Las cortinas y las hojas de aquellas revistas tiradas bajo el televisor dejan de sacudirse por la ventisca, y sólo entonces comienzo a abrir con más ganas los párpados y poco a poco aquellas siluetas dejan de verse tan oscuras. Marshall tiene el impulso de posicionarse para atacarlos, alejándose de la ventana y reuniéndose con nosotros, pero Fénix tiene una mejor reacción, y es que se acerca a Frank para tenerlo bajo su control. Todavía no sabemos a ciencia cierta cuántos hawas son como para enfrentarlos, pero sí sabemos que no nos harán nada si tenemos al sublíder en nuestras manos.
Después de aquellos movimientos rápidos me concentro en los nuevos rostros que se infiltraron en la casa: hay dos muchachos que no conozco de ningún lugar, pero la chica que se posiciona entre ellos tiene una cara tan familiar que se roba mi atención. Mientras trato de recordar y descifrar de quién se trata, una mano la corre a un lado por el hombro y un sujeto empieza a adentrarse con zancadas lentas y perezosas.
Me ve y yo intento no apartar la mirada. Es Brett.
—Debían ser ustedes quien hicieran estas estupideces... —resopla.
Paso la vista más allá de él; no parece que sean tantos hawas, aunque no puedo saber con certeza cuánta gente hay detrás de esa puerta. ¿Por qué no ha llegado Danna en todo este tiempo? Tendríamos que haberle avisado, tendríamos que haberle contado lo que estábamos a punto de hacer. Ahora no habrá tenido el tiempo suficiente para organizar una salida con algunos ignisios, mucho menos para ponerse de acuerdo con Kendrick sobre qué hacer. Porque obviamente le habrá dicho al líder, y obviamente él se pondrá a cargo del plan.
—Diablos —suelta él de nuevo tras echarle una ojeada a Ashley; había olvidado lo mucho que le gustaba hablar—, no recordaba que te hubieran dejado así de mal y feo.
—Estoy de maravilla —asegura ella—, no te creas que pudieron conmigo tan fácil.
Frank intenta inclinarse hacia adelante como si olvidara que está atado a una silla.
—¿Quiénes están contigo, Brett?
Aquel traidor y criminal deja lucir una media sonrisa que le mueve varios piercings de la cara y se da media vuelta hacia la chica, acercándose bastante a su rostro pálido.
—Cuéntales tú, Lien.
Ya la recuerdo. Y más aún me acuerdo de ella cuando vuelvo a oír su voz baja y áspera.
—Dejen libre a nuestro sublíder y les prometemos que nada malo ocurrirá, sólo...
—¿Nada malo ocurrirá? —Espeta Marshall— ¿Acaso creen que todos aquí nos olvidamos de que están a punto de invadir el Gremio?
—Somos más que ustedes, ignisio —la fría expresión de la muchacha no cambia ante ninguna contestación—. Hay más hawas cerca de lo que se imaginan, y ni siquiera contando con la multi podrán aventajarnos.
—Tal vez pienses que con la Hija de Gea no —dice Fénix, aún con calma—. Pero como hagan algo contra nosotros...
No sé qué es exactamente lo que hace con Frank, porque yo sigo en mi esfuerzo de mantener la mirada al frente, pero el hombre amarrado deja salir un repentino alarido que hace que Lien de un paso hacia adelante y se detenga ahí. A Brett se le tensa la mandíbula.
—¡Basta, Elmend!
—Quiero un trato justo —responde Fénix alzando la voz y confrontando a Brett—. Quiero alguna maldita garantía de que no nos atacarán, de que no invadirán la academia.
—¿Qué tal un intercambio de rehenes?
Todos nos volvemos hacia Lien cuando su dulce voz acaricia la sala.
—¿De qué estás hablando?
—Ustedes se quedan con él —prosigue ella, con suma cautela—, nosotros con uno de ustedes.
Frank hace un asomo de protestar, indignado, pero Fénix lo empuja por el hombro. Yo caigo en la cuenta de algo, y es que Jota sigue estando allí afuera. Él nos hubiera avisado si vio a los hawas que se acercaban, y si son tantos como Lien dice que son, no le hubiera costado trabajo enterarse de su llegada. Se me encoje el estómago; no nos avisó. Y si es así... si es así puede que los hawas hayan dado con él antes.
Creo que los ignisios se dan cuenta, y lo noto claramente en Fénix cuando sus ojos salen disparados hacia la ventana y luego vuelen al frente.
—¿Qué rehén? —pregunta.
—Esto es una estupidez —Brett hace que Lien retroceda unos pasos y, aunque ella le clava aquellos ojos de hielo con molestia, él no le hace caso—. No haremos ningún maldito intercambio y no le daremos nada porque ustedes ya están acabados. Están solos.
—¿No nos darán nada? —Repito— ¿Es que ya tienen un rehén?
Lien podría matar a Brett ahora mismo tan sólo con aquella mirada. Le murmura algo, en voz tan baja que no puedo escucharla, pero desde aquí presiento la antipatía que emana. Pueden estar del mismo lado, pero se percibe el odio natural de aquella hawa a aquel ignisio soberbio con cada gesto de la muchacha.
Brett la ignora una vez más y se atreve a dar unos dos pasos más hacia nosotros, incluso con las manos de Fénix sobre su líder menor.
—Hagamos esto rápido, será mejor para todos —dice como si lo estuviera pidiendo, y entonces alza un poco los brazos hacia los costados—. Desátalo ya, Fénix.
—No, esto no será así. Nos quedamos con él como garantía de que nunca ataquen el Gremio.
Brett suelta un gruñido como si fuera un animal salvaje, y por alguna razón echa un vistazo casi imperceptible hacia la puerta tras él.
—Desátalo y váyanse antes de que todo empeore.
—Lo único que podría empeorar aquí son los poderes de tu sublíder —sisea él—. ¿Qué te parece si, no lo sé... lo vaciamos?
—Tengo muchas ganas de pelear, Elmend —exclama Brett, arrastrando cada palabra hasta hacerlas eternas y convertirlas en advertencias—. Pero no me mandaron para eso, así que no me provoques.
—Por ser un traidor e irte del lado de los hawas no te salvas de que nadie pueda afectarte —intervengo, harta de su voz y sus palabras y su constante media sonrisa victoriosa. Él me mira sin molestarse en girarse hacia mí—. Yo puedo hacerte lo que tus compañeros hawas prometieron no hacerte.
—Te has estado envalentonando, multi —se burla, pero en el fondo sabe que lo que digo no es una mera amenaza—. ¿Te han estado enseñando eso en el Gremio? Porque no recuerdo que se molestaran en inculcarnos eso.
Frank Hilton se menea una vez más sobre la silla y, cuando logra quitarse de encima por un momento la mano de Fénix y Brett deja de hablar, grita con furia:
—¡Pidieron refuerzos, idiota! ¡Dejen de parlotear y sáquenme de aquí de una vez!
Los dos hawas junto a la puerta se tensan, y Fénix coloca una mano rápida sobre la cabeza del sublíder para tironearle el cabello y hacerlo callar. Brett abre los ojos y, acto seguido, sus acompañantes separan las manos del cuerpo, preparados para enfrentarnos si él da la orden.
Marshall y Ashley también se posicionan, dejando a Fénix con Frank detrás de ellos. Yo no sé exactamente qué hacer hasta que estoy a punto de imitarlos y, de repente y así como si nada, algo me detiene. El aire se me escapa de los pulmones por un instante y no soy capaz de volver a inhalarlo. Mi último aliento queda flotando cuando siento que mis músculos se detienen, otra vez, como cuando presentí que los hawas iban a entrar por la puerta.
No... pero esto es peor. Esto es superior. Mi cuerpo se queda petrificado como si estuviera endurecida, como si estuviera... congelada. Cuando aquella palabra me cruza la mente, un frío inimaginable me envuelve la piel, me la succiona, me la oprime, incluso... me duele. Nunca pensé que el calor o el frío pudieran llegar a dolerme. Los labios me tiemblan y los dientes me castañean cuando siento que la fuente de esta sensación le da la vuelta a la casa y se para tras la puerta que está a la espalda de Lien y los demás.
La cara se me contrae con terror, porque nunca en mi vida había experimentado algo como eso. ¿Es acaso una esencia? ¿Estoy presintiendo a alguien? Quien quiera que pueda provocarme esto con sólo presentirlo... no quiero ni imaginarme lo que pueda hacer cuando quiera hacer uso consciente de sus poderes.
Creo que lo demás también lo notan, ¿cómo no podrían notarlo? Sin embargo no los veo, no confirmo que yo sea la única inmóvil, la única pasmada.
Pero supongo que todos nos damos cuenta de lo que se está acercando por esa puerta porque, cuando ésta vuelve a abrirse, el silencio se hace de repente y lo único que se escucha son unos cortos y lentos pasos de zapatos formales.
—Señor Foissard —dice Brett, y es la primera vez que lo veo hacerse a un lado y agachar la cabeza.
Ya no estoy petrificada por el frío; ahora lo estoy por el simple hecho de saber que estoy frente a ese hombre...
Seymour.
❄❄❄
Instagram (novelas): meg.wattpad
Instagram (personal): milugolpe
Grupo de Facebook: Fans de Ignis y Hawa <3
Grupo de Whatsapp: Pídeme el link.