little boy × vminkook

By stumpxnk

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donde JungKook y Taehyung están enamorados de JiMin y este no puede elegir entre ambos. kookmin v/s vmin fina... More

00
01
Especial n1
02 Marriage
Especial n2
03 Doubt
Especial n3
04 please, look at me [nuevo]
05 Third
Especial n4
06 Tae's Date
07 Kook's Date
08 Jin gets angry
09 Old Friends
10 It WAS a SECRET
11 Chance
Especial n5
Especial n5 ahora zikzi
12 Jealous
Especial n6
13 what the fuck
14 what a kind of friendship
15 He is sleeping
16 TaeHyung is a genius
17 Goodbay, YoonGi-hyung
Especial n7
18 Bunny
19 I was afraid
20 My strange choice
21 Guess who is back
22 A couple of three
23 wtf r u doing, tae?
24 Be honest
25 I did it, parte uno.
25 I did it, parte dos
26 everything is ok...I guess
27 we dont talk anymore
Especial n8
28 your fault, my fault
29 told you so
30 is hard to forget
31 old times
32 for u
33 still being nice to me
34 postcards & polaroids
35 truth
36 we don't talk anymore pt 2.
37 i'm leaving in two weeks
38 never ever
39 ilysb parte uno
40 ilysb parte dos
41 four o'clock: final

42 Epílogo: Pillowtalk & All Yours

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By stumpxnk


"Nadie más que tu
Nadie más que yo
Nada más que nuestros cuerpos juntos"


No sabía si era el toque, el roce, el sabor, pero TaeHyung lo estaba volviendo loco. Como lo besaba, la forma en la que lo tenía atrapado entre sus piernas. El deseo. Jamás se había sentido tan amado y querido como en ese momento. No era solo lujuria, era amor. Amor sincero, amor no planeado. Era natural, era hermoso.

Podría ser que el exterior emitía ruidos altos y molestos, la bocina de los autos y el chirrido del caucho contra la acera, pero a ellos no parecía importarles. Solo tenían oído para los gemidos y jadeos, visión para apreciar la hermosura del acto y tacto para la piel contraria. Deseaba vivir siempre en ello, en unirse a TaeHyung, en ver su rostro sonrojado y escuchar sus gemidos. Sentía que jamás podría aburrirse de aquello. Nunca.

—Te amo, HoSeok— murmuró Tae cerca de sus labios, rozándolos cruelmente. Sus pieles perladas por el sudor no podían estar más cerca.

—¿Dónde quedó el honorario?— le respondió con una sonrisa algo burlesca en su rostro. Tae mordió su labio para luego responder:

—En mis boxers.

Y volvieron a besarse de forma hambrienta. Cada beso como si fuera el último, aunque doliera entregaban todo de sí. Ese era el propósito, entregarse completamente.

—Debemos alistarnos.

TaeHyung dormía en su pecho plácidamente. Su rostro lucia tierno debido a sus mejillas rojizas y sus ojos y labios algo hinchados. Le acarició el cabello, pero aquello no pareció provocar efecto. El moreno estaba en un profundo sueño.

—TaeTae. — intentó nuevamente, pero estaba vez sí hubo reacción.

—Aigo, HoSeok. Estoy muy cansado. — alegó con voz aguda apegándose más a su cuerpo.

Sí, el también estaba cansado. La noche anterior no descansaron mucho, siendo sinceros y ahora sentía como sus músculos se derretían como mantequilla apegándose a la cama y al cuerpo de TaeHyung. Quizás podía seguirle el juego al moreno.

—Está bien. Sólo unos cinco minutos.— le indicó apuntandole con el dedo y luego le acarició el cabello.

—Que sean diez.

Todo había sido tan difícil cuando TaeHyung se marchó. Continuó botando lágrimas a pesar de que el chico ya no estaba presente en su campo visual. Cuando logró voltearse notó que todos habían presenciado la escena y, fuera de todo pronóstico, JiMin le abrazó. HoSeok pensó que su primo le iba a odiar, que equivocado estaba pues el castaño intentó consolarlo a pesar de que su rostro también estaba bañando en lágrimas. La reacción de todos más el "te lo dije" que le dio JungKook a JiMin en cuanto Tae se marchó le hizo darse cuenta de que no habían sido tan precavidos como lo habían planeado respecto a la relación que llevaban, pero aquello le relajaba de cierta forma. Ya no tendría que quebrarse tratando de explicar que fue lo que había ocurrido para que pudieran entender su sufrimiento, o peor, quedarse callado.

Los días que continuaron no fueron más fáciles que digamos. HoSeok comenzó a hundirse en su trabajo y peor que antes. Hacía horas extras con el propósito de llegar lo más agotado posible a su hogar y no ponerse a pensar, a recordar cosas que de seguro solo le causarían dolor. La diferencia horaria era otro dolor de cabeza. Apenas podían compartir un saludo. TaeHyung trabajaba y estudiaba y cuando no estaba en eso, dormía o era HoSeok quién estaba trabajando. Así los saludos y el intentar saber cómo estaba el otro se fueron quedando atrás, tanto así que de un día para el otro se dejaron de hablar. Y dolía, no eran capaces de negarlo, pero tampoco de hacer algo al respecto.

JiMin se encontraba sonriente esperando a que su primo abriera la puerta de su departamento. Aquel día no tenía nada que hacer y HoSeok le había pedido que le fuera a ver ya que necesitaba que le hiciera un favor . El castaño aceptó encantado, ver a su primo lo consideraba algo bueno con lo que comenzar el día. HoSeok demoró un poco más de lo que JiMin consideraría normal y todo tuvo sentido para él cuando logró ver a su primo. Su rostro no era el mismo, se veía deteriorado y no era como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que se habían visto.

—JiMin, pasa. Esto será rápido porque estoy algo corto de tiempo para llegar al trabajo — habló su primo al abrir la puerta, mientras le dejaba un espacio para que pudiera acceder al departamento.

—No te preocupes...aunque en realidad esperaba que habláramos un poco. — JiMin observaba la sala de su antiguo hogar buscando algo fuera de lugar, pero no fue así. Todo se notaba en su lugar y bien, excepto su primo.

En cuanto escuchó el sonido de cerámica contra madera, JiMin recién se percató de que HoSeok llevaba en su mano una taza de café. El pelinegro había dejado su bebestible en la mesa para buscar algo entre un montón de papeles, dándole a la espalda a Park, quién notó también lo delgado que estaba su primo. No sabía precisamente que decir o hacer, pero sabía perfectamente a que se debía todo. La última palabra que había tenido con TaeHyung tenía un fecha que le disgustaba mirar debido a lo lejana que se encontraba, por lo que, supuso que con HoSeok las cosas eran parecidas. Sabía que se estaba hundiendo en su trabajo, ya que él hizo exactamente lo mismo cuando quedó solo, evitó tener tiempo libre.

—Solo debes depositar esto en mi cuenta bancaria y pedir los documentos que te anoté en este papel. — Las hojas fueron acercadas a JiMin, quien las tomó y fingió interesarse en ellas, a pesar de que su mente divagaba. —Los documentos vienes a dejarlos luego aquí y la llave la dejas con el recepcionista ¿está bien?

—Hyung...aún tengo mi antigua llave por si no lo recuerda.

—Sí, es cierto — El asentimiento de HoSeok era algo ido y preocupante, pero no logró y nada había logrado borrar la dulce sonrisa en la cara de JiMin. El castaño no quería que su primo se sintiera peor al darse cuenta que su estado de ánimo le estaba afectando a los demás. Todos tenían el derecho de sentirse triste y demostrarlo, sobretodo HoSeok. —De todas formas quiero que dejes las cosas y luego te vayas. Volveré tarde, así que no intentes esperarme. ¿Esta bien?

JiMin simplemente asintió, intentando no formar un puchero.

—Claro, hyung.

Luego de aquello, se despidieron y JiMin salió del departamento con dirección al estacionamiento. Seguía vacío, de igual forma que cuando llegó ya que solo había pasado unos cuantos minutos visitando a su primo. Subió a su auto y mordió su labio inferior aún sintiéndose inútil por no saber cómo ayudar a HoSeok. A pesar de siempre ser tan gentil con todos, el pelinegro parecía llevar una capa encima que crecía con cada uno de sus sufrimientos, siendo cada vez más difícil de llegar a él. Soltó un gran suspiro y golpeó el volante con una de sus manos para luego marcharse de ahí intentando relajarse.

La suerte estuvo de su lado, pues el banco no estaba lleno. Solo unos minutos y ya tuvo en sus manos todo lo que HoSeok le había pedido. El cheque depositado y uno que otro papel estaban su disposición, papeles que decidió leer para comprobar que todo estuviera en orden. Deslizó su vista por la hoja encontrándose en primer lugar con datos de su primo, se aseguró de que estuvieran correctos y prosiguió. Lo siguiente que sus ojos enfocaron lo dejó un poco helado y con la garganta seca. Estuvo a punto de preguntar si es que existía algún error, pero luego de pensarlo un momento aquella enorme suma de dinero tuvo sentido. HoSeok vivía solo, su departamento ya estaba pagado y no tenía grandes gastos como para gastar su jugoso sueldo mensual por completo, por lo que, JiMin dedujo que todo ello iba a sus ahorros. Por un momento su mente solo divagó en como no se había cuenta de aquello para luego terminar enojándose con HoSeok. El pelinegro tenía dinero suficiente para todo lo que su mente imaginara, hasta como para un viaje fuera del país. HoSeok estaba loco si pensaba que las cosas se iban a quedar así como así. Iría a alguna tienda cercana y luego al departamento de su primo para preparar algo de comer. HoSeok le iba a escuchar y esta vez no se detendría hasta verlo feliz realmente.

Eran las luces sobre su cuerpo, los aplausos y los elogios del publico lo que mantenía en el éxtasis a TaeHyung. Desde su debut había recibido muy buenas criticas sobre todo por su profunda voz tanto al hablar como al cantar, a pesar de no pronunciar el inglés a la perfección, su acento y sus rasgos lo hicieron ganar un montón de fans al instante. Sonrisas, siempre sonrisas cuando le pedían un autógrafo o en las entrevistas, en las carteles publicitarios o en las fotografías, siempre sonrisas. Pensaba en momentos felices de su vida y así aquella linda expresión salía sincera, ya que si no el dolor que mantenía escondido se expresaría y de seguro no tendría todo el éxito que estaba teniendo hasta el momento.

El fin de otra presentación y una ola de aplausos se presentaba en el teatro nuevamente. "Coreano novato", así le conocían, quien logró atraer toda la atención tanto de las cámaras como de los críticos a pesar de recién haber llegado a América y aún continuar estudiando. Bajó del escenario recibiendo un ramo de flores y una botella de agua, agradeció y continuó su camino a camarines, donde tres chicas los esperaban sonrientes con unos regalos que el recibió al instante. Le pidieron las tres una foto y un autógrafo que los dió sin problemas a pesar del cansancio que sentía. Con una sonrisa las despidió y ellas no hicieron problema. Entró por fin a su camerino y cerró la puerta tras de sí. Había sido agotador desde su inicio. Una entrevista en la mañana, luego un almuerzo con unos productores. Ensayo, ensayo, ensayo, visitas de otros productores para nuevas obras y así, terminando con la presentación de su trabajo actual. Él era amable, humilde y agradecido, siempre sonriendo y tratando a todos con palabras lindas. Él único momento en que podía desquitarse con el mundo era durante la noche o en su camerino. Se miró al espejo y tomó una toalla desmaquillante para comenzar a pasarla por su rostro. Le gustaba como lucía, pero le molestaba como se sentía ese exceso de cosméticos. Se sentó y continuó desmaquillándose frente al espejo. Cuando ya estuvo por terminar, el parpadeó de su celular llamó su atención. Desechó la toallita y tomó su móvil para verificar las notificaciones, notando que había puesto un recordatorio sobre ir a comprar algunas cosas luego de la obra. Estaba cansado, así que corrió aquello para otro día. Entró a su aplicación de mensajes y revisó los primeros que siempre trataban sobre trabajo. Bajó y bajó entre todos sus contactos notando como la fecha iba alejándose cada vez más de la actualidad. Apenas fue una letra, la inicial de un nombre lo que lo hizo detenerse.

Eran tantos días de diferencia...

Presionó el contacto y entró en él, notando que era su culpa el no haber respondido, pero es que tampoco sabía que responder. Quería contarle todo lo que estaba viviendo, pero tampoco sabía si aquello era lo correcto. Suspiró y juntando toda su valentía tipeó en su teléfono un enorme párrafo, para luego borrarlo y solo enviar un simple "hola". Rápidamente bloqueó el móvil, con miedo a ver la respuesta, y se cruzó de brazos, intentando calmar su respiración.

Y lo que menos pensó en escuchar fue lo que nubló su mente y endureció su cuerpo: el pitido que anuncia la llegada de un mensaje...y no era desde su teléfono.

—Estaba tan asustado.

Aquello no podía ser cierto. ¿Cómo no se dió cuenta? Su mente había jugado sucio ¿O ahora estaba jugando?

—¿Por qué? — Se atrevió a decir, pero no a voltearse.

—De que tú no quisieras que estuviera aquí.

Dios, había extrañado tanto su voz.

—¿Qué...qué te hizo pensar eso?— Intentaba que no se exteriorizara el manojo de sentimientos encontrados que tenía en su interior, pero no le estaba saliendo tan bien.

—Tu dijiste dos semanas...luego tenía que dejarte ir. Cumplí. — La voz se escuchaba tan lejana, pero extremadamente cerca a la vez.

—Yo quería más que eso, HoSeok. — Ya era tarde, se había quebrado. Su voz era entrecortada por sollozos.

A pesar de estar tan cerca, ninguno de los dos se atrevía a tocarse. Eran solo metros, pero la cobardía enorme.

—Mira todo lo que has logrado, TaeHyung. Eres exitoso, si te hubiera acompañado...

—¡Oh, ya! ¡Cállate! — El moreno simplemente se levantó de su puesto y corrió hacia los brazos de HoSeok quien liberó su llanto en cuanto sintió el calor del menor en sus brazos. Los besos no tardaron en llegar, eran desesperados, pero dulces. No solo eran en los labios, sino que en mejillas y frentes y ya luego pequeños en el cuello.

—Te amo, Taetae. Lo siento mucho. ¿Puedes perdonarme por ser un idiota? — descansó en el cuerpo de su mayor, apoyando su cabeza en el cuello de este, respirando el aroma que ansiaba oler de hace mucho y por largo tiempo.

—Comprendo tu temor, HoSeok —  Sus dedos acariciaron el fino rostro de su mayor y se acercó a este depositando un beso corto, pero con mucho significado —No quiero lastimarte...ni tampoco ser lastimado, otra vez.            

—Ya nunca más, ya no nos volveremos a hacer daño nunca más.

Y de aquel momento pasaron dos años y tres largos meses.  

Más de cien personas habían asistido a aquella fiesta, entre ellas Jin y su esposa, NamJoon y su novia y una que otra celebridad que YoonGi había conocido durante su carrera, sin duda quedaría en el recuerdo de cada uno de ellos. Nadie se lo esperaba, fue algo muy de sorpresa, pero se entendía. Ser una estrella musical no te dejaba mucho tiempo libre ni privacidad, pero aún así Min YoonGi se las había arreglado para celebrar su matrimonio a lo grande. En realidad, aquello no estaba dentro de sus planes, él quería una ceremonia pequeña y familiar en Corea, pero HoSeok no supo como mantener el secreto. Bueno, precisamente no HoSeok, sino TaeHyung y todo el mundo supo que Min YoonGi tenía planeado casarse y así una gran ceremonia y fiesta no parecían tan malas después de todo.

—¿Acaso YoonGi-hyung no podía elegir otra fecha para casarse? — alegó molesto TaeHyung mientras tomaba un poco de su copa de champaña.

—No tienes derecho a ningún tipo de reclamo, Tae. — objetó HoSeok antes de llevarse un bocadillo a los labios —Él tenía otra cosa preparada en otra fecha y tú lo arruinaste.

—Principalmente fue tu culpa, no tenias que haberme contado aquello. Ahora tenemos el mismo día especial.

—¿El mismo día? Yo considero nuestro día especial el día que te besé por primera vez. — anunció el mayor con una sonrisa. A decir verdad, jamás se hicieron la respectiva pregunta, solo se dispusieron a estar juntos y ya, por lo que, no celebraban ni una fecha en especial.

—¿Hablas enserio? — El brillo en los ojos de Tae y su sonrojo anunciaban que lo que había dicho HoSeok eran palabras muy lindas e inesperadas que lo habían pillado con la guardia baja. —Pues ahora ya no tengo que alegar.

En el patio del recinto, un pequeño niño de mas de un año de edad jugaba en la pileta bajo los cuidados de JungKook. El pelinegro procuraba que BonHwa no se mojara, ensuciara o golpeara mientras daba pequeños saltos en los costados de la pileta, sino de seguro recibiría un regaño. 

—BonHwa, ten cuidado. — le pedía mientras lo hacía caminar tomándolo de su pequeña manito. 

Esperaba que JiMin volviera pronto, se habían separado porque el mayor quería felicitar a YoonGi por su boda, mientras que él lo haría luego ya que había preparado algunas palabras para el micrófono cuando la cena fuera servida y todos estuvieran reunidos.

—JungKook... — La dulce voz de su querido novio le había asustado. Estaba tan concentrado en los pasitos que daba BonHwa que había perdido la atención y por culpa de aquel susto ahora el pequeño tenía un pie mojado por meterlo a la pileta. —JungKook, ten más cuidado.

—Me asustaste — le respondió tomando al pequeño en sus brazos, quien reía mientras anunciaba que se había mojado. —Shh... cállate, cállate.

—Ahora Jin nos matará. — habló Jimin entre risas mientras miraba enternecido como su novio intentaba pasar desapercibido frente a su hermano, quien ya iba camino hacia ellos.

—¡Papá tengo agua en mi piecito! — dijo el pequeño a su padre en cuanto lo tomó en brazos. 

—Vaya, este niño es un bocón. —reclamó JungKook.

—Está bien que lo sea, si tu eres su tío... — respondió Jin en un tono burlón mientras tomaba en brazos a su pequeño.

—¿Qué? ¡Dilo! — le desafió.

—JiMin lo dejó cinco segundos contigo y lo mojaste. ¿Es necesario seguir la oración?

—Fueron más de cinco segundos. — anunció como si fuera un logro importante. Jin simplemente le sacó la lengua y se llevó a su hijo para cambiarlo antes de la cena.

Lograr que todos entraran al recinto y se sentaran en su respectiva mesa fue algo complicado, pero no imposible. La novia, Dae, en la mesa del centro lucía radiante y a su lado su esposo, Min YoonGi, se veía demasiado guapo en su traje negro. Se veían demasiado felices, lo que volvía la festividad mucho más alegre.

La comida no tardó en llegar, así como los tragos y cuando ya estaban en la mitad de la cena, JungKook decidió que era el momento perfecto para su inexperto discurso. Tomó el micrófono entre sus largos dedos y los saludó a todos siendo respetuoso y presentándose luego de eso. 

—Bueno, Min YoonGi fue mi profesor de música durante un año, pero de mi novio lo fue por casi tres, así que en realidad se más cosas por JiMin que por lo que alcancé a descubrir por mi mismo — el publicó liberaba pequeñas risas de vez en cuando, sobre todo JiMin quién miraba enternecido todo lo que su novio hacía —Estoy aquí arriba con el propósito de decirle a YoonGi hyung que esta boda no se hubiera celebrado sin que TaeHyung y yo no hubiéramos hecho lo que hicimos hace unos años atrás.

El sonido de un tenedor golpeando un plato llamó la atención de algunos. TaeHyung apuntaba de forma acusatoria a JungKook con su dedo indice mientras JiMin descubrió que sus ojos podían abrirse más de lo que creía.

 —Tu...¡Niñazo, no te atrevas!

—¿Recuerdan cuando se reconciliaron? Fue algo extraño ¿no? Un conejito secuestrador y un joker ladrón de maletines en el centro comercial...jamás lo hubieran imaginado. Por si las moscas, yo era el conejito. — lo último JungKook lo dijo mirando a JiMin, logrando que las mejillas del mayor se colorearan. Tan perdido estaba en eso que ni siquiera notó cuando TaeHyung se subió al escenario y le quitó el micrófono.

—Gracias por delatarme, niñazo. Ahora es mi turno. ¿Recuerdas JiMin esa vez en que me preguntaste por qué estaba golpeado y te respondí que me había ocurrido de distraído? Pues...adivina quién quiso dárselas de rudo en el baño. Sí, tu niñazo llorón.

YoonGi tapó su boca en intentó de no reírse, pero falló y su risa fue escuchada por todo el recinto que había quedado en silencio. Por su parte, JiMin no sabía que decir ni como actuar ¿JungKook había sido capaz de golpear a TaeHyung?

—Si vas a contar algo, cuenta la versión completa. — dijo el pelinegro en cuanto logró quitarle el micrófono al moreno —La pelea la comenzamos ambos, pero Tae fue mucho más inteligente porque no me golpeó en la cara.  Ni siquiera recuerdo el por qué llegamos a los golpes. Ah, y algo más.— TaeHyung tragó saliva de forma pesada. Solo un secreto ocupaba su mente y no creía que Jeon fueran capaz de decirlo ahí frente a todos y más importante, frente a JiMin —En el tiempo en que estuvimos separados, TaeHyung fue a mi casa y me dió un beso.      

La única respuesta que tuvo JiMin frente a ello fue tomar su copa de vino y beberla de un sorbo. No estaba enojado ni triste, sino sorprendido. Todo aquello no le parecían secretos punzantes, sino recuerdos de un pasado que pudo ser mejor, pero no lo cambiaría por el lindo futuro que lograban visualizar ahora.

En cuanto los chicos bajaron del escenario, la fiesta continuo como si nada. Los ánimos no se apagaron ni nada pareció cambiar, excepto en el estomago de JungKook y TaeHyung, quienes se sentían más libres luego de aquellas confesiones.

El momento de lanzar el ramo llegó y Tae se unió discretamente a las chicas, siendo el ganador. Comenzó a saltar como disparatado para luego comenzar una ronda de "dabs" por el lugar, terminando por abrazar a HoSeok. Ni idea si quería casarse pronto con su mayor, pero no le molestaba la idea. 

Entre medio del alboroto de risas y música fuerte, JiMin salió del recinto hacia donde se encontraba antes, cerca de la pileta y los arbustos verdes que adornaban la pared. Respiró el aire de aquel lugar, sintiendo el aroma de las plantas y un poco de las rosas que se encontraban repartidas por diversos lugares. La luna brillaba serena y fuerte y le sonrió, tomando asiento en la pileta, donde el agua no podía colarse.

—¿Qué ocurre, JiMinnie? — JungKook había salido tras él al momento en que no lo notó en la multitud. Se había preocupado, pero no demoró en encontrarlo. Se acercó a él y se sentó a su lado.    

—Nada, sólo...me sentí algo nostálgico.

—¿Te refieres al discurso?

—Sí...ha pasado tanto tiempo.

—Tanto tiempo desde que te vi llegar a la escuela, con tu tierna sonrisa y tu mirada preocupada por no encontrar tu salón.

—¿Tu me viste? Pensé que me habías conocido un poco antes de las tutorías... — El rostro de JiMin lucía hermoso bajó la luz de la luna y JungKook apenas aguantaba las ganas de besarlo y quitarse esa triste y leve mueca que llevaba.

—No...yo te vi desde el primer momento y — JungKook puso ambas manos en su corazón y fingió una mueca de dolor—mi corazón comenzó a doler mucho por la flecha que clavaste en él.

JiMin comenzó a reír tímido y golpeó el brazo de su novio haciéndolo reír también.

—No seas tonto.

—Lo soy por ti. Pasaste por mi lado, ni siquiera te diste cuenta de mi presencia, pero aún así te quede mirando como un baboso. Bueno, no exactamente así, pero mis amigos me comenzaron a molestar por quedarte observando. — se sonrieron tiernos y JungKook se acercó un poco más a su JiMinnie. — Luego me dijeron que un chico como tu jamas estaría con alguien como yo...

—Estaban muy equivocados. Realmente no me fijé en ti esa vez, solo quería encontrar mi salón, pero...cuando comencé a darte tutorías...— JiMin fue quien ahora fingió la mueca de dolor mientras apoyaba las manos en su corazón.

—No sabes lo feliz que me haces, JiMin.— confesó JunGKook mientras distraídamente miraba a la luna y tomaba la mano de su novio, acariciándola con su pulgar.

—Hubo un momento en que te hice mucho daño...las decisiones que tomé. Ustedes...no deberían seguir siendo tan lindos conmigo. Tu...

—Pero eso ya no importa— le interrumpió —las cosas se arreglaron y ahora estamos juntos. Soy feliz ¿ok?— acarició esta vez la barbilla del castaño sacandole una sonrisa. —Ahora dime ¿Por qué no fuiste a recibir el ramo?

—Porque...no sé si estoy listo para dar ese paso aún. Tan pronto. Estoy con la academia y tu con tus pinturas y la tienda de tatuajes. Se que lo haremos en algún momento...

—¿Tan seguro estás?—le interrumpió con una risa.

—Sí, porque ya soy completamente tuyo. Firmar un papel me parece algo terriblemente fácil considerando todo lo que tuve que pasar para llegar aquí.

—¿Completamente mío?          

—Sí. Y tú completamente mio.  

—Tú eres yo, yo soy tú.  

Y se besaron. Se besaron bajo la tenue luz de luna, entre el viento a baja velocidad y las manos entrelazadas. Podría decirse que era un beso como cualquier otro, pero no lo era. Cada beso era distinto, porque representaba algo diferente y el paso del tiempo en el cual se habían mantenido juntos. Aquel beso sellaba una promesa que podrían haber hecho mil veces antes, pero no, aquella era la primera. Una vez ya habían prometido jamás dejarse y ahora estar siempre juntos mientras el amor estuviera presente. Y eso, simplemente, significaba siempre.

    

Little Boy end. 09/10/2017

  🐏 

Siento que apretaré publicar y me pondré a llorar.

Gracias Dios y gracias ustedes por acompañarme en esta linda travesía llamada Little Boy que me tomó más de un año terminar. De hecho, la iba a finalizar antes de cumplir el año, pero por diversas razones, no se pudo.

Espero que la hayan disfrutado como yo lo hice.

También espero encontrarlxs en otras de mis fanfics.

Nos leemos.

Recuerden que lxs quiero mucho 💕

atte. la patrona del vminkook.

con amor.

stumplynn.

                      

    

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