Hola!! Antes que lean quiero aclarar que no estoy de acuerdo con nada de lo que opinan los personajes, especialmente con el chico, simplemente expreso la perspectiva de un cazador retrogrado, por las dudas. Ahora disfruten que los seguiré molestando al final del capítulo.
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Sonrío, nunca me imaginé que acabaría caminando como un pingüino mientras le tapo los ojos a una chica para guiarla a una sorpresa.
Tampoco creía que algún día me alegraría sólo con recordar su sonrisa. Soy un cazador, criado por el primogénito de un largo linaje de cazadores, por lo que desde niño me enseñaron que las mujeres únicamente sirven para darnos placer y descendencia. Si además es una cazadora mejor, así tenemos a alguien que detenga los ataques dirigidos a nuestra retaguardia.
Pese a todos los años de concordancia con eso ahora estoy comportándome como un tonto humano y si soy sincero no puedo recordar en qué momento dejé de fingir y me... me... ¿Enamoré...?
Me tropiezo con mis propios pies al pensar en esa blasfemia, por suerte mis reflejos son lo bastante buenos para evitar que caigamos.
—¿Todo bien Caramelito?
Sin poderlo evitar sonrío como tonto cuando se refiere a mí con ese termino.
—Sí Bombón, sólo no levanté lo suficiente el pie y me tropecé con un escalón.
—¿Falta mucho? ¿Dónde vamos?
—Sólo un poco más, se paciente.
Subimos los pocos escalones que quedan y luego avanzamos hasta llegar a nuestro destino, al estar allí le destapo los ojos.
Se queda maravillada varios segundos observando el pequeño picnic que he armado en la azotea de mi casa, con flores y todas las bobadas cursis que corresponde.
—¡Que hermoso Caramelito!
Se tira en mis brazos y me besa, lo que sumado con su radiante sonrisa hace que todo el esfuerzo haya valido la pena.
Ella tira de mí hacia abajo, por lo que pronto terminamos recostados sobre la manta de cuadritos, jalando la ropa del otro como juego previo antes de pasar a la acción.
Eso es otra cosa que también me sorprende, antaño no me entretenía demasiado con los juegos preliminares, al menos no teniendo aún ropa y menos si no era el centro de la acción.
Ahora disfruto de cada paso.
—Espera —Se aparta, su rostro está enrojecido y su respiración es entrecortada, mira los edificios que hay en la cuadra de enfrente—, alguien podría vernos.
—Bombón, no seas egoísta, deja que los demás disfruten con nosotros.
Ella sonríe y estoy seguro de que se sonroja pero no se nota porque aún está agitada.
—¿De verdad quieres que nos vean? —Hace una de esas pausas dramáticas que tanto le gustan y que a mí tanto me provocan— Que me vean.
Lo medito un segundo, comprendiendo a qué se refiere.
—No, mejor hagamos otra cosa.
Se ríe y vuelve a besarme, pero esta vez se aparta demasiado rápido, se sienta y toma una frutilla, la que enrojece levemente su dulce boca morada.
Demasiado tetado para saber qué tan rica está la pequeña fruta tomo a mi novia de la nuca y la beso, en cuanto saboreo sus cálidos labios olvido todo lo demás de nuevo.
Se aparta riendo, no sé por qué lo hace y mucho menos por qué la imito.
—Dejame comer en paz.
Se gira aún con su sonrisa angelical en el rostro, así que me vuelvo a acomodar en la manta y la observo.
Empiezo por su liso y sedoso cabello, donde me encanta enterrar las mano, especialmente si luego se enojará conmigo por despeinarla. Sigo por su estrecha espalda, la cual demuestra que en su vida no ha tenido que hacer más ejercicio que el que exigen en el liceo. Sigo bajando hasta llegar a... el bolsillo de su pantalón, donde guarda su celular rosado.
Mi rostro se ensombrece al recordar el verdadero motivo por el cual estamos aquí.
—¿Qué ha pasado con tu prima? —Mi pregunta la hace voltear, se ve celosa, lo que me encanta— Hace mucho que no hablas de ella y no me dijiste por qué se distanciaron.
Vuelve su atención a la comida, intentando ocultarme su dolor.
—Diferencias de opiniones respecto a su pareja, entre otras cosas.
—¿No es un buen chico?
—Es una chica.
Noto el asco en su voz, misma emoción que refleja mi rostro.
¿Acaso en su familia son todos aberraciones? Salvándola a ella claro está, seguro es adoptada o algo así.
Sería el colmo que su prima también sea un monstruo.
—Y eso te molesta.
—No estoy segura, sé que reaccioné mal al enterarme pero ¡podrían darme otra oportunidad! ¿Verdad?
Me mira, está angustiada, así que afirmo, aunque no estoy de acuerdo. No porque crea que está mal que le den otra oportunidad, sino porque sé que debe haber reaccionado de la única forma posible para alguien normal. Nadie puede reaccionar bien al enterares que en tu familia son todos raros.
—Además después hizo una comida para que todos la conociera y no me invitaron ¡Peor! Mi otra prima se comprometió en esa misma comida y me enteré porque mi primo lo comentó en las redes sociales.
Le extiendo los brazos y se tira sobre mí para que la reconforte en un fuerte abrazo.
Por suerte, porque así tampoco ve mi mueca de asco al pensar en un matrimonio humano o peor, entre monstruos. No sé cómo se casan estos últimos, pero el primero me parece igual de aberrante.
Es como si ambos fueran esclavos, sino ¿por qué ambos usan símbolos parecidos? Los cuales se quitan cuando les conviene, sea de forma permanente o ocasional.
Cuando una mujer le pertenece a un cazador es para siempre y ningún cazador se atrevería a tocar a la mujer de otro.
Sacudo la cabeza y vuelvo a lo que es realmente importante... matar al monstruo que nos separa.
Vuelvo a sacudir la cabeza, debo consolar a mi dulce novia.
—Tal vez debas ser tu quien les dé otra oportunidad, perdona lo que hicieron mal y trata de hacer las pases.
Suspira, dudándolo.
—Tal vez lo haga, pero mañana, ahora tengo algo más importante y lindo.
Se endereza un poco y me besa, momento que aprovecho para tomar su teléfono porque debido a que la conozco sé cuándo debo actuar.
Se aparta y se dirige al baño a arreglarse el maquillaje, como si hubiera alguna forma de que se vea más hermosa.
Mientras ella intenta hacer un milagro aprovecho para desarmar su celular, le coloco un localizador y lo armo nuevamente.
Para cuando ella vuelve el celular está sobre la manta, como si tan solo se le hubiera caído mientras yo muy distraído como unas uvas.
Se recuesta a mi lado, aún un poco afectada por la charla, la abrazo, le doy un uva y le digo lo primero que me sale para que su corazón no esté tan triste.
—Te amo.
En ese momento ambos se verán sorprendidos y nunca ninguno sabrá si es verdad o no porque tiempo después ella hará lo que él espera y lo llevará a su objetivo. Él intentará cumplir su misión y protegerla al mismo tiempo pero fallará. En la lluvia de balas será una de él la que termine matándola, lo cual jamás sabrá pero aunque lo hiciera no le importará, culpará a su objetivo y le hará pagar por llevar a su amada a la muerte, cuando el culpable es él.
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¡Hola otra vez!
¿Cómo están? ¿Les ha gustado el capítulo?
Espero que sí.
Que fea la actitud del chico ¿Verdad? Pues preparense porque esa es la parte más dulce de su personalidad.
Una pequeña recomendación:
No releean este capítulo más adelante, ahora es inofensivo pero luego podría volverse un gran spoiler.
Saludos y que tengan linda semana.