2 años después.
Por fin había entrado a la universidad.
Mi mejor amigo y yo cursabamos la misma carrera. Desde que se mudó a la misma ciudad donde yo vivía actualmente la pasábamos siempre juntos. Podría decirse que fue nuestro sueño desde niños. Ahora era un poco feliz; las burlas e insultos ya no estaban, las personas me trataban amablemente. Se sentía realmente bien no ser molestado por los demás y ser tratado como un ser humano. Todo era diferente, las personas eran diferentes.
Solo eso quería.
Solo quería desaparecer de las miradas de las personas.
Me volví alguien muy cerrado e inseguro; aún le temía a las personas. Arthur era muy popular en la Universidad, lo entiendo, es guapo y amigable. Me conocían por él. Yo de vez en cuando recibía cartas y pequeños regalos de chicas, cosa que no entendía. Pensé que era una broma, digo, ¿quién querría a alguien como yo? Solo las rechacé.
Al fin y al cabo yo seguía siendo un perdedor. Aún no podía evitar sentirme mal conmigo mismo.
Mis días aún se pintaban de color gris.
—La Vie.