Diario de una Guardiana | ELD...

By MystikaGames

63.9K 4.6K 2.5K

Mystika es una recién descubierta semi-humana que llega a otro mundo, el mundo de Eldarya, donde conviven tod... More

Capítulo 1 - Confesiones
Capítulo 2 - Revelaciones
Capítulo 3 - Días pasados
Capítulo 4 - Marian
Capítulo 5 - Tristan
Capítulo 6 - Despedidas
Capítulo 7 - Sueño y realidad
Capítulo 8 - Guardianes del bosque
Capítulo 9 - En las profundidades
Capítulo 10 - Renacer
Capítulo 11 - El compromiso
Capítulo extra 11.2 - [En el libro dedicado a los Lemon]
Capítulo 12 - Daños colaterales
Capítulo 13 - Al fin paz
Capítulo 14 - Tú te quedas
Capítulo 15 - Amor y odio
Capítulo 16 - Me haces falta
Capítulo 17 - Grata sorpresa
Capítulo 18 - Regreso y partida
Capítulo 19 - ¿Después de la tempestad?
Capítulo 20 - Artax
Capítulo 21 - El reencuentro (1ª parte)
Capítulo 22 - El reencuentro (2ª parte)
Capítulo 24 - Entre sueños y recuerdos
Capítulo 25 - El principio del fin
Capítulo 26 - Guerreros de Eldarya
Capítulo 27 - Un nuevo amigo
Capítulo 28 - Sangre
Capítulo 29 - El visitante misterioso
Capítulo 30 - De amores prohibidos
Capítulo 31 - El canto del ruiseñor
***El beso de Nevra***
Capítulo 32 - Al descubierto
Capítulo 33 - Lo que el corazón grita
Capítulo 34 - Celos
Capítulo 35 - Show must go on
Capítulo 36 - Deserción
Capítulo 37 - La profecía
Capítulo 38 - De vuelta a ti
Capítulo 39 - ¿Por qué él?
Capítulo 40 - La elegida
Capítulo 41 - El encuentro (in)esperado
Capítulo 42 - Elección
Capítulo 43 - Agridulce tentación
Capítulo 44 - Y ya no hay vuelta atrás
Capítulo 45 - Inevitable
Capítulo 46 - Donde todo empezó
Capítulo 47 - Al fin juntos
Capítulo 48 - Viaje a Rhodaris
Capítulo 49 - Bienvenida
Capítulo 50 - La fiesta

Capítulo 23 - La muerte no es el final

1K 88 89
By MystikaGames

Kiartan: ¿Yo qué?

Mystika: Sé quién eres.

Kiartan: Querrás decir "qué" soy.

Mystika: Sé qué y quién eres...


Kiartan estaba algo desconcertado, tenía toda la atención puesta en mí y me miraba expectante y concentrado.


Mystika: No debería, ¿no? Pero sabía que esto que sentía no era normal ni de lejos, que sólo podía ser gracias a la magia, ¿verdad, PRIMO?


Por un momento puso cara de sorpresa, pero se recompuso y rio con malicia.


Kiartan: Ya me dijo que eras muy lista... Además de bastante resistente, cualquier otra habría acabado entre mis brazos hace rato.

Mystika: Sí... Tengo mucha fuerza de voluntad.


Llevé mi mano al cinturón, donde llevaba mi espada y justo cuando iba a sacarla algo sujetó mi muñeca contra el árbol, a pesar de que mi primo se encontraba a un metro de mí.


Mystika: ¿Pero qué...?


Volví a sentir una sujeción, esta vez en mis tobillos, la otra muñeca y finalmente en el torso. Miré hacia abajo para descubrir varias lianas sujetando mi cuerpo contra el árbol con fuerza.


Kiartan: El que no ha resultado tan resistente ha sido tu amigo, ha caído rápido.

Mystika: ¿¿Qué le has hecho??

Kiartan: Oh, nada aún, sólo está dormido. Anazaret lo prefiere así, le gusta ocuparse personalmente.

Mystika: ¿También se va a ocupar de mí?

Kiartan: Ganas no le faltan, desde luego y ese era el plan, pero...


Se acercó de nuevo a mí y acarició mi cara con su dedo.


Kiartan: De ti, cariño, ya me ocupo yo.


Su dedo fue hacia mi boca, la entreabrí con un suspiro intencionado y él siguió delineando mis labios, cosa que aproveché para morderle fuertemente.

*¡ZAS!*

Me cruzó la cara con una sonora bofetada que hizo eco en toda la colina.


Kiartan: Maldita zorra...


Su cara mostraba una mueca de dolor y rabia aún contenida y temía que ese golpe sólo fuera una pequeña muestra de lo que me esperaba.

La mejilla me ardía y dolía horrores, pero giré mi cara hacia él sonriendo. No le iba a dar el placer de verme psicológicamente vulnerable.


Kiartan: No me obligues a estropear tu bonita cara, prima.

Mystika: Que te jodan.

Kiartan: Vaya, la primera que se me resiste y que además me planta cara así... No sé si eres muy estúpida o demasiado orgullosa.


Me limité a mirarle desafiante pensando en qué podía hacer para escapar, pero contra la magia de un mago...


Kiartan: Debo intentar matarte, ya sabes, cosas de tu padre, pero nada me impide divertirme un poco antes.

Mystika: ¿Divertirte, cómo?


Kiartan hizo un gesto con la mano y las lianas que sujetaban mis tobillos se estiraron separando mis piernas varios centímetros más y sujetándolas más fuertemente contra el tronco. El resto de ataduras también se estrecharon.


Kiartan: Oh, ya puedes imaginarlo... Créeme iba a ser gentil contigo, pero no te portas bien, prima.

Mystika: ¡Pedazo de hijo de pu...!


Una liana rodeó mi boca antes de poder acabar mi frase.


Kiartan: ¿Ves? No eres nada complaciente.

Mystika: ¡Mmpff!

Kiartan: No te molestes, cariño.


Era inútil, pero aun así me revolví intentando en vano deshacerme de las ataduras. Tampoco servía morder la que cubría mi boca, era demasiado gruesa.


Kiartan: Oye, ¿crees que si te dejo embarazada tu padre deje de intentar matarte? Imagina el poder que podrían tener nuestros descendientes... jajaja


Me estaban dando arcadas, mi mirada de odio se intensificó y eso pareció resultarle bastante gracioso.

(Debo dejar de mostrar cualquier sentimiento, no quiero subirle el ego ni darle ninguna satisfacción)

Cerré los ojos y respiré hondo para volver a abrirlos con calma. Sabía perfectamente como ocultar mis sentimientos, pues aprendí de la peor de las maneras.


Kiartan: Bueno, ¿estás preparada?


Le miré impasible mientras por dentro me moría de ganas de arrancarle las entrañas y esparcirlas por el suelo.


Kiartan: En efecto, demasiado orgullosa, ¡mírate! Pero tranquila, ahora mismo voy a borrar esa expresión de tu cara.


Acortó la poca distancia que nos separaba y llevó una mano a mi cabeza y otra a mi cintura para luego agarrar con fuerza mi pelo haciendo que elevara la vista a la fuerza.


Kiartan: No aguantarás sin gritar o suplicarme.


Kiartan hizo un gesto para que la liana de mi boca se aflojara hasta desaparecer.


Mystika: No me oirás hacer tal cosa.

Kiartan: Jajaja ya lo veremos.


(¡Mierda, puedo llamar a Artax! ¿Cómo no se me ha ocurrido antes?)

Cerré los ojos para concentrarme y le llamé como lo hice las veces anteriores.

(Vamos, óyeme, por los dioses...)

Kiartan me miró extrañado frunciendo el ceño.


Kiartan: ¿Estás intentando llamar a tu unicornio? Jajaja ¿Realmente crees que te daría esa oportunidad?


Volví a mirarle impasible, él seguía sujetándome del cabello con fuerza.


Kiartan: He creado una pantalla aislante alrededor nuestro, así que no te esfuerces. Vamos a estar solitos tú y yo, no hay nadie que pueda salvarte hoy.

Mystika: Ya veo que eres demasiado cobarde para enfrentarte a alguien como un hombre.

Kiartan: Simplemente uso mi poder en mi favor, como cualquiera haría.

Mystika: Buena excusa...


(Tengo que ganar tiempo como sea, aunque no sé cómo librarme de él y dudo mucho que funcione la baza de la seducción, este tipo no es tonto)


Mystika: Por cierto, ¿qué se siente al ser el peón de mi padre?

Kiartan: ¿Peón yo? No sabes lo que dices.

Mystika: Bueno, estás bajo sus órdenes intentando matarme sin conocerme previamente. Cierto, no eres un peón, eres su lacayo, su... perrito faldero.

Kiartan: ¡Cállate!


Estaba comenzando a irritarse, estaba claro que el orgullo era cosa de familia.

Sujetó mi pelo con más fuerza aún, lleno de rabia.


Mystika: Vamos, no te pongas así, es normal, en la vida siempre hay líderes y subordinados. No es motivo para sentir vergüenza.

Kiartan: ¿Buscas que te tape de nuevo la boca? Es eso, te gusta estar amordazada, ¿eh?

Mystika: Hey, soy tu prima, puedes confesarme lo que quieras. Al fin y al cabo sé el poder que tiene Tristan, así que no te sientas mal.

Kiartan: ¡He dicho que te calles! No soy el subordinado de nadie, ¿me oyes?


Soltó mi pelo y presionó su frente contra la mía mirándome con furia y haciendo que me clavara los relieves del tronco en el cráneo.

Apreté mis dientes para aguantar el dolor y entonces se separó. Movió su mano para controlar una de las lianas y esperé que me rodeará de nuevo la boca, pero...


Mystika: Aaghhh...


Sin preverlo, la liana se dirigió a un costado de mi abdomen y con una fuerza inusual, me atravesó lentamente hasta topar contra el mismo tronco.

Contuve el aliento cuando la liana empezó a retraerse de nuevo sin prisa, intensificando así el dolor de la perforación que me había provocado.


Kiartan: Vas a pagar tus insolencias y no pararé hasta que me supliques por tu vida. Tú has querido que sea por las malas.

Mystika: ¿...Por las malas?... Y sujeta aquí, ¿cómo podría... ser de otra manera?


Me costaba hablar varias palabras de corrillo y el intenso dolor del abdomen empezaba a marearme. Incluso podía sentir la sangre resbalando por mi pierna.


Kiartan: Si no hubieras tenido tanta fuerza de voluntad y luego no hubieras hecho el amago de atacarme, está situación hubiera sido... diferente.

Mystika: Quizás no seas tan poderoso como crees... si tienes que usar la fuerza para conseguir doblegarme...


Sus ojos centelleaban de ira, ya apenas podía disimularlo y sabía que eso iba a ser peor para mí, pero no podía dejar que me hiciera nada sin presentar batalla.


Kiartan: Se acabó la cháchara, pasemos a cosas serias.


Se acercó a mí sin vacilar enterrando su cara en mi cuello y mordió con bastante fuerza para luego pasar su lengua por los surcos que dejaron sus dientes.

Yo reprimí un grito y cerré los ojos con firmeza intentando pensar en otra cosa sin mucho éxito.

Luego me quitó el cinturón con mi espada incluida y lo lanzó a varios metros de nosotros.


Mystika: Además le intentas imitar forzándome... como hizo con mi madre...

Kiartan: Tu madre ni se enteró, tú vas a sentirlo todo y de ti dependerá lo que quieras sentir.

Mystika: Dudo que pueda sentir nada positivo... Si lo haces así es porque sin magia ni trucos vales la pena...


Las lianas separaron aún más mis extremidades provocándome más dolor, pero apreté los dientes y aguanté como pude.


Mystika: Vaya, es eso... No estás a la altura, ¿no?

Kiartan: Tranquila que pronto lo sabrás.


Arrancó las armaduras que cubrían mi brazo izquierdo y la mitad de mi tronco.


Kiartan: Y ahora veamos esos pechos, parecen grandes y firmes.


Paseó su mano por uno de ellos y lo apretó con fuerza aspirando satisfecho. Yo me limité a contener la respiración para no emitir sonido alguno.


Mystika: ¿Tienes fijación con los pechos?.. ¿Tu mamá no te lo dio de bebé? Probablemente te abandonó al saber el maldito engendro que eres. Seguramente... te odió desde que supo que te tenía en su interior y, no me extraña... no se equivocaba.


Kiartan me dio un puñetazo en la boca del estómago dejándome sin aliento.

(Auff... Parece que le he dado en la fibra)


Mystika: ...Así que ese es tu gran trauma. Tu mamá te odiaba y jamás nadie ejerció verdaderamente de padre contigo.

Kiartan: ¡¡QUE TE CALLES!!


Esta vez una de las lianas golpeó mi pómulo a toda velocidad y sentí como se desgarró y empezó a sangrar. Cerré los ojos intentando reprimir una lágrima que amenazaba con salir por el dolor.

Su grito debió oírse por todo el reino, pues varias especies de aves salieron volando en bandada en diferentes puntos del bosque.

Yo empezaba a marearme seriamente por la pérdida de sangre de mi costado.


Kiartan: Ahora sí vas a callar y sólo hablarás para complacerme.


Sacó una extraña daga que tenía guardada entre sus ropas y la dirigió a mi cuello.


Mystika: Por suerte, y gracias a toda la sangre que he perdido, no voy a tener que soportarte y no tendrás el placer de oírme suplicarte.

Kiartan: Entonces no me demoraré más, quiero verte sufrir, quiero mirarte a los ojos cuando rompa tu alma en dos.

Mystika: Puedes intentar romper algo que ya está roto...


Dirigió la daga a mi pantalón con clara intención de rajarlo por la mitad. Yo le miraba a los ojos sin expresión alguna y entonces lo vi. Un poco por encima de su hombro vi una gran sombra acercarse.

(Debo estar delirando...)

*PAM*

Cuando mi primo agarró mi pantalón con una de sus manos se oyó un golpe sordo. Justo en ese momento Kiartan se desplomó en el suelo.

Valkyon apareció tambaleante con un enorme palo en las manos.


Mystika: {Valkyon...}


Soltó el palo y tiró de mi primo con dificultad, arrastrándolo por el suelo para alejarlo de mí.


Valkyon: Por los dioses, ¿qué te ha hecho? ¿¿Y por qué??

Mystika: Es mi primo, me tenía hechizada... Yo... lo siento, he sido una estúpida, tenía que haberte hecho caso...

Valkyon: Shht eso no importa ahora.


Se acercó y agarró las lianas para arrancarlas, pero seguía sin la fuerza suficiente por el somnífero que le dio mi primo y éstas estaban sujetas con fuerza contra el tronco.


Kiartan: Maldito seas, ¿qué haces? ¿Cómo has conseguido despertar?


Valkyon se giró cubriéndome con su cuerpo, cogió de nuevo el palo y se puso en guardia. Mi primo estaba de rodillas aún en el suelo intentando levantarse.


Valkyon: No contaste con mi resistencia y mi peso a la hora de preparar tu poción.

Kiartan: No me hagas matarte, Anazaret no aceptará un cadáver. Y ahora apártate de mi prima.


Por uno de los costados pude ver los ojos de Kiartan, que comenzaron a relucir hasta tornarse blanquecinos. Su daga comenzó a brillar y se elevó sola en el aire.

Valkyon retrocedió para cubrirme por completo.


Mystika: Valkyon... aparta, no tienes que morir ahora, es inútil.

Kiartan: Eso Valkyon, haz caso a tu chica. ¡Perdón, a tu amiga!

Valkyon: {Estás loca si crees que voy a dejarte aquí}

Mystika: Tú aún puedes salvarte, de nada servirá morir los dos...

Valkyon: ¡No vas a morir, me oyes!


Mi primo comenzó a levantarse aún algo conmocionado por el golpe. Aunque medio dormido, Valkyon seguía teniendo bastante fuerza y el golpe que le había propinado había sido importante.

Mi jefe se dirigió de nuevo hacia Kiartan y sin dejarle levantar del todo le dio otro palazo en la espalda dejándolo tendido de nuevo en el suelo. Luego volvió hacia mí y de nuevo intentó soltarme de las ataduras.

Esta vez y con mi primo debilitado consiguió poco a poco aflojar el amarre, primero el de las muñecas, luego el de los tobillos y finalmente el que sostenía mi cuerpo.

Mis piernas habían perdido toda la fuerza para sostener mi peso, así que caí hacia delante y en ese momento Valkyon me sujetó contra su cuerpo para evitar que cayera.


Mystika: No podremos huir si tienes que ocuparte de mí. Por favor Valkyon, hazme caso y déjame aquí, no me queda mucho tiempo. Vuelve con los chicos y juntos podréis terminar la misión.

Valkyon: Calla y reserva tus fuerzas. ¿No has llamado a Artax?

Mystika: Lo intenté pero Kiartan hizo un hechizo para que no llegara mi llamada.

Valkyon: Bueno, salgamos de aquí y así podrás...


De repente noté un dolor agudo en mi hombro izquierdo y tanto Valkyon como yo gritamos al mismo tiempo.

En el tronco del árbol estaba la daga de mi primo clavada oscilando de un lado a otro. Había conseguido lanzárnosla. Éste comenzó a levantarse de nuevo y Valkyon me dejó apoyada contra el árbol y arrancó la daga de él mirándome a los ojos.


Valkyon: Vamos a salir de aquí. Juntos.


Daga en mano se giró justo cuando Kiartan iba a abalanzarse contra él, entonces, sin apenas tiempo de reacción, Valkyon hundió la afilada hoja en su pecho.

Los ojos de mi primo se abrieron sorprendidos, como su boca, mirando incrédulo a Valkyon. Intentó emitir alguna palabra sin éxito, luego me miró a mí con dolor y odio y yo simplemente observé cómo se iba apagando en los brazos de mi jefe.

No sentí nada, ni lástima ni odio, quizás sólo alivio...

Valkyon soltó el cuerpo de Kiartan y volvió conmigo tomándome en sus brazos para comenzar a descender la colina.


Valkyon: ¿Qué te hizo seguirle hasta aquí?

Mystika: Quería mostrarme la aurora boreal...

Valkyon: Ya veo... no puedes resistir la oportunidad de observar cosas hermosas, ¿no?

Mystika: Exacto...


A pesar de seguir aún adormilado conseguía llevarme sin esfuerzo por el camino descendiente en medio de la noche.

Mis párpados se cerraban, estaba totalmente agotada y con mucho sueño.


Valkyon: Mystika, sigue conmigo.

Mystika: Tengo sueño.

Valkyon: Lo sé, pero tienes que hablarme.

Mystika: Mhh el basilisco ahora estará descontrolado sin nadie que lo guíe.

Valkyon: Bueno, ahora ese es el menor de los problemas.

Mystika: Sí, dejará de serlo pronto...

Valkyon: ¿Qué quieres decir?

Mystika: En cuanto yo no esté no os seguirá, no tiene nada contra vosotros y tampoco atacará a los unicornios, eso era cosa de mi padre y mi primo.

Valkyon: ¿Cuando no estés?

Mystika: Jaja vamos, sabes igual que yo que no voy a salir de esta, mira mi herida... y no sé hasta dónde llega el hechizo aislante.


Valkyon paró en seco y me miró de forma severa.


Valkyon: Te he dicho que no vas a morir. Yo nunca miento, ¿recuerdas?

Mystika: Je je para todo hay una primera vez.


Comencé a toser y noté algo cálido en la boca, sabía a hierro. Llevé mi mano a mis labios, los toqué y luego los observé. Sangre.

Miré a Valkyon sonriendo con ironía. Su mirada se había oscurecido, ahora reflejaba mucha más preocupación y sus ojos brillaban a pesar de la escasa luz.


Valkyon: Vayamos al río.


De repente noté como una especie de onda expansiva muy sutil, como si algo hubiera desaparecido a nuestro alrededor.

(¿El hechizo quizás?)


Mystika: Valk, ¿has notado eso?

Valkyon: Sí, ¿qué puede ser?

Mystika: Podría ser el hechizo aislante. Voy a intentar llamar a Artax.


Me concentré tanto como pude y llamé a mi unicornio. Pero nada pasó... solía aparecer a los pocos segundos.

Mientras tanto llegamos al río. Valkyon me tendió en el suelo a la orilla de éste sosteniendo la mitad de mi cuerpo con su brazo y acto seguido comenzó a limpiar la sangre de mi costado.


Valkyon: ¿Ya le has llamado?

Mystika: Aha.

Valkyon: Seguro que aparece pronto.

Mystika: Soy mayorcita Valkyon, no necesito que endulces la realidad. Sé cuál es mi destino y estoy bien, no tengo miedo.


Le miré con cariño y acaricié su cara. Como siempre su piel era muy cálida, lo que me reconfortó más de lo habitual, pues mi temperatura había descendido notoriamente por la pérdida de sangre.


Mystika: ¿Sabes por qué no tengo miedo?

Valkyon: ¿Por qué?

Mystika: Porque no voy a morir sola y ya no siento dolor... {Ahora mismo no querría estar en otro lugar que aquí, contigo...}


Ahora fue Valkyon quien puso su mano en mi cara, acariciando mi mejilla.


Valkyon: Entonces quédate conmigo y no te vayas...


Me limité a sonreírle, mis ojos comenzaban a cerrarse de nuevo.


Mystika: {Este es mi destino... en cuanto pisé este mundo...}

Valkyon: No digas tonterías y despierta, venga.

Mystika: {Él lo ha hecho, no vine de casualidad...}

Valkyon: Vamos, estás delirando. Mírame.


Abrí los ojos no sin esfuerzo para mirarle. Sus ojos estaban empañados y sus iris me penetraron hasta lo más profundo de mi alma.

Acariciando mi mejilla acercó su cara a la mía.


Valkyon: {Perdóname}


Susurró esto último casi entre mis labios.


------------------------------------------------------------------------------------------

[Valkyon]


(Tanto tiempo privándome de su contacto por él y ahora voy a perderla igual...)

Sentía una fuerte opresión en mi pecho, como si alguien agarrara mi corazón con la mano y apretara con intención de reventarlo, una sensación que recordaba haber sentido sólo una vez en mi vida.

Eso y culpabilidad...

Me acerqué a su cara mientras acariciaba su suave piel. Estaba helada y realmente pálida.


Valkyon: {Perdóname}


Acorté la poca distancia que quedaba y la besé... Era la única oportunidad que tenía para demostrarle lo que sentía por ella realmente, lo arrepentido que estaba. Se moría en mis brazos y nada más me importaba, ya era tarde...

Su mano se deslizó hacia mi pelo débilmente, seguramente usando toda la fuerza que le quedaba y sus suaves labios correspondían a los míos con dulzura.

Jamás antes había sentido lo que sentí con ese beso, con sus caricias. Nadie antes lo logró. No quería parar, quería que este momento durara eternamente, que se detuviera el tiempo y retenerla aquí conmigo.

Su mano volvió a deslizarse hacia abajo chocando contra el suelo y yo me separé apenas un centímetro de ella.


Valkyon: {No me dejes...}


Pero ya no abrió los ojos.


------------------------------------------------------------------------------------------

[Ezarel]


Ezarel: ¡Eureka!

Eweleïn: ¿Lo conseguiste?

Ezarel: Sin duda, ha tenido la reacción esperada.

Eweleïn: Déjame ver.


Volví a verter una gota sobre otra muestra y al hacer contacto, ésta se evaporó por completo.


Eweleïn: Fantástico, debemos hacer la suficiente cantidad para todos.

Ezarel: Sí, ahora mismo me pongo a ello.


Eweleïn me ayudó preparando los ingredientes y luego se marchó de vuelta a la enfermería.

Por fin, después de varios intentos fallidos, había conseguido crear una poción para eliminar de nuestros cuerpos el hechizo de Tristan.

(Se te acabó el espiarnos, querido Tristan...)

Dejé calentando los ingredientes, tardaría bastante en evaporarse el agua y sacar el concentrado de la poción, luego se necesitaría una sola gota por persona.

*TOC TOC TOC*


Ezarel: Adelante.

Nevra: Ez.


Nevra se asomó por la puerta con mala cara, parecía más pálido de lo habitual y sus ojeras se marcaban notoriamente.


Ezarel: ¿Necesitas algo? No tienes buena cara.

Nevra: Hay noticias de los chicos.

Ezarel: ¿Qué ocurre?

Nevra: Al parecer Valkyon y Mystika han seguido el rastro del basilisco hasta el Reino de Isekar.

Ezarel: ¿¡Qué!? Por el oráculo, ese lugar es peor que la cueva...

Nevra: Sí y al parecer hace horas que no tienen noticias suyas...

Ezarel: Quizás están ocupados y no han podido informar o no hay nadie que pueda ayudarles a enviar un mensaje.

Nevra: Sí, quizás...


Se le veía realmente abatido, todo su cuerpo parecía estar falto de energía. Estaba irreconocible.


Ezarel: Eh, he conseguido elaborar la poción en la que estaba trabajando.

Nevra: Genial, el menos una buena noticia.


Me acerqué a él y puse una mano en su hombro para reconfortarle, aunque no sirviera de mucho. Su preocupación era contagiosa, yo también temía por la vida de mis amigos, pero no podía manifestarlo, debía mostrarme positivo para no hundir más a Nevra.


Ezarel: Todo irá bien.

Nevra: Ez yo... no quiero perderla, aunque nunca vaya a ser nada más que mi amiga... No soportaría que algo malo le sucediera.

Ezarel: Lo sé colega, sólo no pienses en ello. Todos esperamos que regresen sanos y salvos y eso es lo que ocurrirá.


Nevra asintió furibundo y luego se despidió.

Al rato, el concentrado estaba listo. Repartí una gota del resultado en varios viales y puse un poco de agua purificada en cada uno para que pudiera tomarse correctamente.

Fui a la sala del Cristal para comunicárselo a Miiko y entregarle los viales para ser repartidos en todo el cuartel, apartando antes seis de ellos y poniéndolos en una pequeña bolsa de cuero para enviárselo a Valkyon y compañía junto con una nota explicándoles de qué se trataba.

Si lo enviaba ahora les llegaría a primera hora de la mañana. Por desgracia el Chestok de Chrome no era tan rápido como el Sowige de la gnomo y solía distraerse con facilidad, como su dueño...

Fui a buscar a Chrome a su habitación, piqué a su puerta enérgicamente y por suerte no tardó en aparecer por la puerta.


Chrome: Hola... ¿qué quieres?

Ezarel: Tranquilo vengo en son de paz, necesitamos a Schwarz para enviar algo a los chicos.

Chrome: Sí claro, un momento.


Entró en su habitación y salió a los pocos segundos con su familiar para entregármelo.


Ezarel: Gracias.

Chrome: Jmmm.


Até la bolsita al cuerpo de Schwarz y lo llevé a fuera para que echara a volar de inmediato.

(Espero que no se entretenga mucho y no pierda el paquete...)


------------------------------------------------------------------------------------------

[Valkyon]


Observaba su cuerpo entre mis brazos mientras mis lágrimas bañaban su piel cenicienta. No podía soltarla, no podía dejar de acariciar su rostro, no podía dejarla ir...

Se oyeron unos golpes rápidos y sordos contra la vegetación.

(¿Qué es eso? Es posible que sea...)


Valkyon: ¡Artax!

Artax: (Apresúrate y colócala junto a mí)


Artax se tumbó y rápidamente coloqué a Mystika contra él en el suelo. Su cuerno comenzó a brillar de forma intensa y lo acercó al cuerpo inerte de Mystika, que comenzó a brillar a su vez.


Artax: (Había una especie de escudo que me impedía encontrarla, cuando dejé de notarlo vine a toda prisa, pero seguía sin poder encontrar su rastro...)

Valkyon: (¿Podrás salvarla?)


El unicornio hizo una pausa, demasiado larga para mi gusto a decir verdad, eso no auguraba nada bueno. Le miré con desesperación y sus orbes negros se posaron en mí.


Artax: (No te voy a mentir, apenas tiene vida ya y en este lugar hay fuerzas que me debilitan, pero haré todo lo que pueda)

Valkyon: (Dime qué puedo hacer por ella, qué puedo hacer para ayudarte)

Artax: (Hay algo... Existe una extraña flor que sólo crece en este reino que podría ayudarla)

Valkyon: (Dime cuál y dónde encontrarla)

Artax: (Es la campanilla de luz, puedes encontrarla en la cueva que hay a medio kilómetro de la otra orilla de río)

Valkyon: (De acuerdo, vuelvo en seguida)

Artax: (Ten cuidado)


Eché un último y fugaz vistazo a la mujer que hacía perder mis sentidos, por la que había sacrificado mi felicidad por su seguridad... Ella parecía seguir igual, apenas con un hilo de vida.

Tenía que darme prisa y conseguir esa flor como fuera...


CONTINUARÁ

Continue Reading

You'll Also Like

3.4K 249 6
se trata de como ben se esfuerza a usar el omnitrix de forma de no dañar el reloj y a las personas a su alrededor
56.6K 3K 46
Las lágrimas se corrían por mi rostro, y con un nudo en la garganta le dije: -Te voy a extrañar. -Y yo a ti. Pero nos volveremos a ver. -¿Lo prometes...
104K 4.8K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
203K 20.2K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...