¿Reconocerías el amor de tu vida si lo tuvieras justo a tu lado? Bueno, yo si.
COMPLETA ¡
Capítulos largos y llenos de emoción, te espero dentro de este libro y espero tu crítica al final¡¡.
Era de noche, estaba sola en mi casa, como normalmente era habitual.
Oí la puerta abrirse, y escuché también los suaves pasos de mis padres suebiendo las escaleras, observé el reloj de mi mesa, eran pasadas las diez de la noche.
Mi puerta se abrió y cerré los ojos fingiendo estar dormida, para cuando la cerraron de nuevo, súpe que era mi madre.
Quise ir a ver como estaban, y porque últimamente desaparecen por tanto tiempo, así que sigilosamente salí de mi recamara y me dirigí hacia la suya.
Estaba a punto de abrir la puerta, cuando oí que mi madre lloraba y mi papá la consolaba.
Sólo me quede alli, observando por la rendija de la puerta, mi papá la abrazaba por los hombros y masajeaba su espalada, entre en pánico y no pude hacer nada más que escuchar lo que hablaban.
-Tranquila.. Todo pasará...- susurró mi papá.
-¿Qué te sucede? Eso significa que no esta dando resultados...- sollozó desesperadamente.
-Tal vez esta mal, tal vez... No estan en lo cierto...- trató de apaciguar mi papá.
-No es cierto... Debemos decirle a Megan...- mi madre tomó unos cuantos papeles y se paró velozmente de la cama dirigiéndose a la puerta, sabía que yo debía salir de allí pero estaba en shock, su mano estaba a punto de llegar al pomo y entonces, mi padre la detuvo; podía escuchar con más claridad ahora.
-No debemos decirle nada... Ella no tiene que saberlo...- le rogó, mientras lentamente le quitaba los papeles de las manos.
Mis padres se abrazaron y yo por relajarme un poco, así di unos cuantos pasos a mi habitación y allí me quede sentada, detrás de mi puerta, con un mar de preguntas en mi cabeza.
¿Qué estaba ocurriendo?
(...)
Desperté con el sonido de la alarma en mis oídos, como todos los días.
Los recuerdos de lo que había pasado en la noche me abordaron mientras me relajaba bajo la flor de la ducha.
Sea lo que sea, no puede ser bueno. Me repetía una y otra vez sin dejar de pensar en las lágrimas de mi mamá.
¿Ethan habrá tenido algo que ver? ¿Y si mi padre le contó algo a el y por eso se puso de ese modo ayer?
Él y yo deberíamos tener una charla, solo que no estoy segura de que el quiera hablar de eso.
Me dirigí a mi armario y busqué una camisa, chaqueta, jeans negros y unos zapatos negros.
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Hoy no tenía muchas ganas de maquillarme ni peinarme, así que solo recogí mi cabello en un moño desordenado y apliqué un poco de rímel en las pestañas.
