De nuevo el chico misterioso y sexy en mi camino, pero, ¿qué hacía el ahí?
-creo que se nos está haciendo costumbre encontramos de esta manera -me dijo, y a pesar de la oscuridad estoy completamente segura que mi prominente sonrojo era muy notable.
-Sí, eso creo- me tendió la mano para poder levantarme y algo insegura la tome
-¿Te encuentras bien?, te vez algo agitada- me dijo con una sonrisa asomándose por sus labios.
-Bueno pues...- Obviamente no le diría que comencé a correr como loca porque tenía miedo, ¿verdad?, así que invente lo primero que se me vino a la mente- lo que pasa es que ya voy tarde y mi papá me está esperando en casa.
Sonrió aún más y me dijo con voz galante- ¿necesitas un aventón?- Dios de la vida, sentía mi cara arder debido al sonrojo.
- Yo no quiero incomodarte...- deje al aire mi oración ya que no sabía cómo se llamaba, y el pareció entenderlo porque me lo dijo.
. No es ninguna molestia preciosa, por cierto mi nombre es Ethan.- puso su mano en mi espalda baja y me guió al estacionamiento de la escuela, hacia un Mustang clásico de color azul, ¡vaya!, sí que tenía un bonito coche, me abrió la puerta y me ayudo a subir, juro que yo no podría estar más sonrojada en la vida, cerró la puerta rodeo el coche y subió de lado del piloto, me miro y me pregunto.- ¿Dónde vives preciosa?.
- Cronsville Street.- Sonrió y entonces encendió el auto , todo el camino estuvo en silencio, lo cual me ponía más nerviosa, Ethan de vez en cuando volteaba a verme de reojo, cuando estábamos cerca le indique cual casa era mía, se estaciono fuera, apago el coche y de nuevo me miro. esta vez le sostuve la mirada y sentí que pasamos horas mirándonos, sonrió y me dijo tu padre te espera, mire hacia mi casa y así era, mi padre estaba parado en la puerta con su mirada fija en el coche, puse mi atención de nuevo en Ethan y me sonrió divertido- Nos vemos luego preciosa, sueña con los angelitos.- abrí la puerta del coche, le di las gracias y le dije adiós con la mano.
Al llegar hasta donde mi papá estaba me sentí realmente nerviosa no quería que pensara mal acerca de lo que acababa de ver.- Buenas noches papá -, le di un beso en la mejilla y me adentre a la casa con la esperanza de que me dejara pasar sin pregunta alguna, pero creo que fue en vano.
-¿quién era el muchacho que te trajo hija?,- me miro con una mirada acusadora y con una de sus cejas alzadas
- Ammmm, un compañero de la escuela papá, nos quedamos haciendo un trabajo y como se nos hizo tarde pues se ofreció a traerme.- bueno, eso era casi cierto, al menos basto para que mi padre ya no hiciera más preguntas, asintió con la cabeza me dio un beso en la frente y se sentó en el sofá a ver televisión, subí a mi habitación y me quede dormida, esa noche comenzó todo, esa noche fue la última de mi libertad, porque ya había caído entre sus garras.
¡Gracias por leer!