Desperté con el suave sonido de los pájaros en la ventana y la tenue luz que entraba por el ventiluz.
Ambos estamos acostados en la cama y Ethan apretaba mi mano con fervor, no la soltó ni un segundo en toda la noche.
Han pasado varios días de superación y hemos tratado de superarlo como más se nos ha hecho fácil ambos.
Ambos tenemos miedos, ambos se nos hace difícil seguir adelante con este problema, pero seguimos de todos modos.
Las actividades se retraen un poco y también está un poco más reprimido de las cosas que antes hacía, pero a la vez nos ayudamos mutuamente para seguir adelante.
Su ánimo no ha cambiado, el sigue de muy buen humor desde ese día y a veces tengo miedo de que eso sea sólo una coraza y que en realidad se sienta muy mal por lo que está sucediendo dentro, no quiera contarme, no tenga el valor para hacerlo, tengo miedo de que sea de esa manera.
-¿Necesitas ayuda con eso?- le pregunté asomandome a dónde se encontraba. En la encimera tenía dos trozos de pan y un queso untable, en una de sus manos un cuchillo y en la otra uno de los panes.
-No yo puedo sólo- respondió cortante.
-Ethan, por favor sabes que necesitas ayuda para hacer eso-
-Megan por favor déjame ser algo más independiente, no puedo estar dependiendo de ti toda mi vida- Hablo molesto.
-Ethan, por favor deja de ser tan terco. Sabes que solamente quiero ayudarte-
-y tú sabes que yo solamente quiero hacer las cosas sólo. Tú no tienes la culpa de que yo haya perdido la visión, no tienes la culpa de nada de lo que me está pasando- respondió frío.
-Sólo quiero ayudarte.- Respondí alejandome un par de pasos para que él pudiera estar solo.
Murmuro algo inentendible y corto del pan en dos trozos. Desde el lugar donde yo la observaba podía ver con claridad cada movimiento que hacía, eran dudosos, como si no supiera sí realmente estaba bien.
De un segundo a otro, tiró al cubierto de su mano y lo estampó contra la mesada, tomó el pan que tenía en la otra y lo apretó con fuerza, se mantuvo reclinado en la mesada unos cuantos segundos hasta que bufó, suspiró y volteó a verme.
-Sé que estás ahí Megan- susurró. Me acerqué un par de pasos hacia él, no lo tenía de frente, desde mi perspectiva, lo único que podía ver era su ancha y gran espalda.
-Estoy aquí Ethan, siempre estuve aquí.- pose mis manos suavemente por su remera.
-No puedo creer lo que me pasó...- su voz salió con un tono de dolor que jamás, había escuchado en el.
Realmente se sentía muy deprimido -Debemos salir adelante- le susurré, él tomó mis manos y las traspasó por su camiseta haciendo que yo tocará su piel.
-¿Tú me amas?- me preguntó. El corazón se me heló en ese mismísimo instante.
Obviamente lo amaba pero no quería que lo supiera no luego de todas las cosas que estaban pasando, no luego desde que hace varias semanas no nos damos ni un solo beso, ni tenemos ninguna clase de contacto que no sea un abrazo.
No podía volver a caer en sus manos, no puedo volver a caer en la trampa, no sin antes saber que él realmente ha cambiado cómo lo ha prometido.
-Megan, necesito que respondas esa pregunta- me susurró al oído acariciando mi cabello. Suspiró en él y sentí su respiración ligera como si se hubiese relajado de un según do a otro.
-Yo no puedo responderte eso Ethan, No ahora- le respondí. Él negó con la cabeza.
-Lo sabía, ya no me amas- se lamentó. Yo me salí de su abrazo en cuestión de segundos y lo observé a los ojos. Una fina capa Blanca cubría esos maravillosos ojos celestes que tanto me gustaba ver día a día, pero no habían perdido su luz, no habían perdido su belleza, no habían perdido ese toque especial que me había hecho enamorarme del mismísimo Ethan Blake.
-Sólo dame tiempo... sabes que ambos necesitamos tiempo- el sonrío y negó con la cabeza.
-Te daré todo el tiempo que necesites Megan, todo el que creas necesario. Ambos hemos pasado por cosas malas, no sé cuál de las dos es peor y no tengo ganas de dicernir en cualquiera. Suspiró. Ya perdí la cuenta de cuántas veces lo ha hecho.
Sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo, podía sentir su colonia, podía olerla a tan pocos centímetros de mi.
-Dime que puedo besarte Megan- tomo mi mano y la cubrió con las suyas. Le sonreí.
-Claro que puedes...- Respondí luego de unos segundos, el estaba impaciente, pero al escuchar esas palabras, una sonrisa gigante abordó su rostro.
Planto sus labios en los míos sin piedad alguna, mordia, y succionaba míos labios una y otra vez. Estos rápidamente se hincharon y alcanzaron un color carmesí cuando pude observarlos.
Retomamos el aire y sin aguardar un segundo tomo mis caderas entre sus grandes manos, sentí mi peso volar unos segundos y luego caer suavemente sobre una superficie fría, que a mi tacto, sabía que era la mesada de mármol.
-Ethan, debes... parar... - susurre de manera agitada.
-¿No te gusta esto Meg? -sonrió engreído.
Y mierda, si que me gustaba.
Sentía las,mismas mariposas, las mismas sensaciones, los mismos sentimientos que la primera vez que lo bese aquel dichoso día en ese auto.
Seguí el beso con ansias, Ethan introducio su lengua ferozmente dentro de mi boca y probó cada centímetro de ella.
¿Cuándo se convirtió tan adictivo para mi su presencia?
-Necesito más de ti, Ethan.
Tome su rostro y lo acerque más al mío, si eso era posible. Introduci mi lengua y obtuve un sonido ronco de su parte.
Tomo mis caderas y yo entrelace mis piernas en su cuerpo. El dio unos pasos mientras tocaba las superficies de los muebles para no chocar con nada.
Sabíamos las escaleras a paso lento, decidí disfrutar el beso y hundirse más en las sensaciones placenteras que estaba obteniendo.
Sentí el peso de Ethan caer sobre mi, y algo suave debajo de mi cuerpo. El beso continuaba, sus manos se deslizaban por mi cuerpo hacia todas direcciones robandome suspiros y gemidos.
La ropa sobraba en esos momentos, el calor invadía mis venas y comenzamos a acelerar la situación.
Beso mi cuello y bajo dejando un camino de ellos hasta que llegó al elástico de la pequeña braga que tenía puesta.
Toque su cabeza suavemente y el de tubo sus besos, levantó su rostro aunque no podía verme en realidad.
-Nunca te lo han hecho ¿Verdad?.
Reí -No... -Suspire.
-Voy a darte placer Megan...
Cerré mis ojos fuertemente, sus manos retiraron la fina pieza de encaje y por segunda vez en mi vida, me avergonze de estar desnuda frente a el.
No podía verme, pero yo si a el. Me sentía indefensa, el se mantenía en su lugar. Hasta que tomo una de mis piernas y la separó de la otra, lo observé sonreír antes de cerrar los ojos por última vez.
Éxtasis.
Es una de las palabras que siento en este momento. Su lengua trazó un fino camino y se mantuvo quieta en mi monte de Venus, haciendome soltar mil gemidos de placer.
Apretaba mis manos con las sábanas y retenia la respiración tratando de no lanzar exhaustivos suspiros de placer.
Mi nivel de hormonas estaba por el cielo, el placer era indescriptible y las sensaciones nacían desde mi interior.
Sentía un hormigueo aproximándose dentro de mi, una sensación placentera invadió mis sentidos, Ethan estaba acelerando sus movimientos y entonces, explote.
En millones de partículas, invadida en placer, exhausta.
Mi respiración estaba agitada, Ethan suspiro y lo oí alejarse de mi, hacia otra habitación.
¿Qué sigue ahora que rompí mi promesa de no acercarme a el?
HOLAAAAAAAAAA
¿Cómo les va? Yo estoy superando poco a poco mi accidente, el autoestima siempre arriba y con ganas de salir adelante.
Los amo! Gracias por los 70k 😘🐕
Heladito 😚