Alexander
Recuerdo que la primera vez que me metí en problemas mi padre salió en mi rescate. En ese momento prometí que nunca volvería a hacer algo para que él se preocupará, pero entonces, en algún momento me di cuenta que era más fácil meterme en problemas que evitar hacerlo, por lo que deje de evitarlo. En lugar de caminar lejos, siempre caminaba hacía donde había problemas como si fuera algo que debiera hacer, por inercia algo dentro de mí comenzaba a gritar que tenía que hacerlo aunque estuviera mal. Tal vez, es por eso que comencé a enredarme con Elie, pero al final, termine enamorándome de ella.
Ahora me doy cuenta que moriría por ella como mi padre murió por mi culpa.
Los dos hombres me atraparon o más bien deje que me atraparan, los deje porque me di cuenta que no soy un cobarde y no puedo seguir huyendo.
—Aquí esta señor…— me aventaron justo a sus pies y él me miro como si yo fuera escoria.
— ¿Y dónde está la zorra de Jessica? — dijo con voz seca, él podrá querer venganza pero yo sé que él aún quiere a Jessica. Él realmente la quiere, es por eso que aún me odia. Si él no quisiera a Jessica la dejaría ir y también me dejaría ir a mí, pero Jessica era más que una simple amante para él, siempre fue más que eso.
—Muerta…— mentí con una sonrisa, él me golpeo directo en la cara.
— ¿Dónde está? — repitió gritando.
—Murió… se ahogo cuando brincamos al río. Si realmente quieres encontrarla probablemente esté flotando río abajo en este momento— me golpeó de nuevo y yo reí secamente.
— ¡Vayan a buscarla! — le gritó a los hombres y ellos salieron corriendo. De algún modo retorcido yo encontraba esto cómico. No sé porque, simplemente quería reír— Si Jessica está muerta, entonces… supongo que yo tendré que matar a su novia…— rió.
—Haz lo que quieras ella no me importa— dije con indiferencia.
— ¿Seguro?
— ¿Si ella me importara no crees que me habría escapado con ella desde hace mucho tiempo? — pregunté.
—Entonces, no te importará saber que ya la maté…— rió mientras me daba la espalda.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo, hasta ese momento no había notado el charco de sangre en el piso, ¿era la sangre de Elie?, ¿Elie, dónde está Elie? ¿Y James? ¡James me prometió que iba a cuidar de ella! Elie no podía estar muerta, ella no se daría por vencida tan fácilmente, se resistió a mi durante mucho tiempo por lo que estoy seguro que ella es una chica difícil. Ella estaba viva, no podía estar muerta.
Elie
Me sentía débil y mi cuerpo estaba temblando con constantes escalofríos, además estaba sudando. Me sentía asquerosa y pegajosa. Cuando abrí mis ojos vi a mi madre, ella tenía esa preocupación en sus ojos que no había visto desde que me caí del segundo piso cuando era niña. Era extraño recordar eso ahora, el problema era que estas heridas dolían más.
— ¡Elie! ¿Sabes qué tan preocupada estaba? ¡Creí que no ibas a despertar nunca! — me gritó y luego soltó un suspiro de alivió— al menos el doctor dijo que no tienes ninguna contusión grabe por los golpes de la cabeza.
—Mamá, tenemos que irnos— fue lo único que pude decirle.
— ¿Por qué sigues diciendo eso? — se levanto y camino de un lado a otro nerviosa, mordiendo sus uñas, hacía mucho tiempo que no hacía eso también.
—Porque tenemos que irnos…— repetí.
— ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Qué hay de Robert y Alex? ¿Por qué quieres irte tan de pronto? ¿Qué paso? — preguntó sin dejar ni cinco segundos entre pregunta y pregunta.
—Mamá, prometo que te contare todo cuando estemos lo más lejos posible…— comencé a levantarme.
—No podemos irnos hasta que vuelva el doctor, ¡Elie te lo advierto! ¡No te atrevas a levantarte! — dijo saliendo de la habitación.
— ¿Elie? —escuché un murmullo.
Mire hacía ambos lados pero no había nadie.
— ¿Elie eres tú? — del otro lado de la cortina color verde claro pude divisar una figura, me levante de la cama y moví la cortina para ver a Jessica, recostada e inmóvil. Pálida y los labios morados.
— ¿J-Jessica? ¿Qué paso? ¿Dónde está Alexander? — quería llorar, Jessica se veía apunto de morir. Es como si estos fueran sus últimos momentos, lo supe por la mirada en sus ojos, incluso ella lo sabía. Eso era aún más triste.
—Murió— negué con la cabeza y la vi tragar saliva. Su boca estaba seca.
—No es cierto— dije mirando hacía otro lugar lejos de ella. Sus ojos me quemaban el rostro.
—Me pidió que te dijera que te fueras de aquí y que no volvieras nunca— murmuró, y jaló aire como si cada palabra le robara más aliento del que era capaz de retener— hazlo por él, era su última voluntad antes de…
Me acerque a ella y comencé a sacudirla por los hombros con lagrimas en los ojos. Nadie puede entender cuanto duele que te digan que la persona que amas murió pero probablemente Jessica lo entendía ella amaba a Alexander también.
Cuando termine de sacudirla me di cuenta que ya no respiraba, sus ojos estaba cerrados y su boca medio abierta.
— ¿Jessica? — Murmuré asustada— ¡Jessica! — grité.
Mi madre entró y me miro a mí y luego a Jessica.
— ¿Q-Qué paso? — solté a Jessica y corrí hacía mi madre.
— ¡Hay que irnos! — la jalé fuera de la habitación y a través del pasillo.
Probablemente ella estaba demasiado asustada y conmocionada porque en ningún momento intento detenerme.
Alexander
Pasó media hora antes de poder volver a ver el rostro de Woody, él estaba preocupado. ¿Si le dijera que Jessica no está muerta, eso haría alguna diferencia? Probablemente, no. Lo mire pasear de un lado a otro esperando por respuestas un minuto después su teléfono sonó y ella contesto alarmado.
— ¿Qué pasa? ¿La encontraron? ¡Sigan buscando, idiotas, tiene que aparecer! — Colgó el teléfono y camino hacía mí— Si ella murió, juro que te mataré…
Así que, ¿él estaba así de desesperado por ver a Jessica otra vez? Tal vez, él la amaba más de lo que yo pude comprender alguna vez. En algún momento mientras Jessica le fue infiel a Woody conmigo ella me dijo que le tenía un gran apreció a Woody por haberla sacado de las calles pero que aún así era de cierto modo asqueroso dormir con él. Ya que, ella lo veía como un padre. Jessica nunca pudo ver a Woody del modo en que Woody la veía a ella, lo cual es una lastima.
Probablemente, nada de esto hubiera pasado. Pero entonces no habría conocido a Elie. Hasta el momento lo mío con Jessica y las otras chicas había sido pura diversión y aunque al inició yo sólo planeaba jugar con Elie, ya saben lo que paso. Ahora estoy aquí dispuesto a morir por ella.
— ¿Sabes algo? — murmuré asqueado por el repentino sabor metálico de la sangre en mi boca.
— ¿Qué demonios quieres? — preguntó entre dientes.
—Jessica nunca te amo…— él tenía derecho a saber.
— ¡Ella me amaba antes de que tu llegaras y arruinarás todo!— me gritó.
—Si ella realmente te hubiera amado nunca te habría engañado— dije sonriendo.
—Mejor cierra la boca antes de que te meta una bala en ella…— me dio la espalda mientras prendía un cigarrillo.
—Hazlo, ya mataste a mi padre… y a Elie, aunque no me importa debo admitir que era la única familia que tengo. Además, de que… Jessica también esta muerta— se volteo hacía mi y puso su cigarrillo caliente contra mi garganta. Solté un gemido de dolor sintiendo como se quemaba mi piel.
—Vuelve a decir que esta muerta y te pondré el cigarrillo en los ojos esta vez…— murmuró cerca de mi rostro dejándome percibir el olor a tabaco.
Las puertas se abrieron y vi a los dos hombres entrar. A este punto probablemente Jessica ya estaba en el hospital, sana y salva. Woody se acerco a ellos y ellos murmuraron cosas que no pude escuchar, estaba más concentrado en el punzante dolor en mi cuello y en lo apretadas que estaban las cuerdas que sujetaban mis muñecas. Cerré mis ojos y apareció una imagen de Elie, sonriéndome. ¿Voy a morir ahora?