little boy × vminkook

By stumpxnk

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donde JungKook y Taehyung están enamorados de JiMin y este no puede elegir entre ambos. kookmin v/s vmin fina... More

00
01
Especial n1
02 Marriage
Especial n2
03 Doubt
Especial n3
04 please, look at me [nuevo]
05 Third
Especial n4
06 Tae's Date
07 Kook's Date
08 Jin gets angry
09 Old Friends
10 It WAS a SECRET
11 Chance
Especial n5
Especial n5 ahora zikzi
12 Jealous
Especial n6
13 what the fuck
14 what a kind of friendship
15 He is sleeping
16 TaeHyung is a genius
17 Goodbay, YoonGi-hyung
Especial n7
18 Bunny
19 I was afraid
20 My strange choice
21 Guess who is back
22 A couple of three
23 wtf r u doing, tae?
24 Be honest
25 I did it, parte uno.
25 I did it, parte dos
26 everything is ok...I guess
27 we dont talk anymore
Especial n8
28 your fault, my fault
29 told you so
30 is hard to forget
32 for u
33 still being nice to me
34 postcards & polaroids
35 truth
36 we don't talk anymore pt 2.
37 i'm leaving in two weeks
38 never ever
39 ilysb parte uno
40 ilysb parte dos
41 four o'clock: final
42 Epílogo: Pillowtalk & All Yours

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By stumpxnk

Advertencias: Capitulo necesario, sal en la herida, algunas dudas resueltas.

El tazón con avena, leche y frutas relucía en la mesa frente a HoSeok. Hace varios días que se estaba quedando en casa de su tía MinSoo debido a que sus padres estaban de viaje por el trabajo. Le encantaba estar en aquella casa, era muy diferente el ambiente a la suya propia. Su hogar era frío y distante, de hecho, nunca le ha gustado llamarle de esa forma.

Un JiMin de 9 años veía televisión y, a la vez, saltaba de un lado a otro por la sala, intentando cada vez elevarse más alto. HoSeok no entendía cómo el pequeño podía tener tanta energía a esa hora de la mañana cuando el apenas había podido levantarse. Resopló para luego llevar una colmada cuchara de avena a su boca.

—HoSeokki— le llamó su tía en un tono dulce —¿Puede ir JiMin contigo a la escuela?

Jung miró extrañado a su tía por la pregunta, pero sus dudas fueron aclaradas en cuanto notó lo rojo que estaba JiMin, quién había dejado de saltar.

—Claro, no hay problema tía— respondió amable y con una sonrisa. En realidad le gustaba llevar a JiMin a la escuela consigo y entretenerse con las pequeñas ocurrencias del chico.

—¿Ves, JiMinnie? No eres una molestia para HoSeok.— El chico asintió lentamente a las palabras de su madre con su rostro aún rojizo por la timidez. Hoseok no aguantó y se levantó de su silla solo para apretujarle las mejillas.

—¿Cómo podría molestarme este dulce pastelillo?— JiMin cada vez estaba más rojo, pero sonreía bajo las dulces palabras de su primo. A pesar de tener nueve años, Park era igual de adorable que un bebé— Te quiero mucho, JiMinnie. No pienses esas cosas.

Tres años después, HoSeok se encontraba estudiando informática en la facultad de ingeniería de la Universidad de Seúl. Todos estaban orgullosos de su elección y logro, siendo sus padres los más contentos con esto, a pesar de ser los menos presentes en todo el proceso. HoSeok los entendía, o por lo menos lo intentaba, aunque era algo duro de hacer. El sabía que sus padres trabajaban tanto para que a él no le faltase nada, pero ellos no notaban que lo que más le faltaba en ese momento eran sus padres. Si ellos hubieran estado más presentes hubieran notado que el chico sí mantenía cierto interés por la informática, pero su real pasión era la danza. Lamentablemente, no pudo hacer nada y terminó estudiando lo que sus padres esperaban.

Descubrió que la universidad era un buen lugar, pues había logrado escapar de su casa y había conocido a personas quienes le hacían sentirse querido, como NamJoon, su compañero de cuarto. Era un desorden y un destrozon, pero era buen chico y bastante inteligente. Y, por otro lado, estaba JaeJin, un compañero que le había robado el corazón. Habían comenzado a hablar un día en el cual HoSeok se atrasó al llegar a cálculo, siendo el único lugar libre al lado de JaeJin. La conversación comenzó por si sola, con una pregunta común. "¿Qué dice allá? La luz no me deja ver" fueron las primeras palabras que HoSeok oyó de parte del chico, siendo su voz algo que lo dejó perplejo luego de su rostro. JaeJin era hermoso, el típico chico que volvería loca de amor a cualquier chica, pero a los días HoSeok descubrió que aquello no era lo que Jae quería, ya que no le interesaban las chicas. Comenzaron a tener citas que cada vez se volvieron mas frecuentes y HoSeok se sentía en una nube, nadie nunca se había preocupado tanto por él y le había dado tanto amor. La relación se confirmó un miércoles por la tarde en la habitación de JaeJin, en donde con las mejillas sonrojadas, le pidió a Jung convertirse en su novio, a lo cual el último aceptó con una gran sonrisa y un apretado abrazo. HoSeok estaba tan enamorado, eso mismo pensaba de JaeJin y enmarcaba la relación en un cuadro infinito. Vaya estúpido fue, pues había olvidado varias cosas importantes.

Un día martes fue cuando todo se fue a la mierda. Era tarde, cerca de las seis y la pareja se besaba con fervor en la habitación de HoSeok. JaeJin ya no tenía su camiseta puesta, por lo que, Jung aprovechaba de dejar marcas púrpuras con sus labios recibiendo tiernos gemidos de su pareja. Todo parecía bien y perfecto, hasta que la puerta fue abierta de forma tan lenta que ninguno de los dos lo notó. El grito torturó los oídos de Seok, quien se levantó de inmediato y encaró a la persona quien interrumpió sus acciones. Palideció, sus manos comenzaron a tiritar.

—¡HoSeok! ¿Qué mierda se supone que estás haciendo?— La mujer sujetaba las asas de su bolso con fuerza mientras lágrimas caían por su enfurecido rostro. Estaba enojada y decepcionada, no puedo evitar que las lágrimas comenzaran a caer.

—Mamá, mamá, yo...— No sabía que decir, como explicarse, tampoco que quería escuchar su madre. No podía mentir, ella los había visto. Ni siquiera había pensado que posición tomar, puesto que se había olvidado de sus padres al momento en que comenzó a salir con JaeJin.

—No tiene porque alterarse. Lo que estábamos haciendo en algo normal...— Intentó explicarse Jae, pero se vió interrumpido por la mano de la madre de Ho contra su mejilla. Solo reaccionó a cubrir la parte lastimada de su rostro con su mano, tomar su camisa y levantarse de la cama.

—Vete. Quiero hablar con mi hijo.— La señora Jung había logrado calmarse luego de golpear al chico y le habló con voz neutra. Jae no tuvo otra opción mas que hacerle caso.

HoSeok se sentó en su cama intentando regular su respiración y despejar su mente. Un montón de preguntas le molestaban, siendo la principal el qué hacía su madre en la universidad. Jugó con sus manos y apretó sus muslos. Su madre no le hablaba y eso le estaba inquietando aún más. Sentía miedo y rabia, quería correr y a la vez estaba dispuesto a contestar y defenderse por sobre todas las cosas.

—¿Por qué, HoSeok? Explícame, quiero saber qué mierda es lo que acabo de presenciar.

—El chico al que golpeaste, madre, se llama JaeJin y llevó con el casi cinco meses.— respondió sin apartar sus ojos de los de su madre.

—¿Casi cinco meses de qué? ¿De novios? Por favor, HoSeok.— La mujer ya no estaba de pie, había girado la silla de uno de los escritorios y se había sentado en ella.

Jung, aprovechando que sus ojos ya no estaban llenos de lágrimas, observó mejor a la mujer que le había dado la vida. Su rostro estirado por efecto de sus apretados peinados de coleta, sus ojos cubiertos de maquillaje caro que ni siquiera se había corrido con el llanto. Sus labios de un rosa suave, que en ese instante mostraban una mueca de desprecio. Traje de oficina, algo usual, remarcando su figura que mantenía bien cuidada a pesar de los años. Medias oscuras y tacones altos. Por último, su bolso de cuero café que descansaba en el suelo. La mujer no había cambiado nada, ni física ni psicológicamente. HoSeok terminó soltando un suspiro, preparándose para responder.

—No tiene nada de malo, mamá.

—Claro que sí, HoSeok. Es antinatural. Aceptaría este comportamiento si lo hubieras mostrado en tu adolescencia, como un acto rebelde o algo así. Pero no ahora, Seok.

—¿Qué sabes tu de mi adolescencia si nunca estabas en casa?— Su voz sonó dura, tal y como quería. El miedo se estaba ocultando y la rabia había aumentado.

—Y por eso me siento culpable. Sabes que me gustaría haber estado contigo, pero si hubiera sido así tu no estarías en donde estás ahora y no tendrías ninguna de las comodidades de las que gozas. Siento...siento que todo esto es culpa de tu tía MinSoo.— Jung frunció su ceño en cuanto oyó la última oración, no entendía a lo que su madre se refería. Mientras, la mujer observaba el suelo pensando en las palabras con las cuales continuaría la conversación. —Es obvio. Su hijo es un maricón. JiMin es raro, su comportamiento no es normal para un niño de su edad. Siempre tan delicado, con sus clases de danza, su voz aguda. Seguro te inculcó esos horribles pensamientos y por eso andas con chicos, imitando las cosas que en unos años andará haciendo ese asqueroso niñito.

HoSeok golpeó con fuerza su cama con su puño, logrando que la mujer pegara un brinco en la silla. La rabia le había consumido, apenas podía creer toda la mierda que había salido de la boca de su madre en cosa de segundos. Deseaba con todas sus fuerzas que aquella mujer por fin desapareciera y le dejara en paz.

—¡No vuelvas a hablar así de JiMin nunca más, tampoco de mi tía MinSoo! Ella ha sido mejor madre que tú y te puedo asegurar que mi amor por ella es mayor de lo que sea que haya sentido por ti en mi vida.— Se levantó de la cama y se acercó a su madre, inclinándose un poco para que su rostro quedara en frente del de aquella seria mujer.— Soy gay, mamá. No es culpa de mi tía MinSoo, ni de JiMin, ni de nadie. Solo acéptalo y ya. No es algo que te vaya a molestar, ni siquiera nos vemos. Ignóralo si se te hace mas fácil. Ahora— Hizo una pausa para volver a la cama. —quiero que te vayas, no quiero verte.

La mujer se levantó indignada de su puesto y caminó hacia la puerta, apretando con fuerza su bolso nuevamente. Abrió la puerta y, antes de salir, pronunció palabras que destruyeron el corazón de HoSeok por primera vez aquella semana, de forma fría y afilada.

—Nada de lo que hagas me hará sentir orgullosa de ti, HoSeok.— Y cerró la puerta tras de si.

Las siguientes horas, hasta el día siguiente, HoSeok las pasó dormitando en su cama. NamJoon le envió un mensaje indicando que no pasaría la noche en la habitación, lo que le cayó como anillo al dedo, ya que podía ser todo lo miserable que podía sin molestarse por ser descubierto. Cuando ya estuvo más tranquilo, se encontraba sin ánimos, así que solo se dedico a observar la habitación. Era bastante grande y espaciosa, caían las camas, escritorios y armarios, y aun así quedaba suficiente espacio. Bastante diferente a la habitación anterior, en la cual apenas podían moverse. Se habían mudado hace menos de una semana, por lo que aun no se acostumbraban bien. Con viejos recuerdos y difusos pensamientos HoSeok se quedó dormido.

Al día siguiente, su cabeza dolía al igual que sus ojos y garganta, había cogido un resfriado y apenas podía creer su mala suerte. Se levantó y tomó un baño con agua caliente, que le sirvió para relajar sus músculos y aliviar uno de sus dolores. Al salir, se vistió, secó su cabello y cubrió su garganta con una bufanda. Tomó algunos medicamentos y por fin se decidió a revisar su teléfono. No tenia mensajes ni llamadas. Se decepcionó, él esperaba algún intento de comunicación por parte de JaeJin, pero no. Le envió un mensaje diciendo que lo iría a ver y salió de su habitación. El cuarto de Jae no estaba lejos, por lo que, le tomó pocos minutos llegar. Tocó la puerta, pero al no recibir respuesta le marcó por teléfono. Jae contestó al tercer pitido y con voz cansada le dijo que ya le abriría. Cumplió con lo dicho y HoSeok entró a la habitación de su novio, dándole un abrazo como saludo el cuál Jae apenas respondió. Jung no entendía lo que pasaba, el rostro de Jae era inexpresivo y a la vez frío, nunca se había comportado tan distante con él, por lo que comenzó a temer.

—Jae— Tomó ambas manos de su novio y las acarició—Ayer hablé con mi madre y le dije sobre nosotros. No-no me importa lo que ella piense, yo seguiré contigo ¿esta bien?        

Los ojos de Jae de sin expresión pasaron a culpa. Los cerró, suspirando pesado y volvió a mirar a HoSeok.

—No puedo— Las manos de HoSeok perdieron fuerza en su agarre—No puedo seguir con esto, HoSeok.

Las palabras sonaban lejanas, Seok no quería dejarlas atravesar a la realidad.

—¿Por qué no puedes?— El silencio solo aumentaba su desesperación, volviendo a apretar las muñecas de su novio—Jae. Jae respóndeme.

—Tu madre— respondió el chico apretando sus párpados—Tu madre sabe quien soy, quienes son mis padres. Ellos...ellos no me dejarán en paz, HoSeok. Si se enteran me sacaran de este lugar.

Jae había comenzado a llorar y la imagen de su madre amenazándolo mientras el repetía la acción pasó por la cabeza de HoSeok. La odiaba, definitivamente la odiaba o eso es lo que quería creer, siendo eso lo que mas le dolía, no poder odiarla.

—Lucharemos con ella, contra ellos, Jae. Yo te amo, lo lograremos.— HoSeok le abrazó, acunando su cabeza en su cuello, pero Jae se separó a los segundos limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano.

—Yo también te amo, HoSeok...pero no quiero esto. No quiero esta lucha. No quiero perder mis sueños así.

—Jae.

—Lo siento, HoSeok.

Jae abrió la puerta de su habitación y salió de esta luego de recoger su bolso. Seok no fue capaz de mirarlo, ni siquiera de llorar. Su corazón había sido perfectamente destrozado. Él había creído ciegamente en JaeJin, en que su amor era real y que ambos lucharían por estar juntos, pero estaba más que equivocado.

Luego de unos minutos después de que Jae se fuera, HoSeok se decidió por salir de la habitación, así también de la universidad, dispuesto a no volver en unas cuantas horas. 

Jung HoSeok no era alguien que bebiera mucho, por eso, en su subconciente no se podía explicar el porque estaba tan borracho intentando volver a su habitación. Una copa tras otra, una botella tras otra, en el momento en que su garganta se calentó olvidó tiempo y lugar. Caminaba por los pasillos de la universidad chocando frecuentemente con las paredes y tropezando, pero, de todas formas, llegó al lugar al que intentaba. Miró el número y sonrió, comenzando a golpear la puerta con su puño una, dos, cinco veces.

—NamJoon, ábreme la puerta. ¡Se que estas despierto! ¡Ábreme! La llave no me funciona.— era lo que intentaba decir, pero que apenas se entendía.

El dueño de la habitación salió a los pocos minutos con un rostro de pocos amigos. Traía puesta ropa de vestir y un gorrito negro en su cabeza que contrastaba con su cabellera rubia. Por los ojos, se notaba que el chico estaba despierto a pesar de que eran las cuatro de la madrugada.

—¿Qué mierda ocu...? HoSeok, ¿Estás bien?

El nombrado le miró un par de segundos intentando pensar la razón de porque había golpeado en la habitación de YoonGi y no en la suya, para luego recordar los cambios de habitaciones, notando el por qué su llave no funcionaba.

—Mierda— susurró—Yoon, lo siento...lo siento por despertarte o interrumpir.— Yoongi, de todas formas, no entendió nada mas que la primera palabra.— Yo ya...ya me voy.

HoSeok intentó irse, pero YoonGi no le dejó. Estaba demasiado borracho y su habitación quedaba otro piso más arriba, no quería que sufriera un accidente, por lo que, lo obligó a entrar en la suya. Apenas hablaban, se habían conocido por el cambio de habitación, pero existía pequeña confianza que logró tocar el corazón de Min. Aquella noche le cuidó y también lo consoló, ya que no fue mucho lo que HoSeok duró sin volver a llorar nuevamente, dejando salir todo su dolor, que YoonGi fue capaz de escuchar y comprender. YoonGi lo reparó, volviéndose así su mejor amigo en el mundo y en el nuevo chico que había robado su corazón, cosa que nunca sería capaz de decirle. Le estaba muy agradecido, demasiado en realidad.

Quizás, sólo quizás, por aquella razón su corazón fue tocado aquella noche. Quizás por ello salió de su habitación. Sólo quizás por ello le abrió a aquel chico que gritaba, golpeando la puerta, el nombre de JiMin exigiendo que le abriera. Quizás por eso le abrazó y le intentó consolar, así como YoonGi lo había hecho con él, porque nada de lo que había hecho anteriormente pagaba lo que Min había hecho por él. Ni dejarlo quedarse en su casa, ni apoyarle cuando más le necesitaba, ni cuidarlo, nada se igualaría. Sólo lo que estaba haciendo en ese instante era el gracias que YoonGi merecía.

Porque quizás, sólo quizás, de esa forma podría dejar de amar de a YoonGi de esa manera que no era correspondida.              

—HoSeokki-hyung...realmente lo siento.  

🐏

HOLAAAAAAAAAAAAA

SALÍ DE VACACIONES 💕

por lo que little boy se acabará antes de agosto

falta poquito 😢

espero que les haya gustado y gracias por leer

también espero que este capitulo haya logrado resolver alguna de sus dudas

lxs quiero mucho

atte. Stumplynn

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