Crónicas de Gaia: Libro Prime...

By DanteARL

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Sigue la historia de Cliff y compañía, una aventura fantástica situada en el mundo de Gaia, un lugar celosame... More

Crónicas de Gaia
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Crónicas de Desarrollo I
Capítulo 4
Crónicas de Desarrollo II
Capítulo 5
Crónicas de Inspiración I
Crónicas de Inspiración II
Capítulo 7
Crónicas de Inspiración III
Capítulo 8
Ciencia y artilugios de Ingeniería Elemental I
Capítulo 9
Ciencia y artilugios de Ingeniería Elemental II
Capítulo 10
Capítulo 11
Estrellas de Metal I
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Crónicas de Gaia: Libro Primero ¡Publicado en Amazon!

Capítulo 6

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By DanteARL

El sonido del acero puro besaba el metal materializado en balas de revólver cuando ingresaban en el cilindro, cada haz de luz que lúgubremente iluminaba el bar de Moéh hacia que el arma se viera hermosa y letal, Nikolai siempre pensó que las únicas cosas en la vida que son así, son las mujeres y las armas. "Pero...".

– ¿Tu no eres una mujer, cierto Tankiax? – dijo Nikolai mientras llenaba su cargador.

– Eso no te... – Una vez ingresada la ultima bala en el cargador, disparó las seis balas a su enemiga, los poderosos trozos de metal percutido en pólvora fueron eyectados del cilindro del revolver, tan rápido que el sonido del arma sonó como si solo hubiera sido un tiro solamente. El cuerpo de la mujer cayó como un saco húmedo lleno de pescados en el suelo, su gorro que descubrió su desordenado pelo rojizo cayó en el suelo suavemente junto a ella, de su cuerpo no salió ninguna gota de sangre, pero de las heridas salía el humo con olor a pólvora.

–Es un titerego. – dijo Moéh mirando como las balas habían entrado en el cuerpo de Tankiax.

– Así es, puedo olerlo, el titiritero esta aquí– dijo Gato – Pero no aparecerá si no matamos a su títere – mientras Gato hablaba recargaba su brillante revolver, y Moéh sacó una escopeta recortada que siempre tenia bajo el mesón del bar.

Nikolai sin mirar a los ojos a Moéh dijo:

– Hace tiempo que no usabas esa –.

Moéh miró su escopeta, un modelo clásico distribuido por los hermanos Conrell, simple, potente, portátil; dos tiros de cartucho de corto alcance.

– Me gusta matar bestias con esta – contesto el cantinero.

El cuerpo de la supuesta Praet de Ogaden comenzó a moverse de lado a lado y violentamente, su pecho se levantaba, algo quería salir de allí.

Nikolai sonreía –Me acorde de Catarina con esto, es muy cómico, nunca pensé que estuviera poseída por un demonio cuando nos besábamos–

– ¿No se llamaba Rita? –dijo Moéh sonriendo.

– Como sea, viejo, besaba muy bien – Dijo Gato apuntando al cuerpo de Tankiax – El pasado es pasado.

El pecho se desgarró, entre líquidos fangosos salió una bestia asquerosa y humanoide de ojos amarillos, grandes zarpas, uñas largas y filosas. Su boca babeaba ya que carecía de labios y su lengua sobresalía de su boca, sus colmillos estaban amarillos y sucios, sopesaban una extensa sonrisa que le llegaba hasta los hoyuelos de lo que parecían ser sus oídos, de su cabeza salía una infinidad de espinas negras y de su abdomen salían dos patas similares a la de un insecto, y de su cintura hacia abajo no era mas que un montón de fango asqueroso acumulado.

– ¡Woah! ¡Hueles asqueroso! – Niko disparó a los ojos y a la boca, el líquido ocular saltó por todos lados y sus dientes amarillos volaron repartidos en un par de mesas y sillas del bar, la bestia quedo inclinada hacia atrás unos segundos, pero Moéh y Nikolai vieron como parte del fango que lo cubría sus piernas pasaba por alrededor de su cuerpo, Tankiax reía monstruosamente, los trozos de carne que unían la cabeza de su mandíbula se retraían y se estiraban con cada carcajada, sus ojos se regeneraron inmediatamente con el fango, y sus colmillos salieron denuevo, esta vez blancos y filosos.

–Mmm, no hay nada como cepillarse los dientes con un par de balas. –

Nikolai había visto titeregos antes, pero nunca había visto a uno que se regenerara tan rápido, esa habilidad para poder recuperar una parte del titerego es equivalente a la voluntad y a la fuerza del titiritero, lo que indicaba que estaban lidiando con un hombre poderoso.

El joven Gato y Moéh dispararon todas sus balas a Tankiax, pero el resultado fue el mismo, hizo un movimiento de látigo con su brazo y sus garras se estiraron de sus dedos, Nikolai esquivo todas las garras, pero una de las filosas uñas clavo el hombro de Moéh, dejándolo desarmado con el empujón, varias botellas de licor y aguardiente cayeron al suelo desparramándose de manera fatídica, combinándose con las gotas de sangre que caían de la herida del del cantinero. Moéh no pudo evitar quejarse, el dolor de la uña encarnada era bastante profunda, Nikolai disparó a la mano estirada y se cortó con un par de disparos. El cilindro de su revólver quedo vacío una vez más y Moéh se escondió tras la barra.

La bestia retrajo su brazo e hizo otro movimiento con el otro, el ataque fue esquivado por Gato, que estaba recargando su revólver lo más rápido que podía, pero se le cayeron tres balas cuando lo hizo. Revisó su bolsillo mientras el titerego retraía su brazo para lanzarlo otra vez, pudo sentir dos balas en el bolsillo y el billete de veinte Gadenos que le robo a un ebrio que dormía en el bar, la bestia hacia sonidos guturales, y movía su lengua asquerosa como si se saboreara cada momento.

– Gatito gatito...gatitooo – dijo la bestia con una voz grave y carraspeada. Atacó denuevo, esta vez fue más veloz y este pudo rasgar el hombro de la chaqueta de cuero de gato.

Cada ataque era mas preciso, Nikolai no podía dispararle sin desperdiciar las balas en un intento sin sentido. Un ataque atravesó el cuerpo de Oso Gatillo Dorado que yacía muerto en la barra, y un ultimo ataque lo hizo agacharse y pudo ver la respuesta a su problema, una botella de whisky.

Gato tomó la botella y la lanzó al titerego, esta se quebró en su cuerpo y derramo todo el alcohol en su cuerpo. La bestia se reía a carcajadas.

– ¿Es todo lo que tienes Nikolai Bastet? – dijo Tankiax.

Nikolai saltó con una habilidad innata por la barra y Moéh estaba allí, la herida tenía su hombro bañado en sangre.

– Arruinaron tu camisa viejo –.

Moéh no pudo evitar sonreír – Y era mi favorita –

– No sabia que te gustaba el rosado – Niko tomo otra botella. – Vodka Guisado– dijo Gato. –Al cabo que ni me gustaba. – se levantó tras la barra y la quebró en el cuerpo de su enemigo, y luego se agacho para esquivar otro de sus mortíferos ataques.

– ¿¡Es todo lo que sabes hacer asquerosa!? – Gritó Nikolai.

El titerego se enfado y comenzó a romper la barra y a destruir el bar, los ebrios que dormían en sus mesas cayeron al suelo y el desastre que causaba tenía todo el alcohol derramado.

– Viejo voy a tomar prestado su juguete – dijo Gato. – ¿Tienes balas incendiarias? –

– ¡No! – Dijo Moéh – vas a incendiar todo el bar, es todo lo que nos queda. –

Nikolai asintió. – tranquilo viejo, este es mi hogar también, solo quiero quemar a la asquerosidad que esta destrozando todo, tratare de alejarla lo mas que pueda del bar. – dijo mientras recargaba la escopeta con los cartuchos rojos.

– Mas te vale jovencito, si no quieres que reclame el millón de Gadenos que vale entregarte muerto – dijo Moéh.

– Es lo que haría yo viejo – dijo sonriendo al viejo con la escopeta en mano – Es lo que haría yo... –.

Niko también recargó su revolver y lo enfundo en su canaca de su cintura, esperó que el titerego atacara con sus dos manos, el tiempo que demoraba en retraer sus ataques para iniciar otro era suficiente para poder salir de la barra y patearlo por la puerta del bar, pero un ebrio interrumpió la situación.

– ¡Que te crees! asqueroso moooounstruoo – tambaleándose recogió una botella tomándola por el mango y la rompió en la esquina de una mesa. Escupió a la bestia en la cara y lo amenazó con la parte rota de la botella.

– Vienes a buscar problemas... ¿¡en el baaaar de Moeeeeeh!? – El viejo ebrio lucía una voluptuosa barba y canosa, vestía ropas de marinero en tiempos de invierno y una gorra negra en su cabeza. Sus mejillas y su nariz roja, lo acusaban de tener varios litros de vino tinto en su cuerpo.

– ¿EEhhh? – dijo Tankiax refregándose el escupitajo de la cara.

– Que crees que puedes venir aquí y....y... ¿y destrozar todo?, ¡mira! ¡Tiraste al viejo Joe! –Dijo acercándose al somnoliento viejo gordo que dormía en el suelo, alcoholizado. – ¡Nadie tira al viejo Joe! –.

Moéh se reía tras la barra. – Ese viejo mentecato – dijo mirando de reojo, y volvió a reír.

– ¡Viejo insolente! – Dijo el titerego – ¡Muere! –Tankiax movió sus brazos y lo atacó, pero el viejo en un intento por esquivarlo, se movió erráticamente entre movimientos ebrios como si estuviera entre el vaivén de un barco. Esquivo el otro brazo y tomo una botella de ron que estaba sobre la mesa en una esquina, la abrió y tomo un trago empinando la botella inclinándose hacia atrás.

– ¡Ja! esto siiii que estaaaaa bueeeeno –.

Cuando la bestia iba a atacar al viejo nuevamente, Nikolai salió de la barra y empujo a Tankiax hacia afuera del bar por la puerta principal. La afluencia de gente a las afueras del bar, y el intenso calor en la árida tierra en un día soleado y carente de nubes, muy a lo lejos se podía ver el volcán Balhaur humeante. La bestia y el gato quedaron frente a frente, El viejo ebrio se asomo por la puerta y dijo apuntándolo con la botella:

– ¡Y noooo vuelvas! – y luego entró denuevo al bar empinando la botella de ron. La gente alrededor estalló en risas.

Nikolai estaba herido, las puntas de erizo del titerego estaban clavadas en su brazo, eran miles de agujas punzantes, apuntó la escopeta y disparó contra el titerego.

Los perdigones chocaban entre si creando varias chispas que hicieron flama en el alcohol que había bañado a la bestia y el fuego comenzó a quemarla entre gritos carraspeados y movimientos involuntarios.

Nikolai recargó la escopeta dejando salir el cartucho vacío que ocupo, que cayo humeando al suelo árido con un hermoso sonido metálico. El titerego murió dejando un charco de fango en el suelo.

– Donde estás titiritero... – decía Niko mirando de lado a lado.

En el techo del bar de Moéh observaba a Gato esperando el momento indicado, era el sujeto que controlaba al titerego, era un encapuchado con ropa sucia y raída, en su boca tenía puesta una mascarilla con dos pequeñas mangueras con un liquido azul fluyendo hasta un trozo de metal alrededor de su cuello, en su mano tenia un machete oxidado con empuñadura hecha a mano, y se lanzó a gato para cortar su cabeza.

Gato trató de esquivarlo, pero cuando lo vio no pudo evitar recibir el corte en el mismo brazo que tenia lleno de espinas, el acero oxidado y el poco filo del machete le hicieron un letal corte hasta el hueso de su brazo. En un acto de reflejo disparo la bala incendiaria que le quedaba en la escopeta de Moéh, y le llego al afluente de alcohol que salía del bar, iniciando el fuego en el lugar que llamaba su hogar, cayendo al suelo por el empujón que significo recibir al tipo que cayo sobre el.

De entre las llamas salió Moéh disparando al titiritero, pero falló cada tiro por las fuertes llamas que comenzaron a formarse en la entrada del bar. La gente que miraba el espectáculo se alejó de la balacera, en unos momentos la calle estaba completamente vacía.

– ¡Apaga el fuego viejo! – dijo Nikolai, el titiritero le pego un puñetazo en la cara, y Nikolai se defendió con sus garras, que crecían afiladas cuando estaba en peligro y su pelo castaño y largo se erizaba. Con un garrazo le cortó una de las mangueras que conectaba la mascara a su cuello y el tipo retrocedió con sus manos en la cara, la mascara siseaba chorreando el líquido azul, y el titiritero comenzó a ahogarse, pero pudo volver a conectar la manguera y poder respirar nuevamente una vez el líquido comenzó a correr otra vez, pero Nikolai ya tenia su revolver apuntando a su cabeza, Gato escupió al suelo un poco de sangre esbozando una débil sonrisa diciendo:

– Te tengo –.

– Nunca. – dijo el titiritero. Hizo un movimiento con sus manos y el brazo de Nikolai lanzó el revolver muy lejos.

– ¡Quien eres maldita sea! – dijo Gato.

– Soy Nerón – dijo el tipo sacándose la capucha, tenia orejas de gato igual que Nikolai, pero no tenia cabello en su cabeza, parecía enfermo, sus ojos estaban rojos e infectados, las venas moradas se traslucían por su piel blanca y seca, la maquina que tenia en su cuello al parecer lo mantenía con vida.

– ¿Vienes a reclamar mi recompensa bastardo? – dijo Gato con furia.

Nerón bajando la guardia y levantando su ceja felpuda y dijo:

–No sé de que recompensa hablas –

– ¿Que? ¡¿Entonces por qué estas aquí?!-

– Vine a matarte príncipe Sion. –

– ¿Que? ¿Sion? –

– Se te acusa de traición en todo Aquifia, tus padres tenían la misión de traer el antídoto de la enfermedad que afecta a nuestro pueblo, pero nunca volvieron. – dijo Nerón.

– Mira – dijo Nikolai – No sé de que hablas, yo soy huérfano, y lo único que se es que me encontraron en un barco encallado en las costas–.

– ¡Imposible! Los barcos de Aquifia son perfectos ¡COFF! ¡COFF! –dijo Nerón tosiendo fuertemente y respirando dificultosamente.

–No tengo por que mentirte idiota. – dijo Gato apuntándolo con el dedo. –Además si así lo fuera, ¿que sentido tiene matarme? –.

– Eres la viva imagen de tu padre – dijo Nerón – Un estafador y un traicionero.

A Nikolai se le erizó el pelo de tal forma que parecía un león furioso sediento de sangre. Se lanzo a Nerón a atacarlo pero el hombre gato alcanzo a decir:

– Nunca podrás esconder tu verdadera naturaleza. –

Y una imagen se le vino a su cabeza, sus padres felices, el frasco verde en un envase dorado. El barco, la tormenta...

– No soy un traidor. – dijo Nikolai.

– Pero si un estafador – dijo Nerón empuñando su machete oxidado y manchado de sangre. Las palabras punzantes del tipo eran peor que los golpes con el machete, ¿era un traidor? ¿era un estafador?.

– Quien iba a pensar que los Danhairo te iban a ablandar tanto, eres tan débil que ni siquiera puedes esquivar los ataques de un Opis enfermo, ni distinguir lo que es bueno por sobre lo malo.

– ¿Y que tiene de bueno tu causa? – dijo Nikolai indignado, su brazo estaba gravemente herido y salía sangre a borbotones, su color era entre rojo oscuro y negro, el oxido del machete había infectado la herida.

– Salvar a mi pueblo, y eliminar a los responsables de mi enfermedad y mi desgracia – dijo Nerón con ojos tristes – mi esposa y mi hija fallecieron, no me queda nada, y todo gracias a tu linaje. – dijo blandiendo el machete con fuerza.

–Buscare la cura– dijo Gato.

– ¿Que? ¿Tú? no juegues conmigo.-

– Mi única familia esta salvando el único hogar que tengo. – dijo Gato apuntando al bar. Moéh luchaba con las llamas, y parecía estar ganando – Si la gente que venia en ese barco iba con un antídoto, aun debe estar allí.

– El antídoto eres tú– dijo Nerón – debo matarte para poder extraer toda tu sangre, analizarla, y crear el antídoto–.

– ¿Y tratas de llevar mi sangre pura cortándome con un machete oxidado? –

– No esta oxidado, esta envenenado con mi sangre– contestó Nerón mirando el machete– lo que hice fue probar si la infección te afecta. –

Nikolai no podía creerlo, miró su brazo y la sangre ya estaba corriendo roja y sana, no veía ningún rastro de infección.

– No puedo dejar que me mates, calvito... –.

– Entonces luchare hasta morir para conseguirlo, Nikolai "Sion" Bastet. –

Los dos se pusieron en guardia.

– Estoy seguro que debe haber otra manera, estoy dispuesto a ayudarte. –

– Si existe entonces... ¡DIMELA! – Nerón ataco primero, su machete se movía a una velocidad impresionante, Nikolai pudo esquivarlos pero se le hacia imposible atacar denuevo.

– ¡Diecinueve años lidiando con esta mierda! – Dijo con un ataque lateral por la derecha– ¡Viendo a mi familia morir! – Dijo ejecutando un ataque vertical hacia la cabeza de Nikolai – ¡A tus amigos! – Nikolai vio el punto débil, un golpe en el estómago que lo levantó del suelo, Nerón soltó el machete, y lo dejo en el suelo, sus ojos estaban llenos de lágrimas. – ¡Mi esposa!... ¡Mi hija! –.

– ¡YO!.. – Dijo propinando un puñetazo en el rostro – ¡NO TENGO!... – quebró la mascara de Nerón con otro golpe– ¡LA CULPA! – la manguera de la mascara se soltó otra vez y Nerón comenzó a ahogarse.

– Kkjj...Déjame...JJggg – trató de respirar pero entró poco oxígeno– Jkkggg..Morir...jkkgg–.

– ¡No! – dijo Nikolai dándose cuenta de lo que hizo–... ¡No!... ¡puedo salvarlos! – Dijo moviendo sus dedos nervioso intentando conectar las mangueras– ¡puedo salvarlos!, ¡no mueras!-los constantes golpes que le hirieron la mano y el dolor del brazo evitaban que pudiera conectar los cables, el rostro de Nerón se mancho de la sangre de Nikolai, esta entro por su boca y sus ojos.

Nikolai lo golpeó en el pecho – ¡No mueras desgraciado! ¡No es mi culpa! – Lo golpeó denuevo – ¡No es mi culpa!. – decía gato, pero Nerón no se movía en lo absoluto. Y luego sucedió.

El volcán Balhaur que se veía en el horizonte, pequeño y humeante explotó de manera estrepitosa, se podían ver enormes bolas de fuego volando tan alto que se escondían en las nubes lejanas de Fragua, y una onda expansiva que parecía venir lentamente a Ogaden, pero con un parpadeo ya estaba tan cerca que Nikolai se estremeció. Se levantó y trató de tomar a Nerón con un intento iluso, estaba tan herido que ni siquiera podía tomar su arma. A lo largo de la calle principal se veía gente entrando a sus casas y huyendo despavorida de la gran fuerza que se avecinaba a la ciudad.

Nikolai entro rápidamente al bar atravesando la puerta de fuego que había en la entrada y solo pudo ver a Moéh desmayado entre el humo.

– ¡Moéh! – dijo Nikolai acercándose hacia el cantinero. Estaba inconsciente y no despertaba.

Con sus manos sangrantes trato de correrlo a un lado seguro ya que había una llama que estaba alcanzando su pie.

– No... ¡no viejo no! – .

La onda expansiva del volcán causo una feroz ventolada que apagó las llamas de la entrada principal, y Nikolai pudo ver como caballos, cajas, barriles y un par de personas volaban por la entrada, Nikolai recordó a Nerón, pero no había nada que hacer, la madera crujía y el fuego se movía violentamente.

Sus manos dolían, sus puños sangrantes y sus dedos machucados hacían más difícil cargar al cantinero. "Debo hacerlo, puedo...".

La ventolada se detuvo y poco a poco pudo sacar a Moéh de las peligrosas llamas. La falta de oxígeno lo hacía desfallecer también, y pudo ver dos sombras en el humo.

– ¿Necesitas ayuda, hijo? – dijo un viejo ebrio. Nikolai trató de hablar pero no pudo.

– Joe, ayúdame, levanta al orejón y yo levanto a Moéh, saquémoslos de aquí. –

– ¡Sí, capitán Barbablanca! – dijo Joe, el gordo compañero que estaba tras el viejo.

Niko veía entre humo y cenizas como los arrastraban hacia afuera, la ventolada de la explosión del volcán había quebrado ventanas y elevado todos los objetos, ya sean livianos o pesados que habían en las calles de Ogaden, muebles, barriles, frutos que los mercados vendían estaban reventados en el suelo y material de construcción de los edificios que estaban reparando. Cuando los dejaron afuera, Nikolai y Moéh tosieron fuertemente por el sofoco del incendio, respirando a duras penas.

– Quiero un cigarro – dijo el viejo canoso y barbudo.

– Yo quiero viiiiino –dijo Joe.

Nikolai y Moéh los miraron escépticos.

– ¿Corre viento eh? – dijo el viejo capitán. – Vámonos Joe, creo que viene una graaaaan tormenta –.

Mientras Barbablanca y Joe se alejaban, Nikolai volteó para ver el volcán de Fragua, miles de rocas volcánicas de distintos tamaños venían en llamas hacia Ogaden. Era una lluvia de fuego.

– Vienen hacia acá– dijo Niko mientras el bullicio de la gente agasajada por el miedo veía el rojo espectáculo.

– Mi bar... – dijo Moéh mirando el lugar, el fuego lo estaba consumiendo todo. – ¡No! ¡No! Auriel! – Dijo el cantinero desesperado– ¡Aurieeeeel! – se levantó para entrar al bar pero Nikolai lo detuvo.

–Viejo, tenemos que salir de aquí– dijo Gato.

Las rocas comenzaron a caer sobre las casas y negocios de Ogaden causando explosiones casi totales, las piedras destruían todo a su paso, la gente que se había recuperado de la ventolada, corría despavorida en dirección contraria del volcán. Mientras eso pasaba Nikolai intentaba detener a Moéh, hasta que el cantinero se puso de rodillas con las manos en el suelo, las lágrimas corrían por su cara.

–Auriel... – el cantinero recordaba a su difunta esposa, su rostro, su cabello, o también construyendo el bar juntos, siendo felices. Uno de los pocos recuerdos que tenia de ella era el bar.

–Viejo, debemos irnos– Nikolai estaba muy triste también, las aventuras que vivió todas tenían que ver con el bar de Moéh, desde su infancia ese lugar fue su hogar.

Una piedra en llamas cayo atrás suyo levantando polvo y gravilla, Nikolai se lanzó sobre Moéh para protegerlo, los perdigones de piedra llegaron directo a sus piernas. El dolor era punzante y quemaba.

Una última piedra, la más grande de todas, se dirigía hacia ellos, era mucho mas enorme que el bar de Moéh. Cayó en diagonal a la calle principal arrasando con todo lo que había en su camino, y paró justo entre polvo y tierra en las narices de Nikolai y Moéh. Cuando el humo se disipó unas alas enormes se abrieron dejando ver lo que en verdad era.

–Un...un... – balbuceo Moéh.

–Un dragón... – dijo Niko sosteniéndose el brazo herido.

Pero el dragón no se movía, estaba gravemente herido, le faltaban escamas en varias partes de su cuerpo. Por esas heridas, rojas y un poco quemadas, salía sangre en grandes cantidades, en su cabeza lucía una veintena de cuernos fracturados y quebrados. Nikolai se acercó cojeando y pudo ver que entre sus garras tenía algo escondido. Se acercó un poco más y las garras dañadas del dragón se abrieron y de ellas salió rodando un joven con toda su ropa chamuscada, estaba inconsciente. Tenia el pelo castaño claro y un cinto rojo carmesí en la cabeza, en su mano se podía ver una piedra hermosa que tenía el símbolo Danhairos, Nikolai la tomó, la miró detenidamente, y se la guardo en el bolsillo.

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