Corazón Principiante✔️

By BreiwuyVivas

616K 42.5K 3.2K

Una turbulenta infancia convirtió a Noah en un hombre frío, demandante y desconfiado. Él ha vivido en una sol... More

Sinopsis
AVISO
CapítuloUno|Inicio|
|Inicio II|
CapítuloDos|Inicio de una historia|
CapítuloTres|Golpes|
CapítuloCuatro|Nervios|
CapítuloCinco|Rescate|
CapítuloSeis|Amigas|
CapítuloSiete|Indecisión|
CapítuloOcho|Nuevo trabajo|
CapítuloNueve|Mente en descontrol|
CapítuloDiez|Encuentros|
CapítuloOnce|Besos a escondidas|
CapítuloDoce|Cambio de actitud|
CapítuloTrece|Solos|
CapítuloCatorce|RCP|
CapítuloQuince|Incomodidad|
CapítuloDieciséis|Cambio|
CapítuloDiecisiete|Desesperación|
CapítuloDieciocho|Discusiones|
|NOTA BORRADA|
CapítuloDiecinueve|Sucia|
CapítuloVeinte|Primera venganza|
CapítuloVeintiuno|Pérdida de sangre|
CapítuloVeintidós|Fastidio|
CapítuloVeintitrés|Salida|
CapítuloVeinticuatro|Gritos|
CapítuloVeinticinco|Querido Amigo|
CapítuloVeintiséis|Ojos Intensos|
CapítuloVeintisiete|Palabras Duras|
CapítuloVeintiocho|Vídeo|
CapítuloVeintinueve|Reencuentro|.
|NOTA BORRADA|
CapítuloTreinta|Sospecha|
CapítuloTreintaYUno|Juntos|
CapítuloTreintaYDos|Preguntas|
CapítuloTreintaYTres|Erick se confiesa|
TreintaYCuatro|Querida Prima|
CapítuloTreintaYCinco|Declaración|
CapítuloTreintaYSeis|Prueba|
CapítuloTreintaYSiete|¿Tú Quién Crees?|
CapítuloTreintaYNueve|Segunda Venganza|
CapítuloCuarenta|¿Eres tú?|
CapítuloCuarentaYUno|Malestar|
CapítuloCuarentaYDos|Decisión|
CapítuloCuarentaYTres|¿Jane?|
CapítuloCuarentaYCuatro|¿Quieres ser mi...?|
CapítuloCuarentaYCinco|¿Cómo te atreves?|
CapítuloCuarentaSeis|Recuérdame|
CapítuloCuarentaYSiete|¿Qué me ocultas?|
CapítuloCuarentaYOcho|Revelaciones|
CapítuloCuarentaYNueve|Aclaraciones|
CapítuloCincuenta|Presentación|
CapítuloCincuentaYUno|Miedo|
CapítuloCincuentaYDos|Collar del corazón|
CapítuloCincuentaYTres|Estás muerto|
CapítuloCincuentaYCuatro|Junto a mí|
CapítuloCincuentaYCinco|Sorpresas|
Epílogo.
Agradecimientos
"Por Siempre, Implacable"
Extra #1
HOLAAAA

CapítuloTreintaYOcho|Sorpresas|

7.5K 549 34
By BreiwuyVivas

—¿Tú quién crees, Bastardita?—respondió Lola con sorna.

La expresión de Annie cambió al escuchar aquello. Su corazón comenzó a latir con fuerza y sus manos empezaron a temblar levemente. Retrocedió un poco, alejándose de ella. La mirada que ésa mujer le daba, no le gustaba en lo absoluto.

Mason se percató del nerviosismo de su hermana, por lo que se paró frente a ella, cubriéndola con su cuerpo.

—¿Quién es usted?

—Soy la que parió a esa niña que esta de pie detrás de ti.

Annie sabía quién era ella. No recordaba mucho de todo lo que había sucedido cuando era niña; pero siempre recordaría esa mirada de odio, y desprecio. Su expresión, era algo que había quedado guardado en su memoria. Algo que jamás olvidaría, fue la vez que Noah la protegió de esos hombres que entraron a su habitación. Aún sentía un nudo en la garganta al recordarlo en el suelo, desangrándose y llamándola a gritos.

Amaba a su hermano, y siempre lo haría pesar de que él ya no estuviera a su lado cuidándola como siempre lo hizo en el tiempo que estuvieron juntos.

Tomó aire y caminó hasta la tipa, porque no tenía otra manera de llamarla. Ella no era nada suyo. Quizá la llevó dentro de sí durante nueve meses, o menos; sin embargo, fue la peor persona del mundo tanto con ella, como con Noah. Por ella él murió, y no pensaba perdonárselo nunca.

Quería saber en dónde lo habían enterrado y visitarlo. Sentía que debía disculparse con él.

—¿En dónde está Noah? ¿En dónde lo enterraste?

La expresión vacilante y risueña de Esa mujer la enfureció por completo. ¿Cómo podía burlarse de eso?

—¿Por qué todos piensan que Basurita murió?

—¡No te atrevas a llamarlo así!—gritó empujándola con fuerza, haciéndola chocar contra la pared. Sus ojos enrojecieron y comenzaron a picar por las lágrimas comenzando a formarse—. No se te ocurra volver a llamarlo así.

—Ése es, y siempre será su apodo. ¡Tanto tú como él son unos malditos bastardos que jamás debieron haber nacido! Además, él no está muerto. Está vivo.

Annie abrió sus ojos. Su pulso se aceleró aún más y una lágrima bajó por su mejilla.

¿No estaba muerto?

Una pizca de alegría y esperanza se implantó en su pecho. Tenía que saber en dónde estaba, debía saberlo y encontrarlo.

—¿Dónde está mi hermano?—dijo firme, intentando mantener la fuerza en su voz—. ¡Dime!

—Pregúntale a Greta—Lola sonrió satisfecha. Y comenzó a caminar al rededor de su hija—. Te pareces mucho a mí cuando era joven—subió sus dedos a su cabello. Tomó un mechón y lo haló un poco.

—¿A qué has venido?—preguntó hostil, alejándose.

—Necesito dinero. Pero, por lo que veo, Noah será quien me dé.

—Él no te dará nada.

—Ya lo hizo una vez, lo volverá a hacer si no quiere que haga su vida un infierno.

—No te atrevas a dañarlo...

—¡A mí no me amenaces!—gritó—. Ustedes son mis hijos y no pueden hacer nada contra mí. Y, en cuanto a Basurita, podría destrozar su reputación en un abrir y cerrar de ojos con tan solo abrir mi hermosa boca.

Lola la miró de arriba abajo, y se fue chocando su hombro.

Annie bajó la cabeza, sintiéndose destrozada, pero feliz. Era un sentimiento contradictorio. Noah estaba vivo y probablemente buscándola. Lo sabía. Debía buscarlo, quería verlo.

Esperó unos minutos para abandonar esa habitación dejando a Greta junto con Mason. Quería estar sola y no iba a hablar con nadie. Entró a su habitación, se dirigió a la peinadora y tomó la foto entre sus manos. Debía encontrarlo. Ahora que sabía que él estaba vivo, no pensaba parar hasta dar con él. Había estado extrañándolo desde hacía muchos años y no pensaba dejar pasar más los días para verlo. Sentía curiosidad de cómo lucía él, si estaba casado, tenía hijos... Quería saber muchas cosas.

...

—Si no te metes en este preciso momento, te meteré yo—dijo Kara, colocando sus manos en los hombros de Noah.

—Tengo miedo.

—Oh, vamos. Has estado ahí muchas veces. No puedes tenerle miedo.

—Hablo en serio. No quiero.

—Bueno, entonces me visto y me voy.

—¡No!

—¡Métete entonces!

Noah ignoró el temblor de sus manos, y caminó por el largo trampolín que yacía a unos tres metros de la piscina. Eran las tres de la madrugada cuando Noah despertó y decidió que quería echarse un baño en la piscina interna del barco, así que intentó despertar a Kara, pero como vio que no despertó, decidió actuar por su cuenta. Tomó un bikini de su maleta, se lo colocó con cuidado de no despertarla, y la llevó durmiendo.

Cuando llegó al área de la piscina y encendió las luces aún con Kara durmiendo, decidió hacerle una pequeña jugarreta con la cual ella seguro lo odiaría. La tomó con sus dos brazos y comenzó a balancearla de un lado al otro, y como vio que comenzaba a espabilarse y a fruncir el ceño, la tiró al agua.

De ahí el por qué estaba con ganas de tirarlo por el trampolín a sabiendas de que no quería.

—Me las pagarás.

—No lo creo.

Kara tenía sus piernas a cada lado de la tabla e iba arrastrándose. Cuando estuvo detrás de él lo empujó colocando sus manos en las nalgas de él haciéndolo caer con fuerza al agua. Poco después, ella se lanzó y él se acercó y la agarró de la cintura. Comenzó a retroceder hacia la parte honda.

—¿En qué momento te diste cuenta que te gustaba?—preguntó ella, rompiendo el silencio.

Noah miró hacia sus ojos, recordando la noche en la que la rescató en el callejón. Puede que, desde el primer momento en el que la vio bailando en la barra, llamara su atención. Esa era la única explicación que tenía.

Aún seguía cuestionándose el por qué no se la llevó a su casa esa misma noche. Por su culpa, ella había sufrido mucho y odiaba eso. No quería siquiera imaginarse lo que ese maldito le pudo haber hecho esa noche, ni las anteriores. Sentía un profundo dolor en su pecho al imaginar todo lo que tuvo que sufrir durante tantos años.

Sin embargo, ahora ella estaba con él, y pensaba darle días tan maravillosos como los que nunca tuvo. Intentaba cada día ser cariñoso y atento como nunca lo había sido, porque quería que sintiera lo que era ser querida.

Esa había sido una de sus razones para irse de viaje con ella, para estar solos y para que ella conociera algo que estaba seguro, no conocía.

Su expresión de emoción y su clara alegría al ver el mar, le habría hecho saber que había tomado la mejor decisión de todas al llevársela.

—Desde el principio llamaste mucho mi atención, y no sabes cuanto me arrepiento de no haberte llevado conmigo esa noche.

—¿Qué fue lo que te llevó a salvarme esa noche?

—Hay algo que no te he contado—Kara se tensó y mordió su labio inferior—. No es nada malo—sonrió—, pero preferiría que nos fuéramos ya a nuestra habitación.

Noah caminó lentamente por el agua con la vista fija en los ojos azules de Kara, los cuales eran idénticos a los de Erick.

Pensó que ya era hora de comenzar a abrirse un poco con ella sobre su pasado. A pesar de que se había prometido a sí mismo no hablar sobre ello con nadie nunca, creía que era el momento de abrirse con la mujer que adoraba.

Entraron a la habitación cada uno envuelto en una toalla.

Luego de bañarse juntos y de vestirse, ambos se sentaron uno frente al otro sobre la cama. Noah permanecía un poco rígido, puesto que iba a hablarle un poco de su pasado y hablar de ello, no era algo que me gustara.

—Yo tengo una hermana. Ella es cinco años menor que yo, casualmente ambas nacieron en el mismo año. Lo que me llevó a salvarte esa noche, es que idealicé que tú eras ella. Me la imaginé siendo maltratada por un maldito imbécil y me llené de rabia. Y en ése momento también me acordé de...

 —¿De qué, Cariño?

Suspiró con pesadez. Le diría todo lo sucedido esa noche, y no diría nada más sobre el tema. Adoraba a Kara, pero ese era un tema muy delicado para él. La única manera que tenía para no estar recordando todo aquello, era guardándoselo.

—Tenía once años cuando esto ocurrió y ella cinco. Estábamos en nuestra habitación, no recuerdo con exactitud qué estábamos haciendo, pero, en un momento, aparecieron dos hombres—recordar todo aquello lo hacía enfurecer, pero debía controlarse—. Para hacértelo más corto, ellos habían ido a por Annie. Intenté defenderla con toda la fuerza que un niño podría tener, pero obviamente, no fue suficiente. Terminé desangrado en el suelo, casi muerto. De ahí, no recuerdo qué fue lo que pasó.

—Siento hacerte recordar aquello tan duro para ti.

—No te preocupes, cielo—murmuró acunando su cara entre sus manos y acariciando sus mejillas con sus pulgares—. Es algo que debías saber. Eres mi novia y tienes derecho a saber un poco más sobre mi vida pasada.

—¿Y no has podido encontrarla?

—No. Por eso siento algo de celos de Brandon. Él encontró a su hermana luego de años de búsqueda y yo... 

—La encontrarás.—acarició su rostro y le sonrió con tristeza—. Confía que lo harás, Noah. No pierdas la esperanza. 

Noah y la pegó con fuerza contra su pecho y la estrujó. Un fuerte dolor se había implantado en su pecho. A pesar de que ahora estaba con Kara, y era feliz; recordar a su hermana lo hacía volver al pasado y rememorar todo lo que sucedió en su vida durante su infancia. Quería encontrarla y protegerla como no pudo hacerlo cuando era un niño.

Le juró que la encontraría, y así sería.

...

A la mañana siguiente, cuando Brandon se despertó, lo primero que vino a su mente fue el rostro enojado de Annie cuando rompió la espantosa cortina de flores polvorientas. Ella era extraña y le gustaba molestarla. Reaccionaba de una manera tan divertida que lo único que hacía era atraerlo más.

Semanas después.

La reconstrucción del Hotel iba muy retrasada. Habían salido muchísimos problemas tanto estructurales como eléctricos. Brandon seguía preguntándose cómo es que aquél viejo Hotel seguía en pie.

Observar cómo Annie agarraba un martillo y comenzaba a golpear con fuerza una pared hasta derrumbarla, era todo un espectáculo. Empleaba demasiada rabia al hacerlo, y se sentía tentado a preguntar el por qué de su enojo, pero prefería mantenerse al margen cuando ella tenía un arma blanca entre sus manos.

Pasó por su lado cuando dejaba caer el martillo al suelo, y se detuvo. Sudor caía por su frente y cuello. Su ropa estaba llena de polvo y suciedad al igual que su cabello y rostro.

Oh, sí, muy sexy.

—¿Ya terminaste?

—Tú deberías estar ayudando.—murmuró, quitándose el sudor de la frente con su antebrazo.

—Oh, no, querida. Yo pongo el dinero y la mano de obra. Si tú estás trabajando es porque quieres.

—Que seas un hijo de mamá no es problema mío.

—¿Qué estás intentando decir?

Ella irguió el rostro y le sonrió con mofa. Se acercó a él y colocó una mano sobre su hombro.

—Lo que oíste. Estás acostumbrado a que hagan todo por ti y a obtener lo que deseas al momento que lo pidas. No has pasado por sufrimiento alguno como nosotros los mortales. Eres un pobre imbécil que nunca ha movido un dedo por sí mismo.

Brandon, enojado por su respuesta, tomó sus manos y las apretó. La llevó consigo hasta una de las habitaciones intactas y cerró la puerta tras él. La miró furioso. ¿Cómo podía asegurar tales cosas contra él? ¿Qué sabía ella?

—¿Qué sabes tú de mí para hablar con tanta seguridad? No me conoces.—se acercó amenazante y sonrió con mofa al verla retroceder.

—Sé lo que aparentas, Brandon. 

—¿A sí? 

—Sí. Te haces el imbécil para quedar bien ante las personas, pero lo único que haces es esperar a que se volteen para clavarles un puñal por la espalda.

En un rápido movimiento, Brandon la alzó y le pegó la espalda bruscamente contra la pared. Sus pechos estaban unidos y sus bocas a centímetros. 

—Aléjate de mí, maldito engreído. Tengo novio. 

—¿Crees que me importa?

Y sin más, la besó. Movía sus labios bruscamente sobre los de ella. Al principio, Annie comenzó a removerse y a intentar arañarlo, pero luego se detuvo y cedió al beso con la misma fiereza provocando nuevas sensaciones.

Brandon separó sus labios y juntó su frente contra la de ella. Dejó salir un jadeo.

—Si no estuviéramos en éste lugar, te aseguro que no te dejaría ir sin hacerte mía.

Annie dejó salir un gemido, no sabía qué responderle en ése momento, mucho menos sabía lo que quería. Había caído como una idiota, estaba consciente de ello. 

—¿Por qué tienes que ser así?

...

Kara y Noah se preparaban para la fiesta que habría esa noche en el barco. El dueño había decidido celebrar una fiesta de disfraces la penúltima noche antes de que el barco regresara.

Noah había decidido que el disfraz de Kara, fuera de Ángel.

Sus razones: Ella era su ángel.

—¿Y tú qué serás?—preguntó viéndolo arreglarse la pajarita blanca.

—La persona a la que estas destinada a proteger.

—Tu excusa para no usar disfraz es patética.

—No me voy a disfrazar. Es ridículo.

—Bien, entonces yo me quitaré esto.

—¡Ni se te ocurra!

Habían pasado varios días desde que se había abierto un poco con ella respecto a su pasado, y no se arrepentía. Ella lo entendía, y le daba el apoyo que necesitaba en ése momento. Hacía poco había hablado con Anselmo y éste le había comunicado que Ésa mujer seguía yendo a la mansión. Se hacía una idea de lo que ella podía querer, pero ésta vez no permitiría que ella jugase nuevamente con él. Ya no era un crío.

Noah detalló el cuerpo de ella cubierto con un vestido blanco que le llegaba un poco más arriba de la rodilla. Unas medias blancas cubrían sus piernas, unos zapatos de tacón dorados y una pequeña aureola yacía sobre su cabeza.

—¿Tengo que usar esta cosa?—preguntó acomodándose el cintillo que sostenía la aureola—. Es incómoda y ridícula.

—Puedes usarla durante un rato, luego te la quitas—respondió tomando el antifaz negro que yacía sobre una mesa—. ¿Estás lista, Cariño?

Ambos caminaron tomados de la mano hasta el gran salón en donde se celebraría la fiesta. En el salón, se podían diferenciar muchos tipos de disfraces. Habían desde hadas y brujas, hasta duendes, piratas y magos.

Eran las doce de la noche, poco más. Llevaban unas tres horas allí, y ambos ya estaban cansados. Habían hablado y bebido entre ellos y demás personas durante un buen rato. Noah tenía puesto su antifaz, pero estaba por quitárselo. Y mientras tanto Kara, ya se había deshecho del cintillo junto con la aureola y estaba por quitarse los tacones. Quería irse ya de ahí, y estaba especialmente irritada por cierta presencia femenina.

Se pegó al pecho de Noah, estiró sus brazos hasta su nuca e hizo que bajara un poco para besarlo. Cuando se separó, le sonrió y él le apretó la cadera.

—¿Y eso por qué fue, Pequeño Angelito?

—Por nada—murmuró.

—Celosa.

—Cállate.

—Cariño, no tienes por qué sentir celos. Yo soy todo tuyo.

—¿Seguro?

—Sí, Cielo. Al igual que tú, eres completamente mía.—dijo, bajando sus manos hasta sus nalgas y las apretó con osadía—. ¿Quieres irte ya a nuestra habitación?—murmuró besando su cuello—. Porque yo sí quiero.

—Por supuesto...—se vio interrumpida cuando una fastidiosa voz habló desde el escenario.

Kara subió su vista hasta éste, y vio a la mujer. Era la que no paraba de lanzarle miradas lascivas a Noah.

—¡Buenas noches!—gritó la mujer disfrazada de Diabla—. Espero y se la estén pasando de maravilla—rió con soberbia—. Se me ha ocurrido la idea, de dar un minuto de ¡obscuridad total! ¿Saben para qué?—varias personas vociferaron un "No" a lo que ella prosiguió—. He notado que hay muchos tímidos por acá, así que cuando se apaguen las luces, vayan a donde está esa persona a la que le tienen ganas, ¡y bésenla!

Kara frunció el ceño. No le gustaba eso para nada. Abrazó a Noah con fuerza y él envolvió sus brazos a su alrededor.

—¡QUE SE APAGUEN LAS LUCES!—gritó la mujer.

Kara cerró los ojos e intentó ignorar el conteo de un hombre desde el escenario.

20,21,23,24,25...

Kara chilló al sentir cómo halaban su cuerpo con fuerza hacia otro lado, separándola de Noah. Se removió entre los brazos del desconocido y se paralizó cuando unos labios desconocidos se plantaron sobre los suyos y la apretó con fuerza hacia sí. Lo golpeó, pero poco le importaba a él.

50,51,52,53,54,55...

Mordió con fuerza el labio del desconocido hasta que lo hizo sangrar y él se separó de sus labios para lamer su cuello.

Las luces se encendieron y detalló a la persona que estaba agarrándola con fuerza. Segundos después, oyó un grito.

—¡Tú, maldito imbécil!

No pudo decir nada más. Todo había pasado demasiado rápido. A penas se había soltado de los brazos de Jordan, Noah se había abalanzado sobre él. La furia de Noah estaba por los aires. ¿Cómo ese imbécil se había atrevido a quitársela de los brazos? ¿Cómo se atrevía a tocarla con sus sucias manos? Llevaba años queriendo darle una buena paliza a ese idiota y ahora, lo haría.

Continue Reading

You'll Also Like

41.9K 7.7K 69
Luego de que el único asistente que ha tenido por más de dos siglos renunciara, este mismo se ve obligado a buscar uno nuevo para sustituir su lugar...
51.6K 3.9K 13
La generación Black está aquí ¿Quién mejor para llevar el apellido Black a otras aventuras que el heredero mayor? Exacto, nadie mejor que él joven r...
355K 12.7K 59
Segunda temporada de huellas del pasado Ella Elizabeth Bethang una chica con su vida completamente de cabeza. Él David Seaver el único que la hacia e...
3.7M 162K 134
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...