El día de la fiesta había llegado y Kara no podía encontrarse más nerviosa. Sus manos temblaban mientras se probaba nuevamente el vestido que usaría aquella noche. Era un rojo llamativo manga larga, con brillos en el escote corazón, cintura y parte de la falda.
Ver a sus padres biológicos, había sido su sueño desde el momento en el que supo que no era hija de Stephy. Ellos era diferentes a ella y lo sabía por lo que Brandon le había contado sobre ellos durante los días que estuvo con él. Tenía miedo de lo que ellos llegasen a pensar sobre ella, más aún que la reconocieran como la mujer del vídeo que exhibieron durante la fiesta del bufete. Tenía tantos miedos que no único que pensaba hacer era afrontarlos con la cara en alto.
Las pesadillas que solía tener habían desaparecido por completo y se lo atribuía totalmente a Noah. Él era su bálsamo, eso lo sabía muy bien. Los resultados de la prueba de embarazo habían salido ese día, pero por los apuros de la fiesta, decidieron esperar un día más. Se quitó el vestido y volvió a ponerlo en su gancho. No se molestó en girar cuando escuchó la puerta cerrarse detrás de ella. Sabía que era Noah.
—¿Se puede saber por qué estas en ropa interior?
—Me estaba probando el vestido. Justo lo acabé de colgar.
—¿Puedo pensar que lo hiciste para seducirme?
Noah sonrió y la tomó de la mano, sacándola del vestidor. Se dirigieron a la cama y la hizo acostarse boca arriba. Él se sentó a su lado y colocó su oreja sobre el vientre de Kara. Ella intentó apartarlo, pero él no se lo permitió.
—Déjame.
Kara asintió sin más y él se quedó quieto allí.
Noah sabía que estando así, estaba más cerca de su bebé. Estaba seguro que aquellos resultados serían positivos. Deseaba ver su barriga abultada y saber qué extraños antojos tendría. Deseaba que todo saliera bien esa noche. Quería que todo en su vida tomara el ritmo que debió tener, así que ella debería regresar al lugar en donde todo comenzó.
Se sentó nuevamente y recostó su espalda a la cabecera de la cama mientras observaba a Kara levantarse e ir a ponerse algo de ropa. Verla de esa manera, lo hacía sentir como si ya tuviera la familia que siempre anheló en secreto tener. Siempre había sido el tipo de hombre que aborrecía todo aquello que tuviese que ver con el unirse sentimentalmente a una persona, con entregarse totalmente; ahora, lo anhelaba.
Había hablado con Annie ese día y habían quedado para que fuese con ellos, así que cuando salieran de allí, debía pasar a buscarla. Se sorprendió un poco al saber que Brandon no la llevaría. ¿Qué había pasado entre ellos? No había querido preguntarle mucho sobre el tema por no parecer chismoso, pero ahora, tenía la necesidad de saber un poco más sobre su relación. No estaba seguro de la relación que mantenían esos dos, pero sabía que no debía oponerse a ello.
Suspiró y miró nuevamente hacia Kara. Se había puesto un ligero vestido blanco sin mangas que llegaba hasta sus rodillas y se ajustaba levemente a su cintura. Ella salió de la habitación y se quedó completamente solo, como estaría cuando ella se fuera. Estaba seguro que aquello ocurriría. Sabía que sus padres intentarían llevársela para que viviera permanentemente con ellos. Kara probablemente accedería a su petición y él se quedaría solo. No quería que aquello pasara, pero era lo correcto, ellos eran su familia.
Tenía una sorpresa para ella. Había estado en ello durante semanas y por fin había llegado el día. Estaba nervioso pero sabía que todo saldría bien. Era su cumpleaños y quería disfrutarlo con ella. Había arreglado un poco el jardín con luces y había mandado a instalar altavoces que se encontraban escondidos alrededor del lugar. La había mantenido alejada de la casa durante días llevándola con Mary y Sophie. Había logrado que ella no se enterara de nada y se sentía feliz por haber mantenido el secreto.
Ya el sol estaba comenzando a caer, así que se apresuró en terminar los últimos detalles y revisar si aquél objeto que significaría tanto aquella noche, estaba en su lugar.
Horas después, Noah terminó de vestirse cuando Kara fue hacia él y le acomodó la pajarita roja a juego con el vestido de ella. Él la miró a los ojos y sonrió con tristeza. Esa noche ella no estaría a su lado, pero haría todo lo posible por mantener su relación y no dejar que Carol se interpusiera entre ellos, porque sabía que lo intentaría.
—Necesito que me acompañes al jardín un momento.
Kara asintió. Noah tomó una de sus manos y comenzó a caminar en dirección al jardín trasero. Estaba nerviosos a más que decir y temía arruinarlo todo y que todos sus planes se fueran al retrete. Debía calmarse, total, no sería el primero, ni el último en hacer tal proposición. Se detuvo al pie de las escaleras y giró hacia ella.
—Camina delante de mí. Te taparé los ojos con mis manos, pequeña.
—Esto me está asustando.
Noah rió ante sus palabras y se colocó detrás de ella. Tapó sus ojos y gran parte de su rostro con sus grandes manos. Ella comenzó a caminar al igual que él. Ya en el jardín, Noah siguió haciéndola caminar hasta el centro de éste. Quitó las manos de su rostro y se arrodilló rápidamente aprovechando la distracción de ella. Sacó la cajita de terciopelo rojo del bolsillo de su traje y la abrió. Cuando ella lo miró se llevó rápidamente las manos a la boca.
—No puede ser...
—Sí puede ser.
Kara no podía creerlo. Sus ojos comenzaron a picar y rápidamente lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. ¿Realmente eso le estaba pasando a ella?
—Sé que esto te ha tomado completamente por sorpresa—habló mirándola fijamente—. Pero siento que es lo debía hacer. Quiero estar toda mi vida contigo. Compartir junto a ti las alegrías y tristezas. Así que, Kara Campbell, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
Ella asintió repetidas veces sin saber qué decir por la impresión. Noah tomó la mano izquierda de Kara y deslizó el anillo por su dedo anular. Se puso de pie y sonrió al ver su rostro. Sus mejillas estaban mojadas y su nariz roja. La abrazó y ella le devolvió el abrazo. Cuando la soltó, le acarició el rostro y le limpió las lágrimas.
—Sé que no es el anillo más bonito, pero representa nuestro infinito. No soy el hombre mas romántico, pero intento ser lo que necesitas. Te amo, Kara y quiero que lo tengas claro.
Ella sonrió y quiso llorar otra vez. ¿En serio él le había propuesto matrimonio? La situación le parecía irreal y se sentía pletórica por todo lo que le había dicho. ¡Él la amaba! Luego de tanto tiempo se lo había dicho.
—Te amo, Noah.—se lanzó a sus brazos y él la apretó contra sí.
Un par de horas después.
Noah estacionó su auto y miró hacia Kara. Se veía aturdida mientras jugaba con el anillo en su dedo. Habían recogido a Annie y ella se encontraba en el asiento trasero con su móvil en las manos y lo audífonos a todo volumen.
—No tengas miedo—le dijo él, animándola—. Sé que te amarán.
—Es imposible no tenerlo.
Noah bajó del auto y lo rodeó para abrirle la puerta a Kara y ha Annie. Su prometida se aferró a su brazo y le enterró las uñas en el antebrazo. Caminaba con tranquilidad e ignoraba toda mirada curiosa.
Kara suspiró pesadamente mientras caminaban hacia la casa. No podía con su corazón acelerado. Era como si estuviera a punto de salirse de su pecho. El momento de conocer a sus padres biológicos había llegado y debía ser valiente. Apretó su agarre al antebrazo de Noah y se dejó llevar.
Entraron a la casa. Kara se detuvo en la entrada y observó el gran candelabro que colgaba desde el alto techo. Era lo que más llamaba la atención al entrar en ese lugar seguido de la preciosa decoración que le traía vagos recuerdos. Observaba detenidamente a las personas, pero la mirada que le dio el mayordomo no le pasó desapercibida en cuanto le entregó su abrigo. La música era suave y habían muchas personas con copas en la mano.
—Buscaré a Brandon—dijo Annie—. Déjenme hablar con ese imbécil primero.
Kara torció el gesto y la observó caminar hacia donde Brandon había dicho. Ella se veía un poco tensa y malhumorada, pero a la vez decidida.
Un rato después, cuando llegaron al lugar y Noah miró a su alrededor para fijarse si estaban solos, aprovechó de acercarse a ella y besarla con pasión. Bajó las manos hasta sus brazos, deslizándolos hacia abajo con suavidad y deteniéndose en el dedo anular. Separó sus labios y tomó su mano, elevándola hasta sus labios depositó un beso en el dorso.
—Mi prometida..., suena bien.
—Y tú mi prometido.
—¡Suena aún mejor!
Noah volvió a besarla, pero esta vez con lentitud, disfrutando a plenitud la suavidad de sus labios rozándose. Ella le encantaba y sufría al pensar que estaría varios días sin su compañía.
—Asco.—habló Brandon.
Noah lo ignoró y siguió besando a Kara a pesar de los intentos en vano de ésta para separarlo de ella.
—Sepárate de mi hermana si no quieres que se forme un escándalo acá atrás.
—Yo puedo besar a mí prometida cuando se me pegue la gana.
—¿Qué? Kara, ¿te vas a casar con éste tipo?
—Sí, y no podría estar más feliz por ello.—habló alzando su mano y mostrando el anillo.
—¡Felicidades!—chilló Annie llegando—. ¿Por qué no me lo habían dicho si venía en el auto con ustedes?
—Te lo dije, pero venías con los audífonos y no escuchaste absolutamente nada—dijo Noah, abrazando por los hombros a Kara.
—¡Pero es mí hermana!
—Y yo soy su hermana y él no ha dicho nada. De hecho Noah ya aceptó que tú quieres estar conmigo—comentó Annie, sonriéndole a Brandon, quien giró los ojos.
—Yo no he dicho que quiera estar contigo.
—Ah, ¿y tú no quieres estar conmigo?
—Quién sabe.
Annie sonrió. No había podido hablar mucho con él, pero seguía enojado después de la confrontación que habían tenido en casa de Noah. No había querido dejarla explicarse, lo que llevó que ella le gritara y lo mandara a comer mierda y él se enojara peor.
Los cuatro se dirigieron al jardín trasero, donde estaban la mayoría de los invitados. Brandon con uno de sus dedos señaló a su madre, quien estaba detrás de la silla de ruedas de su padre. Ella los miró y no podía creer que eran ellos en realidad. Eran sus padres. Sentía las ganas de ir hacia ellos, pero algo la detenía. ¿Por qué se sentía así? Las dudas y el miedo habían regresado.
—Aún no. Perdón, yo...
—Kara ya—habló Noah—. Ya no eres una niña, así que compórtate como la mujer que eres.
—Necesito un momento.
—Has tenido mucho tiempo. No es muy difícil, sólo ve hacia ellos, te reconocerán de inmediato. Deja el miedo y la desconfianza de una buena vez, Kara.
—No seas tan duro con ella.—dijo Brandon.
—No estoy siendo duro, estoy siendo sincero. Ella está siendo muy infantil. Tiene a sus padres allí, los cuales han sufrido durante años porque creían que estaba muerta. Y me enoja. Me enoja porque ojalá Annie y yo hubiésemos tenido unos padres así como lo son Erick y Carol—miró hacia Kara suavizando un poco la mirada—. Sabes que te adoro, pero no soporto que estés actuando así.
Kara asintió y comenzó a caminar hacia el lado contrario a donde estaban ellos. Noah fue hasta ella y la tomó del brazo.
—¿Qué crees que haces?
—Necesito un minuto a solas para mentalizarme por completo. Así que dame espacio.
Noah la dejó ir pero no despegó la vista de ella. Sabía que Clara andaba por allí y temía que al ver a Kara, intentara hacerle alguna de sus fechorías. La observó durante unos minutos caminar en círculos. Llamaba un poco la atención de los que estaban cerca de ella, pero no lo suficiente. Giró durante un segundo para asegurarse que Brandon y Annie estaban aún detrás de él, pero no. Los buscó con la mirada y los encontró hablando con los padres de él. Regresó la vista a Kara, pero ella ya no estaba allí. Unas manos se deslizaron por la parte trasera de sus brazos. Acariciándolo. Giró esperándose encontrar con Kara, pero no fue así.
—¿Melannie?
—Hola, bebé.
—¿Qué haces aquí?
—Clara me invitó. Estaba con ella hace unos minutos pero de repente se alejó.
Esas palabras hicieron a Noah fruncir el ceño. Lo que temía que pasaba, podía ocurrir en cualquier momento. Miró a la mujer frente a él, ella sonreía mientras tenía aún sus manos en sus brazos. Se separó de ella e intentó alejarse, pero ella lo haló.
—No te vayas.
—Suéltame—la miró feroz—. Debo buscar a mi prometida.
—Espera, ¿qué? ¿Te comprometiste con esa tipa?
—Es lo que sigue después del noviazgo, ¿no?
Melannie sonrió cuando chocó nuevamente la mirada con la prometida de Noah, la cual los miraba fijamente con sus labios entreabiertos. Aprovechando su altura, agarró su cara y lo atrajo hacia ella rápidamente. Juntó sus labios mientras miraba fijamente a Kara con ojos burlones.
—¿Pero qué diablos te pasa?—espetó Noah al separarse de ella.
—Ups. Creo que alguien nos vio.—habló señalando con su dedo hacia Kara. Noah miró hacia donde ella señalaba y su mandíbula cayó al verla.
Él fue rápidamente hacia donde estaba Kara y la tomó de la mano. Ella se alejó y lo miró con desdén.
—Cariño...
—Sé que te besó, pero en éste momento no quiero verte.
—¿Pero qué estás diciendo?
—Lo que oíste, y no me sigas.
Kara se alejó y vio a varias personas que se quedaron mirándola fijamente, pero las ignoró. Se sentía furiosa, pero sabía que él no tenía la culpa de nada. Sin embargo, ¿por qué se sentía tan enojada?
Llegó a la zona de la piscina y detalló que habían muy pocas personas allí. Se sentó en una de las sillas flotantes y cerró lo ojos. Debía mantener la calma. Habían alrededor de quince personas allí. Todos perfectamente vestidos y hablando animadamente. Detalló la belleza del lugar y pensó cómo hubiese sido su vida si el secuestro nunca hubiese sucedido. ¿Se habría enamorado de Noah y él de ella?
—¿Qué haces tú aquí?—Kara levantó la mirada y se encontró con Clara y otras dos mujeres—. Te he hecho una pregunta, mugrosa.
—Eso no es problema tuyo.—espetó levantándose.
—Oh, claro que sí. Es mí fiesta de cumpleaños e indeseadas no deberían estar aquí.
—He venido con Noah.
—Él sí es deseado, tú no. Así que vete.
Kara suspiró.Esa mujer era una idiota y jamás la querría a pesar de ser su melliza. Intentó pasar por su lado pero una de las chicas a su lado la empujó.
—¿Cuál es tu problema conmigo?—le espetó a la chica. Ésta simplemente sonrió.
—¿No te bastó con la humillación de aquél vídeo? He de decir qué, colocar el vídeo junto con Rebecca aquello fue demasiado fácil.—comentó burlona acercándose a ella.
—¿Fueron ustedes?
Kara estaba altamente desconcertada y furiosa. Sabía que ellas dos no la querían, pero aquello que hicieron se había pasado de la raya. Sin contener la rabia ante la sonrisa burlona de aquella, la abofeteó con tanta fuerza, que su cara giró. Clara la miró con rabia contenida y empujó a ésta con toda su fuerza cayéndose ella también a la piscina llamando la atención de todos los invitados. Dentro del agua comenzaron a golpearse y a gritarse. Kara le devolvió los aruñazos como pudo hasta que sintió cómo alguien la tomaba por la cintura y la sacaba de debajo del agua.
Era Noah.
Miró hacia Clara. Brandon la tenía agarrada de la cintura. Ambas se miraban furiosas e intentó ir nuevamente hacia ella, pero Noah se lo impidió.
—Cariño, cálmate.
—¡Suéltame!—gritó fuera de sí.
—¿Por qué estás tan alterada? No te soltaré. Te hundirás. Tus pies no llegan al fondo.
—¡Vete a la mierda!
—¡Cálmate, maldita sea!
Kara se estremeció con sus palabras. Recordando al instante todas las veces que Marcus le gritó y la amenazó con golpearla. ¿Por qué lo recordaba en ésos momentos?
—¡Eres una maldita!—gritó Clara removiéndose entre los brazos de Brandon—. ¡Hija de perra! ¡Malnacida!
—¡Paren!—gritó Brandon ante los insultos de su hermana—. Son hermanas. Deben quererse no intentar matarse.
En ése momento, Erick, Carol y Lucas, llamados por la curiosidad de ver a tantos de sus invitados reunidos alrededor de la piscina, se acercaron. Vieron la escena con curiosidad e impresión.
—¿Pero que demonios ocurrió aquí?—habló Erick mirando desconcertado hacia Clara—. ¿Qué haces tú allí?
—¡Ella me empujó!
Kara tenía la cabeza hacia un lado, evitando que ellos le vieran el rostro. Dios..., la furia del momento la había hecho olvidar en dónde se encontraba. Quiso mirar hacia ellos, pero no podía hacerlo.
—Hazlo, Cariño. Enfrenta tu pasado.
Ella suspiró y asintió. Su rostro se levantó lentamente y, quitándose el cabello mojado del rostro, miró hacia sus padres.
—T-t-tú...
Noah ayudó a Kara a salir de la piscina. El mayordomo llevó toallas y rápidamente se llevaron a las mellizas dentro de la casa. La fiesta se había terminado. Observó a lo lejos cómo Carol abrazaba a Kara. Tanto ella con Lucas y Erick, lloraban. Había ocurrido lo que ellos siempre desearon, que su hija apareciera sana y salva.
Se alejó de ella y la dejó con sus padres. Miraba a lo lejos a Clara gritando y discutiendo con Brandon. Observó a Kara y sonrió al verla feliz. Quiso despedirse, pero temía arruinar las cosas, además de que imaginaba que querrían estar solos. Buscó a Annie y ella le dijo que se quedaría con Brandon allí esa noche. No dijo nada y decidió que era mejor marcharse. Ya no tenía nada más qué hacer allí. Eran pasadas las doce y quería descansar. Observó a Kara hasta que desapareció dentro de la casa. Se sentía bien, pero a la vez mal. Ya no la tendría para él todo el tiempo; pero al menos sabía que ella estaba segura con su familia. Ahora, probablemente no la vería tanto, pero no le importaba siempre y cuando ella estuviera feliz.
Caminó entre los invitados y maldijo a Mike por no asistir.
Sentía muchos ojos sobre él y eso incrementó sus ganas de irse. Odiaba sentirse observado. Aún habían muchísimos autos estacionados fuera, y debía caminar un poco hasta llegar a su auto. Cruzó la calle sin mirar, cosa que lamentaría durante un tiempo.
No había visto, ni escuchado el auto que de repente, impactó contra su cuerpo haciéndolo caer con fuerza al suelo. Su cuerpo rodó por el asfalto por la fuerza del impacto.
Noah apenas podía moverse, todo su cuerpo dolía y en lo único que pensaba, era en Kara y en su posible hijo en camino. No quería dejarlos, pero se sentía tan débil que simplemente se dejó ir. Todo se volvió negro cuando sintió un primer golpe y de repente, ya no sentía nada. Estaba solo y desangrándose.