El resto del día transcurrió sin pena ni gloria, almorcé con Aisling y Brooke, y cuando iba camino a casa recordé que no le había devuelto las cartas a Caitlin, ya era muy tarde para encontrar a la chica en la escuela, así que no me devolví, simplemente seguí mi camino.
Iba caminando sola, ya que hoy las chicas tenían otras cosas que hacer y no irían directamente a sus casas. Estaba pensando mucho en el porqué soy tan impulsiva y cómo iba a lidiar con el tiempo que pasaría con Louis haciendo el trabajo, a pesar de que la charla de hace unos días con Ryan me dio ánimos para confesarme creo que aún no estoy preparada para dar ese paso. Aún así reconocía que ya que había tomado el impulso debería dar aquellos tan temidos primeros pasos.
Cuando llegué a la cafetería el lugar estaba un poco lleno de gente, así que inmediatamente me puse a ayudar a atender las mesas. Unas horas después, cuando estaba a punto de irme a casa para realizar los deberes de la escuela, vi entrar en el local a la persona en la que tanto había estado pensando. Por la puerta de local estaba entrando Louis, iba acompañado de su padre, quien se veía un poco pálido, tomaron asiento es una mesa con una bonita vista y Declan se acercó a tomar su orden.
Y como al parecer hoy era el día de ser valiente me acerqué a su mesa para saludar.
—Hola —dije con un tono de voz algo bajo.
—Hola, Les —respondió él, miro hacia donde estaba sentado su padre y dijo— este es mi padre Jamie.
Extendí mi mano hacia al señor y le dije:
—Mucho gusto señor, mi nombre es Leslie, soy una compañera de clase de su hijo. —dije mientras le miraba un poco nerviosa.
—Encantado de conocerte Leslie —respondió— Veo que trabajas en este lugar, ¿Me podrías indicar donde está el baño?
Luego de darle las indicaciones para llegar al baño y de que este se marchara en esa dirección me quedé a solas con Louis, o bueno lo más a solas que puedes estar en un establecimiento lleno de gente.
—Y ¿Cómo has estado? —pregunté. Puede que esa fuera una pregunta tonta porque nos habíamos visto hace poco, pero el lucía más cansado que la ultima vez que lo vi.
—Supongo que bien —respondió— o al menos dentro de lo que se espera, es un poco agotador hacer visitas al hospital.
—¿Estás enfermo? —me animé a preguntar.
—No, no estoy enfermo, estaba acompañando a mi padre —dijo— solamente eso.
Luego de realizar esa pregunta nos envolvió un ambiente un poco raro pero sorprendentemente pude sortearlo y mantuvimos una charla muy tranquila y amena hasta que llegó su padre a la mesa y Declan con su pedido.
Me levanté de la mesa y hice un gesto de adiós con la mano, luego entré a la oficina de mi madre y ella me miró extrañada y preguntó:
—¿Qué haces aquí? Deberías ir de camino a casa para ponerte al día con tus deberes de la escuela.
—De hecho ya me iba —dije—, nos vemos en casa.
Hice mi camino a casa con tranquilidad y con una boba sonrisa en mi rostro, fue lindo mantener una conversación normal con el y algo importante, no fui una chica torpe y tampoco tartamudee, creo que el punto está en la práctica mientras más hable con él menos torpezas cometeré o algo así.
Pero de algo estaba segura parece que harían falta muchas conversaciones antes de que esa sensación de mariposas en el estómago que sentía cada vez que hablaba con el desaparecieran.
En casa luego de hacer mis deberes entablé una pequeña conversación vía WhatsApp con Erin, estaba comentándome un poco sobre su día en la casa de modas y sobre algo que pasó con su jefa. Más tarde mamá y yo estábamos cenando en la cocina y poniéndonos al corriente de lo sucedido en nuestro día.
—Declan me dijo que te vio hablando con un chico, ¿ese era el chico que te gusta? —preguntó mientras me daba una sonrisilla.
—¡No te rías! —chillé—, si vieras los episodios vergonzosos que he pasado delante de él.
—Es normal a tu edad y con tu mala coordinación al caminar, Les —dijo—, no creo que el recuerde mucho esos episodios que dices.
—Yo creo que sí los recuerda, pero buscaré que los olvidé, o mejor, que los reemplace con recuerdos bonitos —dije mientras miraba a mi madre con una sonrisa en mi cara.
—¡Ay!, ¡Qué linda sonrisa! —exclamó— si te vieras cuando hablas de él entenderías mi emoción. Pero en fin, ¿Fue una buena conversación la de hoy?
—Hoy fue un buen día —dije antes de tomar un bocado de comida— hablamos en la escuela y también en la cafetería, además tenemos que hacer un trabajo juntos, esto ultimo me tiene un poco nerviosa porque hasta ahora nuestras conversaciones han sido corta y ya en una ocasión le he derramado una taza de café encima.
—No te preocupes cariño, estoy segura de que cuando hables con el para el trabajo todo saldrá bien —dijo mi madre.
—Confías demasiado en mí —le respondí.
—No, solo lo suficiente —comentó mientras recogía los platos de la cena.
Al día siguiente me encontraba en clases pensando en cómo hacer el trabajo del profesor Byrne que tenía que hacer con Louis, si me enfocaba en los detalles del trabajo quizás pudiera mantener una buena reunión para discutir los pormenores del trabajo, no habría torpezas ni cafés derramados, sería una chica responsable y me enfocaría en el trabajo y no en con quien estaría hablando.
Levanté la mirada por unos minutos y me fijé en que Brooke estaba mirando fijamente a Aisling, así que me animé a preguntar.
—¿Por qué la estas mirando tan fijamente?
—Porque quizás así se sienta culpable por involucrarme en una de las reuniones para tomar el té de su madre, lo peor es que para colmo también nos oculta cosas, por ejemplo lo que sea que haya pasado con Darren.
Miré a la pelirroja con incredulidad, no esperaba que dijera todo eso porque Brooke suele ser más bien callada cuando se trata de temas que pueden incomodar a la otra parte. Supongo que se cansó de esperar unas palabras de la rubia con respecto a ese tema en específico o a cualquiera en general, porque aunque me dolía admitirlo se sentía como si Aisling cada vez más se encerrara en sí misma y no nos hacía parte de nada de lo que tenía que ver con ella.
—No quiero hablar de nada que no sea la clase ahora mismo, así que no voy a responder a nada de lo que dijiste Brooke, lo siento chicas no puedo distraerme en esta materia ya que corro el peligro de perderla —dijo mientras anotaba algo en su cuaderno.
Brooke bufó y dejó de mirarla y sobre nosotras cayó un ambiente tenso, no sabía qué decir para aligerar el ambiente porque era consiente de que no existía casi nada capaz de aligerarlo. Miré hacia donde estaba Aisling y por primera vez en toda esta semana noté algo más que indiferencia o molestia.
Cuando la clase terminó le pedí a Brooke que me acompañara a entregarle las cartas a Caitlin, inmediatamente dije el nombre Aisling levantó la cabeza y miró las cartas que tenía en las manos.
—¿Quieres acompañarme a entregarlas? —le pregunté—, sé que no es tu persona favorita pero quizás no es mala persona, quizás solo te hace falta conocerla.
—No gracias, tengo algunas cosas que hacer —respondió—. Nos vemos luego, chicas.
Podía ser torpe, pero no tonta me dije mientras veía a Aisling dejar el aula, ella nos estaba evitando a toda costa, o mejor dicho estaba evitando una conversación sobre cierto tema que teníamos pendiente hace mucho.
Brooke y yo nos dirigimos hacia el pasillo donde pudimos vislumbrar se encontraba Caitlin. Cuando llegamos a su lado le entregué las cartas, ella nos agradeció tímidamente.
Caitlin es una chica preciosa, morena de ojos almendrados y con un pelo rizado hermoso, no dejo que las primeras impresiones sobre ella me prejuicien, sé que ella es mucho más de lo que vi a simple vista.
La conversación con Caitlin fue corta, no dijimos mucho, así que luego de dejar a Brooke en la biblioteca me dirigí a la cafetería para hablar con Louis sobre nuestro proyecto.
Estaba sentando en una esquina de la cafetería, llevaba puesto un jersey azul que resaltaba el color de sus ojos, me acerqué a el a un paso tranquilo, no quería accidentes de nuevo, esta vez no llevaba ningún café en mano, lo que reducía mucho las posibilidades de un nuevo desastre.
Cuando me acerqué lo suficiente lo llamé por su nombre y el se giró hacia mi y me brindó una sonrisa, esa sonrisa casi hace que mis piernas flaqueen.
—¿Cómo estas Leslie? —preguntó con tranquilidad.
—Estoy bien, y espero que tú también te encuentres bien —dije torpemente.
Necesitaba enfocarme, no ponerme a divagar ni a pensar en que estaba hablando con el chico que llevaba gustándome ya desde hace mucho tiempo.
—Me alegro de que estés bien —contestó—, tengo algunos apuntes que realicé ayer para ir avanzando con el trabajo.
Para mi el tiempo pasó definitivamente lento mientras compartíamos notas y apuntes para nuestro proyecto, en un par de ocasiones me distraje observándolo pero gracias al cielo el no se percató. Luego de dar por terminada nuestra pequeña reunión de estudios en la hora de almuerzo acordamos comunicarnos por WhatsApp para coordinar cualquier cosa. Ahora tenía la oportunidad de enviarle mensajes poniendo por excusa el proyecto así que en lo que a mí respecta este sería uno de los días más memorables de mi vida, porque al parecer aunque yo daba mis pequeños primeros pasos estos eran concisos.