¿Quieres ser mía? (JASN Libro...

Af ReynaCary

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¿Jugamos a ser novios? Libro #3 ¿Quieres ser mía? ¿El último juego? Con los planes de la boda de su hermana m... Mere

¿Quieres ser mía? #3 (Sinopsis)
¿No quería conocerte?
¿15 minutos?
¿El modelo?
¿Lentes de contacto?
¿Advertencia?
¿Olor a lluvia?
¿Ardilla?
¿Azul?
¿La fotografía?
¿Gemelas?
¿Eres perfecto?
¿Nena?
¿Hablar de travesuras?
¿Personalidad especial?
¿Pequeña mentirosa?
¿Nuestro personaje?
¿Soltarás mi mano?
¿Piel contra piel?
¿Uno más?
¿Arrepentidos?
¿No estoy enamorada?
¿Lazarillo?
¿Juzgar por apariencias?
¿Gemelos fraternos?
¿Igualar el marcador?
¿Demasiado tarde?
¿Quieres ser mi...?
¿No es la novia de Julián?
¿Padrino de traje?
¿Final?
¿El mito del ramo? (Final)
¿Epílogo?
¿Juegas conmigo? Información + Sinopsis
¿Juegas conmigo? Fecha de publicación.

¿Quieres ser mía?

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Af ReynaCary


Capítulo 30

¿Quieres ser mía?

Cuando la voz de Azul dejó de sonar él apartó la vista de su guitarra para voltear hacia su amiga que esperaba con ansias una crítica y se sintió orgulloso por el cambio que estaba teniendo. Hace unos meses, durante los ensayos, ella siempre terminaba con los ojos cerrados y una expresión de tortura como si cantar, algo que era su pasión, le hiciera pasar un mal momento. Pero ahora ella sonreía con confianza y eso se notaba en su voz, más fuerte y segura, sin miedo a fallar.

—Increíble, me ha encantado —dijo Israel aplaudiendo.

—¿Se puede saber qué haces aquí? —le preguntó molesto.

El muchacho le lanzó una rápida mirada de superioridad y respondió.

—Soy el encargado de que Azul cumpla con su itinerario en la nueva campaña que está. Tienen solo 6 minutos, por cierto. Así que apenas se cumplan me la llevaré de aquí a trabajar.

Rodó los ojos.

—Él no importa —respondió Azul agitando la mano—. ¿Qué tal lo hice? Personalmente creo que salió estupendo, me ha gustado mucho esta canción aunque siento que en realidad no es para mí sino para Brenda pero ni modo, la cantaré yo por ti ya que te niegas a hacer un dueto conmigo.

—Tu confianza ayuda mucho a tu voz. Definitivamente cada vez cantas mejor, me has sorprendido el día de hoy —respondió ganándose un abrazo por parte de su amiga.

—¡Gracias! ¿Harás un dueto conmigo? —volvió a insistir.

Había muchos motivos por los cuales no aceptaría esa propuesta. Primero, quería que Azul creciera por sí misma. Estaba seguro que si él cantaba alguna canción con ella todo el mundo empezaría a decir que se aprovechaba de su fama para resaltar más y al ser su mejor amiga no quería que hablasen mal de ella. Tal vez cuando ella entrase de lleno a ese nuevo mundo de la música entonces se animaría. La segunda razón se debía a que en realidad él no era muy bueno cantando. Siempre había preferido componer canciones. Y aunque durante mucho tiempo la mayoría de sus canciones eran melancólicas ahora le alegraba poder expresar más emociones en sus letras, eso era lo que quería por el momento.

Escuchó unas carcajadas y vio a Azul riendo con Israel. Ese tipo...

—Si le agregan una mala voz con autotune y música esta letra está lista para salir como un éxito en reggaetón —exclamó Israel y Azul volvió a reír más fuerte.

—¿Disculpa? —preguntó ofendido al darse cuenta que se reían de una de sus canciones.

—Dice Israel que estas canciones reflejan la abstinencia en la que Brenda te tiene y que con tanta tensión sexual parece una letra de reggaetón —explicó Azul limpiándose las lágrimas de los ojos. Él no le encontraba nada divertido. Ni las letras ni el hecho de que apenas podía pasar tiempo con su novia.

—En serio, que mal momento elegiste para pedirle ser tu novia... Ah, no espera, ella te lo pidió porque tú eres demasiado lento —se burló Israel. Si seguía así volvería a golpear a alguien y ocasionar un escándalo en mucho tiempo y estaba tratando de ser una mejor persona para el mundo.

Respiró profundo antes de levantar el rostro con una sonrisa.

—Bueno, al menos yo no he sido dejado por tres novias en menos de 8 meses —atacó y Azul lanzó un cizañoso "Uuu" por lo que siguió con más ánimo—. Incluso te hiciste un cambio de imagen que ni le importó a la última chica.

—Es cierto —habló Azul con pesar—. Tu cabello largo se veía genial, fue una lástima cuando llegaste con él corto. Aunque la verdad te ves mucho mejor así, pero el cabello largo —insistió su amiga con los ojos brillosos. Ella tenía cierta fascinación por los hombres con cabello largo o barba.

Lo contrario a Brenda que lo había amenazado ya varias veces con meterse a su habitación en la noche con una afeitadora si seguía dejándose crecer la barba, y eso que era de apenas un par de días. Pero lo había comprobado, dejó crecer su barba una semana y Brenda jamás entró a su habitación. En verdad la extrañaba.

Malditos exámenes finales que la mantenían ocupada la mayor parte del día y, el poco tiempo libre lo pasaba trabajando en la agencia. Cuando conseguían un momento para ambos ella estaba tan cansada que se quedaba dormida en sus brazos, incluso entre besos. Y él no iba a despertarla, sabía lo que la presión podía hacerle a la salud de una persona, prefería que descansara a verla enferma en el futuro.

Además ya pronto iba a pasar todo aquello que la mantenía ocupada, terminaría los finales en la universidad, dejaría de preocuparse por conseguir a los mejores fotógrafos para la boda de Jeanne y se instalaría en su nuevo departamento. Las cosas se iban a calmar y ellos tendrían tiempo como las parejas normales.

Estaba feliz imaginando aquello que el único motivo por el que regresó a la realidad fue la alarma en su celular que le indicó la hora en que Brenda llegaría a la agencia.

Israel también vio su reloj y exclamó alterado.

—Tenemos que irnos, Azul. No podemos retrasar esta sesión o te quitarán de la portada —dijo el muchacho tomándola por el codo—. Es muy importante para tu carrera aparecer allí.

Azul rodó los ojos y se dejó guiar por Israel.

Ni se despidieron de él pero no importaba. Decidió acomodar un poco la sala en donde siempre ensayaban pues habían hojas tiradas tanto en el suelo como en la mesa de centro, también estaba su guitarra sobre el sillón y las sillas altas individuales se encontraban fuera de su sitio, como Jona viera todo en ese estado los mandaría a vender periódicos por la mañana. Aunque podría dejar todo como estaba y echarle la culpa a Israel. Esa idea le gustaba.

Pero no le gustaba la idea de que tocara su guitarra ni sus letras y empezara a compararlas con esa música sin sentido, así que arregló un poco y salió de la sala para buscar a su novia en recepción. Seguro que ya estaba molestando a la chica de la entrada como siempre.

Brenda bajó del transporte mientras éste aún seguía andando. Corrió con velocidad por la acera en dirección a la agencia. Por suerte aunque iba tarde no tenía que trabajar o existía una alta probabilidad de que Jona la mandaría a vender periódicos si volvía a retrasar algo pero ese día solo iba a una junta con él para un nuevo proyecto que se traía entre manos la agencia y la querían como la fotógrafa principal. Aún le resultaba increíble que su sueño de trabajar como fotógrafa se hubiese hecho realidad antes de terminar la carrera, era cierto que jamás se imaginó trabajando con modelos pero no le disgustaba para nada estar ahí. Incluso aunque en ocasiones fuese tan pesado que apenas podía dormir le hacía feliz.

Pero algo que la hacía más feliz era que después de esa junta iba a tener toda la tarde libre para estar con Julián. En 3 días cumplían un mes de novios y no habían pasado tanto tiempo juntos como le hubiese gustado.

Se moría de ganas por besarlo y acercarse a él como le fuese posible.

Sonrió contenta y siguió con su paso apresurado sin ver bien por donde iba lo que ocasionó que chocara contra un delgado cuerpo. Casi se cae la mujer pero logró equilibrarse en sus altos tacones de plataforma. Se disculpó rápidamente y observó a la mujer que le lanzaba una mala mirada mientras se sacudía el entallado vestido azul como si haberla tocado le hubiese esparcido una nube de polvo.

—Las niñas no deberían estar caminando por estos lugares —exclamó la mujer.

No era por juzgar antes de conocer pero esa mujer parecía tener unas 20 cirugías en la cara y otras 50 en todo el cuerpo, era imposible que esa cintura tan delineada fuese natural, no con esos senos y caderas tan enormes. Los ojos verdes de la mujer se fijaron en los de ella y aunque intentó fuertemente mantenerle la mirada se dio por vencida, Brenda sonrió satisfecha. Era imposible que alguien soportara su mirada.

—Los niños de ahora son tan irrespetuosos —murmuró la mujer sacudiendo su cabellera rubia.

—Y los adultos también pero qué se le puede hacer —respondió con una sonrisa y empezó a caminar de nuevo hacia la agencia, estaba a unos metros de la entrada cuando escuchó unos tacones detrás de ella. Se giró para ver a la mujer que observaba todo a su alrededor con molestia—. ¿Quiere secuestrarme? —le preguntó para molestar.

—¿Por qué querría secuestrarte? Seguro que no me dan ni medio dólar por ti —exclamó la mujer ofendida—. No me arriesgaría a tanto.

En sí le estaba diciendo que si ella tuviera mejor posición económica si se plantearía en secuestrarla ¿no?

—Tienes suerte de ser bonita —comentó con sarcasmo pero eso pareció alegrar a la mujer que sacudió su cabello como si la estuviesen grabando para un comercial de champú.

—¿No me digas que tú también vas a la agencia? —preguntó viéndola con mala cara. Ella asintió—. No puedo creer que ahora dejen pasar a cualquiera.

—Lo mismo digo —exclamó Brenda, dando una palmada que consiguió asustarla—. Antes pedían que las mujeres tuviesen un 80% de cerebro y 20 % de cirugía, pero bueno, usted va a entrar.

Aquella persona no pareció captar sus palabras porque asintió como si estuviera completamente de acuerdo a pesar que la había insultado de forma tan descarada. La verdad no se estaba molestando en disfrazar sus insultos, simplemente no le agradaba para nada y no sería hipócrita.

Negó con la cabeza y se apresuró a ir a la puerta, la abrió y la sostuvo para que pasara la desconocida rubia.

—Al menos eres un poco amable —dijo la mujer despectivamente.

—Sí, es que me enseñaron a ayudar a los ancianos —respondió con una enorme sonrisa.

—Todo se ve tan detestable —con una mueca de asco se acercó a recepción y tronó los dedos frente a la chica como si no la estuviera viendo—. Dile a Noel que he llegado —la joven asintió y descolgó el teléfono, después de unos segundos levantó la vista con miedo para preguntarle su nombre—. ¡Victoria! —exclamó colérica.

Así que Victoria, pensó. Un gusto.

—El señor Noel está en una reunión pero en un par de minutos terminará, si gusta esperarlo...

—Subiré a su oficina —respondió Victoria caminando hacia el ascensor.

Ella corrió detrás de Victoria.

—Qué coincidencia —exclamó haciéndola sobresaltar—. También tengo que ir a ese piso. Que suerte que cabemos las dos —señaló al número iluminado en el ascensor.

Era mentira, en realidad tenía que ver a Julián pero no dejaría que su novio viese a esa detestable mujer. Sabía que su intuición no le fallaba y desde el momento en que chocó con ella le había dado mala espina. Ahora al saber quién era ella pues felicitaba a su intuición.

Subió al ascensor junto a Victoria y esperó en silencio a que las puertas cerraran antes de preguntarle sin ocultar nada.

—¿A qué ha venido a la agencia? Llevo muchos meses viniendo y no la había visto por aquí. Es un rostro terriblemente nuevo.

—Estoy aquí por mi prometido —comentó como si hablar con ella le provocara nauseas.

Las puertas se abrieron y unos empleados cargados con muchas cajas les pidieron de favor que salieran pues debían llevar esa carga de emergencia y no había cupo para todos, además que no era muy seguro.

Victoria salió seguida de ella. Observó a su alrededor en busca de su novio esperando no verlo en ese momento. ¿Era necesario bajarlas en ese piso? Justo en donde Julián estaba ensayando con Azul ¿Y si salía y veía a esa horrible mujer casi irreconocible a la de las fotografías por tantas cirugías?

Los empleados subieron todas las cajas y las puertas se cerraron. Esperó impacientemente a que el ascensor bajara de nuevo.

—¿Brenda? —preguntó la voz de Julián.

Ella volteó y olvidándose de Victoria, corrió a él para abrazarlo. En serio que lo extrañaba pero al recordar quien estaba aún cerca del ascensor quiso darse de golpes con la pared.

—¡Julián! —gritó Victoria corriendo a abrazarlo, apartándola a ella bruscamente en el acto.

Se golpeó el hombro con la pared y vio cómo su novio se congelaba al tener los brazos de aquella plástica mujer a su alrededor. Su rostro se volvió blanco y las ganas de arrojar a esa mujer desde el último piso de la agencia se intensificaban. Detestaba que una persona que se aprovechó del dinero que un bebé le dio regresara a él después de años como si no hubiese hecho nada malo.

Cuando por fin Julián pudo hablar la rabia en su voz no se ocultó ni un segundo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó apartándola de golpe.

Victoria sonrió mostrando sus perfectos dientes y levantó su mano izquierda dejando a la vista de cualquiera un anillo con un enorme diamante en el centro. Si estaba en el dedo anular izquierdo significaba que era un anillo de compromiso. Su novio también dedujo aquello por lo que ladeó la cabeza con fastidio.

—Vaya, te volverás a casar por qué ¿15 vez? —preguntó burlándose.

—Qué gracioso eres, Julián. Has cambiado bastante desde que me obligaron a separarme de mi bebé —dijo haciendo un puchero y en un tono meloso mientras tocaba la mejilla de Julián quien le apartó la mano de golpe—. Cuando te dejé eras un pequeño adolescente problemático.

—Me pregunto a quien se debió —respondió con sarcasmo—. Y ¿quién es el pobre hombre que se casará con una interesada como tú?

—Esas palabras —dijo Victoria colocando ambas manos en su cintura—. Nunca te enseñé a usar ese vocabulario.

—Sí, tienes razón, me enseñaste uno peor —Julián fingió pensar un segundo antes de proseguir—. ¿Perra te gusta más?

Victoria sonrió abiertamente de nuevo y soltó una carcajada falsa.

—En realidad me volveré a casar con uno de los mejores hombres.

—Seguro eso significa que tiene millones —murmuró pero Julián volteó a verla y le sonrió.

—Sí, eso también —admitió Victoria sin vergüenza—. Y un hermoso hijo con heterocromía.

El rostro de su novio se volvió completamente serio, solo lo vio apretar sus manos en puños y su respiración aumentar con velocidad.

—Voy a ser tú mami de nuevo —se burló golpeándole la mejilla levemente.

—Eso quisieras —gruñó Julián antes de tomarla de la mano y juntos ir hacia el ascensor.

Escuchó el ruido de los tacones de Victoria detrás de ellos pero cuando las puertas se abrieron Julián no le permitió entrar. La apartó bruscamente y consiguió ver su rostro de sorpresa antes que las puertas se cerraran. El movimiento del elevador avanzando le provocó nauseas o también podía ser al tono rojizo que estaba adquiriendo el rostro de su novio. Verlo en ese estado le partía el corazón.

Le apretó la mano y él se sobresaltó volteándola a ver.

—No me has besado hoy ¿quién te crees? —preguntó inflando sus mejillas.

Julián cerró sus ojos con alivio y sonrió abiertamente y, mientras el ascensor seguía avanzando, se inclinó para besarla pero como siempre terminó envolviéndola en sus brazos para poder levantarla a su altura y profundizar su beso. Las puertas del ascensor se abrieron pero ellos estaban tan concentrados en sí mismos que no se dieron cuenta del público que tenían hasta que uno de los hombres se aclaró la garganta demasiado fuerte. Sonrió separando sus labios y le susurró a Julián quien se puso colorado ahora por la vergüenza.

Un hombre que se sonrojaba era hermoso.

Se bajó de los brazos de su novio y lo jaló del brazo para salir, los tres hombres que los vieron entraron incomodos como si hubiesen hecho algo más que besarse dentro del ascensor. Aunque pensándolo bien algún día podrían...

—Perdona que se den las cosas así —habló Julián sacándola de sus pensamientos—. Me hubiese gustado que se conocieran de otra forma pero no puedo permitir que Victoria regrese con Noel solo para exprimirle dinero.

Muy bien... este. ¿No podía referirse a...?

Julián se detuvo frente a una puerta que tenía una pequeña placa anunciando el nombre de Noel, solo leerlo le heló la sangre. Sin tocar, su novio abrió la puerta dejando a la vista una sencilla decoración; archiveros pegados a un costado de la habitación iluminada con luces en tonos amarillos, en otro lado algunos cuadros minimalistas, adornos, premios y reconocimientos, pegado a una esquina había una mesa con una cafetera y algunas golosinas pero al centro estaba una mesa de madera frente a una silla grande negra forrada de piel falsa con un hombre que acababa de levantar la vista sorprendido.

El hombre de tez blanca vestía un traje negro del cual solo alcanzaba a ver una parte, aun así distinguió que llevaba la corbata desarreglada igual que el cabello. Unos lentes descansaban sobre el puente de su nariz y algunas arrugas se veían por su cansado rostro. Tenía canas en su cabello castaño claro y a pesar que se hacía una idea de la edad le sorprendía la apariencia que tenía.

—Julián... —dijo el hombre con sorpresa—. Es extraño que subas a...

—¿Te vas a casar con Victoria de nuevo? —gritó Julián acercándose a su escritorio con furia.

—No me digas que ya ha llegado —murmuró con fastidio quitándose los lentes.

—Sí. ¡Con un enorme diamante en su anillo!

—¿Qué quieres que haga? —preguntó Noel con frustración jalándose aún más el nudo de la corbata y poniéndose de pie para estar a la altura de Julián—. Ha vuelto a amenazar a la empresa y a ti. Si no le daba el matrimonio podía ir a mentirle a todo el mundo con esa cosa que se inventó de que quisiste abusar de ella cuando eras adolescente.

—Me importa un bledo lo que ella diga de mí. Nadie le creerá, es obvio que si después de tantos años declara eso todo el mundo sabrá que lo está haciendo por dinero. Ya tengo 26 años y sé cuidarme la espalda solo. Si lo haces por la empresa... vamos —Julián la señaló y de repente volvió a sentirse incomoda al tener la mirada de Noel sobre ella por primera vez—. Está en su mejor momento. Admítelo, cientos de compañías están en la lista de espera solicitando a tus servicios, modelos, a tu fotógrafa. ¿Crees que las palabras de una adicta a las cirugías conseguirán dañar todo lo que hasta ahora se ha conseguido?

Noel se dejó caer de nuevo en la silla y respiró profundo.

—Lo siento, no sabía de qué forma sacármela de encima así que escuché sus propuestas y el matrimonio era la única que tenía —comentó sin dejar de pasear su mirada entre Julián y ella. Se aclaró la garganta y la vio—. Hola.

—¿Qué hay? —saludó levantando la mano en un intento de ocultar sus nervios.

Julián volteó a verla y se disculpó por haberla olvidado en la entrada, pero ella lo entendía así que solo le sonrió, cerró la puerta y se acercó a él.

—Noel, ella es Brenda, trabaja aquí —dijo abrazándola por los hombros cuando estuvo a su lado—. Y es mi novia.

—Mucho gusto, soy... —Noel dudó antes de hablar pero con un asentimiento de cabeza señaló a Julián—. Su padre.

—Lo sé. Un placer —estrecharon sus manos.

—¿Qué tanto sabes? —le preguntó Noel con sorpresa.

—Todo —le respondió.

—¿Todo?

—Sí, todo —afirmó Julián.

—¿Tú se lo dijiste? —su novio asintió—. ¿Por qué?

—Porque es mi novia.

—Aunque cuando me lo dijiste no era tú novia —señaló Brenda.

—Sí, pero ya te quería —le besó la mejilla y Noel tosió para recordarles que estaba presente aún—. De todas formas, puedes arreglar el caso de Victoria de otra forma que no sea con matrimonio.

—¿Pero de qué forma? Estoy comprometido de nuevo.

—Yo tengo una malvada idea —anunció levantando la mano y ambos hombres la vieron con atención.


—Ábreme la maldita puerta —exclamó Victoria golpeando por fuera tan fuerte que pudo haber tumbado toda la oficina si tardaban unos segundos más.

Ella y Julián tomaron asiento cerca de la cafetera mientras Noel le abrió la puerta a la furiosa mujer rubia. Al entrar les lanzó una mala mirada pero ella levantó su mano agitándola con energía a modo de saludo, hacer enojar a ese tipo de personas resultaba tan placentero.

—No entiendo para qué has venido —suspiró Noel caminando a su escritorio—. Tienes el anillo ¿qué más quieres?

Victoria agitó su cabello.

—Necesito dinero para prepararme y estar hermosa para la boda.

—Eso será imposible —se burló Brenda llevándose una galleta a la boca.

Noel encendió el portátil y tecleó un poco antes de volver a Victoria.

—¿Cuánto necesitas? —preguntó agotado.

—Estoy bien con unos 100 mil por el momento —él asintió—. Dólares.

—Y yo pregunto cuando quieres en total. ¿Cuántos millones quieres para dejar a mi familia y mi agencia en paz? Te daré lo que me pidas a cambio de que no haya matrimonio.

Escuchó como un sonido de máquina de apuestas traspasó la cabeza hueca de Victoria. El interés podía llegar a niveles inimaginables. En realidad no cabía en su cabeza como una persona pudiese alcanzar tal nivel de ambición.

—15 millones —pidió la mujer con tono exigente como si fuese obligación de Noel darle dinero sin que ella lo robase. Porque eso era lo único que esa mujer estaba haciendo.

Con un suspiro Noel asintió y tecleó muchas veces en la computadora antes de levantar la vista a Victoria y asentir con cansancio.

—15 millones han sido transferidos a tu cuenta. Puedes comprobarlo en este momento. Ahora no vuelvas meterte en nuestras vidas —le advirtió.

Victoria pareció ignorar todo aquello pues estaba centrada revisando en su celular que la cantidad pedida hubiese sido transferida con éxito. Después de unos minutos sonrió guardando su celular y viendo a Noel como alguien que había conseguido lo que quería.

—Solo puedo retirar 5,000 por día, pero estaré revisando el estado de cuenta para rectificar que el dinero permanezca ahí intacto o me verás seguido por aquí hasta que cumplas tu palabra —amenazó y después soltó una risa juguetona—. ¿Me pregunto en qué podré usar esos 5,000 dólares?

Brenda se puso de pie y se acercó corriendo a Victoria con una bandeja de galletas.

—Podrías usarlos para pagarte una operación de cerebro que mucho te hace falta —sonrió y le extendió la bandeja—. ¿Galletas?

La mirada encolerizada de Victoria la distrajo al momento en que ésta le arrebató la bandeja y le golpeó el hombro con fuerza. Se llevó una mano inmediatamente y vio a Julián acercarse para empezar a gritarle de cosas, Victoria dejó caer la bandeja al suelo y salió pisando fuerte con sus tacones.

Su novio le revisó el hombro pues había sido el mismo que se lastimó cuando la misma mujer la empujó en la planta baja, le dolía un poco pero sabía que no era nada grave pues una bandeja de aluminio no podía hacer tanto daño como el histérico de su novio pensó en ese momento.

Ella por su parte volteó a ver a Noel que la veía con preocupación.

—¿Se grabó todo? —preguntó y el hombro asintió con la cabeza girando la computadora para mostrarles una ventana con la imagen de las cámaras de seguridad ocultas en la oficina.

Reprodujo el video que segundos atrás había sido captado. Ahí solo se veía a una mujer riendo y burlándose de todo el mundo y a ella acercándose amablemente con una bandeja para ofrecerle algunas galletas, después sin razón aparente la mujer la golpeó y salió molesta. Justo en ese ángulo no se veía cuando Julián se acercó a gritarle por lo que Victoria no tendría forma de justificarse.

Había sido parte de un plan rápido, hacerla enojar para que hiciera algo malo y así conseguir una orden de restricción contra la mujer. Eso y con ayuda de los mejores abogados que Noel podía conseguir los dejaría en paz por el resto de su miserable vida, eso sin agregar que el único dinero que tendría serían esos 5,000 dólares que pudo retirar en ese momento pues al agredir a un miembro importante de la agencia debía pagar una costosa multa, reparar daños, maltrato psicológico infantil y más cosas de las que era culpable.

La última parte del plan fue pensada por Noel y Julián, ella simplemente les dio el empujón que necesitaban para deshacerse de Victoria. Estaba segura que lo conseguirían. Estaba mal pensar así pero Noel tenía dinero y eso movía a muchas personas, a las indicadas si se lo proponían. Le extrañaba que no lo hubiese hecho desde antes.

—Esto está muy rojo ¿segura que no quieres ir al doctor? —preguntó Julián acariciando con delicadeza la zona en donde había recibido el golpe.

—Estoy segura, no me duele tanto —insistió.

—Puedo llamar al doctor particular para que venga a revisarte —sugirió Noel pero ella volvió a negar.

—Estoy bien... —de repente recordó la razón por la que fue a la agencia y negó rápidamente con la cabeza—. ¡No estoy bien! Jona me va a matar. Debería estar en una junta con él ahora mismo.

—No te preocupes, hablaré con él y le explicaré todo —comentó Noel sacando su celular.

—Si me sacas en una bolsa negra podía parecer un costal de basura y así Jona no me verá —dijo a Julián quien soltó una carcajada y la besó con rapidez.

—Jona ya está al tanto de todo —dijo Noel viéndolos fijamente.

—¿No me pondrá a vender periódicos? —preguntó con miedo.

—No, jamás lo haría. Después de todo fue él quien me convenció de contratar a una joven sin experiencia, ni cartas de recomendación como fotógrafa.

—Espera ¿cómo? —preguntó prestando completa atención.

—Jona me mostró tu trabajo meses atrás. Fue algo que no había visto antes. Eso que hiciste con el modelo más difícil de la agencia fue increíble. Jona me convenció de contratarte para trabajar con Julián pues él estaba seguro que trabajando juntos conseguirían una refrescante —dijo Noel con una sonrisa amable.

Ella asintió y volteó a ver a Julián que le sonrió de lado.

—Solo para quitarme esta duda y no ver la confianza de Jona en mi trabajo como algo negativo... ¿A ti te gustó mi trabajo? Me contrataste por Jona pero también por mi talento ¿verdad?

Noel rio y asintió.

—Tu trabajo ha sido de lo mejor que he visto en mucho tiempo pero siempre solemos contratar fotógrafos hombres y con muchos años de experiencia. Contigo hemos hecho una excepción porque sabíamos que conseguirías mucho. Aunque no precisamente un noviazgo con Julián —terminó entrecerrando los ojos aunque no de una forma acusadora, sino más bien divertida—. Alguien ha conseguido domarlo.

Ella asintió con orgullo.

—Esa fui yo —se señaló con ambas manos.

Su novio se cruzó de brazos.

—Vamos, no es como si me hubiese cambiado radicalmente —comentó.

—Noooo, por supuesto que no —exclamó Noel.

Ella rio y se sintió feliz de tener esa pequeña platica con ambos.

Estaba de pie en su habitación casi vacía. La mayoría de sus pertenencias estaban en cajas, bolsas y maletas listas en el auto de Julián y otras en el de sus padres para moverlas hacia su primer departamento en donde empezaría una vida totalmente nueva.

Estaba cansada. Después de la charla con el padre de Julián y la reunión exprés con Jona tuvo que correr a su casa para llevar parte de sus cosas al departamento pues sus padres solo podrían ayudarla ese día con la mudanza y vaya que necesitaba su ayuda, para ser solo una persona tenía demasiadas cosas que transportar.

Julián apareció en su cuarto y tocó sacándola de sus pensamientos.

—Ya estamos listos para salir —le avisó y ella salió corriendo.

—Bien, tengo hambre ¿pasamos por algo de cenar mientras vamos a mi departamento? —preguntó a su novio pero él negó.

—Puedo hacerte una cena especial en celebración por empezar con la mudanza —él le sonrió y ella no tardó ni un segundo en aceptar.

Nunca rechazaría una oferta de comida por parte de él. Por eso cuando llegaron al departamento y empezaron a bajar todas las cajas se puso en plan jefa mandona. Ahuecó ambas manos alrededor de su boca dando órdenes.

—Vamos, vamos. Esa caja morada va en la esquina izquierda papá. La caja con el lazo morado va en el baño, Brandon y Julián... Esa de la cinta adhesiva morada es para la cocina —gritó negando con la cabeza al verlos dar vueltas confundidos—. No sé ni para qué les pago.

—No nos estás pagando ni el agua —reclamó Brandon y empezó a amenazar con dejar caer la caja en cualquier lugar sin importar si llevaba algo frágil a lo que empezaron una discusión en donde no hubo un ganador porque su padre los calló como si fuesen niños pequeños pero de no haber sido así obviamente ella hubiese salido triunfante.

Su departamento terminó con un montón de cajas apiladas en diferentes lugares y pese a que todo seguía guardado sintió que estaba dando un gran paso en su nueva vida.

Entró a casa de su novio saludando a Nena que agitaba felizmente su colita dando vueltas alrededor de sus piernas. La tomó en brazos y la llenó de cariños, había aprendido a no caminar cuando Nena estaba tan emocionada dándole la bienvenida a no ser que quisiera estrellarse contra el suelo como ya varias veces estuvo a punto de suceder.

Caminó a la cocina con Nena en brazos y vio a Julián colocándose el mandil para empezar a sacar los ingredientes de su cena. Amaba ver la pasión con la que Julián preparaba un platillo. Estaba segura que muy pronto Julián se daría cuenta de su pasión y se volvería un exitoso chef, de eso no había duda y ella quería ser quien apoyara cada decisión importante en su vida.

En menos de 30 minutos estaban cenando, demasiado tarde a lo que acostumbraban ambos pero era la primera cena que tenían juntos desde que empezaron a salir y disfrutaron cada instante.


—Gracias por prestarme tu baño —dijo Brenda saliendo con su característica pijama de una camiseta larga que apenas le cubría las piernas. Lo que le hacía feliz era que ahora eran sus camisetas las que usaba. Si era así no le importaba quedarse sin ellas.

Se incorporó en la cama y tomó un medicamento en ungüento que encontró entre su botiquín mientras Brenda se bañaba.

—Investigué en internet y esto ayuda para los moretones y golpes —dijo mostrándole en frasco pequeño a su novia.

Brenda agitó su cabello húmedo antes de sentarse en su cama y tomar el ungüento para revisar la etiqueta.

—Pues supongo que no me hará mal ponérmelo en esta ocasión por más que te insista que me siento bien.

Él asintió contento pero casi se atragantó al ver que Brenda empezó a quitarse la camiseta dándole la espalda. Suspiró cuando quedó completamente fuera dejando al descubierto su espalda que solo quedó cubierta con el sostén morado.

Abrió el frasco con manos temblorosas se centró en fijar la vista en la marca roja con morado que tenía en su hombro. En algún momento su mano viajó a esa zona y acarició lentamente un par de veces notando como la piel de su novia de erizaba al contacto. Aún más con su mente vagando en alguna parte se inclinó y besó la marca acariciando sus brazos con ambas manos.

—Creí que pondrías medicina —murmuró Brenda en un suspiro.

—Yo también —respondió contra su piel y siguió besando cada rincón de su hombro, su cuello, su espalda.

Acarició sus senos sobre la tela del sostén y bajó una mano sobre su vientre apegándola más a él. Ella aún seguía dándole la espalda por lo que al dejar caer la cabeza hacia atrás por las caricias él tuvo oportunidad de atrapar sus labios en un beso.

Brenda se apartó y se giró lanzando la camiseta, que en algún momento cubrió su cuerpo a alguna parte de la habitación, ahora estaba sentada sobre él solo con un conjunto de ropa interior morado. Lo besaba con una intensidad que él le devolvía. Más pronto de lo que pensó también su camiseta de dormir había desaparecido y sonrió, rompiendo el beso, al sentir el tibio cuerpo de su novia contra el suyo.

Él estaba apoyado en el respaldo de la cama cuando ella se apartó con la respiración agitada y le vio fijamente presionando ambos labios en una sonrisa.

—¿Qué pasa? —le preguntó.

—Te amo —soltó sin sentirse raro o presionado a decirlo, sin sentir que era inadecuado. Fueron dos palabras que salieron de forma natural de sus pensamientos. Y pudo habérselas dicho en la cena, o mientras iban de camino a su departamento. Pudo haberlo dicho cuando ella le pidió que fuesen novios o cuando se dio cuenta que estaba completamente enamorado de ella. También cuando se besaron por primera vez en el rodaje de la película o cuando estaban en el aeropuerto y él quiso llevarla con él para no tener ese vacío de separarse. Oh aquella vez que lo acompañó por Nena al veterinario. Tal vez en una de las tantas salidas que tuvieron antes de que él viese en ella a una amiga. Probablemente ese "Te amo" pudo haber sido pronunciado desde ese momento en que sus ojos hicieron contacto por primera vez, cuando ella se presentó ante él y lo saludó. Sí, estaba seguro de ello.

Y se percató que los ojos de su novia se llenaron de lágrimas pues aquellos pensamientos no solo se quedaron en su cabeza, pronunció cada palabra inconscientemente confesándole su profundo amor.

Ella asintió rápida y fuertemente y le dio un profundo beso.

—Te amo —respondió Brenda con sus manos sujetando su cara—. Tanto, tanto, tanto.

La besó con emoción y él quedó sobre ella. Jugó con el broche del sostén unos segundos. Posó su frente en la de ella y sobre sus labios le pidió.

—Brenda, a partir de este momento y en adelante ¿Quieres ser mía? —preguntó—. Y ¿Puedo ser tuyo?

La escuchó responder y decidido le quitó el sostén, se encargó de besarle y acariciar cada centímetro de su piel. Se propuso a demostrarle todos los días de diversas formas lo que ella había sido capaz de hacer con él.

Y entre besos, caricias, cuerpos calientes, movimientos descontrolados y corazones desnudos ambos fueron suyos.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Hola :D

He vuelto con este capítulo que me ha costado mucho publicar. Les confieso que no corregí casi nada xD Porque me he concentrado más en el siguiente.

Les he dejado una canción que siempre me ha gustado para Brelian *corazón* 

Aun así espero que les haya gustado y me deje una estrellita o un comentario si así lo quieren.

También quiero invitarlos, si está en sus posibilidades, a donar lo que tenga, lo que puedan sin que les afecta a las personas que han sido afectadas por los sismos. Cualquier cosa puede ser ayuda, incluso información, recuerden bien revisar las fuentes que muchos medios han estado aprovechándose de esta terrible situación para su propio beneficio con noticias falsas.

Este capítulo está dedicado a todas las personasque vivieron el sismo, a aquellos que no pudieron sobrevivir y sobre todo aaquellos que siguen luchando por salir adelante.    

* * * * * *

Por otra parte, sé que estuve diciendo que iba a publicar esta semana desde el domingo pero estuve envuelta en arreglos para mi graduación y pues hasta ahora tuve tiempo libre xD Pero adivinen quien ya es ¡graduada en Comunicación! :D

Nos vemos en unas horas o máximo un día con el siguiente capítulo :3

Fortsæt med at læse

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