Holaaqui estoy con un maraton de capitulos hasta el epilogo , espero que les guste y me dejen saber su opinión. Besos y gracias a todas por sus buenos deseos. Ahora si a leer!!!!!
Capitulo 30: Eres un cínico
James
¡Tonto no soy! Y eso de que asaltaron mi departamento no me cuadra y mucho menos la forma de hablar o actuar de Claire. La conozco demasiado para saber que nunca hubiera dejado una carrera que le encanta. Ella le gusta ayudar y especialmente a los niños, ¿Cómo de un día para otro puede cambiar de opinión? Eso no es nada lógico y mucho menos coherente. ¿Cómo de un día para otro tiene actitudes que nunca había utilizado? Había ido a la comisaria a averiguar sobre el caso en contra del ladrón y ¿Cuál fue mi sorpresa? No había denuncia y mucho menos un ladrón que hayan aprendido. Entonces, ¿Dé quien era la sangre en mi departamento? Claire me estaba mintiendo en mis propias narices y algo debió pasar en mi departamento para que no me lo cuente.
— ¿Qué quieres? — pregunto una Susana ojerosa y algo desalineada. Llevaba unos jeans azul claro gastados, una camisa vaporosa color crema y su cabello suelto sin peinar. Llamé a Susana después de haber salido de la comisaría, tenía unas preguntas que hacerle respecto al cambio de Claire y la manera en que ayer la trato. Espero que ella tenga las respuestas que necesito, pensaba ansioso.
—Necesito preguntarte algo sobre Claire. Quiero saber, ¿Cómo ha actuado contigo estos últimos días? — pregunté poniendo las manos sobre la mesa en aquella pequeña cafetería cerca de su edificio.
—Realmente eres un cínico, ¿Cómo te atreves a preguntar algo así después de lo que le hiciste? Claire te tiene que amar de verdad para haberte perdonado —respondió mirándome con resentimiento y profunda rabia. ¿Qué? ¿Qué le hice? Yo sería incapaz de hacerle daño.
—Susana no te entiendo, ¿Dé que me hablas? ¿Qué le hice a Claire? — pregunté algo preocupado y enarco una de sus cejas.
—Ahora te haces el imbécil. Decías amarla y la engañaste con otra — me apuntaba con el dedo y sabía que quería golpearme por sus gestos incontrolables de las manos. Los ojos no los pude abrir más porque no puedo y si pudiera lo haría. La miré por unos segundos para luego comenzar a reírme.
—Susana por Dios yo sería incapaz de engañarla. Yo amo demasiado a Claire para hacerle eso tan bajo — dije poniéndome serio y algo enojado. Para nada me gustaba que dijera ésas cosas de mí cuando jamás sucedería.
—James por favor la misma Claire me lo contó. Ella misma te vio revolcándote con aquella zo...
— ¡¿Qué?! ¡¿Qué carajos dices?! ¡¿Cómo voy a estar engañándola si todos éstos días se ha quedado conmigo?! — grite dando un fuerte golpe a la mesa que sobresalto a la pelirroja y algunos curiosos ahora nos miraban de espectadores.
—No mientas ella estaba en mi departamento éstos días sin salir un solo día. Ayer en la mañana se fue y luego me insulto cuando la llamé — dijo soltando un leve suspiro. Está mujer me está haciendo perder la paciencia con sus cosas y la voy a mandar a buen sitio si sigue jugando.
—Ella estaba conmigo. No me digas que estaba en dos lugares a la misma vez — solté bastante serio y sin pedirlo la pelirroja puso ante mí un mensaje de texto que Claire le había enviado por la mañana.
Susy me voy dejé todo limpio y no te preocupes estoy bien. Ya no soltare más lágrimas por alguien que no tomó enserio lo que yo sentía y me traiciono de la peor manera. Así que tú tranquila.
¿Qué? Yo no la engañe. Entonces ¿Con quién demonios yo estaba en mi departamento? Ése mensaje es la prueba de que estuvo con Susana y es imposible que estuviera conmigo a la vez. Esto no puede estar pasando, esto debe ser una broma y de muy mal gusto.
—Mira Susana, ¿Cómo es posible que ella pasó los días en tú casa y en el mío también? Porque te juro que se ha quedado conmigo éstos cuatro días inclusive me ha acompañado a trabajar. ¿Explícame eso? — Susana se quedó pensativa un momento como si de verdad hubiera algo extraño en todo esto y de verdad si lo había.
—No sé, James. La otra vez le comenté a Claire que la había visto en el centro comercial y ella me aseguró que me confundí porque ella no estaba en la ciudad ese día — hablaba más para ella misma que para mí y eso me desesperaba.
—Si dices que Claire me vio con otra cuando no es cierto porque yo la amo. Hay una sola forma de averiguarlo y ésa es viendo los videos de seguridad del edificio — sugerí levantándome mientras dejaba dinero en la mesa y saliendo a zancadas de la cafetería mientras escuchaba a Susana gritar que la esperará cosa que no hice.
Encendí el auto y arranque a toda velocidad hacía mi edificio. Todo estaba en su contra, su cambio de actitud, de pensar y hasta la manera de hacer el amor es distinta. Mi Claire era apasionada y está es algo así como salvaje. Tenía un mal presentimiento de que algo no estaba bien y solo espero que no sea algo malo porque no se qué haría.
Cuando entré a mi edificio fui directo al portero y esté no era el mismo de todas las mañanas. Esté era algo más joven y tenía un semblante que parecía un cordero degollado. Tal vez era su primer día, pensé.
— ¿Cómo te llamas? — pregunté saltándome los saludos y el chico trago nervioso.
—Osvaldo, señor. Soy nuevo, me enviaron porque el anterior renuncio anoche — respondió con voz temblorosa y yo negué con la cabeza. —. Bueno Osvaldo necesito las grabaciones de las cámaras de seguridad de esta semana y no te atrevas a negármelo porque puedo hacer que nunca en tú vida vuelvas a trabajar — lo amenace mientras le apuntaba con el dedo y el chico asintió comenzando a caminar fuera de la recepción.
Me llevo al pequeño cuarto de seguridad donde había varios monitores grabando en los distintos ángulos del edificio. Había ángulos en la entrada, en los alrededores y en la parte trasera que casi nadie salía por allí. Le especifique el día exacto en que comenzará y la grabación comenzó a correr mostrando el entrar y salir de los demás vecinos. Cuando de repente vi entrar a Claire con paso firme y tomaba el ascensor. La grabación siguió y poco a poco la adelantábamos porque si no íbamos estar todo el día en esto. De repente luego de varias horas vuelvo a ver a Claire entrando al edificio, pero con ropa distinta.
Por un instante pensé que mi corazón se detenía con lo que estaba viendo, pero cuando la volví a ver salir está vez llorando y casi corriendo para salir del edificio, sentí que iba a desfallecer. Mi mente estaba en blanco y no podía pensar con claridad. Me sentía como una basura, una porquería y un poco hombre. ¿Cómo no pude diferenciarlas? ¡Maldita sea me acosté con ella! ¡Claire no me va a perdonar! Al fin y al cabo terminé siendo peor que el desgraciado de Raúl.
—Gracias — susurre con la cabeza gacha y con el corazón roto.
—aquí está otra vez, señor — me llamo el joven cuando ya estaba apuntó de salir por la puerta.
Me quedé mirando al monitor y era Claire entrando nuevamente al edificio. Se le notaba algo triste, pero decidida mientras caminaba al ascensor. Pasaron largos minutos cuando vimos a Raúl que salió del ascensor y hablaba con el portero que luego lo siguió a grandes pasos. ¿Qué demonios hacía Raúl en el edificio? En el otro monitor divise al portero luego de un buen rato que tomaba a alguien en brazos para salir por la puerta trasera. Casi me muero cuando vi que era Claire en sus brazos inconsciente y la impostora estaba ayudando a abrir la puerta del auto cuando salieron afuera. En cuestión de segundos echaron a la mujer que amo y la cual traicione dentro del auto para luego arrancar.
¡Me la golpearon! ¡La sangre era de ella! Me sentía furioso, angustiado y preocupado. ¿En dónde la tienen? ¿Estará bien? Solo le pedía a Dios de que así fuera porque si algo más allá de lo que acabo de ver le sucede no me lo perdonaré nunca. Las manos me sudaban y trataba de buscarle una solución a todo esto, pero nada venía a mi cabeza. Lo que si estaba seguro es que los metería presos incluyendo al portero. Esto no se va a quedar así, pero primero debo de hablar con la familia de Claire.
Damián, Kelly y mi suegra estaban sentados en el mueble esperando expectantes lo que vine a decirles. No podía perder más tiempo y puse las grabaciones para que ellos la vieran. Mi suegra soltó un gritito de horror cuando las vio a ambas y más aún cuando vio que se la llevaron.
—Mamá me puedes explicar ¿Cómo es que hay otra mujer idéntica a mi hermana? — pregunto mi cuñada levantándose de un salto del mueble y caminando de un lado a otro.
—No lo sé. Sí, estuve embarazada de gemelas, pero luego tú padre vino con la noticia que unas horas después había muerto y el doctor lo confirmo. No puede ser que tú padre me allá hecho esto — susurro al borde de las lágrimas.
— ¡Mi padre es un desgraciado! ¡Nos separó de nuestra hermana para que luego regresara convertida en ésa loca! ¡Claire está en peligro! ¡Algo le hizo no ves como estaba! — exclamo furiosa para luego romper a llorar y Damián no dudo un segundo en abrazarla.
—La vamos a encontrar amor, cálmate — decía su esposo acariciando su pelo mientras yo tenía los nervios en un hilo.
No pude seguir escuchándolos discutir de lo que íbamos a hacer cuando no llegábamos a nada en concreto. Si avisábamos a la policía la pondríamos en alerta y si no lo hacíamos podríamos correr el riesgo de que algo peor le pasará. Sabía donde iría y lo primero que haría era romperle la cara hasta que me dijera donde la tenían. La maldita impostora me había llamado varías veces y no le respondí porque si no echaría todo a perder. Tenía unas ganas tremendas de halarla de los pelos y barrer el suelo con ella, pero ante todo soy un caballero y no podría golpear a una mujer.
No tarde mucho en llegar al complejo de edificios donde reside el infeliz de Raúl. Me paré frente a su puerta y toque con insistencia aún cuando lo escuché que venía abrir seguí tocando. Cuando abrió la puerta me abalance contra ella dándole un fuerte golpe que lo hizo tambalearse. No le di tiempo a que se levantará y le propine una patada con todas mis fuerzas causando que se cayera al suelo.
— ¡¿Dónde tienes a Claire?! ¡Más te vale que me lo digas o te juro que te mato! — grite tomándolo de la camisa y tirándolo contra de la pared.
—No sé de qué me hablas imbécil — dijo mientras se quejaba y eso me hizo enfurecer mas. Lo tiré al suelo y me abalance sobre él dándole golpes cada vez más fuertes. No podía parar de golpearlo y con cada golpe sentía que más furioso me ponía.
— ¡¿Ahora me vas a decir?! — lo levante un poco con mi rostro frente al suyo y esté estaba completamente hinchado. La sangre le salía de la boca y la nariz además de que debía tener alguna costilla rota.
—Me vas a tener...que matar porque no te diré nada — respondió con una sonrisa burlona y me escupió la sangre en la cara. Estaba que no lo soportaba más así que lo levante mientras el trataba de zafarse y me lo llevé al auto. No puso mucha objeción porque casi no podía ni caminar y así mismo lo lleve a la policía. Me importaba poco que la familia de Claire no quisiera dar partes a las autoridades, pero teníamos que hacer algo antes de que sea muy tarde.
Claire
Llevaba un día enteró encerrada en ése cuarto y cada cierto tiempo entraba un hombre vestido de enfermero para inyectarme. No sé lo que era, pero rápido me sentía con sueño o en las nubes. Además, estaba el hecho del horrible dolor de cabeza que tenía por el fuerte golpe que ésa mujer me propino. Solo espero que James me encuentre pronto porque no puedo con esto. Estoy desesperada y no paró de gritar para que alguien me saque, pero no me hacen caso. Cuando miró por la ventana me encuentro con un jardín en donde hay muchas personas caminando o sentadas con ropa blanca y pantalones largos color negro. Por la forma en que se ve este lugar supongo que es una institución para personas con problemas mentales y eso me aterra. No quiero terminar desquiciándome por culpa de ése par que solo quiere quedarse con el dinero de James.
—Yo la sujeto y tú encárgate de darle la dosis —ordeno entrando el moreno de ojos marrones y fuertes facciones con una mujer algo mayor.
— ¡Déjenme salir! ¡Por favor! — comencé a gritar y al instante el moreno me sostuvo con fuerza.
—Hazlo rápido — ordenó a la mujer que se sobresalto ante su fuerte voz. Yo no paraba de moverme para que no volvieran a inyectarme. Sabía muy bien que no eran drogas de las que utilizan en la calle sino medicamentos para personas con problemas psiquiátricos, pero esos medicamentos pueden ser peligrosos y más si lo suministran varias veces al día como lo están haciendo conmigo.
—Por favor no me haga esto recapacite...—dije llorando tratando de hacerla entrar en razón. En sus ojos vi la duda, pero de todas maneras me suministro el medicamento.