La chica nueva

By CrazyFujoshiGirl

59.9K 5K 701

Nunca un boli bic habia sido tan peligroso. Al menos no hasta que la chica nueva mato a un hombre clavandosel... More

2.- Sammy's
3.- Con un boli Bic
4.- Juzgado
5.- El asma
6. Los ocupas
7. Terroristas
8. ¡Sal de aquí!
9. Al borde del abismo
10. Decide bien en quien confias
11. Mensajes de texto
12. Problemas en casa
13. "I kissed a girl" de Katy Perry
14. Platino
15. Caricias
16. El hoyuelo
17. Mundos diferentes
18. En plena noche
19. Cuidada y protegida
20. El enfrentamiento - Parte 1
21. El enfrentamiento - Parte 2
22. La gran mentira
23. ¡Sorpresa!
24. La mascara
25. La ducha
26. El ruso
27. Prensa online
28. Krimson
29. Malec
30. Jayden
31. Te arrepentirás de esto
32. La acusada
33. El juicio
34. La casa de la tia
35. Tres no son suficientes
36. Combinación de pijamas
37. ¿Que ha pasado?
38. Gestión de emociones
39. Equivocada
40. Cuestión de orgullo
41. Fuera de mi alcance
42. Vendida
43. Exámenes
44. Quemando ruedas
45. Sin vacilar
46. Déjame demostrártelo
47. El poder del vino
48. Déjate llevar...
49. Rabia
50. La sexta
51. Cuestión de seguridad
52. Cara de póker
53. Carpe Diem
54. Una voz angelical
55. Un lunes cualquiera
56. Hice todo lo que pude para salvarla
57. Fría
58. Aceite
59. Material
60. Punto de presión
61. El monstruo que hay en mi
62. ¿Quien es el verdadero monstruo?
63. Lo siento mucho
64. Paraplejia
65. Recuerdos
66. Empate
67. Final - Parte 1
68. El final - Ultima parte
69. ¿Segunda parte?

1.- Nueva en la clase

3.8K 161 24
By CrazyFujoshiGirl

Vuelvo a desbloquear el teléfono de nuevo y miro la hora. Solamente han pasado dos minutos desde la última vez que lo he desbloqueado. Levanto la vista, el profesor Johnson, profesor de biología, sigue hablando sin parar. Debe de tener una capacidad pulmonar impresionante para conseguir hablar durante tanto tiempo...

Me encojo de hombros y le echo un vistazo a la clase. La mitad de los alumnos están distraídos o hablando. Los de la primera fila están cogiendo apuntes como si la vida les fuera en ello y los de la última fila, como yo, están casi dormidos. Menos Malec, el chico que se sienta frente a mí, ese siempre está dormido. Todos los pupitres están situados por parejas, de modo que es sencillo hablar sin que los profesores se den cuenta.

Miro la mesa junto a mí. Vacía desde que comenzó el trimestre. Soy la única de toda la clase que no tiene compañero, pero por alguna razón nadie se mete conmigo por ello así que está bien. A demás, estoy al fondo de la clase, junto a la ventana, así que no necesitó a nadie con quién hablar.

-Para mañana, escribir un reportaje completo de como los viruses y las bacterias son capaces de...- Continúa el profesor de biología con ímpetu. Vuelvo a desbloquear el móvil, esta vez hay un mensaje de Andy, mi novio.

<< ¿Has salido ya?>>

Vuelvo a mirar al profesor que sigue hablando sin parar y le escribo de vuelta.

<<No, J aún no se calla. >>

<<Joder, pues date prisa. >>

Pongo los ojos en blanco. Como si fuera mi culpa que el profesor no nos deje salir aún... Suspiro. Andy está enfadado, alguien le habrá molestado y ahora estará echando pestes por todas partes. Qué bien...

Empiezan a escucharse pasos y conversaciones adolescentes al otro lado de la puerta, en el pasillo. El profesor mira la hora, frunce los labios y cierra el libro. ¡Gracias a dios! Cierro mi libro, meto todos los bolis en el estuche y cierro el cuaderno que apenas he usado hoy, mientras Johnson sigue hablando. Abro la mochila y tiro todo dentro casi sin cuidado, hoy quiero salir de aquí rápidamente.

Generalmente suelo prestar atención en clase e incluso suelo ser la última en salir, pero hoy no tengo el día... Mientras preste atención mañana no debería haber ningún problema. Con ese pensamiento me pongo la mochila al hombro y salgo de clase. Bajo las escaleras al primer piso, donde Andy suele esperarme.

Veo su pelo rojo a distancia, está dándole golpecitos a la pared con la palma abierta, un gesto de irritación en Andy. Si, definitivamente alguien le ha molestado. Me pongo frente a sus ojos negros. Tiene la piel blanca salpicada por unas tenues pecas que apenas se diferencian de su piel, y unos labios finos con un color rosa pálido. Es varios centímetros más alto que yo así que mantengo la barbilla levantada para mirarle a la cara.

-Ya era hora.- Dice arisco, separando la espalda de la pared bruscamente y obligándome a retroceder.

-¿Qué te pasa?- Le digo ajustando mis pasos a sus grandes zancadas. Caminamos rectos por el pasillo blanco junto con el resto de estudiantes. No alcanzo a ver la puerta de salida, solo veo mochilas y cabezas que se mueven. Empiezo a notar el frio que entra por la puerta abierta.

-El gilipollas de Arthur, eso me pasa.- Abre las puertas dobles y sale rápidamente, el frio de principios de enero me abraza y me cierro la chaqueta como puedo mientras sigo a Andy. El sigue bajando las escaleras que llevan a la calle de dos en dos. Yo agarro la puerta antes de que me dé en la cara y me esfuerzo por llegar hasta él. ¡Maldita sea, espérame!

-¿Que ha ocurrido?- Resopla y me clava la mirada sin dejar de andar rápidamente.

-¿Tu qué crees?- Me dice con tono agrio. Frunzo los labios mientras le mantengo la mirada un poco. Andy siempre es desagradable pero se está pasando. El se pasa la mano por el pelo antes de hablar de nuevo.- Lo siento Mana, es que estoy falto.

Me mira fijamente a los ojos mientras se acerca y me acaricia la cara. Da un pequeño paso y me sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos. Le sonrió de vuelta. Andy es guapo, uno de los más guapos del instituto, y casi hipnotiza cuando te mira con sus ojos negros, no digamos cuando sonríe.

Se acerca un poco y me da un beso simple en los labios, apenas un roce. Me pongo de puntillas para alargarlo unos segundos mas pero al final el se aparta. No puedo evitar la decepción, como novios es normal darnos algún beso pero desde hace año y medio Andy simplemente pasa de mi. De hecho, empezó a ser así poco después de empezar a salir.

Impaciente, Andy apoya una mano en mi mentón y lo levanta para que le mire.

-¿Me das un poco? - Me susurra con voz dulce. Suspiro y le mantengo la mirada. Sé que quiere dinero, y que lo quiere para porros.

Me prometió que lo dejaría, y aún sigue prometiéndomelo. Cada vez que le presiono me dice que son su única vía de escape, una manera de liberar tensiones porque su familia se está separando. No quiero que haga ninguna tontería así que siempre acabo cediendo. Aunque nunca imagine que me pediría mas tan pronto... Hago los cálculos, y decido que puedo darle un poco.

-Toma.- Digo dándoselo. El frunce el ceño mientras mira el billete de veinte, después me mira a mí.

-¿En serio? ¿Solo esto? Creía que me querías más. Gracias. - Dice antes de girarse y comenzar a hablar con sus amigos. Abro la boca pero la cierro rápidamente, una desagradable sensación empieza a recorrerme. No tendría que haberle dado nada... Siempre es igual con él. Suspiro. No quiero saber nada de sus amigos así que me doy la vuelta y me voy.

Tienen fama de ser unos borrachos violentos y aunque le he dicho a Andy que se aleje de ellos siempre me dice que él no se mete con mis amigos. Claro, como yo no tengo amigos no tiene que quejarse de nadie. Y aunque sea la rara del instituto por no tener amigos prefiero que sea así, no pienso dejar que lo que ocurrió suceda de nuevo.

Nada más salir del recinto escolar aprieto el asa de la mochila mientras mi cabeza no deja de dar vueltas. No me ha gustado como Andy ha despreciado el dinero que le he dado, ni el tono que tenía... Supongo que solo estaba enfadado.

Sigo dándole vueltas hasta que llego a casa. Hoy el jueves así que no tengo que ir a trabajar a Sammy's, una pequeña pastelería-heladería donde trabajo a medio tiempo. Si no fuera jueves, tendría que ir después de acabar la escuela. Pero no lo es, así que puedo relajarme y no hacer nada.

Abro la verja metálica verde oscuro de la entrada, tengo que empujar dos veces para que se abra porque está bastante oxidada. Piso las piedras que forman un camino hasta la puerta de casa para no pisar el césped y los dientes de león que están empezando a crecer.

La casa es un chalet adosado blanco, con una gran franja marrón que llega hasta el primer piso. En el segundo, se ve el balcón de mi habitación, los tiestos están llenos de unas petunias rosas impecables. La verdad es que las cuida mi madre, yo apenas salgo al balcón aunque está en mi cuarto. Y la jardinería no se me da especialmente bien...

Saco las llaves del bolsillo del pantalón y abro la puerta en busca de calor. La casa esta silenciosa, quizás no hay nadie. Frente a mi están las puertas correderas del salón, y a la izquierda la puerta de la cocina. En el recibidor hay un pequeño armario y un zapatero debajo del espejo. Giro a la derecha y empiezo a subir las escaleras.

-Ya estoy en casa.- Digo cuando ya estoy por la mitad. ¿En serio estoy sola? Oigo ruido arriba y después el pelo rubio oscuro y los ojos negros pero con motas azules de mi hermano mayor aparecen en la barandilla.

-Holaaaa.- Me saluda con una sonrisa.

-Hola Jayden. ¿Estás solo?- Hace un puchero cuando digo su nombre.

-Algún día conseguiré que me llames "hermano". Y sí, estamos solos, creo que han ido a hacer un recado o algo.- Se encoje de hombros.- Tenía los cascos puestos, me los acabo de quitar.

Asiento. Cuando Jayden se pone los cascos tiene la mala costumbre de subir el volumen a tope y en consecuencia no escucha nada de nada de lo que pasa fuera.

-Voy a hacer los deberes.- Bajo la manilla de mi habitación mientras Jayden me abuchea.

-Buuuu, aburrida.

Me giró y le miro a los ojos, aunque sin poder reprimir la sonrisa. Él tiene su gran sonrisa decorando su rostro. Jayden es increíblemente guapo, se llevo todos los buenos genes cuando nació. No solo tiene una cara poco común y atractiva sino que también tiene un cuerpo atlético. Mis antiguas amigas, las del otro instituto, no paraban de flirtear con él y siempre insistían en quedar en mi casa para verle.

De cualquier forma, y sin importar cuánto entusiasmo pusieran, Jayden siempre pasaba de ellas y me hacía caso a mí. Pensándolo bien... Es un hermano bastante sobreprotector y amable, le encanta saber que hago, que pienso y estar conmigo. Muy diferente al resto de hermanos que conozco. Niego con la cabeza, si se aplicara al menos un poco en clase seria el hombre 10.

-No me puedo creer que seas más mayor que yo.- Digo y cierro la puerta de mi cuarto. -Se supone que tienes que ser el responsable.- Le grito. Oigo su risa desde el otro lado de la puerta.

-Se supone que deberías llamarme hermano también. Es toda una injusticia si te paras a pensarlo.- Rebate. Ruedo los ojos, tiro la mochila al suelo y me siento en la silla. Al menos Jayden ha mejorado mi humor.


Al día siguiente, la mañana transcurre en silencio y completamente aburrida hasta la segunda hora. Nuestro tutor, a quien nadie de la clase conoce porque nunca nos visita, ha decidido librarnos de media hora de la clase de matemáticas para... Algo. Nadie sabe qué y eso ha causado una gran expectación general. Me remuevo en mi asiento y miró mi cuaderno de mates. No sé que querrá nuestro tutor pero si nos ha librado de matemáticas tiene que ser algo bueno.

La puerta se abre de repente, callándonos a todos y dejando la clase en completo silencio, cosa que no he visto nunca. Aparece un hombre cincuentón de pelo canoso y barriga, vestido con una camiseta a cuadros y unos vaqueros. Se sitúa frente a la pizarra y nos mira fijamente.

-Como bien sabéis, yo soy vuestro tutor. - Aunque nadie sabe tu nombre, pienso. - No suele haber cambios de colegio a mitad de curso pero este es el caso.- El asombro se extiende por la clase, y todos los alumnos levantan la cabeza, atentos. ¿Viene alguien nuevo? ¿Y a mitad de curso? ¿Quien se cambia en Enero? -Por favor dadle una cálida bienvenida a Sharon.

Le hace un gesto a alguien para que entre. Camina decidida y el sonido de sus tacones resuena un poco hasta que la veo. Una mujer de pelo castaño y ojos esmeralda intensos entra en la clase. Tiene la piel un poco tostada y viste una camiseta ceñida granate que marca sus pechos, unos pitillos negros que se abrazan a su estrecha cintura y unas botas negras con tacón bastante usadas.

Pasa la vista por la clase con sus increíbles ojos y cuando localiza la única mesa libre camina hacia ella sin esperar a que el profesor diga nada. Mascullo maldiciones cuando veo como se acerca a la mesa junto a mí. Rápidamente cojo todos mis libros y papeles y los mantengo en mis brazos para dejar la mesa libre. Ella se sienta bruscamente y deja su mochila negra en el suelo. Apoya ambos codos en la mesa y mira a nuestro tutor fijamente. Toda la clase la mira fijamente.

-Bueno, supongo que te adaptaras bien... Eso es todo chicos, tened un buen día.- Dice nuestro tutor antes de irse sin mirarnos siquiera. Vale, adiós entonces. Antes de que nadie pueda preguntarle nada a Sharon la profesora Marga entra con el ceño fruncido y mirándonos mal. Genial, esto va a ser divertido. Coloco como puedo los libros y papel en alguna parte que no molesten y le hecho una miradita discreta a Sharon.

Sharon saca un cuaderno de la mochila y un estuche simple. Marga escribe ecuaciones en la pizarra y empieza a explicar rápidamente. Sharon gira la cabeza drásticamente y me clava la mirada un par de segundos. Yo mantengo la vista en la pizarra, nerviosa. ¿Por qué me mira así? Siento como si me estuviera escaneando o algo.

Después de lo que parece una eternidad, deja de mirarme y pasa la vista por la clase. Por el rabillo del ojo veo como se coloca un casco bajo la melena color chocolate. Entonces noto un olor desagradable, arrugo la nariz. Cigarrillos. Ag, odio el olor de los cigarrillos. Y tiene que sentarse junto a mí, mi gozo en un pozo.

Vuelvo a mirar a la pizarra. ¡Mierda, está llena de ecuaciones! ¿Cuándo ha escrito tanto? Pienso para mí misma cuando veo la pizarra casi llena. Media hora pasa volando, la gente se gira un poco para echarle miraditas discretas a Sharon. Ella sigue resolviendo una ecuación en la que se ha quedado atascada.

Malec, que sorprendentemente no está dormido, se gira para mirar a Sharon descaradamente. Tiene la cabeza apoyada en la mano izquierda y el codo sobre la mesa, con la mano derecha abraza el respaldo de la silla. Mira de arriba a abajo a Sharon, entonces ella levanta la vista y le ve. Entorna un poco los ojos cuando descubre a Malec mirándola así.

Sharon muestra todos sus dientes en una perfecta y ancha sonrisa coqueta. Inclina un poco la cabeza hacia la izquierda y su pelo cae hacia ese mismo lado. Malec, parpadea sorprendido y le devuelve la sonrisa poco a poco. Un pequeño rubor aparece en sus mejillas. En un solo segundo, los ojos de Malec bajan a los pechos de Sharon, rápidamente suben a su cara de nuevo.

Miro a Sharon. Me siento culpable de ver esto pero es que está pasando delante de mí... Ella no parece haberse dado cuenta del desliz de Malec, o eso o no le importa. Bajo la vista al suelo intentando darles un poco de intimidad cuando me doy cuenta de que la pierna de Sharon está demasiado estirada. Discretamente, me estiro y miro la silla de Malec. Sharon está rodeando con el pie la pata más cercana a ella. Malec sigue mirándola fijamente a los ojos, hipnotizado.

Rápidamente, Sharon mueve el pie y tira de la silla. Malec, que estaba sentado en el borde, cae de culo creando un fuerte alboroto y sobresaltando a más de uno de la clase. Se agarra a su mesa para incorporarse rápidamente, pero hace demasiada fuerza y se le cae la mesa junto con todos los libros encima. Malec maldice y se remueve hasta conseguir levantarse. Se coloca bien la camisa y mira a la clase.

-¿Qué? -Dice secamente e intentando levantar su mesa del suelo. Su voz resuena en la clase, la profesora Marga le mira fijamente y se cruza de brazos.

-Malec, ven aquí ahora mismo y pide perdón a la clase.- Malec gira un momento la cabeza hacia Sharon con puro odio. Sharon, parece completamente inocente y se encoje de hombros como si ella no hubiera tenido nada que ver. Malec parece confundido, niega con la cabeza y camina hasta la profesora, delante de toda la clase.

-P-perdón por hablaros así.- Dice con la mandíbula apretada y mirando a una esquina de la clase. Tiene las mejillas sonrojadas. Oigo risas y varios susurros.

Sharon parece impasible pero cuando miro a sus labios veo como la sonrisa empieza a dibujarse. Muy bajo, empieza a reírse disimuladamente. De repente su sonrisa desaparece y se pone seria antes de girar la cabeza drásticamente hacia mí. Yo me encojo y miro mi cuaderno. ¿Qué le pasa a esta chica?

Continue Reading

You'll Also Like

1K 100 5
No soy dueño de los personajes ni de la película solo lo ago. para entretener y mas nada.
5.5K 500 16
Taeyong, un estudiante que siempre ha cambiado de escuela y ciudad. Ten, un bailarín que está concentrado en su carrera. Luego de años de penas y rec...
6.6K 803 14
⇝ Un día una ninfa celestial es exiliada de su hogar por salvar a un simple mortal de las lúgubres garras del invierno. Y para poder regresar necesit...
5.1M 443K 82
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...