Los cursos habían llegado a su fin, y esto traía consigo la fiesta de graduación. Sinceramente no estaba de ánimo para asistir a una fiesta, pero era casi una obligación hacerlo, terminaba una hermosa etapa y debía despedirla al máximo.
Las chicas eligieron un vestido rojo para mi, ya que según Cathy, Hoseok "tiene que ver lo que se está perdiendo".
El vestido me llegaba unos tres dedos por encima de las rodillas, me hacía sentir linda, me maquillé un poco más de lo normal, dándole un color rojo a mis labios también.
Sophia recogió mi cabello en un rodete, se veía elegante, no podría haberlo hecho lucir así por mí misma. Agradecí a mi amiga por eso, y luego de unas cuantas selfies salimos hacia la fiesta.
Como siempre, Jooheon, el amigo guapo de Cathy nos llevó. Aunque ella no quiera admitirlo estoy comenzando a sospechar que ella siente algo más que cariño por él, por su parte, él no se avergüenza de decirle a todo el mundo que esta enamoradísimo de ella. Si tuviera solo un deseo me encantaría que ese amor sea correspondido, él es muy lindo y atento con ella, y disfruta cada momento a su lado.
Marcus también fue con nosotras, hace un tiempo él y Sophie formalizaron su relación, él solo estaba buscando una manera única de pedírselo.
Aun recuerdo ese día cuando estábamos tranquilamente en el parque, él apareció con otros tres muchachos y le cantó una canción a mi amiga, así, frente a todo el mundo. Ella aceptó inmediatamente, se notaba que ellos se querían mucho.
Finalmente, ahí estaba yo, la persona a la que nadie quería, pero no iba a sentirme mal por eso esta noche, el colegio está lleno de chicos guapos con los cuales bailar.
(***)
— No puedo creer que tu madre te haya dejado salir así. — dijo Hoseok, parándose a mi lado.
Había salido a tomar aire al balcón, la noche estaba hermosa y Cathy no quería bailar con Jooheon para no hacerme sentir incómoda, así que decidí apartarme un rato.
— ¿Qué tiene de malo?
— Nada, solo... — escaneó mi cuerpo con su mirada— Nada...
— Nunca terminas lo que empiezas.
— Supongo que es uno de mis defectos.
— ¿Qué haces aquí?
— Es mi graduación también.
— Me refiero a estar aquí, conmigo. — él se encogió de hombros.
— Necesitaba algo de aire, no sabía que estabas aquí.
— Ahora lo sabes.
— ¿Me estás echando?
— No, solo que es extraño...
— Es incómodo.
— Nunca pensé que podría sentirme incómoda estando contigo.
— A veces las cosas no son como las pensamos.
— Pude darme cuenta. — dije con una sonrisa sarcástica.
— ¿Puedo ser sincero contigo?
— Me hubiera gustado que lo seas desde el principio. — él rodó los ojos.
— El color rojo se ve bien en ti.
— Gracias, seguro a Rose se le ve mejor. — él bufó.
— No empieces, por favor. — pidió con un deje de pesadez en su voz.
— ¿Qué quieres que haga? Si te encargas de recordarme que tienen algo cada vez que los veo.
— No tenemos nada, _____. No puedo creer que estemos discutiendo por esto otra vez.
— ¿Entonces por qué no me dejas en paz?
— ¿Yo?
— Si tu, vete, yo llegué aquí primero.
— No veo tu nombre en ningún lugar de este balcón, no te pertenece así que no me voy. Vete tú si quieres. — protestó como un niño pequeño.
— ¡No voy a irme!
— Yo tampoco. ¿Dónde están tus amigas?
— Sophia está con Marcus y Cathy está con un amigo suyo que va en nuestro colegio.
— Ya veo, ¿qué hay de ti?
— ¿Qué?
— ¿Estás sola?
— Bueno... Técnicamente, si.
— Cuídate, no olvides lo que pasó aquella vez.
— Eso fue solo una mala pasada, no voy a pasarme toda la noche sentada.
— Baila conmigo.
— ¿Qué? ¿ Tienes fiebre o algo? — dije tocándole la frente dramáticamente, él rió.
— Soy una mierda, pero no voy a hacerte daño.
— Supongo que te refieres al daño físico.
— ¿No te cansas de pelear?
— ¿Tu no te cansas de mentir?
— Olvídalo, eres una niña. Baila con quien se te antoje y si algo te pasa no será asunto mío.
— Maldito desamorado.
— Ten cuidado, alguien podría tirarte del balcón. — rió mientras se iba.
— Espera, ¿vas a dejarme sola?
— ¿No era lo que querías?
— No. Bailaré contigo pero no te vayas. — él sonrió.
— Si lo pides así.
Hoseok y yo bajamos a la pista, mis amigas abrieron los ojos como platos cuando nos vieron juntos, les hice una seña de que todo estaba bien y siguieron en lo suyo.
— No puedo creerlo, Cathy al fin está besando a Jooheon. — grité emocionada, él me miró sin entender.
— ¿A quién?
— Jooheon, el amigo de Cathy.
— Ah, ¿eso es bueno?
— ¿Bromeas? Es buenísimo.
— ¿Por qué te alegra tanto que otras personas se besen? Eres extraña.
— Ellos se aman, tú nunca entenderías.
— Entiendo. ¿Ellas se pusieron así por nosotros también? — yo me sonrojé.
— Te quedarás con las ganas de saber. — dije sacándole la lengua y él negó riendo.
— ¿Me amaste? — preguntó de repente, provocando que lo viera a los ojos.
— ¿Qué dijiste?
— Pregunté si me amaste, cuando estábamos juntos...
— Nunca estuvimos juntos.
— Sabes de lo que hablo.
— No. — mentí descaradamente— Nunca he amado a nadie, pero hay una primera vez para todo así que tal vez el suertudo esté aquí esta noche. — dije, abriéndome paso entre la gente, él me siguió.
— Espero que sí. — dijo él, dándole un sorbo al trago que habíamos comprado minutos antes.
— No vayas a emborracharte y dejarme sola.
— Lo dice quien se emborrachó y terminó durmiendo en mi cama. — soltó riendo.
— Estaba sola, no voy a hacer eso hoy.
— ¿Ah, sí? ¿No estás sola ahora?
— Ya no es lo mismo.
— Lo que digas. Solo te aviso por si acaso, no voy a volver a dormir en el sofá. — qué ofertón, pensé.
Podía sacar provecho de toda esta situación si lo quisiera, después de un par de tragos terminaría en su casa, durmiendo junto a él como en los viejos tiempos. Pero no, era demasiado arriesgado y prefería recordarlo si así fuera.
Bailábamos animadamente hasta que "When I was your man" de Bruno Mars comenzó a sonar, las parejas comenzaron a ponerse cariñosas y yo comencé a ponerme incómoda. Hoseok me tomó de la cintura y me pegó mas a él, no puse resistencia, no tenía sentido, quería esto más que nada en el mundo.
Envolví mis brazos alrededor de su cuello pero no lo miré a la cara, no tenía el valor de hacerlo. Podía sentir su perfume, cuanto me gustaba, era fuerte y varonil, justo como él.
— Me gusta esta canción. — dijo y comenzó a cantarla en mi oído. Su voz angelical susurrando esa hermosa letra en mi oído me hizo sentir en el paraíso.
Cathy y Jooheon estaban a nuestro lado, aunque Hoseok no los notó. Mi amiga me señaló el trasero de mi acompañante y me hizo una señal con su mano de que estaba bueno, yo comencé a reír por lo bajo por las caras que ella hacía, Hoseok se removió incómodo y me miró a los ojos.
— ¿Qué es tan gracioso? — cuestionó.
— ¿Qué? Oh, nada, nada. — dije riendo, él me miraba serio— ¿Qué?
— Nada.
— Entonces deja de mirarme.
— ¿Te pongo nerviosa?
— No, eso era antes cuando aun te veía como alguien a quien podría llegar a amar. — le comenté, sarcástica— Cathy estaba diciéndome algo gracioso, es todo.
— Yo la veo muy divertida. — dijo mirándola, estaba comiéndose a besos a Jooheon— Parece que seremos los únicos que no besarán a nadie esta noche.
— Habla por ti, yo todavía estoy a tiempo.
— ¿Ah, sí? ¿A quién vas a besar?
— No lo sé, hay un montón de chicos guapos alrededor.
— Creo que no me siento bien. — me dijo él, dirigiéndose al balcón nuevamente.
— ¿Estás bien?
— Si, solo necesito un poco de aire.
— ¿Tomaste mucho?
— Solo un poco, no estoy borracho si es lo que preguntas.
Pero ahí estaba él, media hora después y con algunos tragos más, riéndose de sus propios chistes sentado en el balcón. Estaba borracho, y era mi turno de devolverle el favor por esa vez que él me había ayudado.
Gracias por comentar y votar ♥