Mire como mis manos iban cambiando y como también las vendas que habían en ellas se iban retirando por si solas con solamente un poco de luz que salía a través de la mano de aquel chico.
Mis amigos nos veían casi que translúcidos y el chico sonreía mientras quitaba las vendas de mi mano con sus poderes.
—¡Listo!—el se limpio las manos en su ropa y me miró nuevamente.
—Increíble—Baekhyun se acercó a mi y posó una de sus manos en la mía—¿Te duele?—la apretó un poco y yo me negué.
—Te lo dije, mi poder es el de sanar a la gente.
Mire de pronto a Seungwan y algo en mi pecho dolió. Quería que ella estuviese aquí con nosotros conociendo las cosas nuevas.
—¿Puedes hacer lo mismo con ella?—le pregunte. El la miró y yo me cruce de hombros.
—No lo sé. Jamás lo he intentado en personas en coma.
Estaba intentando contenerme y no encender todo en llamas. Me sentía aún enfadado conmigo mismo por haber sido tan idiota y haber arruinado las cosas. Antes que todo, quería saber que había pasado con Seungwan mucho antes de que yo llegase a aquel lugar. Por qué había tanta luz alrededor suyo y por qué el profesor ese no estaba en este instante explicándonos todo.
—Imposible, no tengo tanto poder como para poder volver a la vida a alguien.
—¿A la vida?
—Sus niveles de respiración son los suficientemente bajos como para considerar que vaya a durar más días.
—¿Estás diciendo que ella va a morir?
—No, pero que debemos darnos prisa y encontrar una manera de que ella vuelva a abrir sus ojos.
Deje la copa de Soju a un lado, no podía sacarme de la cabeza aquel incidente. Su rostro se veía igual que el de Na Rin y yo seguía imaginando e imaginando aquella película rotativa en mi memoria.
Si no hubiese tocado ese tema, si quiera si ella no me hubiese buscado para hablar de su hermana las cosas estarían ocurriendo de manera diferente.
—Espera—dijo ella cuando me di la media vuelta y la dejaba hablando sola—Eres el único que puede darme respuestas hasta ahora.
Negué con la cabeza y comencé a bajar las escaleras, temía que iba a comenzar a gritarle si seguía haciéndome preguntas que no sabía contestar.
—Tu la viste aquella noche, y ahora la mire hace un rato en la biblioteca—ella me tomo el hombro y me volteó para que yo quedará frente a ella—¿Donde está?
Su respiración se hacía más fuerte y yo intentaba no quebrarme. Tenía miedo, miedo de hacerle lo mismo a Chanyeol.
—¿Porque peleamos por lo mismo una y otra vez?
Ella se quedo en silencio mirándome.
—Te odie por mucho tiempo. Y ahora realmente tengo miedo de que me pase lo mismo que a mi hermana.
—¿A que te refieres?
—Me gusta Chanyeol.
Ella comenzó a caminar fuera de las escaleras hasta que se quedo en la parte plana de la Universidad.
—Y se, se que las cosas entre nosotros son tan imposibles como las tuyas con mi hermana. Pero quiero intentarlo, y tengo miedo de hacerlo.
Sabía que después de aquel encuentro no tenía que haberla hecho llorar. E incluso sabía que las luces a su alrededor solamente estaban abriendo el portal hacia su mundo. Por eso intenté detenerla tantas veces de llorar, hasta que Chanyeol apareció.
—¿Desea una copa más?—comentó la chica que estaba sirviendo los tragos en el club. Me negué con la cabeza y le dije que se fuera.
—Cada vez que las estrellas se unan en una sola línea un nuevo parche se rompe en un mundo. Las personas son capaces de entrar y salir pero solo en un debido momento.
Esas palabras me las había dado mi hermano mayor cuando aún vivía en EXOPLANET. Justo antes de que me dejaran venir a la tierra a vivir como un ser humano normal. Y jamás las iba a olvidar.
—Yo me destruiria para arreglarte. A pesar de que seas de otro mundo.
Toque su cabello unas cuantas veces. Estábamos solos en el cuarto, los chicos estaban en sus cosas pero mi corazón aún no se alejaba de ella. Había algo en ella que me hacía volver una y otra vez a mirar su hermoso rostro.
Porque.
Porque justamente nos tenía que pasar a nosotros.
¿Por que encendemos nuestros corazones para verlos quemarse?
Despierta, Seungwan.
Despierta, solamente por mi.