me encierra.
Como si no fuera una persona, lucho como todo un animal para tratar de romperla, no puedo detenerme aquí, el lastimó a mi pareja, a mi mate.
— ¡Harry! ¡Cálmate!— creo que esa voz es de Alec— ¡No es momento!
¿No es momento?
¿De que lado estas?
¿No te importa que dañen a tu mejor amigo?
Gruño como todo un animal, hecho una furia, doy bruscamente doy una vuelta y fijo mi vista en el.
Definitivamente no estaba preparado para esa imagen.
Alec no se encontraba en un buen estado, pero no era nada comparado a como se veía Abel, estaba rodeado de sangre por donde sea que lo veas, sus bellos ojos estaban cerrados y su pecho apenas se movía, demostrando que su respiración cada vez era menos. El estaba recostado en la piernas de Alec, el cual lo sostenía con la mayor delicadeza posible, con una mano sobre su estómago, de la cual salía un pequeña luz verde.
Alec esta arrodillado en el suelo, con varias heridas atendiendo a Abel, mientras que con la otra mano disponible la sostenía en mi dirección, demostrando que esta burbuja de magia pertenecía a él.
Me quedo inmóvil frente a tal situación.
— Por favor Harry, te necesito calmado— Alec hace su mejor intento en sonar tranquilo— Esta situación no puede ser peor, pero necesito decirte la realidad.
Sigo sin salir de mi forma de lobo, el silencio se hace presente, el me mira esperando a que cambie de forma, pero es como si no pudiera controlar mis propias acciones y yo solo estuviera viendo que pasa.
— Así lo quisiste amigo— su voz de rompe— La cruda realidad es que Abel, por si no lo notaste, se está desangrando y por más que quisiera ayudarlo, en este momento soy un completo inútil, no puedo hacer nada por el que no sean las cosas básicas de primero auxilios, lo que en este caso es muchísimo menos de lo que necesita— a pesar de la oscuridad, mis ojos son capaces de ver en todo su esplendor la sofocante imagen de ver a Alec llorando— Tiene múltiples heridas, y definitivamente ¡No se esta curando!, mi amigo es fuerte, yo lo se, pero también es una persona y hasta el día de hoy no puede contra lo imposible aunque lo intente. Tiene muchos huesos rotos y sus pulmones se están llenando de sangre, obstaculizando su respiración, ¡Ha este paso él no vivirá!— grita entre lágrimas— Me encantaría matar a ese malnacido, pero no hay tiempo y antes que una venganza prefiero a mi amigo con vida, al igual que tú. Por favor, toma el control de ti mismo, por favor vuelve a ser humano, te necesito, Abel te necesita.
En sus ojos me mira con súplica, de sus ojos no dejan de salir miles de lágrimas, sin embargo se mantiene en su lugar, cuidando a Abel.
Mi pecho se oprime, mi lobo aúlla desesperado, el solo ver a su pareja en ese estado nos hace recobrar la conciencia.
Mi novio es más importante.
De a poco voy recobrando la compostura, mis patas van volviendo a su forma humana lo más rápido que se me permite, en unos minutos, ya me encuentro en mi forma humana, totalmente desnudo. Entre lágrimas Alec me sonríe de la mejor manera que puede y usando su magia, acerca la burbuja, que aun me tiene cautivo, a su lado, en donde la deshace y debido a mi reflejos caigo de pie.
— ¿Que tenemos que hacer?— estoy dispuesto a hacer lo que sea por Abel.
Sin responderme Alec utiliza la mano derecha, la cual estaba usando antes para mantener la burbuja y en un movimiento rápido se seca las lágrimas, luego, con el mayor cuidado, se quita su chaqueta y deja de curar a Abel por uno segundos.
— Toma, cúbrete— me la extiende y seguida con su mano libre comienza de nuevo a curar a Abel— Está bastante sucia y rota, pero por lo menos servirá para taparte un poco.
Asiento y la recibo agradecido— ¿A donde podemos llevar a Abel?— pregunto mientras me ato a la cintura la chaqueta cubriendo una pequeña parte de mi desnudez.
— Lo llevaremos al hospital, allí habrá gente que puede curarlo— declara mientras fija su mirada en el mencionado.
— ¿A un hospital?¿De que podrán ayudarlo? Son todos humanos y no puede ayudar a Abel con sus métodos tan inservibles, necesitamos a un brujo experimentado en magia de curación— respondo un poco enojado, no tenemos tiempo para soluciones tontas.
— Yo se lo hago, no me discutas— contesta cortante— Ayúdame a sostenerlo— ordena.
Por uno momento, aunque no entiendo que quiere hacer, prefiero creerle y hago lo que dice. Como si se tratase el objeto más delicado, levanto con el máximo cuidado a Abel, paso su brazo derecho por mis hombros, mientras que su brazo izquierdo rodea el cuello de Alec, tanto Alec como yo lo sostenemos de las caderas lo más despacio que podemos.
— ¿Como se supone que un humano atenderá este tipo de heridas?— pregunto nuevamente.
— Hace varios años, el comité de seres sobrenaturales llego a la conclusión de que se necesitaban más lugares, fáciles de acceder, para curar a cualquier entidad— resume Alec— En cada diez hospitales seis tienen seres sobrenaturales guiando este en las sombras, a unos varios kilómetros hay uno, lo siento por la cantidad de magia acumulada.
— ¿Estás seguro?
— Por supuesto, si no, no me arriesgaría tanto— afirma— Ellos nos van a sentir, ya que al alrededor de este tipo de hospitales hay grandes barreras de identificación y protección que solo podemos sentir los seres sobrenaturales y que los humanos ni siquiera lo notan, apenas pasemos por esta, no haremos invisibles para todo aquel que sea humano y solo nos verán personas de nuestra naturaleza.
— Entonces, depositó mi confianza ti— digo totalmente serio, mientras no dejo de mirar a Abel.
Por favor, aguanta un poco más.
— Nos vamos a teletransportar, agarralo bien— demanda, en respuesta me limito a asentir— Aquí vamos.
En un abrir y cerrar de ojos, estamos frente a un gran hospital, solo a unos pasos de una escaleras que conducen a la entrada.
Por unos momentos, aprieto mas mi agarre en Abel, ya que siento de que del otro lado Alec dejo de ejercer un poco de fuerza, cosa que podría dejarlo caer.
Alec respira dificultosamente y de su nariz comienza a salir un hilo de sangre, todo su cuerpo tiembla, sin embargo puedo ver el esfuerzo que hace para mantenerse de pie y no soltar a su amigo.
— Perdón— apenas puede mirarme, dificultosamente mantiene abiertos los ojos— Vamos no hay que perder más tiempo.
Caminamos los más rápido que podemos, tratando de no mover mucho a Abel, cuando pisamos el primer escalón, me doy cuenta que pasamos la barrera y por unos segundos se hace visible, demostrando que Alec tenía razón, esta cubre todo el hospital.
Inmediatamente cuando entramos, me doy cuenta que nadie se percata de nosotros, ya que ahora somos invisibles para los humanos. Porque si pudieran vernos, no creo que pasarían por alto en el deplorable estado que estamos.
— ¿Donde mierda están?— susurra Alec mirando a todos lados desesperado, buscando ayuda sobrenatural.
— Oh por Dios— una mujer con uniforme de enfermera, de piel trigueña y mediana edad, nos queda mirando con horror— ¿Que les pasó?
— Necesita ayuda— digo con suplica— Por favor.
— ¡Una camilla de inmediato, es una emergencia!— la mujer alza la voz mientras en envía el mensaje por radio— Tranquilos, lo atenderemos en seguida.
Sin darnos cuentas, alrededor nuestro aparecen varios enfermeros con la camilla pedida, ellos nos hacen una seña para darnos entender que soltemos a Abel.
Yo los miro con desconfianza, pero Alec me dedica una mirada significativa, para que los dejemos en sus manos. Temeroso lo suelto y mi compañero ni siquiera se llega a mover, debido a la magia de unos de los enfermeros lo envuelve y lo deja delicadamente sobre la camilla.
— ¡A la sala de rehabilitación de inmediato!— ordena la mujer mientras que empuja de la camilla y junto con los demás enfermeros desaparecen de nuestra vista.
— Ya esta en buenas manos— Alec susurra esas palabras para si mismo— Él estará bien.
Sonrío a medias, quiero creer que será así.
Una vez que nos quedamos solos en el pasillo, por donde pasan y vienen personas, ninguna se puede percatar de nuestra presencia.
Como si acabara de terminar una misión , Alec comienza a tambalearse al ver que Abel ya está bien, el cuerpo del chico tiembla demasiado como para ser algo normal, por lo tanto no tarda demasiado en perder el poco equilibrio que le quedaba.
Gracias a mis sentidos pude atraparlo a tiempo y sostenerlo entre mis brazos— Hey, ¿Te encuentras bien Alec?
— Estoy perdiendo la conciencia idiota, ¿Como quieres que este?— intenta bromear con su desgastada voz.
— Ni se te ocurra, no quiero cargar a alguien más— trato de seguirle el juego, sin embargo mi mirada preocupada me delata.
Él gasto bastante energía.
— Tranquilo, solo dormiré un rato.
— ¿Desde cuando dormirse es lo mismo que desmayarse por falta de atención médica?— mi tono de voz se vuelve más serio.
— Lo mío se puede atender fácilmente, por quien debes preocuparte es por la persona que de encuentra en la sala de rehabilitación—su voz apenas sale.
— ¡Claro que estoy preocupado!— me escucho bastante infantil—Pero como tu lo dijiste él va a estar bien— trato de creerme mi propias palabras.
— No seas tan imbecil y cree en lo que te dije, ¿Acaso no conoces a tu propio novio?— se burla.
— Eres como un niño— me irrito— Por supuesto que lo conozco, sé cada cosa sobre él y el amor que tengo por él va más allá que cualquier cosa.
— Entonces ambos sabemos que él es lo suficientemente fuerte y terco como para rendirse ahora— sonríe— No deposites tu confianza en mi, deposítala en él.
Me quedo mudo ante sus palabras y demoro una rato en responder.
— Eres un gran amigo— una vez que esas palabras salen de mi boca como la verdad más absoluta, busco su mirada pero me doy cuenta que ya se ha desmayado.
— Maldita sea— susurro.
Intento llamar la atención de alguien, sin embargo al parecer todos son humanos, ninguno puede vernos. La mejor idea que se me ocurre es sentarme en unos banquillos que veo cerca de nosotros, con cuidado cargo a Alec en mis brazos, hasta que me encuentro cerca de los puestos y lo acomodo a él en ellos.
— Al menos está respirando— compruebo para mi mismo, al escuchar su débil respiración.
Decido sentarme en el suelo, al lado de él, prestándole toda la atención posible, para estar alerta por si deja de respirar.
Tengo que cuidarlo, tal y como lo hizo por mi, al detenerme y gastar su energía en mi.
Sin darme cuenta mis ojos cada vez pesan más y mi respiración es más lenta, no sé en que momento apoyé mi cabeza que un pequeño espacio sobrante de las sillas.
Quiero.....mantenerme despierto.
Me siento muy pesado, sin embargo no es por dolor, porque mis heridas ya estaban curadas.
¿Que me sucede?¿Por qué me cuenta tanto?
— Perdón— susurro antes de perder la conciencia.
(...)
Como si ni siquiera hubiera pasado un segundo abro mis ojos del susto, aun con la vista borrosa intento encontrar la figura de Alec, cierro mi ojos unos segundos tratando de recobrar la compostura y buscar a alguien que ayude a Alec.
Cuando por fin abro mis ojos, para mi sorpresa, me encuentro en un lugar que no se asemeja a un hospital de ninguna manera, de hecho no tengo idea de donde me encuentro.
Miro mis pies y sólo alcanzo a ver el profundo vacío que me rodea, como si estuviera flotando en las nubes.
— ¿Donde estoy?— atino a decir.
«Menos mal, estás a salvo»
— ¿Pero qué diablos?— miro a mi alrededor confundido, al ver que no hay nadie a mi alrededor.
«Debes estar bastante perdido, sin embargo no es momento de explicarte dónde estás»
— No me importa donde estoy, solo necesito volver con mi pareja— declaro serio.
«Me gusta tu actitud, me recuerdas a mi esposo»
— Según lo que me dijiste ustedes me trajeron aquí— espero un sonido de afirmación de su parte— ¿Exactamente para que?
«También eres directo»habla para ella misma«Veras nuestra idea desde un principio era traerte a este limbo porque mi pareja quería hablar contigo»
— ¿Y porque conmigo?— a todo momento estoy alerta, tengo que tener cuidado.
«Por razones que te explicaremos en otra ocasión»
Hago una mueca al saber que no tendré respuesta— ¿Habrá otra ocasión?— no puedo relajarme— ¿Por qué me estás hablando tú y no tu pareja?
«Hey, hey, tranquilo» su voz suena más suave«Tienes muchas preguntas, pero no le haremos daño a Abel, ¿Eso es lo que te preocupa, no?»
Solo me limito a asentir.
«No te ha hablado mi pareja, porque él está investigando qué sucedió con tu llamado»
— ¿A que se refiere?— ladeo mi cabeza.
«Cuando los muertos hacemos una llamada a la conciencia de alguien vivo, existe una manera que los transporta a un limbo donde pueden ver al responsable de la llamada»
Me quedo en silencio esperando a que prosiga.
«Sin embargo al ser un hechizo de alto rango, se necesita su total perfección para que suceda» explica«El hechizo iba bien, pero una corriente mágica diferente a la mía interfirió a la mitad»
—¿Qué sucede si es interferida la llamada?
«La conciencia llamada puede entrar a un coma por indeterminado tiempo» expone tranquila«Sin embargo yo no soy cualquier bruja ni tu cualquier conciencia»
— ¿Entonces qué sucedió?— pregunto temeroso.
No puedo alejarme de Abel, no ahora que se encuentra tan mal, me necesita, yo lo necesito.
«Te traje aquí, es un pequeño espacio de mi mente que pude crear para por lo menos hablar un rato, pero al no ser un limbo tiene muchas imperfecciones»
— ¿Cuales?— se nota que tiene mucha energía mágica.
¿Con quien estoy hablando?
«Cuando estamos dentro del limbo, el tiempo no pasa, por mucho cuando la persona despierte habrán pasado 5 minutos»suspira«Pero con este hechizo, ya pasaron horas»
—Entonces necesito volver ahora— aprieto mis puños— No puedo desperdiciar más tiempo aquí.
«Tienes toda la razón»se queda en silencio«Fue un encanto conocerte Harry, mándales saludos a tu padres»
— ¿Los conoces?— susurro, pareciera que conociera toda la situación —¿Quien eres?
"Me llamo Maria Xenidis, ¿Te suena?" su risa se escucha por el lugar, para que después una oscuridad me consumiera por completo.
Trato de tranquilizarme, solo necesito calmarme para concentrarme y poder volver, mi madre me había contado que este tipo de cosas podían suceder, sin embargo fue hace años y con el tiempo deje de creer.
Esperemos que funcione.
(...)
«..Protege a Abel, cuídense mutuamente, tienen mucho para dar ambos..»
Como si no tomara el aire suficiente, mis ojos de abren en su totalidad y me siento de inmediato, tomando grandes bocados de aire.
Mi respiración es irregular, lo primero que veo es que estoy en un cuarto totalmente blanco y que tengo otras ropas puestas, me encuentro sobre un camilla, en la cual seguramente me habrán acostado los enfermeros.
— Menos mal que despertaste— un cuerpo del cual no me había percatado, me abrazo y aprisiono en sus brazos.
— ¿Mamá?— pregunto al reconocer su olor.
— Por supuesto hijo— ejerce más fuerza— Me tenias muy preocupada, eras el único que no despertaba.
— ¡Abel!— me remuevo desesperado y ella desase el abrazo— ¡Mamá, tengo que ver a Abel!— me pongo aun más nervioso al ver su reacción—¿El esta bien?¿Despertó?
— Esta bien— me sonríe— Aun esta inconsciente, pero lograron que mejorara.
— Necesito verlo— trato de levantarme.
— Todo a su tiempo— me retiene y posa suavemente su mano en mi mejilla derecha.— Hay varias cosas que tenemos que hablar primero.
°°°°
Hola! ¿Como estan?
Ya no hay palabras para decir lo que demoró actualizando, solo gracias por leer y tenerme paciencia.
Este capítulo va dedicado a la personita que me lo pidió por privado, espero que te guste!
Sera que podemos llegar a más de 100 comentarios? Esa es la nueva meta que les propongo en todos los capitulos, para que den sus opiniones como más les guste.
Pregunta: ¿Les gusto la sorpresa que esta vez narre Harry?¿Qué impresión tienen de Alec después de este capitulo?¿Que les parece que indique el sueño de Harry?