Supergirl contra CADMUS

By ilusione5

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Supergirl ha logrado escaparse del secuestro de CADMUS y ahora todas las miradas están puestas en los Luthor... More

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Supergirl contra CADMUS 50 (Episodio final)

Supergirl contra CADMUS 46

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By ilusione5

Hola de nuevo. Aunque parezca lo contrario no me he olvidado de la historia. Quiero y voy a terminarla, aunque me cueste un poquito porque he tenido problemas con mi conexión a Internet, y es por lo que he estado desaparecida. Espero que no hayáis olvidado la historia y que la recordéis al momento y sobretodo espero que os siga gustando.

No la voy a alargar excesivamente, pero no sé exactamente cuantos capítulos más habrá, os iré avisando. Espero poder actualizar un poco más seguido, pero todo dependerá de lo que pueda conectarme. No me lío más, ahí os dejo el capítulo.

Estuvieron un rato más hablando sobre todo lo que habían pasado, pero Kara apenas podía concentrarse, cada vez miraba más a Lena y Alex estaba empezando a notarlo.

-¿Prefieres que vayamos con ellas?- preguntó sonriendo.

-No, claro que no. Quiero saber todos los detalles, simplemente me gustaría agradecerle a Lena todo lo que ha hecho.-

-Ya, simplemente eso.- intentó reprimir una pequeña risa, pero se le escapó. –Kara, ya puedes dejar de intentar disimular tus sentimientos hacia Lena, quizá a ella se los puedas ocultar, pero para mí son claros.-

-¿Tan evidente es?-

-Sí. Y si no hubiera sido por mis propios prejuicios lo hubiera descubierto antes y quizá podríamos haberlo hablado de otra manera.- Se quedó pensativa viendo como su hermana bajaba un poco la mirada con tristeza. -Sabes que ella siente lo mismo, ¿no?-

-Lo sé, pero ¿tú cómo lo sabes?- se sorprendió.

-Digamos que Lena y yo hemos pasado por momentos de intensa carga emocional y nos hemos contado cosas.-

-¿Qué cosas?-

-Eso no importa. Quiero que seas tú la que me cuentes cómo te sientes.-

-¿Qué cómo me siento?- resopló. –No lo sé, supongo que la costumbre me lleva a tener sentimientos contradictorios. Aunque en estos momentos de lo único que estoy segura es de que me estoy enamorando de Lena y aún no sé cómo ha pasado.-

-¿Te hace feliz?-

-Hasta ahora no ha sido precisamente un camino de rosas, pero creo que podríamos hacernos muy felices, aunque...-

-Kara.- la interrumpió. -Nada de aunques ni de peros, déjate de excusas, disfruta y deja de posponer los momentos.- Alex besó la mejilla de su hermana. –Vamos.- le tomó el brazo y se giró hacia Maggie y Lena que parecían mantener una charla distendida. -¡Maggie!- exclamó en voz alta al darse cuenta de que no había hablado con su hermana sobre ella.

-¿Acaso acabas de recordar que no me habías comentado el pequeño detalle de que estás saliendo con Maggie?-

-¿Te lo ha contado?-

-A mí no, se lo contó a Supergirl. Pero, ¿por qué no me lo contaste tú?-

-Quería hacerlo, de verdad. Me excusaba en que no estaba segura del tipo de relación que quería con Maggie y que era una tontería darle la importancia que no tenía. Pero creo que en el fondo me sentía culpable de que tú no pudieras sentirte libre en tus sentimientos... no quería parecer feliz mientras tú, en parte por mi culpa, no te permitías serlo.-

-¿Todo esto lo dices en serio?- Kara se quedó pensativa un rato. –Porque es la mayor estupidez que te he oído decir nunca. Siempre voy a querer saber de ti y siempre me voy a alegrar por ti. No me pongas a mí de excusa porque no cuela.-

-Está bien.- reconoció –Tal vez no soy tan valiente como pretendo parecer, quizá simplemente era eso, miedo a manifestar lo que sentía, miedo a que se hiciera real.-

-Te entiendo perfectamente, Alex. ¿Sabes que somos un par de tontas?-

-Eso he oído.-

Alex se quedó callada y animó a su hermana para que fuera al encuentro de Lena. Conforme se iba acercando a Lena, el corazón de Kara martilleaba su pecho cada vez con más fuerza y todo lo demás desaparecía a su alrededor, todo excepto aquella figura fuerte que en esos momentos aparentaba fragilidad. Miró su rostro con detenimiento y descubrió el cansancio acumulado de aquellas últimas horas, pero no importaba, seguía estando igual de hermosa que la primera vez que la vio sentada en su despacho e impecablemente arreglada.

Se quedaron una delante de la otra, en un momentáneo silencio que solo era incómodo para Maggie que seguía al lado de Lena. Maggie las miró a ambas y sin decir nada se alejó en dirección a Alex que se había quedado rezagada a posta.

-Hola Kara.- Lena fue la primera en romper el hielo.

-¿Te duele algo?-

-¿Qué si me duele algo?- no entendía muy bien aquella pregunta. –No, estoy bien.-

-Entonces nada me va a impedir que te abrace.- Kara la abrazó sin terminar aquella frase y Lena cerró los ojos para disfrutar de ella un poco más. –Lena, no tienes idea de lo mucho que deseaba verte.-

-Me lo puedo imaginar. Por un momento pensé que no volveríamos a vernos.- Lena no pudo evitar que sus ojos se empañaran con unas lágrimas que no deseaba derramar.

Kara se separó un poco al notar la respiración entrecortada y vio como intentaba luchar contra su vulnerabilidad. Le enjugó las lágrimas con su mano y acarició su mejilla.

-Te arriesgaste demasiado, Lena.-

-Todas lo hicimos.-

-Por suerte sigues viva.-

-Sí, Alex y yo le debemos la vida a Supergirl.-

¡Supergirl! Lena no tenía ni idea de que Supergirl estaba más viva que nunca, nadie había tenido la oportunidad de decírselo porque solo su hermana y Winn lo sabían. Kara estuvo tentada de no decirle la verdad y aprovechar la creencia de la casi segura muerte de Supergirl para no revivirla y poder deshacerse de los problemas que le acarreaba, quizá así podría vivir una vida plena como Kara. Pero la verdad era que aunque seguía siendo cobarde ante la posibilidad de que Lena reaccionara mal al descubrimiento de su secreto, no podía luchar contra su naturaleza, la verdad residía en que era más Supergirl que Kara, ambas se complementaban y no podía existir la una sin la otra.

Además, Lena tampoco se merecía cargar con aquella muerte sobre su conciencia.

-Alex me acaba de decir que Supergirl se encuentra bien. Está recuperándose en el DEO.- De nuevo se vio envuelta en la tesitura de mentir, no quería que Lena se siguiera preocupando por Supergirl, pero tampoco podía decirle la verdad ahí, delante de todos, lo sabían pocas personas y debía seguir así, no podía arriesgarse a que por un arrebato de enfado lo dijera en voz alta.

-¿Qué le ha pasado, se encuentra bien?-

-No sé más detalles.- de nuevo más mentiras.

-Son buenas noticias.- Lena sonrió pero no así sus ojos.

Kara le acarició la ceja con delicadeza y le inspeccionó el cuello.

-El cuello creo que se me curará bien, pero la ceja me dejará cicatriz.- se tapó la herida un poco avergonzada.

-¿Qué te ha pasado en las manos?- Kara las tomó entre las suyas y las examinó.

-Solo son arañazos de alguien que luchaba por su vida.- Lena se soltó y se las masajeó, aun las notaba entumecidas. -¿Sabes?, nunca creí que casi sería capaz de segar una vida con mis propias manos.- se las miró y comenzó a temblar.

Kara las frenó con las suyas.

-A veces hay que hacer algo que no queremos para conseguir un bien mayor. Eran ellos o vosotras y si ganaban ellos, perdían miles de personas.-

-Lo sé, a eso me aferro, es lo único que me queda.-

-Lena, no solo te queda eso para aferrarte.- le contestó casi a modo de susurro.

Ambas volvieron a quedarse en silencio mientras no apartaban sus miradas. Deseaban decirse demasiadas cosas como para hacerlo en público, pero nada salía de sus bocas.

-Tu hermana no hace otra cosa que mirarnos. Tiene que estar agotada después de todo lo que ha hecho por ambas.-

-Alex me ha dicho que te debe la vida.-

-¡Qué exagerada! Ella hizo todo el trabajo, yo solo me ocupé de que Supergirl casi muriera.-

-Liberaste a mi hermana del secuestro, hiciste que pudieran localizaros, te quedaste para evitar que pudieran detonar el misil, te arriesgaste al degradar el isótopo, disparaste para crear confusión y para que así mi hermana pudiera liberarse de su agresor y te enfrentaste a tu madre para que pudiera ser detenida. Creo que mi hermana tiene razón cuando dice que te debe la vida, así que no te quites merito.-

-Viéndolo desde ese punto, parece más de lo que realmente es.-

-Gracias Lena. De verdad.-

-De nada.- Lena iba a acariciar el brazo de Kara como en un acto cotidiano y lo retiró antes de tocarla, no quería volver a cometer un error con Kara, a estas alturas no sabía en qué punto se encontraban. -Robert no tardará en venir a buscarme.- dijo mirando el reloj.

-Yo también te puedo llevar a casa.-

-No hace falta. No quiero que te preocupes por mí. Además, entiendo que querrás estar con tu hermana.-

-Sí, claro que quiero estar con mi hermana, pero...-

-Podemos vernos otro día, hoy disfruta de su compañía.-

Antes de que Kara pudiera reaccionar Lena había tomado el control de la conversación y se había alejado lo suficiente como para darla por zanjada.

Kara se quedó desencantada pero no podía exigir que Lena se comportara con ella como lo había hecho hasta ahora, era inevitable que estuviera a la defensiva.

-Señorita Luthor.- Robert las interrumpió. -¿Pero que le ha ocurrido? ¿Se encuentra bien?-

-Si Robert, estoy bien. Solo necesito descansar.-

-La llevaré inmediatamente al hospital.-

-No hace falta, ya me han examinado aquí.-

-Pero insisto en que...-

-Robert, lléveme a casa.- le ordenó con un tono más severo.

-Si señorita.-

Lena se acercó a Kara una vez mas mientras Robert se alejaba hacia el coche.

-Kara, despídeme de tu hermana y dale las gracias de mi parte una vez más.-

-Lena, espérame unos minutos y voy contigo.-

-Te lo agradezco, pero tu hermana te necesita.-

-Entonces mañana hablamos.-

-Como quieras.-

Lena de repente se sintió débil, tenía prisa por salir de ahí, el ver a Kara la había trastornado más de lo que pensaba y no sabía cómo actuar. Se debatía entre lo que tenía y lo que debía hacer, era fácil decirle que la necesitaba, pero entendía que su prioridad era su hermana y no iba a obligarla a que decidiera entre ambas.

Kara se alejó apenada, creía que después de todo lo ocurrido Lena se comportaría de diferente manera, pero estaba claro que aun era reacia a seguir sus sentimientos y tenía que respetar sus decisiones. Se acercó a su hermana que estaba hablando con uno de sus hombres y se unió a la conversación.

-Deberías descansar Alex, deja que el resto del DEO se ocupe de todo.- insistió Maggie.

-Siento que si paro durante un segundo no voy a poder moverme en una semana.-

-No te vendrían mal esos días.- comentó Kara llamando la atención de su hermana.

-Puede que tengas razón. ¿Y Lena?- se extrañó al no verla allí.

-Ha venido su jefe de seguridad a buscarla. Se iba para casa. Me ha pedido que me despidiera de ti.-

-¿Y tú qué haces aquí?-

-Quiero estar contigo. No voy a dejarte sola.-

Alex tomó a su hermana del brazo y se distanciaron un poco disculpándose con Maggie.

-Mira Kara, yo te quiero mucho pero eres idiota.-

Kara quiso defenderse pero Alex no dejó que la interrumpiera.

-Lo primero que no estoy sola, y te agradezco que quieras cuidar de mí, pero es hora de que cuides de ti misma y eso empieza porque asumas tus sentimientos y luches por ellos en vez de dejarlos a un lado.-

-Lena ha sido la que ha insistido en que debía quedarme contigo.-

-Porque sois las dos igual de idiotas. Y porque ella, por alguna absurda razón que puedo imaginar, cree que no le correspondes.-

-Realmente no le he dado razones para que crea que lo hago.-

-Haz el favor de ir a casa de Lena ahora mismo, con todo lo que ha pasado no creo que lo que necesite sea estar sola en casa pensando.-

Kara sopesó la idea sabiendo enseguida que es lo que iba a hacer, su hermana tenía razón, debía irse, pero necesitaba decirle algo una coas más.

-Antes de ir, quiero que sepas que voy a ser sincera con ella.-

-Sé que es algo muy importante para ti y confío plenamente en tus decisiones. Personalmente me retracto de todo lo que te dije sobre ella, me equivoqué completamente y en estas horas he podido comprobar lo que tú veías en ella y que pasaba inadvertido para mí. Te apoyo decidas lo que decidas, pero también te digo que debes decidir lo que sea mejor para ti.-

-¿Y si reacciona mal?-

-Tendrás que arriesgarte y asumir las consecuencias. No olvides que yo estaré para ti en cualquier momento.-

Kara se alegró de tener el respaldo de su hermana, sentía demasiada carga sobre sus hombros como para llevarla sola, necesitaba que alguien ajeno a todo aquello le diera algo de perspectiva y le mostrara que no había nada de malo en querer ser feliz y en querer ser sincera con su verdadera personalidad.

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Lena le explicó por encima a Robert todos los pormenores de lo ocurrido, sobre todo cuando éste intentó revisar minuciosamente su casa.

-Peter ya no va a molestarme más, no necesito la seguridad extra, quiero volver a la normalidad anterior.-

-¿Está segura?-

-Sí. No hace falta que se quede ningún coche vigilando. Simplemente las cámaras exteriores de siempre.-

-Como usted diga.-

-Avise a Sam y dígale que no mañana no iré a la oficina y que solo me desvíe las llamadas imprescindibles. También me gustaría que el coche estuviera preparado a primera hora de la mañana.- Lena esperaba que le dejaran ver a su madre al día siguiente. –De todas formas les iré informando sobre la marcha.-

Robert se fue a regañadientes, nunca había visto a su jefa tan abatida y ella se empeñaba en decir que todo estaba bien.

Lena cerró la puerta aliviada y todo el cansancio acumulado se apoderó de ella. Le pesaba el cuerpo y se le hacía difícil hasta andar hacia su dormitorio.

Se dio una ducha rápida que intentó aplacar, sin mucho éxito, los pensamientos de aquellas últimas horas y se puso una camiseta vieja a modo de pijama que le confería una sensación de calidez que necesitaba.

Se preparó una copa que se bebió de un trago y se sirvió una nueva dejando la botella al lado. Esperaba que el alcohol aplacara su mente después de aquella jornada extenuante. Se sentó cansada en el sofá de aquel salón vacío, miró hacia la ventana a la espera de no sabía qué y comenzó a pensar en aquella bulliciosa ciudad que no tenía ni idea de lo que había estado a punto de cernirse sobre ella.

El sonido del timbre la sobresaltó, miró el reloj, no era muy tarde, pero el portero debería haber impedido cualquier entrada que pudiera molestarla. No se levantó esperando que se hubieran equivocado pero dos timbrazos más inundaron con su estridencia la sala, intentó dejarlos pasar de nuevo, pero tenía curiosidad por saber quién se encontraba al otro lado de la puerta.

Se acercó con el paso un poco inestable y miró la pantalla del interfono. En el mismo instante en el que vio aquella melena rubia, su corazón empezó a latir desbocado y una sonrisa se instaló sin su permiso en su rostro.

Respiró hondo las veces necesarias para tranquilizarse y cerró los ojos con fuerza para intentar que aquella imagen unida al alcohol, no la despistaran a la hora de ordenar sus pensamientos.

Se apoyó con cuidado de espaldas sobre la puerta y miró hacia el techo en busca de alguna explicación que le dejara comprender porque aún no le había abierto la puerta a Kara.

Su presencia ahí significaba demasiadas cosas y no sabía si tenía la claridad necesaria para enfrentarse a cada una de ellas. Estaba demasiado cansada para tener cierto tipo de conversaciones o para poner en claro todo lo que ocurría entre ellas, pero aun así no podía dejar de pensar en que si no le abría la puerta le pesaría demasiado más adelante.

Otro timbre un poco más tímido interrumpió los pensamientos de Lena que seguía debatiéndose entre lo que quería, lo que debía y lo que tenía que hacer, pero todo se desvaneció cuando oyó una tímida voz.

-Lena, ábreme por favor. Sé que estás ahí. Te he oído acercarte a la puerta.-

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En cuanto se despidió de su hermana, Kara salió disparada hacia su piso, quería dejar allí el traje de Supergirl, no esperaba nada de aquella noche, o no quería esperarlo, pero sí que esperaba sentirse cómoda y con aquella segunda piel no lo estaba del todo ya que le recordaba minuto a minuto la mentira que aun mantenía.

Llegó paseando a casa de Lena, se entretuvo comprando algunas flores que pudieran animarla y pasó sin dificultades el interrogatorio del portero que vigilaba el edificio. Hasta ese momento había estado relativamente tranquila, pero de repente todo el proceso le estaba empezando a parecer extremadamente lento, el ascensor parecía retroceder en vez de avanzar y los nervios empezaban a acumularse en el estomago de Kara, pensando en lo que iban a hablar, en cómo debía abordar el tema y en cómo debería defenderse ante las casi seguras acusaciones de mentirosa y traidora, que le proferiría Lena.

Se tomó unos segundos antes de llamar y estuvo tentada de utilizar su visión para ver donde se encontraba Lena, pero esta vez quería hacerlo todo de diferente manera, respetar a Lena e intentar no volver a mentirle.

Llamó varias veces al timbre sin obtener respuesta, por un instante pensó que no había nadie, que podría haber decidió ir a casa de alguien, pero rápidamente recordó que al portero no le había hecho demasiada gracia que molestaran a la señorita Luthor, además, acababa de oír unos pasos arrastrados acercándose torpemente a la puerta y parándose de golpe.

Una pequeña sensación de desanimo se instaló en su cuerpo al comprobar como Lena no le abría inmediatamente la puerta y que la mantenía fuera aun sabiendo quien era. Pero no la culpaba por su reticencia, entendía que no era algo fácil enfrentarse a todo aquello y que el cansancio seguramente embargaría a Lena, pero aun así no estaba dispuesta a irse de ahí sin verla, por lo menos quería asegurarse de que se encontraba bien.

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Lena abrió por fin la puerta y se quedó parada mirando a Kara, que le sonrió de inmediato.

-¿Puedo pasar?- preguntó al ver que Lena no se decidía.

-Sí claro, perdona.-

Lena se hizo a un lado y Kara entró con decisión.

-Espero que te gusten.-

Le entregó las flores, algo avergonzada, mientras seguía sonriendo. No podía evitar hacerlo, durante varias horas creía que ya no volvería a ver a Lena y ahora de nuevo se encontraban cara a cara y en puertas de algo que quizá les cambiaría la vida a las dos.

-Son muy bonitas.- Las olió y se perdió en el perfume. –Pero no tenías que haberte molestado. Voy a ponerlas en agua.-

Lena desapareció en seguida y se metió en la cocina con la excusa de buscar un jarrón.

Kara la esperó de pie en el salón y vio la botella de whiskey en la mesa, con un vaso medio vacío a su lado.

-¿Quieres una copa?- preguntó al volver al salón.

-No, gracias. Así estoy bien.-

-Yo no llevo demasiadas, pero no estoy acostumbrada a beber y me está pasando factura.- Se acercó al vaso y se lo terminó de un trago. –Aunque ahora que lo pienso igual sí que llevo demasiadas.- explicó al sentir una cierta inestabilidad.

-No debí haber dejado que te fueras sola a casa.-

Lena la miró dándole la razón, se puso otra copa de whiskey y brindando al aire dio un largo sorbo que le empezó a quemar la garganta en cuanto se puso en contacto con ella.

-¿Lo dices por esto?- preguntó señalando el vaso y a su atuendo desenfadado. –Simplemente no te esperaba, pero no pasa nada Kara, estoy bien.-

-No lo parece.-

-Bueno, hay demasiadas cosas que no son lo que parecen.- comentó sentándose pesadamente en el sofá.

Kara se puso en tensión al oír ese comentario, Lena parecía enfadada y quizá fuera porque sabía su secreto.

-¿A qué te refieres?-

-Siempre he intentado parecerte fuerte, pero ya ves que me derrumbo a la primera de cambio. Acabas de pillarme con la guardia baja.-

Kara respiró aliviada y se sentó a su lado.

-Lena, no se puede ser valiente todo el rato y no pasa nada por demostrarlo.-

-Hoy he visto morir a demasiadas personas y lo peor de todo es que la única muerte que me importa y que hace que esté así de alterada, es la de Peter. Me siento culpable de la muerte de ese bastardo.-

-Mi hermana me lo ha explicado un poco por encima. ¿Quieres contarme lo que ha pasado?-

-Prefiero no hablar del tema si no te importa.-

-Como quieras, es reciente y lo respeto. Pero Lena, no deberías sentirte culpable. Peter no murió por tus decisiones sino por las decisiones de otras personas.-

-Debí prever que mi madre acabaría haciéndolo y si lo pienso detenidamente quizá en mi interior es lo que buscaba con todo esto.-

-Lena, todos necesitamos una salida de vez en cuando y por suerte los pensamientos nunca han sido delito.-

-Amén por eso.- Lena volvió a darle un trago largo a su copa y al dejarla vio reflejado su demacrado rostro en la mesa de cristal. –¿Qué coño estoy haciendo, Kara?- preguntó mientras comenzaba a servirse otra copa.

-Estás bebiendo demasiado, eso es lo que pasa.-

Kara la frenó tocándole la mano y Lena la retiró enseguida.

-Soy patética. No quería que me vieras así, no deberías haberme visto así.- Lena se levantó nerviosa por la cercanía de Kara.

-Lena, sé que no eres perfecta y que no siempre puedes controlar la forma de enfrentarte a los problemas. Deja de querer hacerte la fuerte cada vez que estoy contigo, déjate llevar por tus verdaderos sentimientos.-

Lena se restregó los ojos intentando despejarse un poco, pero solo conseguía que más preguntas se agolpasen en su mente. Logró dejar de mirar hacia abajo y elevó la mirada hacia el rostro de Kara, la cual se había levantado y estaba de nuevo a su lado.

-¿Qué haces aquí Kara?, ¿a qué has venido?-

-Estaba cansada de perder el tiempo. Necesitaba verte ahora.-

En vez de adormecer sus sentidos, el alcohol le estaba produciendo una comodidad reconfortante que empezaba a nublarle el juicio y a desinhibir sus palabras. Sonrió ante lo que había oído y se acercó a Kara que prudentemente se había frenado sin invadir su espacio físico.

Lena la miró fijamente y una medio sonrisa de satisfacción se instaló en su rostro.

-¿Por qué me miras así?- esta vez era Kara la que estaba nerviosa.

-Porque no puedo dejar de mirarte cuando estamos juntas, eres preciosa. No sé cómo he podido reprimir decírtelo cada vez que te veía.- Lena elevó la mano para retirarle un mechón rebelde de la frente, pero se frenó antes de empezar a acariciarle el rostro, no era capaz de controlar su verborrea, pero si sus movimientos y no quería pasarse de la raya. –Aún tengo las manos entumecidas.- dijo a modo de disculpa.

Kara tomó esa mano antes de que Lena la retirase del todo y la acercó a su mejilla intentando recrear aquel contacto que había anhelado desde la última vez que se había producido, giró un poco el rostro y la besó haciendo que cobrara vida y que comenzara a acariciarla.

Lena se dio cuenta de lo que estaba sucediendo pero aun no tenía muy claro cómo debía actuar.

-Kara, no te sientas obligada a hacer nada de esto. No pienses que me debes nada o que estás en deuda conmigo.-

-Lena.- dijo casi como un susurro.

-Dime.-

-Cállate.-

Kara acercó su cuerpo al de Lena y la besó con suavidad obviando su deseo de apremio. Lena tomó conciencia de su propio cuerpo, se apretó más contra ella y le imprimió más profundidad a ese beso. Kara entreabrió los labios y sus lenguas se entrelazaron, pero su sabor era diferente, el alcohol le daba un toque amargo que le recordaba que Lena no estaba en el mejor de sus momentos.

-Lena espera.- se separó a regañadientes. -No vamos a hacer esto hoy. No quiero que sea de esta manera, quiero que hablemos antes, quiero que empecemos a hacer las cosas bien desde el principio y no creo que ahora estés en condiciones de hacerlo.-

-Solo es un beso.- protestó.

-Ojala fuera solo un beso. Pero ambas sabemos que esto es mucho más que solo un beso.-

-Está bien, lo entiendo. Lo siento.- Lena bajó la cabeza un tanto dolida.

-Lena.- Kara le elevó la barbilla e hizo que le mirase a los ojos. –Quiero que tengas muy claro que no estoy evitando nada y que ya no tengo miedo a enfrentarme a mis sentimientos. Te correspondo totalmente, me ha costado dar el paso, pero nunca he tenido nada más claro en mi vida. Pero por todo esto y por todo lo que hemos pasado, creo que nos merecemos hacer bien las cosas y eso pasa por aclarar algunas cosas primero y para eso ambas tenemos que tener la mente fría y creo que el alcohol está nublando la tuya en estos momentos.-

Lena se quedó meditabunda sopesando aquellas sinceras palabras, Kara por fin había dado el paso y estaba siendo valiente con sus sentimientos.

-¿Sabes qué, Kara? El hablar está sobrevalorado.- Lena se mordió el labio, se acercó de nuevo y se puso de puntillas para hablar casi rozando los labios de Kara. –Te deseo ahora y creo que tú también me deseas a mí y si no es así dímelo ahora mismo y me alejaré.-

-Claro que te deseo.- admitió tragando con dificultad. -Te deseo tanto que me duele no poder tocarte.-

-Pues tócame, estoy aquí.- Lena cogió las manos de Kara y recorrió su propio cuerpo con ellas.

Los pensamientos racionales de Kara se diluyeron con la misma velocidad con la que sus manos siguieron recorriendo el cuerpo de Lena después de que ésta ya no guiara sus manos.

Volvieron a besarse, esta vez sin reparos ni restricciones de ningún tipo, sus lenguas se exploraban y se movían cómplices del mismo juego. Kara levantó la camiseta que llevaba Lena a modo de pijama y comenzó a tocar con cierta timidez aquella piel desnuda que tantas veces había deseado tocar. Su suavidad la sorprendió y enloqueció a partes iguales, no podía ni quería detenerse ahí y comenzó a subir sus manos hasta llegar a su vientre y su espalda.

Lena dio un respingo por lo inesperado y comenzó a desabrocharle la camisa a Kara, mientras se la sacaba de dentro de la falda.

Tuvo la necesidad de separarse un poco y contemplarla, nunca la había visto tan hermosa y el ver como su pecho se movía con rapidez al compás de una respiración extasiada hacía que la deseara mucho más.

Le tocó la piel del escote con cautela, intentando acoplarse al ritmo que pudiera marcar Kara, que de forma inmediata cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás para poder recrearse mejor en aquel tacto.

Lena cambió sus dedos por la lengua y comenzó a dejar un rastro húmedo intercalado con besos desde el nacimiento de los senos hasta el cuello.

El vello de Kara se erizó por primera vez en su vida y se asustó por lo que en aquella situación podría devenir, nunca había deseado tanto a nadie y tenía miedo de dejarse llevar y perder el control de sus propios impulsos o de su fuerza, lo último que deseaba era hacer daño a Lena.

-Lena, necesito decirte algo.- logró decir con la respiración aun entrecortada.

-Mañana podremos hablar tranquilamente.-

-Quiero hablarlo ahora, antes de que pierda el control.-

-No pasa nada Kara, déjate llevar.-

-No, no puedo Lena.- contestó con más decisión.

Lena se retiró un poco y miró a Kara a los ojos que la observaban con cierta preocupación.

-Lo siento Kara no quería forzarte a nada.- se disculpó rápidamente horrorizada por haber podido sobrepasarse. -Perdóname si me he excedido, no quería que te sintieras incomoda.-

-No, no es eso.-

-¿Entonces qué te ocurre?-

Kara se cerró la camisa un tanto avergonzada, cogió la mano de Lena e hizo que la acompañara hasta que ambas se sentaron en el sofá. Tenía muchas cosas en la mente y debía decirlas todas, pero lo primordial era explicarle lo que estaba sintiendo en aquellos momentos.

-Yo...- titubeó. -Yo nunca había hecho esto.-

-Bueno yo tampoco soy una experta.- Lena respiró con cierto alivio. –Todas mis parejas han sido hombres, excepto una mujer y ahora tú. Simplemente sigue tus instintos y no hagas nada con lo que no te sientas cómoda.-

Lena intentó volver a besarla pero Kara le frenó de nuevo.

-A lo que me refiero es a que yo nunca... ya sabes, yo nunca... he llegado tan lejos con nadie.- insistió.

Lena frunció el ceño sin entender muy bien a lo que se refería, el alcohol espesaba su lucidez y le costó unos segundos entender lo que estaba intentando decirle.

-¿Nunca, nunca?- preguntó asombrada.

-Nunca nunca.-

-Pero... pero si eres preciosa.- dijo como si aquello fuera sinónimo de tener intimidad. –Perdóname por la tontería que acabo de soltar.- rectificó enseguida. –No sé muy bien que decir.-

-Lo siento.-

-No, no lo sientas, no pasa nada. Soy yo la que debe pedirte disculpas por mi reacción y sobre todo por avasallarte.-

-Me encanta que tengas la necesidad de avasallarme, nunca me había sentido tan deseada.- Kara le sonrió con dulzura y le tocó la pierna para llamar su atención. –Y yo nunca había deseado tanto a nadie.-

-Ya.- su voz sonaba abatida.

-¿Qué ocurre, Lena?-

Lena se levantó nerviosa y comenzó a andar sin rumbo por la habitación.

-Ocurre que eres una mujer adulta, que sabe lo que quiere, y yo tengo que estar a la altura de las expectativas de una primera vez. No contaba con esta presión añadida.-

-Tienes razón en una cosa Lena.- Kara se levantó y se acercó de nuevo a Lena que se había apoyado en la mesa. –Sé lo que quiero y te quiero a ti. Y no te preocupes por mis expectativas. La forma en que me miras, en que te preocupas y cuidas de mi y lo que me haces sentir cuando me rozas inocentemente o me tocas a sabiendas de lo que haces o cuando me besas... cuando me besas de verdad que superas cualquier expectativa que hubiera podido tener.-

Kara se acercó más y la besó con suavidad en la comisura de los labios.

-Lena, mi única expectativa era poder estar contigo y creo que estamos en la dirección correcta para conseguirlo. Y créeme cuando te digo que yo también tengo miedo de que descubras que no soy lo que creías.-

-Kara, no hay nada que pudieras hacer que cambiara mis sentimientos hacia ti. Y perdona mi reacción inicial, estaremos bien. Marca tú el ritmo, nunca haría nada que pudiera hacerte sentir incomoda, yo nunca te haré daño.-

-Lo sé.- contestó convencida, pero de lo que no lo estaba tanto era de que ella no pudiera hacerle daño emocional o físico a Lena.

Ambas se fundieron en un abrazo, lejos de aquella pasión desmedida que les había atrapado nada más encontrarse. Kara se había visto sobrepasada por la situación y la había frenado como mejor había sabido, salvando el primer escollo, pero no el más importante.

-Lena, hay algo más que debo contarte.-

-Kara, sé que nos debemos una conversación y ahora entiendo lo que querías decir con lo de que no eran las maneras de comenzar nada, pero está empezando a darme vueltas el techo.-

-¿Te encuentras bien?-

-Nada que no arregle el tumbarse en la cama y dormir. No debí haber bebido tanto... ni tan deprisa.-

-¿Te preparo algo de cena? Igual te asienta el estómago y ayuda a que te encuentres mejor.-

-No gracias, creo que no lo retendría. Lo único que necesito es tumbarme y dormir una semana.-

Lena se apoyó en Kara y se dirigieron al dormitorio.

-Perdona Kara, creo que cuando decidiste venir a mi casa no pensabas que tendrías que lidiar con esto.-

-No, no contaba con llevarte a la cama tan rápido.- bromeó. –Te estoy tomando el pelo.- añadió al ver la cara avergonzada de Lena. -No me hagas mucho caso, cuando estoy nerviosa a veces digo tonterías.-

-¿Estás nerviosa?- preguntó asombrada.

-Más de lo que me gusta admitir.-

-¿Y por qué estas nerviosa?-

-El estar cerca de ti me pone nerviosa, pero es un nerviosismo bueno, no me malinterpretes. A veces siento que todo es un bonito sueño y que es imposible que en la vida real alguien como tú se haya fijado en alguien como yo.-

-¿Alguien como yo?-

-Sí. Siempre tan impecable, esa seguridad en sí misma, ese saber estar, ese...-

-Kara, no sigas diciendo tonterías.- le interrumpió. -Y ya puedes empezar a quitarte esos nervios, porque acabas de descubrir que todo eso tiene algo de fachada y este medio despojo que tienes ante ti se acerca más a la realidad.-

-Pues este medio despojo me encanta mucho más.-

Lena sonrió y se sonrojó una vez más. Kara cada vez era más directa en sus palabras y ya poca represión había en ellas.

-Me gusta verte sonrojada, no creo que mucha gente lo consiga.-

-No, solo tú, pero no me sonrojo por lo que piensas, sino por lo que estoy pensando yo... sé que he dicho que tú marcarías el ritmo y que iríamos despacio y todo eso, pero...- Lena se empezó de nuevo a sonrojar y Kara sonrió al verla vulnerable. -¿Te importaría quedarte esta noche conmigo?-

-Ya pensaba hacerlo.- Kara se puso nerviosa con su respuesta y tuvo la necesidad de explicarse rápidamente. -Me refiero a que no te iba a dejar sola en estas condiciones, me iba a tumbar en el sofá, aunque creo que tienes una habitación de invitados, ¿no?-

-Sí, hay camas de sobra en esta casa. Pero no estaba pensando en eso precisamente. Hoy necesito sentir que hay alguien a mi lado, necesito sentirte cerca, solo eso. Prometo no hacer nada, aunque creo que tampoco estoy en condiciones de hacerlo.-

Kara volvió a ponerse nerviosa, no se esperaba aquello y la cercanía siempre conllevaba un riesgo.

-No sé si podre hacerlo.-

-Lo entiendo, es pronto, no pasa nada.-

-No sé si podré hacerlo porque no soy de piedra. Que quiera ir un poco más despacio no significa que no puedas tentarme. Solo acepto si te pones unos pantalones... no he podido dejar de mirar tus piernas desde que he entrado.-

Lena se miró instintivamente y solo entonces se dio cuenta de su atuendo tan poco apropiado con el que había abierto la puerta.

-No me había fijado en que llevaba esta camiseta vieja. Ahora mismo me pongo unos pantalones y te traigo un pijama para ti.-

-Dime donde está todo y lo cojo yo. Tú deberías tumbarte, estás más pálida que antes.-

Lena obedeció dócilmente, se puso el pantalón del pijama y se metió en la cama mientras Kara se metía al baño a ponerse más cómoda.

-Kara, siento tanto haber bebido, creo que me estoy perdiendo instantes que no debería.-

Lena lo dijo casi en un susurró pero Kara alcanzó a oírlo mientras sus latidos se aceleraban de nuevo. Salió del baño y notó una respiración profunda, el rostro de Lena estaba relajado y toda ella parecía haberse sumido en calma.

Kara se metió en la cama con cuidado de no despertarla y Lena rodó hacia ella al notar que un peso se tumbaba a su lado. Kara la abrazó y le acarició el pelo intentando disfrutar de aquel momento lo máximo posible antes de caer también rendida.

-Prometo no empezar nada sin ti.- le susurró mientras le daba un beso de buenas noches en la mejilla.

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