Capitulo 25: No confías en mí
Dos meses después
Claire
Habían pasado dos meses desde que estuve encerrada en aquella asquerosa celda una semana la cual James se paso visitándome a menudo y trayéndome comida. Toda la semana se paso pidiéndome disculpas por no poder sacarme como me había dicho. Además, Damián y James sobornaron a la perra de Abigail para que retirara la denuncia para así no tener que ir a los tribunales.
En todo este tiempo me la pase con mi hermana ayudándola con mis sobrinos y especialmente con Emma que se había recuperado satisfactoriamente gracias a Dios. Mis sobrinos estaban tan contentos con la nueva integrante de la familia que no la dejaban respirar. Inclusive el adorable de Ryan estuvo celoso por tres semanas. Tuvimos que hacerle ver que él también era importante como Emma, pero que ahora el bebé necesitaba muchas atenciones. Al principio no quería creernos, pero finalmente se dio cuenta que sus celos no tenían sentido y ahora ayudaba a mi hermana a darle de comer o cambiarle sus pañales. Por otro lado, mi James hasta se escuchaba raro decir mi James, pero ése hombre maravilloso era mío. Cada día me hacía sentir más enamorada lo quería demasiado y no quería separarme de esté hombre que me cayó del cielo. ¿Por qué no lo pude haber conocido antes? Ahora lo que me importaba es que estaba conmigo y me hacía muy feliz. Casi todas las noches salíamos a diferentes lugares. Habíamos ido al cine, a los parques solos y con mis sobrinos, parques acuáticos, patinamos en una amplia plaza que nunca había visitado y otras veces me llevaba a lugares tan románticos que me daban ganas de llorar.
James cada vez tenía más detalles conmigo que me hacían sonrojar y reír como una tonta. Me regalaba flores, bombones, ropa, gorras que por cierto me gustaban usar y todo lo que viera cuando pasábamos frente a una vitrina. Él me consentía tanto que algunas veces me sentía como una niña pequeña en sus brazos. Estar en sus brazos cada vez era más intensa, cada vez entre besos la pasión y el deseo nos abrumaban. Las miradas ardientes llenas de deseos eran testigos de lo que los dos sentíamos y queríamos, pero yo me refrenaba. Tenía miedo que al entregarme a él, cambiará todo. Tenía una opresión en mi pecho al imaginar que James podría hacerme lo mismo o algo similar a lo que me hizo Raúl. Yo sé que mi rubio esta deseoso de tenerme en su cama por la forma en que me acaricia y me mira, pero él en ningún momento intenta ir más allá.
Hoy nos íbamos dos semanas a una cabaña fuera de la ciudad y mi hermana me insistió que aceptará. Al principio le dije que no por miedo a estar completamente solos en un lugar tan lejos, pero luego de hablarlo con mi hermana terminé aceptando. Además, James me dijo que él nunca haría algo que yo no quisiera y que jamás me lastimaría. Se vio tan tierno cuando me lo decía mirándome directo a los ojos.
Mi amiga o podría decir mi ex amiga Susana me llamó hace dos semanas, pero no le respondí la llamada. Si de verdad ella tiene la intención de hablar conmigo que me busque de frente. Las cosas que me dijo no son para discutirlas por teléfono. Si tuvo la decencia de tratarme prácticamente como una cualquiera, pues que tenga el valor de hablarme de frente como la adulta que es.
—Claire, hermosa ¿Estás lista? — pregunto James desde la sala. La mayoría del tiempo le dejaba la puerta sin seguro para no hacerlo esperar. Ya teníamos la suficiente confianza, pero por nada del mundo la confianza era para verme desnuda. ¡No! Solo pensarlo me sentía avergonzada e insegura de que no le agradara mi cuerpo.
— ¡Sí, amor! — exclame cerrando la pequeña maleta con todo lo necesario. Inclusive Kelly me obligó a llevarme lencería sexy, pero obviamente no la iba a utilizar.
—Estás guapísima y me agrada que sea para mí — dijo mi rubio tomándome de la cintura y besándome con pasión. Él estaba muy guapo tenía unos jeans cortos color marrón, una polo negra y sus tenis blancos. —. Tú también estas muy guapo. Te quiero mi amor — dije apretando sus mejillas y dándole un mordisco a sus labios a lo que él sonrió.
—Yo te quiero más y lo sabes - dijo abrazándome y tomando mi maleta con la otra mano. Cerramos la puerta y bajamos el ascensor entre besos, caricias y risas que soltábamos cada vez que alguien entraba y nos atrapaba besándonos.
Salimos del ascensor y James guardo mi maleta en la cajuela de su auto que había estacionado en la acera del edificio. Cuando me iba a montar en el auto Raúl me sostuvo del brazo. Él llevaba unos jeans azul claro y una camisa blanca. Me miraba con sus ojos verdes llenos de tristeza, pero aún así me zafe de su agarre.
—Raúl, ¿Qué demonios quieres? — pregunto James colocando su mano en mi cintura y mirándolo con furia.
—Vine a disculparme con Claire — respondió agachando su cabeza. ¡No! ¡No puede ser lo que estoy pensando! ¡Él no puede hacerme esto delante de James!
— ¿Por qué te tendrías que disculpar con ella? — volvió a preguntar mi novio cada vez más tenso sin dejar de pegarme más a él. Raúl me miró y no supe descifrar su mirada que me provocó un escalofrío por todo mi cuerpo. —. Bueno pedirle disculpas por haberla tratado como a una cualquiera cuando...
— ¡Cállate! ¡No quiero escucharte! ¡No quiero que digas más! — grite apuntándole con el dedo como una histérica y él solo negó con la cabeza. No podía creer que viniera a disculparse ahora. Por amor a Dios ya a mi no me interesan sus disculpas. Lo hecho, hecho está.
—Perdóname por quitarte la virginidad y luego lanzarte aquél dinero fui un poco hombre y lo sien...- no pudo terminar ya que James se le había lanzado encima llenándolo de golpes. Mientras que Raúl no hacía nada para defenderse. Yo solo pude comenzar a llorar por la vergüenza que sentía. Yo no pensaba decírselo nunca a James y ahora me siento tan mal.
— ¡Eres un maldito infeliz! — grito James lanzándole un golpe que le rompió el labio. Luego lo levantó de la camisa empujándolo para que se fuera y no volviera por éstos lugares.
No podía mirarlo a la cara y mucho menos cuando se acababa de enterar que yo fui primero de su amigo. Esto era demasiado humillante para mí y tenía ganas de salir corriendo, pero no podía ser tan cobarde y mi deber era enfrentarlo. Podía sentir su mirada penetrante sobre mí, pero al parecer yo tenía un imán que me hacía solo mirar al suelo.
— ¿Cuándo pensabas decirme? — pregunto mi novio o eso creó yo porque dudo que quiera seguir conmigo después de lo que acaba de enterarse.
—Nunca — susurre mirándolo a los ojos que en este momento estaban ensombrecidos por la ira. Toda su cara y cuerpo estaba tenso, pero en ningún momento dejo de respirar aceleradamente por la pelea.
— ¡Nunca Claire! ¡¿Cómo que nunca?! ¡Yo soy tú novio tenía que saberlo! ¡¿Cómo crees que me siento sabiendo por él que se acostaron?! — me grito lleno de furia pasando su mano entre el pelo algo desesperado. Cada vez me sentía más miserable por haberme acostado con Raúl y menos digna de James. Me hubiera encantado que él hubiera sido el primero y no aquel patán.
— ¡Ése era mi pasado no tenías porque saberlo! ¡Eso era mío y de nadie más! — grite entré lágrimas caminando a grandes pasos dentro del edificio, pero él me agarro de la mano pegándome de golpe a su pecho.
—No confías en mi, Claire. Yo confió en ti y te he contado casi todo de mí pasado. ¿No pudiste haberme contado que hiciste el amor con mi amigo? — pregunto con los ojos brillosos. ¿Hacer el amor? No fue ni siquiera amor de su parte.
—Yo nunca he echó el amor James. Al parecer no escuchaste "su disculpa" vete por favor — dije alejándome de su agarre y él se quedó mirándome sin entender, pero no le di tiempo a decir algo más porque entre corriendo para alcanzar el ascensor.
Cuando llegué a mi piso me encerré y me tiré al suelo pegada a la puerta sin dejar de sollozar. No solamente Raúl me había arruinado la posibilidad de entregarme en cuerpo y alma sino que también había jodido mi relación con James. Me levante arrastrando mis pies y con unas terriblez ganas de no volver a despertar me tiré a la cama llorando.
James
Había caído la noche y un día que fue planeado para disfrutar ahora era un completó desastre. Claire se había acostado con el que fue mi mejor amigo, pero ¿cuándo? Además me había demostrado que no confiaba en mí para contarme sus cosas. Me sentía rabioso, impotente y tenía unas ganas horrible de romper todo mi departamento. Me molestaba que Raúl se hubiera acostado y yo fuera él único imbécil sin saberlo.
Yo nunca he echó el amor James. Al parecer no escuchaste "su disculpa"
Sus palabras no dejaban de rondarme en la cabeza mientras me tomaba unos tragos de Whisky que me habían quemado la garganta varias veces. Traté de ponerme a pensar en las palabras que había dicho el desgraciado e infeliz de Raúl. De todo lo que había salido de sus labios en ése instante yo solo entendí su virginidad y el resto ni le preste atención. Perdóname por quitarte la virginidad y luego lanzarte aquél dinero, recordé poniéndome de pie como si tuviera un resorte. ¡Soy una verdadera mierda!
Tomé las llaves de mi auto y salí corriendo para pedirle disculpas. El desgraciado le lanzó dinero al acostarse con ella y yo solo pensaba en que no me lo había contando. ¿Cómo iba a contarme semejante humillación? Las ganas que me dan son de castrarlo y abofetearme a mí mismo por animal. Ni siquiera me di cuenta el tiempo que me tarde en llegar a su edificio, pero solo sé que ya estaba subiendo por el ascensor. Cuando las puertas abrieron y fui directo para tocar su puerta, pero algo se me enredo en las piernas casi haciendo que me cayera. El perro que le había regalado a Claire y que ahora estaba más grande correteaba por el pasillo. ¿Qué demonios hacía el perro afuera? Toque la puerta, pero no escuché movimiento adentro así que moví la manija y no estaba cerrada. ¡¿Cómo puede ser tan inconsciente y dejarla abierta?!
Entre dándole paso al perro para que entrará y fui apresuradamente a su habitación. Estaba a oscuras y podía divisar un pequeño bulto en la cama que supuse era ella. Encendí la luz, pero ni siquiera la despertó así que me acerque a ella pudiendo ver su nariz y los ojos hinchados de tanto llorar y no pude evitar sentirme culpable por ello. Le acaricie su mejilla con delicadeza y coloque su cabello detrás de su oreja.
—perdóname mi cielo. Soy un estúpido debí pensar antes de hablar — susurre mirándola con todo el amor del mundo y pegue mis labios a los suyos. Un olor extraño proveniente de sus labios me hizo despegarme y no era olor a mal aliento sino algo raro, algo mucho más fuerte.
— ¡Claire despierta! — exclame casi a gritos moviéndola suavemente por los hombros, pero no movió ni un solo músculo. No se habrá envenenado, pensé asustado. La hale nuevamente por los hombros tratando de sentarla a ver si así se despertaba, pero su cabeza se fue hacía al frente de golpe. En ése momento sentí como si me hubiera caído un balde de agua fría encima y la levante pegándola a mi pecho.
— ¡Carajo despierta! — grite tomando su mandíbula y meneándola con un poco de brusquedad y aún así no despertó. Busqué el baño con rapidez y abrí el grifo de la ducha metiéndola rápidamente bajo el agua.
—Mi amor por favor despierta — decía intentando hacer que reaccionara hasta que de momento dio un respiro profundo para luego comenzar a toser. Sentí que el alma regreso a mi cuerpo en el instante que sus ojos algo desorbitados se cruzó en los míos.
—Dios gracias, ¿estás bien? — pregunté sacándole el pelo que tapaba gran parte de su rostro y ella asintió para luego despegarse de mí comenzando a devolver.
—Vamos al hospital no estás bien - masculle obligándola a salir de la ducha tan pronto había finalizado de vomitar. —. No...Yo estoy bien — susurro comenzando a tiritar. ¿Por qué las mujeres son tan cabezotas? Miré alrededor del baño y vi una toalla amarilla que tomé. Le quité la camisa de tirantes roja con que la había visto en la mañana y el jean corto blanco quedando ella en una ropa interior de encaje blanca.
En ése instante me di cuenta de lo que hacía, pero ahora solo importaba que Claire estuviera bien. Me obligue a deshacerme de esos pensamientos impuros que me invadían y comencé a secarla empezando por su largo cabello castaño que tanto me gustaba.
—Aprovechado — dijo mi novia temblando como una hoja y yo solo reí por lo bajo. —. No te preocupes que tú misma puedes cambiarte la ropa interior así que ve a tu habitación a cambiarte en lo que me seco – la envolví con la toalla descubriendo un lunar parecido a un mapita de un color más oscuro que la piel en la espalda. —. No puedo estoy mareada y me duele la cabeza — dijo agarrándose la cabeza con ambas manos. Estaba sintiéndome muy preocupado de lo que le había pasado y dudo mucho que ella se haya envenenado.
¡Bendito sea el señor! ¿Acaso me estaba castigando? Llevo más de tres meses sin sexo y me sentía torturado buscando su ropa interior. Después de darle la ropa para que se cambiará yo me cambié gracias a que en el auto todavía estaba nuestro equipaje. Le hice unas sopas de pollo para ver si así su rostro tomaba color porque estaba demasiado pálida.
—Gracias no se qué paso. Yo solo recuerdo haber subido después de que discutiéramos y me tiré a la cama. No recuerdo más — dijo recostada en la cama y yo me tumbe a su lado.
—Claire perdóname por lo de esta mañana. Yo debí escuchar con claridad. Te quiero mi vida y solo pensé en que habías estado con él y admito que los celos me cegaron — la tomé de la cintura y pegue mi frente con la suya a lo que ella cerró los ojos para luego soltar un suspiro.
—No quería contarte porque me sentía sucia — susurro sin abrir los ojos y yo me sentí aún mas peor de lo que más me sentía. —. No digas nada — puse mis dedos sobre sus labios, pero ella solo los beso y continuó.
—Yo solo era una adolecente enamorada James. Él se veía tan guapo y se lo comenté a una de mis compañeras que me había hecho su amiga al llegar a Londres por el matrimonio de Kelly. Después de habérselo comentado él se acercó a mí. Te podrás imaginar lo ilusionada que estaba, ¿Quién no lo iba a estar cuando el chico que te gustaba te correspondía? Él me comenzó a hablar tan bonito que me tenía en una nube, fui una tonta. Nos hicimos novios un mes después, él solía llamar dulce Claire, pero nunca me di cuenta que ése nombre era por lo inocente que yo podía ser — dijo soltando una amarga sonrisa, pero aún así no habría los ojos que sabía muy bien lo lleno de lágrimas que estaban. No estaba preparado para escuchar lo que le había hecho y la manera en que lo hablaba era como si me estuvieran llenando a golpes.
—Tiempo después me pidió que hiciéramos el amor. Yo tenía miedo, pero acepté porque estaba enamorada de él. Yo lo amaba solo que todavía no sé lo había dicho. Ése día me escape y él me esperaba a unas cuadras de la que fue mi casa. Cuando llegamos al hotel me regalo una flor amarilla y yo estaba nerviosa. Al principio pensé que todo había sido tan mágico, pero me equivoqué - se limpió la lágrima que involuntariamente sus ojos derramo y yo me mordía el labio inferior tratando de controlar la rabia que corría por todo mi ser. Tenía unas ganas de matarlo y todavía no me había dicho el final, pero ya me lo imaginaba.
—Le confesé que lo amaba y él se levantó comenzando a vestirse. Te podrás imaginar lo nerviosa que me puse. Solo me preguntaba ¿Qué hice mal? Raúl sacó un billete de veinte y me lo tiró a la cama. Sus palabras jamás las he podido borrar de mi cabeza: "Te daría más, pero no eres nada buena en la cama, está relación se termino y no te vuelvas acercar a mí " Era virgen por amor a Dios como voy a ser buena en la cama, eso se aprende juntos, ¿no? - dijo comenzando a ponerse histérica con sus movimientos. ¡Yo lo mató! ¡¿Cómo pudo ser tan infeliz?!
—Pensé que era una broma, pero él dijo que fui una más de su lista y que había resultado ser una pésima en la cama. Para colmo se ofreció para que repitiéramos para que así aprendiera. Me sentí tan mal que usada no es suficiente para describirlo y en ése momento no tenía apoyo. Pensé que evadiéndolo en el colegio era lo mejor, pero él se encargó de enterar a todos sus amigos lo que hicimos además del toque especial de lo mala que era en la cama. Los chicos comenzaron a buscarme solo para la cama y descubrí que mi compañera Lara era su novia. Ella le permitía acostarse con quien él quisiera para que no la dejara. Solo se burló de mí. Por eso cuando te digo que yo no he hecho el amor es porque en realidad no lo he echó - finalizó abriendo sus grandes ojos marrón oscuro lleno de lágrimas y yo la abrace con fuerza.
Él muy maldito me la rompió en cuerpo y alma. Por eso su forma de ser y el miedo que siente a que todo sea una mentira. Me la humillo de la peor manera y no puedo esperar volver a encontrármelo porque lo voy a dejar sin dientes.
—Claire yo nunca me voy a burlar de ti. Tú llenas mi vida de muchas maneras y no voy a dañarte. Yo voy hacerte feliz porque Te amo — dije con el corazón en la mano y Claire abrió los ojos de la impresión comenzando a llorar.
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Hello people. Saludos desde Puerto Rico jeje!!!
Abigail se nos largo zorra Maldita y espero que no vuelvas jamas jajajaja.
Estoy formando una campaña llamada "Matemos a Raúl " alguien quiere unirse. él muy degenerado mal hombre. ¿Quién creé en sus disculpas?¿Qué opinan? ¿Qué le habrá pasado a Claire?jum a mi me huele raro jajaja.
No olviden darme una estrellita si les gusto ése es mi sueldo jajaja y un comentario que equivale a darme más animos o tal vez inspiración.
Pd: Falta poco para el final ¿Qué? Pues si muuuajajajaja preparense y muerdan algo para cuando llegue jajaja. Les digo el final ¡No! Besos las (os) quiero. BESOS!!!!!!!!!!