Entre suspiros y pensamientos habitas entre sueños y desvelos.
Entre el alma y el corazón, un sentimiento casi ya muerto intenta sobrevivir.
Es dura la pena que acongoja al alma, es triste la melancolía que azota mi calma, y a lo lejos, en lo profundo de mi corazón escucho el eco de tu voz.
El rosal de mi jardín ha dejado de florecer, sus pétalos se han marchitado y el viento las golpea sin piedad, desbaratando sus más bellos retoques.
Y solo quedan sus espinas, ha dejado de ser linda ya.
Espinas y piedras marcan un camino de dolor que llega directo al corazón.
El corazón cansado y agotado por tantas heridas no cree poder existir.
Ya no llueve, todo se secó.
El sol desapareció, no hay ni un poco de calor, las fuerzas son insuficientes, para lograr sanar las heridas y salvar mi ser.
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