Me encuentro en el bosque, sentado a la orilla del estanque que Lussian y yo descubrimos cuando eramos niños.
¿Por qué me habrá hecho esto? El era mi mejor amigo, mi confidente, mi compañero de travesuras cuando eramos pequeños; ¿Por qué se hizo un hombre serio y amargado? ¿me convertiré en eso algún día?
- Tu ya eres un serio amargado...
- Si pero, Lussian es distinto...
Estar en este lugar, me resulta relajante, los pinos transmiten paz, todos ellos, me envuelven convirtiendome en niño denuevo.
- Todo seria distinto si ella estuviera aquí - digo observando hacia arriba, inhalando el olor del bosque.
Camino hacia el castillo, ya que aun tengo cosas que hacer.
Al llegar, siento una vibra distinta, tal vez la traje del bosque.
Voy por el jardín que se encuentra detras de mi despacho y entro por la puerta de cristal que se encuentra en el.
Me siento en mi escritorio y en ese instante el teléfono suena.
- Residencia Heinsbek- respondo.
- Hola Dominnick- me saluda una mujer con la voz quebrada.
- ¿Anabelle? - pregunto. Hace tanto tiempo que no se de ella.
- ¿Cómo estás? - me pregunta y parece que intenta contener el llanto.
- Bien - le contesto cortante. No caigas en su juego.
- Me alegro en verdad- me dice y suelta una pequeña risa sin ganas.
Manten tu postura Dominnick.
- Eh, ¿que se te ofrece?- le pregunto.
- Nada, solo, quería escuchar tu voz, y saber que estés bien- me contesta.
- ¿No te basta con Lussian? Olvídate de mi, ¿Quieres? - le digo y cuelgo el teléfono. Lo sostengo por unos segundos intentando controlar todos los sentimientos que provocaron esta llamanda.
- ¿Joven Heinsbek?- pregunta Margareth en la puerta.
- Hola Margareth, ¿que pasa? - le pregunto e intento alejar la oleada de momentos que comenzaron a invadir mi mente.
- ¿Está bien señor? - me pregunta preocupada.
- Realmente no, pero, ¿Qué se le puede hacer? La vida no es fácil- le digo y me paro de la silla.
- ¿Y Luciana?- le pregunto y su rostro se ilumina.
- Ya viene en camino, tal vez llegue en unos 20 minutos- me responde.
- Perfecto, quiero saber en que se convirtió esa pequeña pecosa con la que jugaba de niño- le digo y por primera vez en casi 5 meses, sonreí.
En ese instante se escuchan voces en el recibidor.
- ¡No puede ser, llego antes! - exclama Margareth con emoción y sale casi corriendo.
Solo niego la cabeza y la sigo. Cierro la puerta y me quedo parado al ver un reencuentro familiar muy conmovedor.
- Hola mi niña te extrañé tanto- le dice Margareth a una pequeña chica.
- Igual yo abuela- le dice y su voz me sorprende, habla exactamente igual que hace 13 años.
- ¿Y dommy? - le pregunta. Es mi apodo de familia.
- El joven Heinsbek esta...
- Hola Luciana, encantado de volver a verte- le digo saliendo de las tinieblas.
- ¡Dios dommy! - exclama la peliroja corriendo hacia mi y me abraza.
- Hola pecosa- le digo y la abrazo. Al tener contacto con su piel, una corriente recorre todo mi cuerpo y me hace sentir diferente.
- Luciana- le dice Margareth y esta se separa de mí.
- Oh, si, lo siento- dice y sonrie apenada.
- No tienes que disculparte, nos conocemos hace años- le digo y vuelve a sonreír.
- Bien, Luciana, te mostraré tu habitación para que te instales- le dice Margareth y sube las escaleras.
- Y tu, me tienes que platicar de tu vida eh, aun sigues siendo mi mejor amigo - me dice Luciana y sube corriendo las escaleras.
1 mes después...
Los dias pasan rápido, cada día la herida se cierra un poco, cada día, su rostro no esta en mi mente; pero a la vez, un odio profundo crece en mi, que aveces me da un poco de miedo.
Luego de llenar unos formularios de una joyería de mi padre, me dispongo a buscar a Luciana, por lo que se, fue al pueblo a surtir la despensa con ese tal Lohan, mi chófer, ese chico le coquetea mucho a Lucy, cosa que me molesta un poco.
Camino hacia la cocina en busca de un refrigerio y me encuentro con una Luciana cargada de bolsas.
- Hola dommy- me dice y deja caer las bolsas.
- Hola lucy- le respondo y abro la nevera.
- Estas son las últimas lindura- escucho decir a Lohan en la entrada de servicio.
- ¿Lindura? - le pregunto y cierro con fuerza la nevera.
- Buen dia señor Heinsbek- me saluda nervioso.
- No se permite relaciones afectuosas entre el personal, ¿Si lo recuerdas no? Nada de apodos, ni demostraciones de afecto, ¿Entendido?- le pregunto serio al chico, que realmente es un año menor que yo.
- Si señor- me responde y se retira.
- Wow, te estás volviendo muy maduro amigo, pero, gracias por decirme que solo soy del personal- me dice Luciana y sale de la cocina hacia el recibidor.
- Es una igualada, no sabe quien manda en este castillo, enseñémosle...
- no, ella es mi amiga...
- no, es un mujer que intentará enamorarte y romperte el corazón, asi que te recomiendo que la endereces, antes de que ella te doblegue a tí...
- ella tiene que saber quien manda...
Mas tarde, me dirijo a la habitación de Luciana, me gustaría platicar con ella.
Al entrar, veo que todo es muy tierno y aniñado para su edad. Ella se encuentra sentada en una especie de escritorio blanco y me acerco a lentamente.
De la nada, millones de imagenes de ella desnuda se vienen a mi mente y retrocedo un poco.
La miro con mas atención, y cabe admitir, que tiene lo suyo.
- Dios Dominnick controla tus impulsos, es tu amiga...
Tardo unos segundos en borrar su mirada de placer bajo mi cuerpo, sus labios inchados por mis besos y su piel de gallina por mis caricias.
- ¿Luciana?- la llamo y esta voltea, al verme se le pinta una sonrisa.
- Hola Dommy- me saluda y se levanta de la silla.
- ¿Te gusta tu habitación?- le pregunto señalando el lugar.
- Un poco, es aniñada, pero antigua, es linda- me responde y se sienta en la cama.
- Bien- digo un poco confundido.
- ¿Dónde está Lussian y Remien?- me pregunta y mi rostro se comenzó a retorcer.
- Ya no viven aquí- me limito a contestar.
- Oh, que mal, ¿Y tu mamá? - me pregunta curiosa.
Chica curiosa, excelente.
- Con ellos en Francia - le respondo y me siento a su lado.
- Oh, entonces, ¿Vives solo aquí?- me pregunta y se sienta de una forma extraña cruzando las piernas.
- Si, desde hace casi 5 meses - respondo un poco incomodo.
- Oh, que mal, pero asi es la vida- me dice y se levanta.
- ¿Y tú? ¿Qué has hecho de tu vida todos estos años? - le pregunto.
- Pues todo iba bien hasta que entre a la preparatoria, conocí a un chico que creía amar, hasta que me di cuenta que solo me quería por sexo, fumábamos hierba e incluso robábamos, cosa que me arrepiento de haber hecho, profundamente - dice dramatizando la palabra "profundamente" y se toca el pecho - mamá se enteró y me mando con mi abuela, a mi antigua vida, con mi viejo amigo, donde siempre pertenecí - concluye. Yo solo me quedo sorprendido.
- Vaya que las apariencias engañan - le digo y ella hace una cara extraña.
- ¿Y tú? ¿Aún no entregas tu florecita?- me pregunta y golpea mi hombro.
- Horrible pregunta...
- Si, ya lo hice- le contesto y me recuesto en la cama.
- ¿Enserio? ¿Y no me esperaste a mí?- me pregunta ofendida.
La miro sorprendido y ella solo sonríe.
- Recuerdo cuando me tocabas- me dice y se acuesta al lado mio.
- Eran etapas de nuestros cuerpos , era normal- le digo intentando justificarme.
- ¿Y aún estás en esas fases?- me pregunta y me mira.
- Esta chica es distinta, pensé que era una dulce niñita, por lo visto, me equivoqué...
- Aveces- le contesto y ella me mira de manera extraña, me mira, ¿excitada?
Se va acercando poco a poco a mí e intenta tocar mi rostro, pero soy mas rápido y la dejo debajo de mi cuerpo.
- No eres lo que esperaba- le digo y ella sonríe.
- ¿Y tú eres lo que espero? - me pregunta y muerde su labio.
- No te imaginas en lo que me he convertido- le contesto seductor.
- Enséñame- me responde y toca mi miembro sobre mi pantalón.
- Conocerás el cielo y el infierno a la vez- le digo y atrapo sus labios con los mios, y la beso con deseo.
- Me gustaría conocer costumbres distintas- me susurra al oido y eso me hace despertar algo en mi interior.
- Conocerás cosas distintas- le afirmó y continuo besándola.
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-¿Quién es tú amo? - le pregunto después de azotarla.
- Usted señor- me responde asustada.
- Buena chica- le contesto y comienzo a penetrarla.
Sus gemidos comienzan a descontrolarme y comienzo a acelerar.
Despues de soltar un grito mas, llega al clímax y me corro en su interior.
Al terminar la desato y comienza a sobarse las muñecas.
- ¿Estás bien?- le pregunto después de recuperar el aliento.
- Si, solo que es extraño- me responde y se comienza a vestir.
La sesiones con ella son distintas, son mas casuales, solo sexo y nada más.
- ¿Extraño?- le pregunto.
- ¿Te gusta hacer daño? - contesta con otra pregunta.
- No soy el mismo Luciana, he cambiado- le digo mas serio. ¿A dónde quiere llegar con esto?
- No eres lo que esperaba, te convertiste en un sádico, y me da miedo convertirme en una sadomasoquista, por que todo esto, me gusta mas de lo que quisiera, me gusta que me lastimes, que me golpees, y realmente, me desconozco - me dice con temor, para luego tomar su ropa e irse de la habitación, dejandome completamente confundido.
En cuanto los días pasan, Luciana se hace mas distante y callada. Al intentar conversar con ella, simplemente contesta:
- El personal no deve tener relación alguna con sus superiores - y se retira rápidamente. Nueva regla.
Ella se lo busco, pero bien, si así serán las cosas, dejaré de verla como amiga.
Estoy en el comedor, esperando la cena.
- ¿Pero que diablos pasa? - me pregunto a mi mismo y me levanto para ir a la cocina.
Al entrar veo a Luciana de espaldas haciendo algo rápidamente en el lavabo.
- ¿Por qué no está lista la cena? - le pregunto molesto y ésta se asusta al oirme.
Al voltear me mira con miedo.
- Lo siento señor, en un momento la sirvo.
- ¡YA NO QUIERO NADA, ERES UNA INÚTIL! - le grito y me acerco a ella.
- No me lastime por favor- le dice y se protege con sus manos.
¿Dónde está la Luciana de hace unos días?
- ¡Quisiera lastimarte para enseñarte que debes cumplir con tus deberes- exclamo molesto y golpeo la isla de la cocina.
- Lo siento- se disculpa e intenta evadirme para sacar algo de la alacena.
- No deviste ponerte en esa posición- le digo y la tomo de la cintura.
- ¡NO POR FAVOR!- grita al sentir mis manos su cuerpo y comienza a temblar.
- ¡CÁLLATE!- le contesto y empujo hacia el frente.
Ella comienza a forcejear, pero no hace nada.
- Desde el momento que entraste a mi casa, te haz vuelto completamente mía, ¿Me has entendido? - le susurro al oido y la jalo del cabello.
- si señor - me responde Está ves excitada, baja lentamente sus bragas y se coloca ante mi. ¿En qué la he convertido?
La penetro y la golpeo sin parar, ella sólo pide más y más, su piel se pone roja al hacer contacto con mis manos, le gusta que la golpeen y yo, le daré lo que desea...
No puedo controlarme, se ha vuelto parte de mi, se ha vuelto mi esencia, se ha vuelto la manera de recordarla, pero a la vez olvidarla, y Luciana, es la indicada...