La novela ha sido editada, por lo que las escenas en cada capítulo varia, en esta parte encontrarás los que solían ser los capítulos - 1/2 - De ante mano, una enorme diculpa por las molestias que esto puede llegar a causar.
Cualquie duda con gusto la repsonderé.
Soy Lili, mi cabello es rubio como el oro, mis ojos son color miel, muchos me dicen que son hermosos, que tienen un tono increíble, mi piel es blanca.
Mi vida se arruinó y no sé la causa, simplemente dejé de ser yo misma, pero para no confundirlos, comenzaré contándoles desde aquel día.
Todo empezó un Lunes, me arreglaba para poder ir a la escuela, estudiaba apenas el primer año de preparatoria, se me hacía tarde porque no sabía si ponerme una falda rosa o unos pantalones de mezclilla, al final me puse un vestido corto muy casual, nunca me preocupaba si llegaba tarde a la escuela, mi papá es dueño de una empresa muy importante, siempre me soluciona la vida, por lo menos lo hacía antes del accidente, pero no nos desviemos del tema, continuaré con mi narración.
Ese día llegué a la escuela unos minutos antes de que sonara la campana, fui directamente con mis amigas, amo a esas chicas, siempre están para apoyarme, pero no últimamente.
Nosotras pertenecemos al grupo “popular” del instituto, no me fue muy difícil llegar allí, digamos que soy muy bonita (según los hombres) y tengo un impecable estilo (según las mujeres)
Yo sé que la mayoría de los que me alagan solo quieren estar cerca de mí por mi dinero, no tengo problema con eso, sé distinguir a los falsos, por eso amo a mis amigas, ellas son únicas, como ninguna otra, Julieta y Marie, esos son sus nombres.
Cuando sonó la campana nos fuimos deprisa al salón, no sé porque, ya que el profesor siempre llega tarde, me dirigí a mi lugar de siempre, hasta el fondo, y tardé en darme cuenta de que había un compañero nuevo a mi lado, su cabello castaño y lacio, de ojos azules, era muy guapo, no les voy a mentir, pero ¿enamorarme de él? Ni loca, bueno, no al principio.
Él me saludó, pero yo lo ignoré, parecía tan seguro en sí mismo, tomé mi libro, “Desde mi cielo” de Alice Sebold, siempre amé leer, sobre todo libros que tienen que ver con la muerte y cosas así, pero aquel chico siguió hablándome.
-¿Acaso tienes novio?- me preguntó.
-Emm… ¿Te conozco?- le contesté de manera nada amable. Tenía la intención de alejarlo lo más posible.
-Buen punto- rio, su sonrisa era hermosa –Soy Damen –me ofreció su mano.
-Lili- le dije sin confianza, bueno, siempre fui muy desconfiada, pero nunca descortés.
-Un gusto- yo asentí y traté de volver a mi lectura –Todavía no respondes a mi pregunta- me mostró su divina sonrisa.
-¿Qué?
-¿Tienes novio?
-Ah, eso, no, la verdad es que no y no busco uno, así que no te hagas ilusiones
-Bien- rio, esta vez a carcajadas, algunos compañeros voltearon a nosotros, quise decirle que se callara, pero su risa era hermosa, aunque todavía no me enamoraba. –Me agradas, no te vas con royos ni discursos
-La verdad es que tú a mí no, así que si me dejaras leer un poco te lo agradecería- era buen chico, pero me hartó que no entendiera mis indirectas, tuve que ser cada vez más grosera.
-Está bien- suspiró –Luego hablamos-
En ese momento el profesor entró por la puerta, se le venían cayendo algunos papeles, Edward, el “matadito” de la clase fue en su ayuda, todos los demás nos quedamos sentados, está bien, admito que eso era muy descotes, pero tampoco pretendía ser una chica toda angelical, ¿Me entienden? No quería que pensaran que soy de esas chicas “cute” pero tampoco quería mostrar una apariencia “dark”.
Bueno, eso es fácil, solo ser un poco de los dos, jamás estuve orgullosa de mi actitud, pero me hacía sentir bien conmigo misma de vez en cuando.
Como sea, en la hora de la salida Damen apareció.
-¿Dónde vives?- me preguntó
-¿Acaso importa?- le dije mirando hacia el cielo.
-Bueno, es que pensé que si vivíamos cerca te podía acompañar- se encogió de hombros.
Suspiré sin saber muy bien que decirle –De acuerdo, mira, vivo muy cerca, así que no es necesario- él arqueó las cejas –Vivo en la calle Zones
-¡Ya te reconozco!- me interrumpió –Eres la chica que vive en la mansión del fondo ¿no es así?-
-¿Cómo lo sabes?
-Vivo dos casa más abajo, te vi irte a la escuela, pero cuando te encontré en el salón no te reconocí, pero estaba seguro de que te conocía de alguna parte
Nos despedimos en la entrada de mi casa, no lo pude convencer de que se fuera solo, dios, no sé si he hecho bien, digo, es nuevo y busca en quien confiar, pero yo soy la persona más desconfiada del mundo, además, su actitud no me agrada mucho, me refiero a que su forma de hablar y de decir las cosas es tan… no sé, como si nos conociéramos desde hace años.
Lo único bueno que puedo decir de él es que evitó que los demás muchachos me acosaran como siempre diciéndome “te ves linda”, “eres preciosa”. “se mi novia” y cosas así, me pregunto si algún día entenderán que no me gusta que me digan esas cosas, o para ser más directa, de que ellos no me gustan.
Voy en primer año de preparatoria y media escuela quiere que salga con ellos, y solo porque la otra mitad son mujeres.
Ya sé que ésta es la mejor oportunidad para tener novio y ser feliz con él y luego terminarlo y todo eso, pero la verdad es que varios años atrás tuve un novio, estaba demasiado enamorada, pero resultó que él era un imbécil.
No hice dramas con ello, pero si me dolió mucho, desde entonces soy mucho más exigente cuando elijo un novio, lo cual explica que aún esté disponible, pues de por sí siempre fui muy exigente, pues como leo mucho mis ideales del “chico perfecto” son muy elevados.
Bueno, esto de Damen… solo fue un día, o eso pensé.
Al siguiente día él me esperó fuera de mi casa, la verdad es que ya me lo imaginaba, pero esperaba que fuera solo una locura más, en fin, acepté que me acompañara, creía que ya le había quedado claro que en estos momentos no deseaba una relación.
En la escuela se portó muy amable y caballeroso, ya saben, me dio esos pequeños detalles que enamoran, desde recaditos a mitad de la clase hasta chocolates y flores que me mandaba, no sé cómo conseguía todo eso, la verdad es que sí, empecé a considerarlo mi amigo, pero nada más.
Ese día tuve una discusión con Julieta a la hora del almuerzo, sentadas en la mesa de siempre, su nombre es el mismo que el de la enamorada más reconocida en todo el mundo, de la obra “Romeo y Julieta”, pero no creo necesario que intente conseguirle novio a todas.
Además de que nunca escoge buenas parejas, me refiero a que sus intenciones son buenas, pero no se toma su tiempo para pensar quienes serían compatibles, pero eso no es lo que quería contarles, fue en la hora del almuerzo, y ella como siempre me estaba preguntando si me gustaba alguien o estaba interesada en conseguir una cita y cosas así, y aun que le dije un millón de veces que por el momento prefería estar sola siguió insistiendo.
-Vamos, eres muy hermosa y todos los chicos harían lo que fuera por una cena contigo, ¿Vas a negarles esa ilusión?- me preguntó Julieta con su tono de voz angelical.
-Sí, y ya basta, no me vas a convencer- le contesté indiferente.
-Pero ¿Por qué no lo intentas?- seguía insistiendo ella.
-Porque no quiero- le dije ya molesta.
-Pero ¿Por qué no?- su voz ya estaba fuerte y exigente.
-Será porque todavía recuerda a…- Marie nos interrumpió, la quiero por recordarle a Julieta sobre él, pero la odio porque me lo recordó a mí, y eso me duele.
-Eso es una tontería- dijo Julieta, yo guardé silencio -¿A quién le importa esa estupidez?-
En ese momento me sentí insultada
–Pues a mí- le respondí levantándome de mi asiento y gritándole –Y si a ti no te importa es que no me quieres lo suficiente-
Sé que fui muy dura al decir eso, bueno, no tanto, podría haber dicho algo peor, podría haberle echado en cara sus errores, pero no lo hice, la quiero lo suficiente para guardar sus verdades, pero en ese momento no quería estar más con ella, no podía, no lo soportaría.
Me fui caminando de la cafetería, recuerdo que Marie le reclamó a Julieta –Lili tiene razón- y fue corriendo a mi lado.
Sentí un profundo alivio, necesitaba apoyo emocional, además de que si estaba acompañada seguro que no aparecería Damen con más de sus cursilerías.
Salimos un momento al área verde de la escuela, no estoy segura de la razón, pero la naturaleza siempre me relaja y me ayuda a pensar correctamente, y ese era el lugar perfecto, un abundante césped, unos cuantos árboles, una cantidad infinita de flores, todo eso era una maravilla para mí, lástima que hoy en día los lugares como ese eran muy escasos, por la urbanización, la contaminación y todo eso.
Marie estaba a mi lado, apreciando lo mismo, luego, preocupada por mí me preguntó
-¿Te encuentra bien?-
Suspiré –No sé, la verdad es que Julieta tiene razón, debo dejar el pasado de una vez por todas-
-No te vez muy convencida de tus palabras
-Porque no lo estoy
-Bueno, tal vez sería bueno que te acerque un poco a los chicos, recuerda que no todos son iguales
-Eso no es lo que dicen
-Muchos dicen muchas cosas- odio su modo de hablar, tan cierto y confuso.
-De acuerdo, la verdad es que…- no estaba segura de sí decirle sobre Damen o callar, pero en ese momento ella era mi única consolación –Hay un chico y… pues… supongo que él será el próximo-
-¡¿Enserio?!- gritó muy emocionada -¿Por qué no me habías dicho? ¿De quién se trata?- sabía que podía confiar en ella, no era la clase de chica que siempre cuenta chismes y secretos, ella era de las que si les cuentas algo lo guardan hasta la tumba, o hasta que tú misma lo digas.
Le conté todo, se sorprendió al descubrir que el chico del que hablaba era el nuevo, la comprendo, no es posible enamorarse de alguien en tan poco tiempo ¿o sí? Mi mente estaba confundida.
-Espera a descubrir si realmente te quiere- me aconsejó –Además, pronto vendrá el día floral, ese día tienes que ver qué tanto te consiente y ya decidirás si lo quieres o no, fácil-
-¿Decidir si amo a un chico por que cumple todos mis caprichos? No lo sé
-Vamos ¿Qué puedes perder?
El día floral, lo celebramos siempre el primer día de Febrero, un día donde vamos a clases únicamente a felicitarnos por el día del amor y la amistad, no hay clases, no hay tarea, es una pérdida de tiempo para mí, los profesores se ponen a vender flores, en especial rosas, todos mandamos cartas a amigos, amigas y/o a la pareja.
Me preguntó ¿Por qué tuve que ir ese día a la escuela? Pude haber faltado y evitar todo esto, o por lo menos atrasarlo un poco.