Maratón especial por los 50.000 leídos ♥ 2/2
Luego de una semana, cuando los cuatro ahora, mejores amigos, estaban reunidos en la casa de Zayn, Anne lo había llamado para decirles que Harry había despertado. Rápidamente fueron hasta el hospital, llegando lo antes posible, no pudiendo calmar la excitación de Louis.
-¿Cómo está Harry? –preguntó desesperadamente Louis, dirigiéndose a Anne, quién estaba sentada en la sala de espera, tomando fuertemente la mano de Gemma. Cuando vio al ojiazul se paró rápidamente con lágrimas de felicidad en sus ojos.
-¡Él despertó! –exclamó con alegría.
Louis quería gritar y correr por todo el hospital. Luego de dos meses de espera había recuperado la conciencia. No podía esperar a verlo.
-¿Ya lo han visto? –preguntó.
-No, están haciendo algunos estudios –respondió-. El doctor dijo que… ¡mira allí está! –dijo Anne mirando más allá de Louis.
Este volteó y vio como el doctor que todo ese tiempo lo había atendido a Harry se dirigía hacia ellos con una sonrisa.
-Él está bien, solo necesita reposo, recuperarse. No es fácil, pero tampoco imposible –explicó-. Ha estado preguntado por una persona en especial todo el tiempo –se giró hacia el ojiazul-. Él quiere verte, es mejor que vayas, claro si su madre quiere.
¡El lo recordaba! Sintió algo extraño en su estómago. Como esa estupidez de las mariposas
-¿No debería ir Anne? –sugirió, aunque se moría de ganas por verlo, creía que era más correcto que vaya su madre.
-No, cariño –dijo amablemente Anne-. Ve tú. Quiere verte. Yo hablaré con el doctor, luego entraré.
-Gracias, Anne, en verdad, gracias.
Sin decir más, corrió hasta la habitación, alejándose de sus amigos y de la madre de Harry y su hermana. Ya conocía el trayecto de memoria de tantas veces que había ido allí. No necesitaba que nadie lo guiara.
Cuando estuvo frente a la puerta se detuvo. ¿Qué diría? ¿Qué tendría que hacer? Estaba nervioso. Se lamió los labios y tomó una fuerte bocanada de aire. Se armó de valor, tomó el pomo de la puerta y lentamente la fue abriendo.
Harry se encontraba recostado, por supuesto, con sus ojos cerrados. Su respiración era normal y ahora ya no tenía todas esas máquinas raras conectadas al cuerpo. Aunque aún conservaba el yeso en la pierna. Los moretones en el cuerpo y los raspones en la cara ya casi ni se veían. Había recuperado un poco su color natural, ya no estaba tan pálido y sus labios tenían ese color rosa que tanto le gustaba.
-Harry –susurró lentamente.
Las orbes verdes se abrieron y lo miraron, penetrándolo con la mirada. El corazón de Louis latía desbocadamente dentro de su pecho y por su rostro ya corrían lágrimas silenciosas.
-Lou –respondió con dificultad, apenas audible.
Rápidamente se acercó hasta él y se sentó al lado de él, en una silla que había allí. Tomó su mano y lo miró a los ojos. Los había extrañado tanto. Había extrañado todo de él.
-No te imaginas cuánto te extrañé, bebé –musitó con ternura.
-Ven aquí –dijo el rizado tomando delicadamente el rostro de Louis entre sus manos, uniendo sus labios en un dulce beso. Los dejaron quietos, no necesitaron más, por el simple hecho de que eso era suficiente.
Una vez que se separaron, juntaron sus frentes, sin despegar sus miradas.
-Lamento tanto lo que te sucedió, Hazz.
-No fue tu culpa –replicó.
-Tendría que haber ido contigo al gimnasio, te lo dije. Si tan solo yo hubiera estado ahí…
-Basta, Lou. Ya está. Ya pasó. Estoy bien y estoy aquí, eso importa. Nada más. Estamos juntos, punto.
Louis volvió a besarlo, sintiendo esa necesidad de tener sus bocas juntas, en mucho tiempo no había podido hacerlo. Rompió el beso y lo miró seriamente.
-Sé quién o quiénes fueron, mejor dicho –dijo con nerviosismo.
Harry lo miró extrañado.
-¿Quiénes fueron qué? –la confusión bañaba su rostro.
-Los que causaron tu accidente –respondió Louis, y antes de que el rizado pudiera hablar, siguió-. Fueron Zac y Zara.
Los ojos de Harry se abrieron exageradamente y se quedó mudo. Eso si que no se lo esperaba, él creía que eran accidentes así, sin una persona que hubiera querido hacerlo. A pesar de que su accidente no fue intensional, había otro motivo. Entonces, Louis tuvo que explicarle todo. Desde la confesión de la rubia hasta que le rompió la nariz a Zac.
-Igual, debes estar tranquilo. Están tras las rejas y todos estamos demasiados felices –terminó su relato con una sonrisa.
-Supongo que si –respondió- ¡No puedo creer que hayas roto su nariz! –dijo riendo débilmente, Harry, luego de unos minutos de silencio- Veo que no debo meterme contigo.
-Tú me enseñaste cómo debo defenderme.
-Y lo hecho bien –animó.
Louis sonrió con felicidad y lo admiró. Harry hizo una ceña para que Louis se recostara con él. La cama era lo suficientemente grande como para que entren los dos. Con cuidado, el ojiazul se deshizo de sus convers y se recostó a su lado, hundiendo su cabeza en su pecho, abrazándose mutuamente. Louis miró hacia arriba y se encontró con unos ojos verdes profundos.
-No puedo creer que estés aquí, gracias a Dios. No hubiera soportado haberte perdido. Te amo, Harry.
-Yo también te amo, Lou –respondió con su ronca voz.
-Extrañaba tanto tu voz –dijo apenado.
-¿Si? –dijo extrañado por la confesión.
-Extrañaba todo de ti, hasta tus comentarios fuera de lugar –bromeó.
Harry sonrió y juntó sus rostros, dejándolos a escasos centímetros.
-Todo va a estar bien –dijo reconfortante Harry.
-¿Lo prometes? –susurró sobre sus labios.
-Lo prometo.
...
Me quedó extremadamente corto y no me gustó, pero no tenía más inspiración :/ LOS/AS OBLIGO A QUE VEAN EL VIDEO QUE DEJÉ AL LADO. YA. Larry manda y todos obedecen ♥
MUCHAS GRACIAS POR TODOS LOS LEÍDOS Y COMENTARIOS, LOS AMO FDHJKFDGHKJDSHS
Cata x