Ship: Frozen Gumbo (Tiana x Elsa)
Film o serie: Frozen, La princesa y el sapo.
Palabras: 937.
Ella se sentó cerca de la ventana de café de la calle 201, en la misma silla que en los meses anteriores y a la misma hora. Pidió un café oscuro y espero...
Tiana veia por la ventana la gente pasar de un lado a otro, algunos iban caminando rápido hacia sus trabajos y otro de forma más calmada. Ella lo hacía para pasar así su tiempo y ver como su ex-amiga entraba casi agostada, eso siempre la alegraba.
¿Porque alguien se alegraria mucho por ver a una persona que ya no consideraba una amiga?
—Tiana, llegaste antes que yo.
—Vivo cerca. Sería el colmo que llegara tarde, ¿No?
La rubia se sentó y pidió también un café, solo que este sería claro y frio. Ambas hacían esto cada dos semanas en los días miércoles desde hace un año y medio, y la razón era simple a la vez que complicada.
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Elsa caminaba bajo la lluvia escapando de sus problemas y de lo que vio hace unos instantes.
Las lágrimas y el odio salían sin control, tanto así que no podría ver por dónde iba haciendo que se tropezara con todo lo que tuvieran adelante de ella.
—Confié en ti, te amé y tú me traicionas ¿Por qué Jack? ¿Por qué maldito hijo de...
Se golpeó con algo, tan fuerte que la hizo que callera al suelo.
—Bien, lo que me faltaba. —Grito quejándose de su mala suerte.
Intento lo levántese peri gracia a la lluvia y al dolor del golpe se cayó de nuevo, pero golpeándose esta vez la frente contra el cemento. Un mal día, el peor de todo los posibles, uno en donde fue despedía de su trabajo, su auto se descompuso, su novio la engaña con su propia hermana y ahora estaba toda mojada y adolorida.
—¿Elsa, Eres tú? —Levanto su mirada, pero no pudo ver muy bien por la luz de los faros y la lluvia, además del golpe. —¡Elsa! ¿Qué te paso? —No la podría ver bien, pero su voz era reconocible en cualquier lugar.
—Tiana.
La llevo hasta su casa, el tercer piso de un apartamento cercano que no era ni bonito ni feo. Le dio una toalla para que se secara, limpio la pequeña herida que se izó y fue a busca de algo caliente., así que preparo lo único que podría dar calor a la pobre chica.
—Ten, te ayudara
Elsa lo tomo, bebió un sorbo, pero cuando sintió que el café estaba muy caliente, lo dejo a un lado.
—Soy una estúpida, debí haberte hecho caso cuando me dijiste sobre Jack...—Empezó a llorar, su dolor que sentía por todo lo que habría pasado, y aunque no fuera su culpa, ella pensaba lo contrario.
Le conto todo lo que vio, Ella se sentía casada después de caminar varias horas para llegar a su casa, el motor de su carro fallo, y en ese día los autobuses estaban de paro en protesta a la mala paga que el estado le daba por sus servicios. Entro en silencio a su casa, su hermana trabajaba en un bar durante las noches, haciendo los días su hora de dormí, pero un ruido la alerto.
Un ladrón prenso en un principio, así que tomo su teléfono y el objeto más cercano para defenderse, se acercó lentamente a dónde provenía el ruido. Subió las escaleras y camino por un pequeño pasillo, donde residía la recamara de su hermana. La puerta estaba entre abierta, se agacho y se acercó y cuando vio lo que realmente habría ahí, el miedo fue remplazado con tristeza.
Su hermanita, la chica dulce, amable y la mejor persona del mundo se estaba besando son su novio en la cama, abrazados bajo pétalos de rosas. Elsa se tapó la boca, no podría cree lo que veía, su novio, aquel que paso varios años enamorada y que llevaban ya cuatro años de noviazgo, se besaba semidesnudos con su hermanita.
Pero eso no fue lo peor, ya que hubo unas palabras que dijo el albino cuando soltó por un momento a la joven y la miro a los ojos como respuesta a una pregunta que ella soltó.
"" Que es Elsa para ti""
"" Un medio para estar juntos, solo eso""
Tiana abrazo con fuerza a su amiga dolida, beso su frente y empezó a consolada, jurando por dentro que algún día arria pagar a Jack por todo esto.
—No pasa nada, el no vale la pena.
—Fui una estúpida.
—Si lo fuiste.
—¡Hey! —Se apartó y le dio un pequeño pero duro golpe en el pecho—Se supone que me debería de consolar. Ella solo rio, y la volvió a abrazar, pero esta vez más suave.
—Claro, todo para que te sientas mejor. —Tomo la taza de café para dársela ya que aún estaba fría darle, pero esta también estaba fría. Ella se levantó para llevarlo de nuevo a la cocina, pero Elsa la detuvo.
—No, así me gusta más. —Lo tomo, bebió un sorbo y le dio una sonrisa.
—¿Qué tal si jugamos a algo? —Dijo con una voz suave
—Me parece bien.
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Como siempre, tomo el café congelado, y sonrió a su acompañante.
—Mi nombre es Elsa ¿Y el tuyo?
—Tiana.
—Un placer.
Y como cada miércoles, después de ese día, se veían en el café a la misma hora de siempre, la morena pedía su café oscuro muy caliente y ella su café frio, y jugaban a ser desconocidas que se enamoraban al final, al igual que en la vida real.