Capitulo 11
Inicio y final
-Ya no puedo más, pido tregua.
-¿Cómo que no? Apenas vamos a la mitad de las compras, Maryon por favor resiste, no aguantas nada. Mira solo aguanta otra media hora y vamos a comer y si después de eso aun tenemos ganas de seguir de compras continuamos, de lo contrario nos vamos a casa a descansar...
-Me parece bien pero después de comer ni una tienda mas – dije.
La siguiente media hora fue la más larga en toda mi vida. Clara ya había hecho muchas compras de zapatos, ropa, accesorios de todo tipo, hasta de ropa interior y yo...bueno yo seguía sin nada como siempre y es que el día de hoy no me encontraba al máximo además de que las compras no son lo mío.
-Oye me muero de hambre...por favor comamos algo y descansemos. – dije mientras Clara se asomaba a otra tienda de ropa interior...- No lo puedo creer, ya compraste cosas de este tipo, podríamos ir a comer por favor.
-Ya lo sé, pero estos modelos no los vendían en la tienda anterior, prometo que solo entro en esta tienda y vamos a comer.
Entre con ella y no porque quisiera comprar o ver la ropa, si no que no quería que se tardara demasiado y así poder presionarla un poco, aunque en el fondo sabia que eso nunca iba a pasar, una vez que Clara entra en una tienda es muy difícil sacarla.
Clara se separo de mi dentro de la tienda y yo aproveche para ver unos modelitos que me llamaron la atención, aunque no sé porque los compraría porque no tengo en donde y a quien lucírselos, aunque sí de pensar en alguien se trata hay una persona que viene a mi mente en cada segundo.
-¿Te llevaras ese? Es muy sexy y atrevido...no te conocía esos gustos amiga, yo opino que te lo lleves y después nos preocuparemos por ver a quien se lo luces.
-No sé si sentirme agradecida por impulsarme a abrirme más o enojarme por decirme solterona. Además te recuerdo que tu también lo estas, por lo tanto estas desperdiciando dinero en este tipo de compras. Pero tienes razón lo llevare y después me preocupare de lo demás.
Hicimos nuestras compras...yo termine comprando un par de conjuntos de lencería y una pijama, las cuales me hacían sentir sexy y poderosa además de levantar mi ánimo en este día. Clara por el contrario solo se decidió por un pijama, algo infantil para mi gusto pero para ella era el pijama especial, lo que quiera que eso signifique.
-Por fin a comer, Dios esto pareció una olimpiada - dije con sarcasmo.
-No fue para tanto Mar...de hecho lo que compraste es muy lindo, además como tienes mucha hambre la comida te sabrá mas rica.
-Pero también, con más hambre como mas y por lo tanto engordare y tendrás que sacarme de aquí rodando.
-No seas dramática y vamos por la comida.
-¡Wow! Es la hamburguesa más rica de la historia. – comente aun con algo de cátsup en los labios.
-Sí, lo supuse por el record que acabas de romper en comer una hamburguesa...tal vez te vuelvas famosa... - y antes de que pudiera limpiarme la cátsup salió un flash capturando mi momento para la posteridad.
-¿Qué te pasa? Borra eso...
-No, son nuestros primeros recuerdos del último año de preparatoria. Además, arriba comelona, aun nos falta la mitad de la plaza.
-Noooo...ya no puedo más...pido piedad....
-Arriba Mar, por favor y te prometo que voy contigo a la librería que te gusta.
-¿Lo prometes? Porque la última vez me engañaste y cuando fuimos ya la habían cerrado.
-Lo prometo amiga, iremos juntas.
-Ok, sigamos.
Me pare a regañadientes de mi nuevo amor: el asiento de la comida rápida. Lo que paso a continuación fue como un sueño...zapatos, ropa, bolsas, accesorios, maquillaje, perfume y luego se volvía a repetir. Era como caer en tiendas interminables, hasta que por fin vi el final: la librería.
-Clara...hemos llegado, vamos por favor, antes de que entres a una tienda más.
-Espera, esta es la ultima tienda y vamos te lo juro por lo más sagrado en esta vida: Netflix.
-Más te vale que sea la última. – entre a fuerzas, aunque considere seriamente quedarme afuera pero fui débil con un vestido que vi exhibido en un maniquí.
-Tienes esa cara. – menciono Clara mientras observaba de cerca y con asombro el bello vestido que tenía en mis manos.
-¿Cuál cara? Siempre traigo la misma.
-Pues la cara de las compras, esa que dice: al diablo el dinero y las grasas compro este vestido porque con él me veré sexy y hot.
-Pues te equivocas, el hecho de que este viendo el vestido porque me gusto no quiere decir que piense eso. – conteste, pero siendo honesta si quería verme así o por lo menos parecerlo aunque aun no tengo idea de porque o para quien.
-Como digas pero ese es ¨tu vestido¨, así que ve y pruébatelo o hare que alguien más te lo ponga.
Ambas escogimos un par de vestidos...tengo que admitir que esta tienda es fabulosa, nunca había querido entrar porque no me llamaba la atención pero a partir de ahora será como mi mejor amiga, creo que hasta podría competir con Clara...sonrió ante esa idea. Mientras nos probábamos los vestidos, suena nuestra canción (The chainsmokers- Closer) y todo comienza a parecer de película; nos tomamos fotos, bailamos y nos reímos, como si el mundo se parara y nos devolviera los momentos feos que nos ha robado.
Cuando terminamos de modelar, llego el momento más temible de una chica: tener que elegir solo un par de todas las prendas que te probaste. Yo gracias a Dios solo me probé tres vestidos y uno lo descarte inmediatamente porque me hacía ver demasiado mayor; y los otros dos eran hermosos uno era de color azul marino con encaje y mangas largas perfecto para una salida casual pero el segundo era de color negro y un poco atrevido para mi, fue hecho para una ocasión especial y para ser honesta yo nunca soy invitada a ocasiones especiales así que no le veía el punto a comprarlo pero luego pensé que algún día lo iba a ocupar y además estaba de oferta así que no iba a ocasionar muchos daños.
-Muy buena elección de vestidos – comento mi amiga.
-Los tuyos tampoco estuvieron nada mal amiga, aprendí los gustos de la mejor en moda.
-Bueno ahora vamos por un café.
-Ok, vamos... - dije mientras acomodaba mis compras y mi bolso – espera...que no íbamos a ir a la librería, lo prometiste.
-Yo no he dicho lo contrario, solo que se me antojo un café...no es un pecado o ¿Si?
-No pero siempre que vamos a alguna librería siempre haces una parada previa comestible para perder el tiempo – replique, mientras nos dirigíamos a nuestra cafetería favorita.
-Pero si tú amas el café, no veo cual sea el problema Mar.
-Sí pero creo que sería mejor ir primero a la librería y después cerrar nuestro día con un delicioso café.
-El orden de los factores no altera el producto – dijo mientras abría la puerta del establecimiento.
-No sabes cómo te odio – dije tratando de sonar molesta pero falle en el intento, lo único que conseguí es que ambas sonriéramos con nuestra propia conspiración.
-Buenas tardes ¿Que van a querer chicas? – preguntó mas que amablemente el cajero.
-Yo voy a querer un café americano grande por favor – conteste sin caer en su jueguito.
-Y yo una malteada de vainilla por favor – respondió Clara con su sonrisa de ligue y el movimiento de cabello típico de ella cuando entra en modo de flirteo.
Saque mi celular para fingir que tenía algo mejor que hacer en vez de quedarme como mal tercio, y seguí avanzando hasta el lugar donde entregan las bebidas mientras ellos seguían preguntándose cosas y sonriendo, como es posible que sea tan sociable y yo sea todo lo contrario, y peor aún, no le he aprendido nada de eso.
-Si quieres me siento aquí a esperarte – me dijo, sobresaltándome puesto que me perdí en mi celular y no me di cuenta cuando se acerco a mí.
-¿Qué? No, prometiste entrar conmigo así que vamos a ir...además no hay lugar para sentarse... - sabia que eso no era cierto porque no se escuchaba ni un murmullo, pero esperaba que eso jugara a mi favor.
Ambas volteamos al mismo tiempo para poder desmentir a la otra, pero desee no hacerlo, es mas desee nunca haber entrado a ese lugar porque en ese momento lo vi, vi mi más grande sueño y mi más grande amenaza: Adam. Se encontraba sentado observándonos, pero lo que más llamo mi atención fue la linda chica que lo acompañaba, un poco menor que él y no sé porque pero al instante la odie.
-¡Wow! Mira quien está ahí, es tu día de suerte y todo gracias a mí – dijo Clara.
-Cállate... - no tenía la mas mínima idea de cómo reaccionar ante esta situación, que haces cuando te encuentras a tu sexy maestro en una cafetería.
-Listo chicas, aquí están sus bebidas...linda tarde, disfrútenlo – que bien, salvada por el cajero, me voltee y tome mi bebida y fingí estar buscando las cosas para prepararlo y así poder armar un plan de escape sutil.
-¡Hola profesor...! – dijo Clara, y con esas dos palabras mi historia comenzó y termino.