21 Noches a tu lado [EDITAND...

DarioFr9505

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Connor Stone es un empresario, el cual fue obligado a tomar unas vacaciones en la ciudad de Santa Barbará, co... Еще

1: La primera noche (1ra Parte)
1: La primera noche (2da Parte)
2: Un trato de doble filo
3: La (Perfecta) primera cita
4: Miradas (1ra Parte)
5: Miradas (2da Parte)
6: La furia del jovenzuelo
7: Aclaraciones y un nuevo sentimiento.
8: Sentimientos
9: Trevor y Stephane
10: Paseo
11: La furia del empresario
Capítulo 12: Andrew
Capítulo 13: Cambios
Capítulo 14: Elite 4
Elite 4: Anthony Deligiannis "El veterano" (1ra. Parte)
Capítulo 15: Whiskey, la perdición.
Elite 4: Anthony Deligiannis "El veterano" (Parte 2)
Capítulo 16: El pecado de dormir con el hermano.
Capítulo 17: Encuentro.
Capítulo 18: "Un hombre no puede estar cómodo sin su aprobación"
Agradecimiento, Avisos y Datos...
Capítulo 19: Ingreso a la Elite (1ra Parte)
Capítulo 20: Ingreso a la Elite (2da Parte)
Capítulo 21: Ingreso a la Elite (3ra Parte)
Capítulo 23: Destino: Nueva York. (1ra Parte)
Capítulo Final: Destino: Nueva York. (2ra Parte)

Capítulo 22: Paciente tras paciente.

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DarioFr9505





Siendo yo una de las mejores psicólogas y tener un método de hacer sesiones algo ruda, no dejo que muchos tomen esas "Sesiones Especiales" han sido pocos y muy contados los pacientes que han pasado por aquella tortura.

Me encuentro en mi residencia en Miami, un departamento que pocas veces uso y que muchas veces rento para familias que la necesitan. Me había llegado un paquete con un expediente de un colega mío desde New York. Un paciente problemático que tal vez necesita un poco de mano dura.

— Je, tal vez le eche un vistazo después de acabar la última sesión con el pequeño. — Vi mi reloj y ve que casi eran las 6pm. Tomé aquel folder y fui directo al edificio de Samuel, han pasado más de 7 meses desde que volví a trabajar para él y que volví a realizar las sesiones especiales. Ciertamente estoy pensando en no volver a dar esa clase de sesiones, necesito implementar algo más seguro para la mente de los pacientes.

Tomé mi último sorbo de café por la tarde y me dispuse a acabar con mi trabajo en Miami. — Tal vez necesité un descanso. — Dije con un pequeño suspiro al final.

Varios minutos después había llegado al edificio de Samuele, rápidamente me pasaron a una sala de juntas donde esperaba a mi pequeño paciente. Se estaban tardando y simplemente me llegue a desesperar, tomé aquel folder que había traído y mejor le eche el vistazo de una vez. Abrí con cuidado el gran sobre y empecé a leer. Me quede impresionada al ver aquella cara y ese nombre.

— Esto debe de ser una estúpida broma.

Vi como de repente el gran jefe y el chico entraban por la puerta, al ver al joven trabajador me quede un poco impresionada por su cambio de look, era completamente otra persona al chico de flaco de cabellera castaña tímido e inocente pero con gran rabia que conocí hace 7 meses. Aquellos ojos inocentes se mantenían pero todo lo demás era distinto.

— Penélope, siento la tardanza es que los sastres tardaron mucho con los ajustes de los trajes de Maximilian. — Dijo el jefe mientras me sonreía. Yo seguía viendo al chico ya que era muy sorpresivo, ni siquiera con Anthony fue tanta la impresión.

— Doctora Penélope ¿Se encuentra bien? — Me dijo aquel chico regresándome a la realidad.

— Lo siento, es que... Wow, hasta te tiñeron el pelo...

— Jajajaja, fue mi petición quería ser un nuevo chico con la esencia de mi yo de siempre. — El chico sonreía, lo cual me dejaba impresionada. Realmente si no lo hubiera conocido antes, no creería que aquel niño y este que tengo en frente de mi sean la misma persona.

— Esta... Bueno esta iba a ser tu última sesión pero veo que mejor lo dejamos así. Por tu sonrisa puedo ver que estas en óptimas condiciones y estás listo para lo que viene.

— Penélope, amiga... ¿Conmovida? — Me sorprendí al escuchar esas palabras del Presidente Montesco, solo sonreí como siempre lo hago tan descaradamente.

— Tal vez... Ni yo misma me entiendo. — Dije dando un pequeño suspiro y poniendo una de mis manos en el hombro de aquel chico. — Tal vez me encariñe mucho contigo, y eso es raro Max...

— Muchas gracias por todo. — Vi como aquellos ojos brillaba y después sentí como un abrazo me envolvía mi cuerpo. Tal vez si me conmoví y tal vez extrañe a este chico. Aunque sea un poco...

********************

Era de noche, después de una cena de despedida para mí simplemente fui a mi departamento, al llegar deje las cosas que traía en el sillón entre esas cosas aquel expediente. Me quede mirando el sobre unos momentos, sentía la pesadez en mi hombros en verdad necesitaba un descanso, solo con Samuele duro tanto trabajando en un mismo lugar y para mi es agotador.

— Le pediré tiempo, sirve que descanso un poco. — Miré el techo por unos minutos para después prestar atención a mi celular. Buscando entre todos mis contactos a mi colega de Nueva York. Esperé unos minutos mientras sonaba la llamada.

— Doctora Penélope que bueno que me llama. — Dijo aquel hombre de voz cansada al otro lado en la línea.

— Doctor Pine, la razón de mi llamada es para hablar del expediente y el paciente que necesita mi ayuda. — Dije seria.

— Es un caso que se me fue de la mano, ese hombre se ha descontrolado por completo y no quiere derribar sus muros. He tratado de muchas formas y simplemente cada vez que logro un paso, el paciente retrocede 10 pasos atrás. La única opción que me queda es usted.

— Doctor... — Suspiré. — Tomaré el caso, pero tengo que pedirle tres meses, apenas hoy acabe con otro paciente y mi cansancio físico y mental son demasiado, ya no soy la misma que hace 10 años.

— Entiendo. ¿Tres meses verdad? Hare lo posible para mantener al paciente preparado para cuando usted llegue.

— Muchas gracias. Cuando esté lista, le llamaré para confirmar mi llegada a Nueva York. — Colgué un poco desganada, ni siquiera me despedí como era debido, pero simplemente ver al paciente que me tocaba esta vez era algo complicado. Tal vez un poco de coraje porque esa persona hizo sufrir a mucha gente, incluyendo a él... Sera divertido ver qué tipo de persona es y qué miedo y preocupaciones tiene pero al mismo tiempo tengo miedo de que emociones personales intervengan en mi trabajo. Una jugarreta del destino. — Con que... Connor Stone eh. — Fruncí el ceño, algo me molesta.

****************

— ¡No me jodas! ¡Connor Stone! ¡¿Tu paciente?! — Varios días después, en mi hogar en Texas, me encontraba platicando con Anthony vía Skype, el hombre estaba más que sorprendido ante lo que le había contado. — ¡Deberías darle una tortura a ese hijo de su mamá!

—... Ya veré. — Dije seria. — Ahora necesito pensar que hacer y a lo que me voy a enfrentar.

— Lo más seguro es que sea a un hombre lleno de rabia, alcohol y completamente derrotado. — La mirada de Anthony se veía seria mientras en la parte inferior de la pantalla de mi computador aparecía un correo de aquel agente del FBI. — Detective Evans. — Susurré.

— ¿Quién ese? — Veo molestia en la cara de Anthony lo cual me causa una pequeña risa.

— ¿Celoso Anthony? — Sonreí pícaramente.

— En tus sueños mujer loca. — Simplemente me pareció raro que menciones a un detective. ¿Paso algo?

— No, pero... ¿Recuerdas que una vez te comenté acerca de aquellos doctores que se obsesionaron con la manipulación mental?

— Si recuerdo. Después empezaron a experimentar con su propio hijo y después huyeron dejando a su hijo con daños irreparables. ¿Qué sucede con ellos?

— La razón por la cual estoy en contacto con el FBI, es que unas de sus principales influencias para su oscuro experimento son mis trabajos y las sesiones especiales en las que he trabajado. — Empecé a leer detenidamente el correo y mis miedo se hicieron reales, aquel par de esposos estaban yendo a los extremos. — Anthony... ¿Dónde estás ahora?

— ¿Yo? Estoy en Puebla, acabando con las conferencias alrededor de todo México pronto regresare a Estados Unidos. Mi primera parada será Nueva Inglaterra.

— Por favor, ten cuidado. — Dije preocupada. — Al parecer esos dos han empezado a secuestrar a mis pacientes... Encontraron a dos... Muertos y con signos de tortura. Si ellos están tras mis pacientes entonces no...

— Penélope, tranquila. Solo piensa con calma, los detectives están tras ellos ¿No? No van a volver a actuar hasta después de tiempo ahora que el FBI sabe que están secuestrando a tus pacientes. Tú debes continuar normal, has lo que tengas que hacer con Connor Stone, yo le avisaré a tus pacientes, y les comentare que tengan cuidado de ahora en adelante.

— ¿Le comentarás a Max?

—... — Ambos sabíamos la respuesta. — Sabes que él está saliendo de la sesión, lo mejor será mantenérselo oculto, pero le comentaré a Samuele para que contrate a alguien que este a su lado.

— ¿Y tú Anthony? — Mis miedos salían a flote a pesar de que a través de los años podía controlarme en cualquier situación.

— Ya estoy bastante grandecito para cuidarme solo, Jajajaja, no te preocupes. Te dejo, tienes que calmarte y yo empezar a trabajar en esto. Te estaré enviando mensajes seguidos. Cuídate Penélope.

— Tu también... Anthony yo... — Traté de decirle lo que sentía. Pero había acabado la video-llamada. Dejándome viendo la pantalla mientras caía una lagrima por mi mejilla susurrando al aire lo que iba a decirle. —... Te amo.

**************

— ¡Maldita vieja! — Me hacía de oídos sordos, pasaron los meses sin mayores novedades, a pesar de estar con la preocupación por mis pacientes aquellos dos desaparecieron, sin atacar y sin ser rastreados. Me sentía un poco más calmada pero con la duda en mi mente y aquel miedo en el borde. Pero ahora me encontraba en Nueva York con este hombre que me está ofendiendo con distintas palabrotas que ni yo conocía. Sonreí y simplemente tome un balde con agua fría y lo empape con el líquido vital. — ¡Esto es estúpido! ¡Esto es secuestro! ¡Hija de puta!

— Eres tan testarudo Connor, esos bellos ojos azules dan miedo al notar la furia desbordada por ellos. — Dije sarcásticamente mientras sonreía.

— ¡Te ordeno que me sueltes! — Gruñía el hombre lo cual me causaba más risa.

— Veo que te sientes todo un león indomable... Pero te prometo que después de mí, solo serás un gatito pidiendo amor...

Dije para aventarle más agua helada. Sera otro año difícil...

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