Capítulo 9 - En las profundidades

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Un siseo. Algo arrastrándose...

Ambos nos levantamos de la cama como un resorte.

Mystika: ¡Qué diablos!

Nos acercamos a la ventana para saber de dónde provenía el ruido y de qué se trataba.

Nevra: Mira, ¡allí!

Me señaló hacia la entrada del bosque, una sombra enorme se introducía en la espesura.

Fui de inmediato hacia el arcón donde guardábamos las armas, me coloqué la aljaba repleta de flechas a la espalda, tomé el arco y acto seguido me dirigí a la puerta antes de ser agarrada por el brazo.

Nevra: Hey, hey, ¿dónde te crees que vas?

Mystika: A por lo que quiera que sea eso, obviamente.

Nevra: No.

Mystika: ¿No?

Nevra: ¿Estás loca? Está demasiado oscuro y no sabemos qué es lo que hemos visto.

Mystika: Pero... ¿y si hay alguien en peligro?

Nevra: Se ha metido en el bosque, no podemos hacer nada, saldremos mañana a primera hora.

Mystika: ... Está bien.

Resignada y poco convencida devolví el arco y las flechas a su sitio y volví a la ventana. Estaba claro que Nevra no iba a dejarme marchar, así que resistirse era inútil.

Lo cierto es que no sé qué esperaba ver, lo que fuera que habíamos visto había desaparecido en la penumbra y ya no se oía nada, ni siquiera las aves nocturnas que antes se escuchaban al caer el sol.

Nevra: Vamos, vuelve a la cama y descansa.

Él ya se había acostado y me invitó a tumbarme dando golpecitos en la cama.

Mystika: Sí papá...

Con fastidio fingido me tumbé con los brazos detrás de mi cabeza sin dejar de mirar por la ventana.

Nevra: Si intentas escapar te retendré a la fuerza.

Mystika: No será necesario, seré buena.

Nevra: Por tu bien, que así sea.

Mystika: ¿Por mi bien? Jajaj ¡Anda! 

Le tiré un cojín a la cara riendo y luego me acomodé en mi sitio girándome en dirección a la ventana y, por ende, hacia el lado contrario donde estaba Nevra.

En seguida me venció de nuevo el sueño.

Por desgracia me desperté varias veces agitada a causa de una pesadilla y volvía a dormirme igual de rápido. Pero en uno de esos despertares sentí que Nevra me abrazaba y ese contacto relajó mi cuerpo pudiendo conseguir dormir tranquila el resto de la noche.

...

Los primeros rayos de sol comenzaron a entrar por la ventana directos hacia mis ojos. Intenté estirar el cuerpo pero el brazo de Nevra seguía alrededor de mi cintura ejerciendo un poco de fuerza. Para poder escapar le agarré la mano y la separé de mí con cuidado para no despertarlo.


Nevra: ¿No vas a darme un beso de buenos días?

Volvió a poner la mano en mi cintura y estrechó su agarre, atrayéndome hacia él.

Diario de una Guardiana | ELDARYA [1a Temp. COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora