Hace muchísimos años llegó a Tirana, la capital de Albania, un mago inglés muy apuesto y talentoso, tenía una particular manera de caerle bien a todos, era como si algo en él inspirara confianza. Para los hombres era un fiel amigo, para las mujeres una especie de imán, completamente irresistible, no solo por su apariencia física sino porque realmente inspiraba ternura y tenía cierto aire de desvalido que despertaba un instinto protector en ellas. Pero una en particular se convirtió en alguien especial para él.
Zabtra Angor era una joven bruja de unos veintidós años, hermosa, bohemia, romántica y algo confiada, justo lo que Tom Ryddle necesitaba, pero había algo más en ella que le atraía, su ligero parecido con una joven que había estudiado con él en su mismo colegio hacia unos cuantos años. Aquella pertenecía a la casa Gryffindor, su belleza y espontaneidad habían cautivado al joven Ryddle hasta el punto de invitarla al baile de navidad que ofrecía Slughorn exclusivamente para el selecto club de las eminencias. Dona Miller no solo había aceptado la invitación hecha por el apuesto adolescente sino que tras pasar toda la velada bailando y charlando con él quedó tan prendada que más tarde terminó también aceptado ser su novia.
Hasta entonces Tom pensaba que su única misión en la vida sería acabar con todos los muggles que pudiera como una forma de castigar a su padre muggle por haber abandonado a su pobre madre sin importarle la suerte que tendría, por dejarla de su cuenta estando embarazada y repudiada por la familia. Cegado por la ira y un deseo inevitable de venganza había llegado a cometer el peor de los crímenes, había asesinado a sus abuelos y a su propio padre sin sentir remordimiento alguno, pero cuando conoció a Dona, aunque seguía sin arrepentirse de su antiguo proceder, surgió en él un sentimiento que jamás había experimentado. Por primera vez todo le parecía más bonito, las flores del jardín del colegio, las plantas de los invernaderos, las velas que iluminaban el gran comedor, en fin, la vida parecía tener sentido al fin; hasta las ideas antimuggles quedaron atrás porque sencillamente en su corazón ya no había cabida para el odio y no lo habría nunca más... o al menos eso pensó, hasta que ese día terrible llegó, el día que vio a su amada Dona Miller en una actitud, reprobable para la época, detrás de los invernaderos del colegio. La chica era besada por Norton Wallace un brillante estudiante de Ravenclaw pero muy conocido también por sus encantos y fama de conquistador. El joven recorría con los labios el cuello de la muchacha que mantenía los ojos cerrados pero al abrirlos quedó pasmada y sin poder moverse al encontrarse al frente a la última persona que se habría esperado...
- ¡Tom! - Exclamó en un susurro.
Wallace no hizo ningún comentario, pero Tom pudo advertir mientras se marchaba de los invernaderos con la vena de la cien palpitándole de ira y un renovado y más fuerte deseo de venganza lo que el cretino decía:
- ¿A dónde vas Dona? ¿De veras te importa lastimar los sentimientos de ese huérfano pobretón?
Ese y tan solo ese acto de deslealtad de parte de la única persona que había amado en el mundo, la única en quien había depositado toda su confianza, el único ser sobre la faz de la tierra a quien creía absolutamente incapaz de traicionarlo y lastimarlo, había sido la chispa que había despertado el fuego implacable e indomable de su odio, un odio que no había muerto con ese amor sino que había permanecido dormido. No arremetió contra ninguno de los dos y por ese entonces aquel acto de infidelidad y deslealtad no trajo mayores consecuencias que el rompimiento de la relación. Él se aguantó que pese al aparente arrepentimiento de la chica, ella hubiese terminado saliendo con el joven de Ravenclaw y que incluso para su último año en Hogwarts se encontraran comprometidos en matrimonio, sin embargo Tom no sabía olvidar y tampoco pretendía hacerlo, su hora ya llegaría.
Ryddle llegó a Albania para expandir los conocimientos que tenía en magia oscura, un arte que le atraía sobremanera desde que conoció de su existencia pero que para ese entonces y luego de lo que le había sucedido le parecía aun más fascinante. Venenos potentes, Vudú, pociones con efectos terribles, nigromancia y hasta el aprovechamiento de las fracturas del alma tras un homicidio, fueron los objetos de estudio del joven en una vieja biblioteca del mundo mágico albanés y no veía la hora de ponerlos todos en práctica, pero la oportunidad no solo llegó, sino que Ryddle la supo aprovechar bien pues con ella cobraría aquella deuda que había dejado pendiente detrás de los invernaderos de su amado Hogwarts.
Norton Wallace también llegó a Albania por aquellos tiempos y por ironías de la vida se había instalado en la misma posada de lujo donde Ryddle trabajaba, desde luego éste no se dejó ver por su compatriota hasta el momento de la venganza, simplemente entró en la habitación del joven con los recuerdos de la traición y la burla todavía muy vivos en la rencorosa memoria. Wallace no había hecho otra cosa más que reír cuando al fin lo vio con la túnica de empleado de la posada, alegando que le causaba gracia ver cómo había terminado luego de su brillante trayectoria como estudiante en su país de origen, pero lo único que Wallace escuchó de los labios de Ryddle fueron las palabras que sellaron su sentencia de muerte:
- ¡Avada Kedavra!
Tieso como una tabla, con el rostro laxo y los ojos abiertos quedó el altivo y elitista joven de Ravenclaw que había acabado con todas las posibilidades de redención de su asesino, pero aunque un enorme sentimiento de alivio se apoderó de Ryddle una nueva idea surgió dentro de su mente, tras haberse guardado las manos dentro del bolsillo de la túnica. Sintió un objeto frío y metálico, lo extrajo y comprobó que era el viejo guardapelo que había pertenecido a su familia durante generaciones y que él mismo había recuperado luego de robárselo a su antiguo jefe en la tienda de artículos de magia oscura en el callejón Knocturn, y entonces lo pensó... ya había asesinado una vez (a su familia) pero por falta de conocimientos no había aprovechado el momento, sin embargo ahora, contemplando el rostro del joven que tanto se había burlado de él, sonrió, asió firmemente el guardapelo así como la varita y pronunció el conjuro con el que creó su primer Horrocrux.
Un par de años más tarde, Ryddle ya se encontraba casi listo para regresar a su país de origen, tenía planes, quería regresar a su antiguo colegio y enseñar parte de lo que él había aprendido en Albania aunque en teoría debiera limitarse a enseñar la Defensa Contra las Artes Oscuras, pero por esos días conoció a Zabtra Angor, experta en Historia de la Magia albanesa, trabajaba en la misma biblioteca donde el joven había extraído los conocimientos que poseía. La joven quedó prendada de los encantos del inglés y ella le recordó a su antigua novia, Dona Miller. Por primera vez en mucho tiempo volvió a sentirse atraído aunque jamás enamorado. Por un tiempo se dedicó a conocerla a profundidad pero aunque la joven le parecía además de bella encantadora, no pudo entregarle el corazón, aunque estaba plenamente consciente de que ella no solo lo amaba sino que lo idolatraba, de modo que sin inmutarse le contó su pasado, el que incluía sus crímenes y también le dio a conocer los planes de querer instaurar un régimen antimuggles, purgar al mundo de los seres que a su parecer eran viles e inferiores, pues tenía la esperanza de que ella pudiera colaborar con él en aras del amor que le profesaba. Al principio ella se escandalizó, se aterró y se decepcionó mucho de él sin embargo aunque no lo apoyaba, jamás pensó en denunciarlo sino que trató de disuadirlo, pensaba que su amor bastaría para hacerlo cambiar de opinión. Luego de un tiempo Ryddle descubrió que había germinado en Zabtra el fruto de la relación que ambos habían sostenido y aunque en un principio la idea de ser padre le había sorprendido, poco a poco se dejó cautivar ante una nueva expectativa... un descendiente, alguien que llevara su sangre, una persona en quien pudiera trascender su vil existencia y que tal vez, en el remoto y casi imposible caso de que él no pudiera concretar los planes que tenía, pudiera completar su misión y lo vengara.
Fue así como le llegó a la mente la práctica de uno de los viejos conjuros Celtas que había aprendido en la sección Oscura de aquella biblioteca, era uno complicado y peligroso, pues de salir mal podía haber terminado con su propia vida, la de Zabtra o la de su descendiente.
Mientras Zabtra dormía plácidamente en la habitación que desde hacía un tiempo compartía con ella en la posada donde trabajaba, el muchacho sacó la varita, hablando en lengua Pársel abrió el viejo guardapelo que había convertido en Horrocrux y extrajo un fragmento muy pequeño de la parte de su alma que guardaba allí, pronunció el embrujo que había aprendido y fue así como logró traspasarlo a la criatura que se formaba en el vientre de la joven.
- ¿Qué rayos estás haciendo? - Preguntó Zabtra asustada al despertar de repente sintiendo algo caliente que se colaba por sus entrañas y luego, al ver que él le apuntaba con la varita mientras en la otra mano sostenía el Horrocrux ya cerrado - ¿qué pretendes hacerme?
- A ti nada querida - Respondió con una ceja alzada y todo el descaro del que fue capaz - Pero ahora lo que llevas dentro es mucho más que mi cimiente, es la garantía de que mis ideales se concretarán.
Ella continuó mirándolo aterrada.
- ¿Qué dices Tom? ¿Qué fue lo que hiciste?
Entonces el hombre le explicó con lujo de detalles lo que había hecho mientras ella se largaba a llorar, inevitablemente amaba a Tom Ryddle pero odiaba sobremanera sus ideales egoístas y absurdos basados en el odio que le prodigaba a su padre, ella sabía que él podía llegar a ser muy cruel, pues conocía su pasado pero jamás, ni en un millón de años, se imaginó que pudiera lastimar a su propio hijo, no después de haberlo visto entusiasmado con la idea de ver en el mundo a un ser que portara su misma sangre.
- Pero es que no le he hecho daño alguno Zabtra - Trató de explicarle el hombre mientras ella histérica le gritaba improperios - Solo he colocado en él una parte de mí.
Al día siguiente, él se marchó de Albania no sin antes explicarle a la madre de su hijo que debía ir regresar a Inglaterra para comenzar a llevar a cabo todo lo que había planeado, que quería hacer del mundo un lugar apropiado para su descendiente y también le pidió que le hablara de él al bebé, que estuviera pendiente de su actitud conforme fuera creciendo y que solo cuando él hubiese alcanzado su cometido, solo en ese momento regresaría, al parecer él tenía la certeza de que ella, debido al inmenso amor que le profesaba terminaría aceptando y comprendiendo lo que él había hecho. Le entregó su diario a Zabtra para que lo utilizara para hablarle de él al bebé y se marchó, no obstante, en el mismo momento en que Ryddle se marchó del país, Zabtra comprendió que aunque lo amaba jamás podría entenderlo, no deseaba que regresara porque con la misma fuerza que lo había amado pasó a odiarlo y a temerle por lo que había hecho, solo no lo denunció por miedo a que la encontrara y entonces acabara llevándose consigo al bebé.
Ella pasó todo el embarazo completamente aterrada ante la expectativa de cómo sería su hijo y su temor fue aún mayor al momento de nacer éste y comprobar que al menos, físicamente, era la viva imagen del mago inglés; aun así y sin saber por qué, tal vez impulsada por el extraño y antiguo hechizo, decidió registrar al niño en el ministerio de magia de su país con el mismo nombre de su progenitor.
- Te criaré con amor, tú no serás como él - Pronunció con vehemencia mientras las lágrimas le bañaban el rostro, contemplando los pequeños ojos verdes de su hijo recién nacido.
Con el pasar de los años Zabtra reconoció en su hijo actitudes que más bien se le parecían a ella y que el pequeño. de su padre solo había heredado el físico, por una parte, eso la aliviaba y la mantenía tranquila, así como el hecho de que Ryddle padre no hubiese regresado, porque sabía que él cumpliría la promesa y solo regresaría en busca del niño cuando hubiese concretado sus planes y eso le parecía a ella cada vez más utópico, pero por la otra parte, algo la mantenía preocupada...
Los años siguieron pasando el pequeño Tom llegó a convertirse en un hombre sin conocer sus orígenes aunque él se empeñaba en conocerlos, ignoraba quien había sido su padre y Zabtra, aunque conforme y hasta feliz con la personalidad del hijo que difería sobremanera con la del hombre que lo había engendrado hasta el punto de admirar a los muggles por sus habilidades, de querer estudiarlos y de querer velar siempre por su bienestar, no había querido revelarle que el hombre en cuestión no era otro más que el que tanto mencionaban los periódicos en las noticias internaciones aunque con otro nombre, aquel mago terrible y tenebroso que azotaba al Reino Unido y que tenía como único fin instaurar a la fuerza un gobierno déspota, elitista y antimuggles. Ella vivía con verdadero terror desde que comenzó a escuchar de él en la radio mágica y a leer su nombre en los pericos, temía que cumpliera la promesa, que lograra alzarse en el poder y él decidiera regresar. Pero un buen día, todo dio un enorme vuelco, Voldemort había sido derrotado por un pequeño bebé llamado Harry Potter aunque él había acabado con la vida de los padres del pequeño, por una parte ella se sintió aliviada pero por la otra aún se mantenía alerta y expectante.
Ryddle junior, ya en la adultez aun se preguntaba por qué su madre se mostraba tan reacia ante la posibilidad de que él encontrase a una mujer a quien convertir en su esposa y con quien formar una hermosa familia y al enfrentarse a ella y decirle que no estaría dispuesto a renunciar a Larissa, la mujer que amaba nada más que por un capricho suyo, Zabtra se vio forzada entonces a revelarle la verdad sobre su origen...
- ¿Así que... soy hijo de ese tal Volde... quien tú sabes como lo llaman todos? ¿Ese mago inglés del que todos hablan? - Preguntó el hombre con el rostro sorprendido y asustado - No... no puedo creer que él haya hecho eso conmigo mamá, arrojó esa especie de maldición contra mí antes de nacer y simplemente se marchó, pero ya vez que yo no soy como él madre, yo amo a los muggles, los admiro, jamás podría hacerle daño a ellos ni a sus descendientes.
- Lo sé hijo y no sabes cómo me alegra que así sea - Le respondió la madre con lágrimas en los ojos - Pero pese a que el pequeño Harry Potter acabó con él hace muchos años, fíjate que las noticias internacionales de los periódicos mágicos dicen que ha vuelto, tu padre ha vuelto hijo y al ver que la maldición no funcionó en ti...
- Yo no le tengo miedo a ese cretino madre - Respondió Tom con vehemencia - Además no entiendo qué tiene que ver mi pasado y el hecho de que él haya regresado con mi relación con Larissa, ella me ama y entenderá que aunque yo descienda de ese... extranjero no soy como él. Ella y yo nos amamos, queremos casarnos y formar una familia ¿Por qué te opones? Ella es hija de muggles ¿Quieres más prueba de que yo no los aborrezco? No le haré daño, no soy como él, entiéndelo, su magia no funcionó.
Zabtra comenzó a llorar mientras negaba con la cabeza pues todavía aquella inquietud rondaba su mente.
- El hecho de que tú seas diferente a él no quiere decir que su magia no haya funcionado - Le dijo entre sollozos.
- ¿Y eso por qué?
En ese momento a ella le llegaron con total claridad las palabras de Ryddle padre antes de marcharse de Albania dejándola embarazada.
- Me quedo tranquilo - Le dijo entonces - Porque si no funciona con él, lo hará con su descendencia.
- ¿A qué te refieres? - Preguntó ella con el alma en vilo.
- A que el hechizo trasciende y puede incluso saltarse una generación, pero de que funciona, funciona.
Al escuchar aquello de labios de la madre, el joven Ryddle se quedó perplejo.
- Es decir que... ese cretino arruinó mi vida - Dijo con voz etérea.
- Lo lamento hijo mío... lo lamento tanto.
- Él solo te utilizó madre, no tienes la culpa de nada - Contestó él mirándola con indulgencia.
Aquello había cambiado las cosas, la maldición podía alcanzar a su descendencia, Tom habló con Larissa, él no podía engañarla, ella se sorprendió muchísimo pero aun así amaba tanto a Tom que estaba dispuesta a casarse con él y arriesgarse a convertirse en la madre del posible sucesor de Voldemort, porque estaba segura de que su amor sería suficiente para acabar con cualquier maldición, sin embargo Tom estaba aterrado y decepcionado de su situación, de modo que resolvió con mucha tristeza que lo mejor sería tomar cada quien su camino pues no podía arriesgarse a traer al mundo a alguien que pudiera ser peligroso. Ella muy triste se alejó de él por algunos años aunque decidió que jamás se entregaría a nadie más y él hizo lo mismo; pero entonces algo maravilloso ocurrió con el trascurso de los años, se rumoraba, también a través de las noticias internacionales de los periódicos que un joven inglés, Harry Potter que otrora había acabado con Voldemort en su más tierna infancia, era el elegido según una profecía para acabar definitivamente con él, eso renovó las esperanzas de Zabtra y también de su hijo Tom y Larissa, que pese a no haber unido sus vidas continuaban viéndose, y más adelante, cuando efectivamente llegó la noticia confirmada de que el chico en cuestión había acabado con el mago oscuro, fue el día más feliz de la vida de todos porque con ello creían que la terrible maldición había llegado también a su fin.
¡Qué equivocados estaban!
- ¿Se arriesgarán entonces? - Les preguntó Zabtra a su hijo y Larissa cuando ambos, alegremente les expresaron su deseo de casarse.
- Así como tú me criaste con valores, yo criaré a mis futuros hijos e hijas - Respondió Tom sonriente - Él ya no está y por ende la maldición tampoco.
Pero lamentablemente, en el momento de quedar embarazada, ella firmó su sentencia de muerte, la maldición parecía haberse manifestado en verdad. Durante todo el embarazo ella estaba débil y enfermiza y para colmo de males murió al momento de dar a luz. En ese preciso instante Tom lo supo muy en el fondo de su ser, pero se negó a admitir que efectivamente ese chiquillo de unos cuantos minutos de nacido que sostenía entre sus brazos, era el pequeño grial que contenía una parte del alma de Voldemort y que más adelante tendría la imperiosa y terrible necesidad de llevar a cabo sus ideales y más aún le inquietó que el pequeño portara el mismo nombre que él tanto odiaba, solo permitió que se llamara de esa manera porque Larissa insistió en que era solo un nombre y que éste no determinaba la actitud que un mago tomara ante la vida.
Tom sufrió mucho la pérdida de la esposa pero tuvo la firme convicción de cumplir la promesa que le había hecho, sin embrago, con el pasar de los años vivió frustrado al darse cuenta de que el niño realmente daba señales de haber sido alcanzado por la maldición. Desde muy temprana edad hacía comentarios desdeñosos hacia los muggles o sus descendientes, se veía atraído por la magia oscura y parecía sentir cierto regocijo al molestar y lastimar a otros niños aunque de vez en vez se manifestaban en él también ciertos rasgos diferentes, su mirada fuerte y penetrante a veces se llenaba de ternura, se iluminaba e incluso les había manifestado a su padre y a su abuela que los amaba. De hecho, cuando su abuela Zabtra murió, el niño se mostró bastante afectado, pero luego de los años su padre seguía notando en él aptitudes que le desagradaban en demasía y lo que más le aterró fue haberlo visto con el diario que Voldemort le había dejado a Zabtra y que por alguna razón ni ella ni Tom pudieron desechar, fue así como se enteró de que Voldemort, aquel mago tenebroso al que había estudiado en Historia de la Magia en su colegio, era en realidad su abuelo, desde entonces comenzó a estudiarlo y a interesarse todavía más por ese mundo del cual su padre quería alejar.
Fue así como Tom, padre decidió llevárselo al Reino Unido, a esa tierra extranjera que si bien había pertenecido a su progenitor (Voldemort) se encontraba lejos de la nueva asignatura que podría despertar todavía más la curiosidad malsana del hijo y que a partir de ese año él debía cursar, porque allá en el Reino Unido ya no estaba más ese mago tenebroso, Harry Potter había acabado con él y con el reinado de terror para siempre, pero jamás se imaginó que precisamente en Hogwarts su hijo sacaría lo peor de él.
Cuando el señor Ryddle terminó de relatar su pasado, aun el silencio reinaba en el despacho del profesor Dumbledore y las palabras del afligido padre quedaron haciendo eco y resonando entre las paredes de piedra, hasta los retratos en los marcos permanecían absortos y algunos hasta conmovidos pero entonces la voz de Severus Snape, gélida y tan cargada de rencor como de angustia rompió el silencio.
- Jamás debiste traerlo aquí Ryddle, así como tampoco debiste engendrarlo a sabiendas de que echarías un monstruo al mundo.
El señor Ryddle meditó aquellas palabras mientras un nudo se apoderaba de su garganta y sin poder evitarlo se echó a llorar.
Nota de autora: Hola a todos (as) aquí les traigo un capitulo que de seguro contestará muchas de las preguntas que se han venido formulando ¿No es así? De hecho el titulo lo delata, sin embargo sé que hay todavía algunas interrogantes, solo les ruego un poco de paciencia pues en el capítulo próximo obtendrán más información. De veras lamento profundamente lo que está sintiendo el señor Ryddle ya que después de todo el chico malvado es su hijo y así lo quiere y le duele todo lo que está sucediendo.
Bueno amigas (os) espero encontrarlas (los) nuevamente en mi próxima actualización, solo permítanme anunciarles que ya estamos en los capítulos culminantes de la historia, de la tercera y ahora si última parte. "Lily estás viva" fue el segundo de todos los fics que he escrito en y lo hice cuando apenas estaba comenzando a conocer el mundo de Harry Potter y me fui sumiendo en él cada vez más mientras me enamoraba inevitablemente de la obras de nuestra amada J.K Rowling. Como ya saben, la historia nació tras mi necesidad de ver a un Severus feliz como nunca se vio y me encariñé tanto con ella que inevitablemente surgió "El regresó de Eileen Prince Snape" y como todavía no podía desprenderme y además recibí mucho apoyo de mis amadas (os) lectoras (es) nació esta última parte "Las aventuras de Rose Eileen Snape y su tercera generación" sin embargo es mi deber anunciarles que ahora si esto culminará en una trilogía.
Mucha gracias por su apoyo, se despide con cariño..........
Hermaire.