En La Guerra y El Amor (NALU...

Por Nalu_Shipper_JackieB

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Una guerra civil que esta acabando con una nación, dos bandos dispuestos a defender sus ideales y dos almas q... Más

Conflictos
Bajo Ataque
Un Ángel
No Solo Hay Heridas Físicas
Una Enredada Historia
Los Opuestos Se Atraen
¿Me Esta Mintiendo?
Una Linda Sorpresa
Amor en Medio del Dolor
Evidencia
Traición
Sacrificio
Sin Tiempo Que Perder
A Salvo

Por Siempre Juntos (Capítulo Final)

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Por Nalu_Shipper_JackieB

Las secuelas de la guerra deján marcas muy díficiles de borrar y no se trata solo de heridas físicas sino también aquellas que quedan marcadas en el corazón.

La guerra civil en Fiore no ha terminado y se intensífico aún mád con la muerte del General Dreyar. El gobierno se convirtió en una dictadura, afectando mayormente a los pobres. Muchos han huído del país, otros permanecen luchando y tristemente algunos se convierten en parte de los cifras de mortalidad del país.

Francia ha intervenido pero las negociaciones estan lejos de dar algún resultados, pues el presidente se ha cegado de poder y sus seguidores se han cegado también. Otros países intervienen pero la ayuda no llega a todos los sectores afectados, pues el mismo gobierno los bloquea.

El hospital de Lucy al final fue descubierto pero afortunadamente estaba abandonado. El ejército quemó el lugar, reduciendo todo el esfuerzo de la rubia a cenizas. Los pobladores de la región del norte se unierón e hicieron una emboscada causando la muerte de medio pelotón de soldados y la de algunos aliados.

Los noticieros solo muestran los horrores que pasa en Fiore y con pesar Lucy solo se resignaba a mirar por la televisión el dolor y sufrimiento de las personas. Ella anhelaba regresar a su país pero su padre se lo había prohibido. Sus pensamientos fueron interrumpidos ya que alguien tocó la puerta.

Levy: ¿Puedo pasar?

Lucy: Claro que si, Levy.

Había pasado un mes desde que Jude la rescató de una muerte segura pero sus heridas a penas comenzaban a sanar por completo. La peliazul era su enfermera personal desde el momento en que llegarón a la ciudad de Lyon, Francia.

Levy: Es hora de retirarte las compresas, Lucy.

Despacio la rubia se sentó a la orilla de su cama. Ella estaba cubierta de unas compresas que le ayudaban a reducir los moretes de su cuerpo y aliviar un poco el dolor. La paliza que había recibido por parte de su medio  hermano la dejó con una contusión en el lóbulo occipital, múltiples hematomas en todo su cuerpo y una herida en su mejilla.

Levy: Has mejorado mucho.

Lucy: Si pero aún me duele hacer algunos movimientos.

Levy: Las terapias te ayudaran con eso.

Lucy: Lo sé...

La rubia ha pasado estos últimos días muy deprimida por muchas causas pero la mayor de ellas era que no había visto a Natsu desde el día en que fue rescatada, ya que ella perdió el conocimiento por tres días y cuando despertó estaba ya en un hospital de París. A la semana fue trasladada a la ciudad de Lyon y hasta ese día no se había pódido comunicar con él.

Levy: Tu padre quiere que salgan a cenar.

Lucy: No estoy de humor para salir.

Levy: Vamos, Lu. Será divertido y te ayudará a despejar tu mente.

Lucy: Levy, no quiero salir. Quiero irme a dormir temprano.

Levy: Que tal, si sales a cenar con tu padre y despejas tu enredada mente.

La rubia solo agachó su mirada.

Levy: No has sálido desde que llegamos a la ciudad de Lyon y creemé que te encantará. Hay hermosos jardines y esta noche habrá luna llena, ¿qué dices?

Lucy: Levy, no insistas, por favor.

Levy: ¡Tu padre te tiene una sorpresa!

Lucy: No me interesa.

Levy: Apuesto que te gustará.

Lucy: No creo que algo me animé en este momento.

Levy: Apuesto a que sí.

La peliazul terminó su faena y se incorporó para abrir el closet de Lucy.

Levy: Mira, este vestido es perfecto para esta época de primavera. Te verás muy linda.

Lucy: Levy, aún tengo moretes por todo mi cuerpo, eso no me quedará bien.

Levy: Nadie se fijará en eso, te lo prometo.

Lucy: Levy...

Levy: Lucy... Si, hazlo por tu padre.

Aunque ella no estaba de acuerdo con la cena, aceptó. Por lo que se preparó de manera sencilla para salir, tomando en cuenta que solo estaría con su padre. Cuando estuvo lista, se sorprendió al ver que Loki estaba esperando por ella en el auto.

Loki: Buenas noches, Srita. Heartfilia.

Lucy: ¿Loki, qué haces aquí? ¿Dónde esta mi padre?

Loki: Pues yo soy quien la llevará al restaurante y su padre esta allá esperándonos.

La rubia no entendía mucho que pasaba, se supone que Loki había regresado a Inglaterra para servir como agente de las fuerzas especiales de la policía pero él estaba frente a ella actuando como si aún trabajara para su padre.

Lucy: Loki dime la verdad, ¿mi padre planea algo?

El pelinaranja sonrió.

Loki: Como siempre no puedo ocultarle nada, Srita. Heartfilia. Solo le pido se muestre sorprendida en el restaurante, por favor.

Lucy: ¿Qué clase de sorpresa es?

Loki: Ya conoce a su padre, una recepción en honor a su trabajo en Fiore.

Lucy: Debí imaginarmelo... Mi padre nunca cambia.

Loki: Simplemente esta orgulloso de lo que usted hizo.

Sin protestar más la rubia subió al auto, creyendo lo que el pelinaranja le había dicho. Durante el camino la chica contemplaba sus brazos, sorprendiéndose de que algunos de los hematomas aún no desaparecíandel todo, ella cree que ese es el problema de tener la piel muy blanca. La rubia estaba tan distraída que no se percató en que momento llegarón al lugar.

Loki: Srita. Heartfilia, hemos llegado.

La chica levantó su rostro, observando como su padre se acercaba al auto para abrirle la puerta.

Jude: Cariño, estuve esperándote mucho tiempo.

Lucy: Lo siento, es que en verdad no quería venir.

Jude: ¿Porqué? Si es una hermosa noche de primavera.

Lucy: No estoy de humor para andar afuera.

Jude: Bueno espero esta cena te haga cambiar de opinión.

Él le ofreció su brazo y ella aceptó sin protestar más. En la entrada un mesero les atendió, llevándolos al área de la terraza. La luz de la luna iluminaba el paisaje de una manera casi irreal y Lucy se maravilló de la hermosa vista pero conforme acercaban a la mesa ella pudo reconocer una figura.

Lucy: ¿Papá?

En ese momento se dio cuenta de la verdadera sorpresa de su padre.

Jude: Por fín conseguí hacer venir a tus amigos al país pero imaginé que a quien querías ver primero es a ese chico Dragneel, ¿no?

Ella detuvo la marcha, mirando a su padre a los ojos.

Lucy: ¿Lo apruebas?

Jude: Después de ver como te cuidó aquella noche de que Laxus murió, me dí cuenta que eres muy importante para él y sé que te cuidará como es debido.

La rubia no contuvo su emoción, abrazó a su padre y corrió hacia la terraza con mucha emoción. Su corazón estaba acelerado y no pudo evitar llorar. Por alguna razón ya no había dolor en su cuerpo y verlo a él correr hacia ella le aseguró que era amor verdadero.

Natsu: ¡Lucy!

Lucy: ¡Natsu!

Se abrazaron y ambos estaban llorando de felicidad.

Lucy: Te extrañé...

Natsu: Lo siento mucho por no poder cuidarte todo este tiempo.

Lucy: No importa, no fue tu culpa.

Natsu: Me alegró tanto que estes bien, me asusté mucho cuando te encontramos en la base central. No hubiera soportado perderte.

Él la abrazó un poco más fuerte pero el dolor volvió al cuerpo de la chica e hizo que ella se quejara. Apenado, Natsu volvió a disculparse, causando gracia en ambos. Se rierón nerviosamente y se dirigieron a su mesa.

Natsu: Te trajé algo...

Lucy: No debiste molestarte...

Pero el chico no prestó atención a las palabras de Lucy y sacó del bolsillo de su chaqueta aquel pañuelo que la rubia había dado por pérdido.

Lucy: ¿Así qué tú te quedaste con el pañuelo?

Natsu: Estaba muy manchado y decidí arreglarlo para tí.

Lucy: Eres muy dulce...

La chica no pudo seguir hablando ya que él se arrodilló ante ella, tomó el pañuelo y reveló la sorpresa.

Natsu: Creo que no podía esperar más...

Lucy: ¿Es en serio?

Él le tomó la mano, besando su dorso.

Natsu: Lucy, sé que parece una locura que en tan poco tiempo de conocernos te proponga matrimonio pero eres una mujer excepcional que me hizo entender que a pesar de las díficultades siempre hay que mantener la esperanza; me hiciste entender que cuando dicen que todo se vale en la guerra y el amor, no solo es para derrotar al enemigo sino que también para ayudar a los demás. Contigo conocí que no hay bandos, sino solo personas buenas y malas; conocí que es entregarse a lo que te apasiona sin importar el que diran y principalmente conocí lo que es el amor. Por lo que no tengo dudas en que eres la mujer que quiero a mi lado por siempre y a la que prometo amarla cada día de mi vida. Lucy, ¿te casarías conmigo?

La emoción invadió de nuevo a la rubia, por lo que con un beso respondió a la petición del chico. Estaban felices y pesar de su edad, ambos estaban seguros que en verdad se amaban.

Lucy: Nada me haría más feliz que ser la Sra. Dragneel.

Un año después...

Era una hermosa tarde de primavera en la ciudad de París. La ciudad estaba vestida con hermosas flores que alegraban con sus colores a cualquiera que se detuviera a contemplarlas.

En una pequeña locación, una congregación se había reunido para celebrar la unión de dos almas para siempre. Jude entró a la sala de espera en donde su hija estaba recibiendo los últimos toques de maquillaje.

Jude: ¿Puedo pasar?

Levy: Sr. Heartfilia, pase. Lucy casi esta lista.

Lucy: ¿Qué te parece, papá?

Jude: Te ves hermosa, pareces una princesa con tu vestido de novia.

Él la abrazó tratando de no arruinar su arreglo y conteniendo las ganas de llorar.

Jude: Estoy seguro que tu madre esta sonriendo desde el cielo y tu padrastro de seguro esta muy orgulloso de tí.

Lucy: ¿Eso crees?

Jude: Si, cariño.

De pronto la organizadora de la boda entró a la sala para anunciar que todos los invitados habían llegado y que estaban listos para iniciar la ceremonia. Jude tomó del brazo a su hija, dirigiéndose al salón y al compaz de vals Canon en D Mayor caminaron hacia el altar.

Natsu al escuchar las primeras notas del vals se emocionó, viendo como su prometida caminaba elegantemente hacia él. Durante ese año ambos habían logrado muchas cosas y culminarlo de esta manera no podía ser más perfecto para él.

A Lucy aún le faltaban un par de años para convertirse en médico y él estaba a unos meses de ser profesor. Zeref su hermano estaba estudiando para ser abogado y había conocido a una chica llamada Mavis de la cual se enamoró casi al instante. Grandine no podía estar más orgullosa de sus hijos y mucho más feliz por las mujeres que ellos habían escogido para pasar el resto de sus vidas juntos.

La congregación estaba de pie y muchos de ellos no pudieron contener la emoción. Uno de ellos, Gajeel el cual estaba junto a su esposa Levy y su pequeña hija Emma. Ambos habían iniciado un pequeño negocio y les estaba yendo muy bien.

Juvia estaba en un mar de lágrimas y es que el embarazo no le ayudaba mucho a controlar sus sentimientos, por lo que Gray la abrazaba para ayudarla a mantener la postura. La peliazul continuó sus estudios en enfermería y ahora trabaja en el hospital de niños de la ciudad de Lyon. Gray trabaja en un banco y esta próximo a ser promovido a gerente del lugar.

Mirajane y Lissana decidieron irse a vivir a Italia pero habían venido a Francia solo para presenciar la boda de su amiga. Las hermanas Strauss han fundado un restaurante y en honor a su difunto hermano el lugar se llama La Cocina de Elfman.

Loki esta destacado en Inglaterra y ahora ya es sub-teniente de la policía brintánica. Esta en una relación seria con su compañera de trabajo y al parecer aprovechará que esta en la cuidad del amor para proponerle matrimonio.

Jellal: Sr. Dragneel, su novia se ve hermosa.

Esas fueron las palabras del abogado al galante novio que esperaba con mucha emoción a su prometida en el altar. Su suegro se acercó con su chica al lado y el pelirosa no pudo evitar llorar de alegría.

Jude: Confío en que cuidaras bien de mi hija.

Natsu: Así será, señor.

Y con eso dio comienzo a la ceremonia. Los presentes se sentaron, escuchando atentos a las palabras del abogado. El momento de los votos llegó, cada uno expresando su amor y devoción por el otro, intercambiaron anillos y con un beso sellaron el pacto de amor eterno.

Natsu: Te amo, Sra. Dragneel.

Lucy: Te amo, Sr. Dragneel.

Y luego de una sencilla recepción, la pareja se encontraba en su nueva casa en la ciudad, ya que Lucy realizaría sus prácticas en París, lo conveniente era mudarse. No tenían muchas cosas aún, a pesar que Jude insistió en ayudarles ellos prefieren hacerse de sus poseciones por sí mismos.

Natsu: Al fín estamos en nuestra casa.

Lucy: Así es... 

Natsu: Esto parece un sueño.

Lucy: Un hermoso sueño.

Natsu: Así es...

El pelirosa la tomó suavemente entre sus brazos y a pesar que estaban muy nerviosos, se dirigierón a su habitación. Al estar en el umbral de la puerta, él la besó gentilmente en los labios, la colocó de nuevo en el piso y se besaron de nuevo.

Las manos del chico recorrieron la espalda de su esposa y ella se aferró al cuello de su esposo. Los besos al principios eran cortos pero poco a poco se fueron profundizando. Muchas veces ellos habían llegado a ese punto pero se detenían por esperar para el día de su boda y fuera mucho más especial.

Ahora ya no había nada que los frenara, podían demostrar su amor de manera más íntima como muchas veces lo desearon. Despacio el chico bajaba el cierre del vestido y ella deshacía el nudo de la corbata de su esposo.

Natsu: Te amo mucho...

Lucy: Yo también te amo mucho.

Cuando la parte superior del vestido cayó y dejó descubierto los pechos de la rubia, el pelirosa recorrió desde la mejilla de su esposa hasta llegar al contorno de uno de los pechos. Quitó el sostén y al tener expuesta la delicada piel con sus labios saboreó el dulce sabor del pezón de su amada.

Lucy estaba completamente roja de la verguenza pero le gustaba la sensación y no pudo evitar soltar un pequeño gémido, haciendo que su esposo se encendiera más. Por lo que buscó de nuevo los labios de su amada para fundirse en un beso.

La ropa comenzo a caer y la temperatura del lugar iba aumentando. Entre besos y caricias se fueron acercando a la cama, suavemente él se posicionó sobre ella intentando no dejar caer todo su peso sobre el pequeño cuerpo de su amada.

Natsu: ¿Estás lista?

Sonriente ella le responde.

Natsu: Si te duele me lo dices y me detendré, ¿entendido?

Lucy: No te preocupes, sé que no me lastimarás.

Ella lo besó y poco a poco sus centros se juntaron. Sin romper el beso, él la penetró sin ser tosco. Siendo la primera vez de ambos era inevitable que doliera pero la sensación de plenitud les ayudaba a seguir.

Cuando el pelirosa sintió que desgarró algo se alarmó, rompiendo el beso y deteniéndose. La chica que  apretaba sus ojos, se asustó un poco al ver que su esposo se había detenido.

Natsu: Lo siento mucho, yo... no quería dañarte...

Lucy: No te preocupes, no es tan malo como creí.

Ella movió un poco sus caderas para termimar de acostumbrarse a la sensación entre sus piernas. El movimiento causó una corriente de placer en ambos.

Natsu: ¿Segura que no duele mucho?

Lucy: No, mi amor. Al contrario se empieza a sentir muy bien.

Entonces fue cuando Natsu comenzo a embestirla, al principio lo hacía despacio pero su esposa le pedía cada vez un poco más. Él podía sentir que su falo estaba completamente mojado por los fluídos del interior de Lucy y eso le hizo sentirse orgulloso, ya que significaba que lo estaba haciendo bien.

Los besos no faltaron pero entre más sus cuerpos se conocían, la habitación se llenaba más y más de gémidos. Ahora ambos movían sus caderas para crear con el choque de sus cuerpos una armonía y un nivel de placer que ellos jamás habían experimentado antes.

La rubia se derretía al sentir como el falo de su esposo le recorría su centro, ella podía perfectamente percebir que sus paredes vaginales se estrechaban cada vez más y que su corazón latía a un ritmo frenético.

Lucy: Siento... que voy a... voy...

Ni siquiera sabía como expresarse pero su esposo entendía que estaba pasando con ella. Por lo que aceleró un poco más soportando las ganas de correrse, ya que deseaba que Lucy quedara completamente satisfecha.

Cuando el placer fue insoportable, ella se abrazó a su esposo fuertemente y aruño la espalda del chico. Soltó un grito de placer y ese fue el límite para el pelirosa, que se corrió completamente dentro de ella. Jadeantes, se miraron a los ojos y sonriendo se besaron.

Natsu: Ahora somos completamente uno.

Lucy: Así es amor mío, te amo demasiado.

Natsu: Y yo más a tí, mi vida.

Y cuando por fín sus cuerpos reaccionaron, se abrazaron para quedarse dormidos. Los dos sonreían a pesar de estar descansando y es que ellos sabían que a pesar de que su amor surgió en circunstancias díficiles, el sentimiento superó todas las pruebas que se les presentaron y que ahora ya nada les podía impedir estar por siempre juntos.

¡Fin!

¡Muchas gracias por leer!

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