Jimin
Tae puso a la chica sobre su hombro, mostrándonos su colorida ropa interior. Todos reímos y ella empezó a sacudirse tratando que él la soltará, pero a Tae no le gustó eso... Él le dio una nalgada, y ella dejo de moverse, manteniendo su cabeza baja.
"¿Y ella quien es?" Le pregunté a Hoseok que aun no paraba de reír.
"Ni idea" Respondió y yo solo reí. "Pero ya llevaban un rato así"
"Y tú de envidioso viéndolos, ¿verdad Caballo?" Dijo Yoongi tras beber de su vaso. Hoseok lo miró ofendido, pero al final solo giró los ojos.
"¿Has visto como la tienen los caballos?" Preguntó Hoseok en voz baja y bebió de su vaso, logrando que Yoongi se ahogará en su trago, escupiendo todo en el suelo. Al final todos nos reímos.
"Y tú, ¿Dónde estabas?" Me preguntó Yoongi después de que nos calmaremos.
"Ah, bueno yo estaba esperando a Tae para..." Volví mi vista a donde estaba Tae, pero no lo vi. Se había marchado. "Oh, ¿y Tae?" Pregunte.
"Se fue con la chica" Respondió Hoseok y rio, "Parece que siguió tu consejo" Me reí cuando lo escuché, pero no tarde entender que los únicos cuartos en la casa eran los de mi familia.
"¡Ah, ¿Qué no puede aguantarse?!" Dije y los chicos rieron. Solo los ignoré y me apresuré a seguirlos. Pensar en que lo harían en el cuarto de mis padres, simplemente era demasiado.
Tan pronto salí de la sala le pregunte a alguien si los había visto, siguiendo sus indicaciones, me dirigí a las escaleras, no había subido ni un par de escalones cuando pise algo. Lo recogí, era el antifaz de la chica.
Lo observé por un par de segundos, y entonces escuché como una puerta era azotada. Preocupado sacudí mi cabeza y me apresuré a subir las escaleras.
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"¡Hey!" Le grite a (T.N) desde el auto. "¿No olvidas algo?" Pregunté mientras apuntaba a la pequeña maleta que estaba en el asiento de atrás.
"¡Oh, cierto!" Dijo con un extraño gesto mientras regresaba por ella. "¿Como puedo olvidarla?" Dijo para sí misma.
"¿Como?"
"Oh, nada" Respondió y cerró la puerta del auto.
"Bueno... recuerda llamarme si algo pasa"
"Está bien" Respondió algo molesta. Y yo solo reí. Realmente no me sorprendía que hiciera otra rabieta.
"Diviértete con tu amiga" Dije mientras encendía mi auto.
"Podría divertirme en tu fiesta" Susurró.
"¿Qué dijiste?" Pregunté volviendo la vista a ella. Estaba seguro de lo que había dicho, pero me gustaba fastidiarla.
"Nada" Respondió rápidamente al mismo tiempo que evadió mi mirada. De nuevo, solo reí por lo bajo. Es bastante inmadura para su edad...
"Vendré a recogerte en cuanto terminé la fiesta... tal vez hasta mañana... ¿Está bien?"
"Si, claro" Respondió a la defensiva, "¿Sabes? Pronto los padres de mi amiga comenzaran a cansarse de tenerme aquí"
"Lo dudo, eres un amor de persona, ¿Quién podría cansarse de ti?" Ella se ruborizó y se quedó callada por unos segundos. Me reí y eso la molesto.
"¡¿Por qué me haces esto?!" Se quejo mientras dio un pequeño salto. Se vio bastante tierna, más con su ceño fruncido. "¡Yo puedo cuidarme sola!"
"Si, claro... Bueno, nos vemos"
(T.N)
Jimin arrancó su auto tras decir eso. Dejándome parada frente a la casa de Sujin, mi amiga.
"¡Ya casi soy mayor de edad!" Grite mientras corría al centro de la calle. Sabía que Jimin me veía por el retrovisor. Siempre me decía que lo hacía solo para molestarme recordándome cosas como esta, le gustaba hacerlo, por lo que simplemente no se lo podía perder. Tan solo imaginarlo dentro de su auto con aquella sonrisa suya me molestaba aún más. "¡No podrás cuidarme por siempre!" Dije, bajando el tono de mi voz con cada silaba.
Sujin vivía en una zona residencial muy especial, y las personas no tardaron en asomarse, preguntándose por la joven gritona en medio de la calle.
"¡(T.N)!" Por alguna razón me sorprendí al escuchar mi nombre, pero todo cambio cuando reconocí a Sujin. Ella era una chica alta, muy hermosa. De haber participado en concursos de belleza, seguramente en todos habría conseguido el primer lugar sin el más mínimo esfuerzo. Gran parte de su belleza radicaba en su carisma y seguridad.
"Oh, hola" Dije mientras me ruborizaba. Ella rio. La verdad es que apenas caía en cuenta de lo que acababa de hacer y no tarde en sentirme avergonzada.
"¿Qué pasa?" Preguntó cuándo llegó conmigo. Me tomó por los hombros y me llevó a la entrada de su casa. Yo no respondí y el silencio no hizo más que crecer, al mismo tiempo que la fuerza en mis puños y el rubor en mis mejillas. No podía alzar la mirada sin sentir que todo el mundo me juzgaba desde las enormes ventanas de sus acomodadas mansiones.
Sujin pronto entendió lo que me pasaba y miró alrededor, a sus vecinos. Entrecerró los ojos, y todos inmediatamente dejaron de vernos.
Ella parecía ser la única que me entendía.
~Sujin era hija de un importante empresario. Ustedes no eran precisamente amigas inseparables, pero se conocían desde ya mucho tiempo, y se tenían una cierta confianza la una a la otra...
(T.N)
"¿Cuánto tiempo llevabas afuera?" Me preguntó la señora Kim mientras colocaba una bandeja con fruta picada en la pequeña mesa frente al sofá. Sujin había ido por bebidas.
"No mucho... gracias" Respondí mientras me acercaba a tomar un poco de fruta. "Mi hermano acababa de marcharse"
"¡Ah!" Dijo Sujin tras reír, mientras llegaba con las bebidas. "Por eso los gritos" Ella se detuvo a verme con una sonrisa presuntuosa. No pude evitar sonrojarme.
"Déjala en paz" Dijo su madre mientras le daba una palmada en el brazo, antes de irse y dejarnos a solas. Ambas reímos.
"Bueno..." Dijo Sujin mientras se acercaba a tomar asiento a mi lado. "¿Trajiste tu disfraz?" Ella dejo las bebidas en la mesa. Yo solo asentí.
"¡Genial, no hay tiempo que perder!" Ella me tomó del brazo y se levantó, pero yo no lo hice.
"¡Espera!" Dije y ella se detuvo a verme confundida. "¿Y si no funciona?"
"¿Y si no funciona?" Repitió como si analizará cada sílaba de la pregunta. "¡Por dios!" Dijo al mismo tiempo que me soltó y giró los ojos, "(T.N) tienes que estar bromeando... Me insististe toda la semana para convencer a mis amigos de que nos llevaran, y ahora ¿te estas arrepintiendo?" Se me quedó viendo con los brazos cruzados. No voy a mentir, me sentía intimidada, pero más nerviosa.
"Bueno... es que..."
"Es que ¿qué?" Me preguntó esta vez con más cuidado, sentándose de nuevo a mi lado, esperando una respuesta que simplemente no le pude dar. Y eso solo le permitió sacar conclusiones.
"¿Tienes miedo de hacerlo?, ¿De lo que pueda pasar?" Me preguntó tomándome por sorpresa. "¿Es eso?" Dijo, "Ay (T.N), pensé que eso ya n-"
"¡¿Qué?!, ¡No!" La interrumpí, "¡No se trata de eso!" Dije con cierta risa nerviosa. Estaba segura de lo que estaba intentando hacer, y de lo que podía pasar. Pero pensar en la persona que estaba a punto de convertirme... Eso, realmente me preocupaba.
Yo era una niña buena a los ojos de muchas personas. Alguien incapaz de ser atrevida y demás. La idea comenzaba a cansarme. Escuchaba a las otras amistades de Sujin todos los días hablando de las locuras que hacían cada fin de semana, o cada noche; como si se tratará de lo más normal que puedes hacer a esta edad. Y yo, yo estaba limpia. Tenía 17 años y no había vivido mi vida al máximo como lo hacían ellos, como lo hacían Jimin y sus amigos, como seguramente lo habían hecho nuestros padres, y los suyos.
Eso no me hacía sentir orgullosa, pensaba en un futuro, en qué clase de historias podría contar sobre mi adolescencia y no había nada. La verdad es que era bastante invisible, no resaltaba en nada; ni calificaciones, ni belleza, ni popularidad, ni vida amorosa, ni nada. Pronto cumpliría la mayoría de edad y mi adolescencia sería tan solo un enorme espacio en blanco...
Yo era diferente, y eso solo me hacía sentir más sola. Sujin se divertía y procuraba nunca dejarme sola, pero yo simplemente no podía seguirle el ritmo, yo no era así; e intentar serlo me hacía sentir extraña. Quería ser como los demás, ya no quería sentirme sola, pero aun así sentía que traicionaba todos mis instintos y a quienes me querían al intentar cambiar.
"¿Entonces de q-" Sujin se detuvo antes de terminar su pregunta, "Espera... ¿Es por Jimin?"
Cuando su nombre salió de su boca, sentí como si alguien hubiera estrujado mi estómago. Mi mirada bajo al igual que cualquier intención que pude haber tenido de hablar. Tenía mis razones para creer que la primera —y tal vez la única— persona que se decepcionaría de mi conducta y acciones sería Jimin. Y eso me desalentaba. Tan solo asentí.
Sujin dio un fuerte suspiro, "Pero ¿Por qué?" Podía notar la curiosidad en su tono, "¿Por qué iras a sus espaldas?... (T.N), él no es tu padre, no tiene derecho de decirte que hacer..." Ella sabía que entre más hablaba solo se pintaba como una mala influencia; cuando desde el principio todo había sido mí idea. Ella se iba a quedar conmigo en su casa desde el principio, fui yo quien la convenció de ir a escondidas para divertirnos, y ver que podía pasar. Pero ¿Por qué específicamente a la fiesta de Jimin?, porque sería la primera vez que yo intentaría sobrepasar mis limites, y sinceramente prefería que fuera en la seguridad de mi propia casa que en cualquier club nocturno. Además, estaba segura de que aparecer ebria en mi casa no sería precisamente algo de que hacer un alboroto.
Yo le pedí que fuéramos, y ella tan solo me apoyó viéndolo como una oportunidad de sacarme de mi envoltura, como ella lo decía.
Ella suspiró, "Mira (T.N), puedo avisar a los chicos que siem-"
"¡No!" Dije sorprendiéndola. "Si quiero ir, es solo que... no puedo dejar de pensar en que él... en que él se decepcionará... o algo..." Mire a Sujin, pero ella solo se mantuvo callada. No esperaba que respondiera, no era necesario, y a decir verdad no se me ocurre nada que pudiera haberme dicho. "Bueno" Sacudí mi cabeza, "Eso no importa" Sonreí tratando que ella ya no pensará en eso y ella suspiro.
"(T.N)" Dijo mientras se acercaba a tomarme de las manos. "Si te hace sentir mejor... déjame decirte que... si, Jimin es tu hermano mayor, tiene derecho a preocuparse por ti; pero tú ya estas por cumplir la mayoría de edad, él debe de entender que ya estas grande, y que no podrá protegerte por siempre de la vida..." Me sonrió y yo solo pude corresponderle y asentir.
"Ok..." Dijo al soltarme. Ella volvió la vista a la bandeja con fruta picada y entonces rio "Además, ¿quién es él para juzgarte en eso?... ¿Con su historial?, ¡Por favor!, ni siquiera debería de atreverse"
Lo admito, me reí, las dos nos reímos. Pero yo no lo hice por mucho. Jimin tenía cierta fama de mujeriego, y no podía evitar sonreír al recordar una vez en que se excusó con sus amigos diciendo: Yo no las buscó, ellas vienen a mi... ¿Qué puedo hacer?
"No siempre fue así" Dije tras suspirar.
"¿Huh?" Preguntó Sujin mientras tomaba de su vaso.
"Ah, nada" Respondí rápidamente, mientras volvía a sonreír.
Después de eso, Sujin dejó su vaso y me llevo a su cuarto, donde las dos nos preparamos para ir a la fiesta.
Jimin.
No había nadie en el pasillo. Todas las puertas de las habitaciones estaban cerradas. Ahora tenía que buscarlos.
Me acerque con cuidado al final del pasillo, a la puerta de la habitación de mis padres, tratando de guardar el mayor silencio posible y así tratar de escucharlos. Aunque sin importar que tan callados fueran mis pasos, la música en el primer piso no me ayudaba.
Acerqué mi oreja a la puerta, recargándome sobre esta. La verdad, no me importaba ver a Tae haciéndolo con la chica; no me sorprendería, no sería la primera vez. Pero lo que me preocupaba era cargar con la idea de que lo hicieron en donde duermen mis padres. Tratando de no pensar más en ello, sacudí mi cabeza y me apresuré a abrir la puerta. No había nadie.
Suspiré aliviado, pero mi calma no duró mucho, pues la siguiente puerta era la de mi cuarto. Me apresuré a abrirla, y tampoco había nadie dentro. Ahora estaba confundido.
Las últimas puertas eran la del baño y la de la habitación de (T.N).
No puede ser el cuarto de (T.N)... no, yo le dije que la cerrará...
Un poco inseguro, me acerqué a su puerta dispuesto a asegurarme de ello. Pero entonces escuché ruidos en el baño.
¿El baño? Reí, Parece que aun ebrio, Tae puede tener un poco de decencia...
Volví mi vista a la habitación de (T.N), recordando que yo mismo había revisado que la puerta estuviera bloqueada. De nuevo reí, esta vez dándome la vuelta.
Estaba a punto de marcharme por las escaleras, cuando escuché como se abría la puerta del baño. Confundido volví la vista solo para ver como del baño salía una chica nada parecida a la que Tae se había llevado. Ella inmediatamente trató de evadir mi vista, pero yo no le presté ni el más mínimo interés, seguí viendo en donde estaba la puerta del baño, me acerqué y la chica salió corriendo cubriéndose el rostro.
Dentro del baño estaba Namjoon, tratando de acomodar el tubo que sostenía la cortina de la ducha.
"¿Qué haces?" Pregunté sorprendiéndolo. Él levantó sus manos en el aire, dejando caer por completo el tubo.
"Ah... en serio, no sabes cómo lo siento" Lo dijo refiriéndose a lo que obviamente fue un accidente propio de su famosa torpeza.
"Ah, sí está bien" Dije un poco ansioso, entendía por completo lo que había pasado, pero necesitaba confirmarlo. "Tú y esa chica... " Dije apuntando al pasillo, mientras que una sonrisa se formaba en el rostro de Namjoon "¿Aquí?"
Él rio y asintió, "Si, ya se cómo te pones con estas cosas..." Dijo y empezó a avanzar fuera del baño, "Tampoco estoy tan ebrio" Sonrió y se dirigió a las escaleras, "Oh, si... lo de las cortinas... Amm te lo pagaré luego"
"Si claro" Respondí aún más ansioso, viendo como él me agradecía y se marchaba.
Si ellos estaban ahí... Entonces Tae y la chica...
Sin pensarlo más, me apresuré a tocar en la puerta del cuarto de mi hermana.
"¡Tae, idiota!, ¡Salgan de ahí!" No recibí ninguna respuesta, "¡Es el cuarto de mi hermana!"
Ansioso miré la manija de la puerta y puse mi mano sobre ella. Esperaba que la puerta estuviera cerrada, pero estaba dispuesto a intentar.