Rose Eileen Snape y su tercer...

By Samira85106

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Esta es la tercera y última parte de la historia llamada ¡Lily estás viva! En resumen, Lily se casa con Sever... More

De compras en el callejón Diagon
El viaje a Hogwarts
El sombrero seleccionador
Un nuevo alumno, un viejo nombre
La selección en el equipo
La conversación con Dumbledore
En el pensadero de Dumbledore
Los padres de vuelta al castillo
Remembranza
La anhelada primera prueba
Una importante conversación
La preocupación del señor Ryddle
Un doloroso descubrimiento
Un corazón lastimado
Un buen amigo
Una sorpresa en la segunda prueba del torneo
Confrontación
El partido
¿De dónde salió esto?
¿Celos?
El baile de navidad
La Tercera Prueba del Torneo
Recuerdos y pesadillas
Un extraño hechizo
Sentimiento de culpa
Un vistazo al pasado
Desconfianza
Castigo
Una contienda en Las Tres Escobas
Un lugar necesario
El secuestro
El plan de Ryddle
La carta
La reunión
El origen
Solo es cuestión de amar
¿Culpa?
Golosina Milagrosa
Renacer
Redención
Confesion
¡Bienvenido!
Lo que Severus descubrió
Un nuevo comienzo

Sentimientos encontrados

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By Samira85106


- ¿Qué le sucedió? – Inquirió Madeline Wilson mirando a los dos chicos alternativamente.

- ¡Ah!.... no... no es nada.... Tal vez sólo está conmocionada por lo que sucedió – Respondió Ted – Voy a ver si la alcanzo, de todos modos la señora Pomfrey no debe tardar en venir a increparnos por permanecer aún aquí molestando a Reg.

- Ve por favor Ted, búscala – Le dijo Regulus con una mirada suplicante.

Ted salió de la enfermería dispuesto a buscar a Rose pero él imaginaba que tal vez ella querría estar sola, sin embargo después de lo que había sucedido, aquello no sonaba como una gran idea, estaba indignado por lo que ese malnacido de Ryddle le había hecho a su amigo y también por lo que había intentado contra Rose. ¿De verdad habría sido capaz de lastimarla si Regulus no hubiese estado allí?

- ¡Ay Dios mío Reg! ¿Qué te han hecho? – Preguntó Madeline mirando a su amigo con tristeza.

- Estaré bien – Respondió el chico pero su semblante demostraba lo contrario.

- Regulus, perdóname, creo que no fue una buena idea provocar así a Ryddle, no sabía que él podía llegar tan lejos...

- Esto no fue por celar a Rose – Respondió Regulus señalando sus piernas mientras esbozaba una mueca de dolor – Sino más bien porque me interferí en los planes de ese maldito.

- ¿A qué te refieres? – Preguntó la chica con el rostro lívido.

- Él la tenía acorralada en uno de los pasillos de las mazmorras, ella no quería estar allí, si el tío Severus o la tía Lily se enteraran de esto...

- Lo bueno es que ella se habrá dado cuenta ya de quien es él en realidad... bueno, supongo – Intervino Madeline.

-Sí, ella opina que es un canalla, pero creo que estaba más indignada por lo que me hizo a mí.

El rostro de Madeline se iluminó de repente.

- Y eso en medio del caos te tiene feliz ¿No?

- No te lo puedo negar – Respondió el muchacho esbozando una breve sonrisa, rápidamente opacada por una mueca de dolor – Parecía muy preocupada.

- ¿Preocupada? Yo más bien la noté desesperada y... sin duda alguna no le agradó para nada que yo viniera a verte ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

- Que... está...

- Celosa, si – Completó Madeline – No le eres indiferente, tal vez le tome tiempo darse cuenta por completo pero al menos ya está dando muestras de que tú le importas en verdad.

- Sin duda los consejos de una chica son infalibles y absolutamente necesarios ¿Qué haría sin ti Madi?

- Pues por ahora descansar y alimentarse, le he traído la cena del gran comedor, también debe intentar relajarse porque usted va a tener una larga noche señor Lestrange.

Ambos giraron el rostro hacia la puerta de la enfermería, la señora Pomfrey estaba parada allí con una bandeja sobre las manos. Eileen, la madre de Snape estaba junto a ella mirando a Regulus con una expresión lastimera, en las manos llevaba una bandeja más pequeña cuyo contenido estaba cubierto por una cúpula de oro como los platos del gran comedor donde debía estar el postre.

- ¿Cómo te sientes mi niño? – Inquirió Eileen.

- No sabría cómo responder a esa pregunta señora Malfoy –Dijo Regulus tratando de sonreír – Es decir, sé que estaré bien pero duele un poco el proceso de sanación.

- ¿Un poco? Más bien mucho ¿No es así? – Dijo la señora Pomfrey, luego miró a Madeline – Señorita Wilson no quiero ser grosera pero será mejor que lo deje descansar, ya todos están cenando en el gran comedor, debería ir usted también.

- Gracias por cuidarlo cielo – Añadió Eileen dirigiéndole una sonrisa afable.

- Nos vemos mañana Reg – Se despidió Madeline.

- Está bien, que tengas buen provecho.

- Tú igual – Respondió la chica antes de marcharse de la enfermería.

Rose no quería ir a su sala común pues allí evidentemente estaría Tom, pero tampoco le apetecía ir al gran comedor, así que habiendo tomado la capa invisible de la enfermería, se la echó encima y se dirigió hacia el aula de Pociones (desde luego vacía) quería un lugar apartado, todavía se sentía sumamente confundida, asustada y terriblemente culpable, en su interior podía escuchar claramente las voces de sus padres y amigos diciéndole que Ryddle no era de fiar, pero por otra parte estaban ese par de ojos verdes, tan vivos, tan brillantes y tan atractivos, esa piel lozana, esos labios suaves y esa zalamería propia de Ryddle que tanto le atraía, así como sus gestos nobles, su caballerosidad y el hecho de que se preocupara por ella, recordaba bien que en un principio, él hasta había estado dispuesto a renunciar a ella sólo por no convertirse en motivo de disgusto entre ella y su familia, entonces ¿Por qué había reaccionado de esa manera? ¿Por qué si era tan caballero, durante los últimos días le había estado insistiendo en que ella le demostrara su amor de manera más profunda y contundente? Rose no era una tonta, sabía perfectamente a qué se refería el muchacho, pero aunque sentía que lo amaba también sentía que no podía fallarle a sus padres y mucho menos a sí misma.

La confusión se apoderaba de ella, porque mientras estuvo allí en el pasillo de las mazmorras, acorralada e indefensa, sintió miedo, Tom parecía otra persona, no era el mismo de siempre, había algo distinto en él, algo siniestro, algo malvado, en sus manos inquietas no había determinación sino rabia y odio; ella había pensado que no se detendría, pero posteriormente, el muchacho pareció un tanto asustado de sí mismo, como si hubiese caído en la cuenta de lo que estaba haciendo o lo que pretendía hacer, en ese breve instante volvió a ser el mismo de siempre pero luego, cuando apareció Regulus increpándolo, Tom volvió a tornarse siniestro, frio y cruel, no dudó ni un instante en levantar su varita para conjurar aquel terrible sortilegio, Regulus estaría bien pero por su culpa yacía en la enfermería sufriendo.

Rose había llegado ya a las mazmorras, se dirigió al aula de su padre, abrió la puerta y después de pasar la cerró corriendo el cerrojo, también se despojó de la capa invisible que tantas veces ocultó a su hermano durante su época en Hogwarts y se dejó caer sobre una silla.

- ¿Por qué? – Se preguntó a sí misma en voz alta mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Una mezcla de sentimientos pugnaba en su interior; miedo, por lo que pudiera hacer su padre si se enteraba de cuál había sido el motivo de la pelea entre Regulus y Tom, rabia con este último por haber hecho lo que hizo, decepción por haber pensado que era un buen chico y hasta haber subestimado su propia inteligencia al creerle cuando le dijo en aquella ocasión que ese libro no estaba allí por su causa, frustración al no poder hacer nada, culpa por no haber escuchado a Ted y a Regulus cuando intentaron prevenirla respecto al libro. Ted había visto a Tom leyendo ese ejemplar de magia oscura y finalmente y la más desconcertante de todos las emociones que sentía en su interior era... ¡No! no podía ser posible ¿acaso eran... celos? ¿Por qué le molestaba tanto ver a Regulus junto a Madeline Wilson? Al principio pensó que serían sólo celos de amiga, pero ¿Por qué no le molestaba en absoluto ver a Ted junto a Victoire? Al contrario, le agradaba verlos juntos.

- ¿Por qué siempre tiene que seguirlo a todos lados?– Volvió a preguntarse la chica echándose a llorar desconsoladamente sin entender por qué, de todos los sentimientos, el que más daño le causaba era ese último que vivió antes de abandonar la enfermería, una punzada de dolor lastimaba su alma.

Luego, la cruda verdad le cayó como un tempano de hielo. Ella; Rose, había abandonado a su amigo por un perfecto desconocido, alguien que levantó sospechas desde un principio incluso en ella misma, se olvidó de los buenos momentos que había pasado desde niña junto a Ted y Regulus en su casa en la calle de la Hilandera, en casa de sus amigos o simplemente dentro de los muros de Hogwarts donde había pasado la mayor parte de su niñez al ser ella la hija de unos profesores y también nieta postiza de la subdirectora y el director y así mismo ahijada de este último. ¿A quién podía engañar entonces? Madeline Wilson en cambio se había convertido en esa compañera ideal para Regulus cuando estaba solo, pues Ted pasaba bastante tiempo con Victoire (Aunque jamás había abandonado a su amigo) desde hacía un tiempo los veía conversar y hasta juguetear como un par de niños tontos. Madeline no sólo había ocupado su lugar sino que también, al parecer había logrado conquistar el corazón de Regulus, pero... ¿Por qué aquella simple hipótesis le causaba tanto dolor?

A Severus y a Lily les habría encantado encontrar a Rose, no sabían dónde estaba la chica pero al menos sabían que no estaba junto a Ryddle pues Albus Severus les aseguró haber visto en la sala común Ryddle mas no a Rose, ella no se había acercado allí desde la mañana. No entendían que era lo que había sucedido ¿Por qué Ryddle había atacado de esa manera a Regulus?

En ese momento un fogonazo esmeralda dentro de la chimenea del despacho de ambos llamó su atención. Los dos giraron el rostro instintivamente y vieron salir a Bellatrix, parecía desesperada, Severus se apresuró a ayudarla a salir y una vez afuera Lily la ayudó a deshacerse de las cenizas en su túnica.

- ¿Dónde... donde está mi Regulus? ¿Qué rayos fue lo que ocurrió? – Preguntó con la voz trémula y los ojos vidriosos.

- Descuida, ahora está en la enfermería – Respondió Severus pero un segundo resplandor verdoso iluminó las paredes de piedra y atrajo la atención de todos hacía la chimenea donde Rodolphus apareció.

- Hace poco fue que recibimos la carta – Dijo el hombre saliendo de la chimenea mientras se sacudía los restos de hollín – Al parecer el ave se lastimó un ala pero aun así siempre nos hizo llegar el mensaje.

- ¡Ahh! eso explica por qué tardaron – Respondió Lily – Sólo falta que llegue Tom Ryddle padre.

- ¿Pero qué demonios fue lo que le sucedió a mi hijo? – Preguntó Rodolphus – Lily, En tu mensaje sólo mencionabas que Regulus y el chico ese tuvieron un duelo y Reg resultó herido.

- Bueno... él está en la enfermería ahora, Ryddle hizo desaparecer su esqueleto de la cintura hacia abajo – Explicó Severus mientras Bellatrix se llevaba las manos a la boca rompiendo en llanto – Pero no llores Bella – Se apresuró a decir Severus – Él ya está bajo los cuidados de mi madre y la señora Pomfrey.

- Ellas dicen que se pondrá bien – Añadió Lily al tiempo que Rodolphus abrazaba a su esposa para consolarla – Le han dado crecehuesos.

- Es una poción que, como su nombre lo indica, le hará crecer los huesos nuevamente – Añadió Severus – Aunque debo advertirles que es un proceso doloroso.

Bellatrix volvió a sollozar.

- Lo sabía – Dijo cuándo pudo hablar – Sabía que ese muchacho era una amenaza. Regulus no se puede quedar aquí mientras ese chico esté cerca de él.

- Bella, tampoco seas tan drástica – Terció su marido tras ella mientras la mujer abría la puerta del despacho, quería dirigirse a la enfermería inmediatamente.

Todos se pusieron en marcha hasta allí, y al llegar, encontraron a Sirius en la puerta conversando con el profesor Dumbledore

- La señora Pomfrey no nos deja pasar, quise venir a verlo – Dijo Sirius después de saludarlos – Sólo dejó pasar al profesor Dumbledore hace diez minutos pero dice que nadie más debe pasar.

- ¿Pero cómo no vamos a pasar nosotros si somos sus padres?– Inquirió Bellatrix con el rostro bañado en lágrimas - ¿Acaso está algo mal con él y nos lo están ocultando?

- ¡No!... no es nada de eso Bella – La tranquilizó Dumbledore – Es sólo que el proceso de sanación es muy duro y Regulus necesita tranquilidad.

- Al menos voy a hacer el intento, no nos iremos de aquí hasta haberlo visto – Declaró Rodolphus con voz determinante.

El hombre tocó la puerta y Eileen fue quien la abrió.

- Por favor Eileen – Suplicó el hombre – Déjanos pasar, Bella está muy angustiada y yo también me muero por verlo.

Eileen sonrió y los dejó pasar.

- Poppy no iba a negarles la entrada a ustedes – Les dijo.

- Si, pasen adelante – Los apremió la señora Pomfrey que venía saliendo del baño, secándose las manos con una toalla – Está aquí – Señaló una de las camas que estaba cubierta con unas cortinas.

Los Lestrange sabían por qué, tal vez él mismo se habría ocultado pues odiaba que lo vieran vulnerable, estaba pasando por esa edad en que todos los chicos se vuelven un poco orgullosos y obstinados.

- Yo me retiraré a mi habitación – Dijo la señora Pomfrey – Pueden quedarse con él si así lo desean, no hay más pacientes así que pueden usar las demás camas, mañana temprano revisaré como va todo, que descansen.... ¡Ah! Y si me necesitan no duden en llamarme.

- Yo también me retiraré a mi habitación – Añadió Eileen, no se preocupen, quedará como nuevo.

Eileen salió de la enfermería, la señora Pomfrey se adentró en su habitación mientras que Bellatrix se acercó a la cama con doseles con su marido tras ella. Al correr las cortinas, encontraron a Regulus con el rostro bañado en sudor y lágrimas que él se empeñaba en secar con las sábanas.

- ¡Hijo mío! ¿Qué te han hecho mi cielo? - Dijo Bella echándose a llorar nuevamente.

- ¡No!... no llores mamá... e... estoy bien – Respondió él haciendo un esfuerzo enorme, el dolor era agobiante.

- Nos quedaremos contigo campeón – Le dijo Rodolphus acariciándole el cabello.

- Gracias papá.

- ¿Estás sufriendo mucho mi cielo?

- No mamá, descuida más bien ve... a recostarte sobre una de las camas.

- ¿Cómo se te ocurre que voy a dormir? – Preguntó su madre mientras tomaba una silla y la colocaba junto a la cama – Aquí me quedaré junto a ti mi cielo.

- Y yo también – Respondió Rodolphus imitando a su esposa.

Afuera de la enfermería, además de Severus, Sirius, Lily y Dumbledore se encontraba ya el señor Ryddle quien había llegado tarde a causa de que no se encontraba en su casa en Londres sino en Nottingham realizando una investigación junto al señor Lovegood y Luna acerca de los Roodlys luminosos, una nueva especie que parecía ser un cruce natural entre Doxys y duendecillos de Cornualles, eran una especie de hombrecillos muy feos como los duendecillos de Cornualles pero tenían los colmillos de Doxys, tenían hábitos nocturnos y por alguna extraña razón, su cuerpo se iluminaba por las noches (Tal vez para poder ubicar su alimento ya que carecían de buen sentido del olfato)

- Estoy supremamente avergonzado como ya le dije antes señor director – Expresó el hombre con tono afligido. Sus ojos verdes denotaron la enorme decepción que sentía.

- ¿Sabe usted si su hijo estuvo leyendo algún libro sobre magia oscura mientras estaban en casa? – Inquirió Severus mirándolo con dureza.

- Severus ¡Por Merlín! – Dijo Lily mirándolo con severidad.

- Es necesario saber Lily... lo que están haciendo nuestros hijos ¿O no señor Ryddle? – Respondió el pocionista mirando a su esposa y al señor Ryddle alternativamente mientras enarcaba una ceja con arrogancia.

- Si, tienes razón Snape – Respondió el hombre con humildad – Asumo la responsabilidad que me toca pero, lamentablemente la escuela de magia de Albania no tiene la misma apreciación que tú o que yo sobre lo que es la magia oscura, la practican libremente a partir del cuarto curso y esa es otra de las razones por la cual abandonamos el país y desde luego la escuela.

- Interesante – Masculló Snape - ¿Sabía también que si los Lestrange quisieran podrían presentar cargos ante el Ministerio de Magia? Aunque se trate de un menor de edad.

- El hechizo que realizó contra su compañero es de magia muy avanzada y oscura, por lo tanto está prohibida y se considera un delito su uso - Añadió Sirius – Creo que usted y yo señor Ryddle, o mejor dicho, usted, nosotros y yo – Dijo señalando también a Dumbledore, a Lily y a Severus – Deberíamos hablar largo y tendido sobre su hijo.

A Ryddle no le quedó más remedio que bajar la cabeza y metió las manos en el bolsillo de su túnica para disimular el nerviosismo.

- Yo creo que es suficiente por hoy – Declaró el buen Dumbledore mirando a Severus con dureza, posteriormente miró al señor Ryddle pero con el semblante más relajado – En cuanto a ti Tom, puedes ocupar la habitación que ocupaste durante el torneo, mañana será otro día y las ideas estarán más claras, podrás entrevistarte con tu hijo como en efecto es tu deseo.

Todos se dispersaron, pero Severus y Lily no quisieron irse a la cama sin saber nada de su hija, tenían que verla, hablar con ella, saber dónde estaba.

- Vamos a su sala común querido – Propuso Lily.

Así lo hicieron pero al llegar a la sala común vieron a una de sus compañeras de dormitorio que regresaba del gran comedor y al preguntarle por Rose, ella respondió que no la había visto en la habitación antes de bajar a cenar y que tampoco la había visto en el gran comedor.

- Está bien, gracias cielo – Le respondió Lily a la muchacha.

- De nada profesora Snape – Contestó la chica antes de meterse en su sala común.

Pero cuando emprendieron el camino de regreso, escucharon un chasquido en la puerta del aula de Pociones que se abrió lentamente aunque no se vio a nadie salir de allí. Severus y Lily se miraron instintivamente.

- ¿A quién crees que engañas con esa capa puesta? – Inquirió Lily quitándosela a Rose y revelando su presencia.

- Deberías estar en tu sala común y sin embargo estabas en el aula de Pociones.

- Papi, ya sabes lo mucho que me encanta preparar brebajes – Respondió la muchacha bajando la cabeza, quería ocultar la hinchazón de sus ojos.

- Pero jamás te has ocultado para realizarlos – Añadió Lily tomando a su hija con delicadeza por el mentón para obligarla a mirarla - ¿Qué te ocurre mi niña? Has llorado.

- Nada mami – Mintió la chica aunque era evidente que Lily tenía razón en su afirmación – No es nada, tal vez los vapores del caldero me irritaron un poco los ojos

- Te ruego que no nos mientas hija, dinos que sucedió, fue ese Ryddle ¿Verdad? ¿Se metió también contigo? Si fue así no esperaré a presentar cargos ni nada parecido yo mismo le daré su merecido.

- Severus ¡Por Dios!

- No papá, no es eso, sólo estoy triste por lo de Reg, me siento mal porque... bueno todo lo que ustedes dijeron acerca de él... era cierto... lastimó a... - No pudo terminar de hablar, nuevamente rompió en llanto, esta vez en el hombro de su madre.

- Sólo está decepcionada – Dijo Lily mientras acariciaba la roja melena de su hija.

Severus sintió un nudo en la garganta, ver a su pequeña en ese estado le rompía el corazón pero por una parte se sentía aliviado de esa decepción que ella sentía, pues significaba que eso definitivamente abriría una brecha entre ella y Ryddle.

- Nunca lo creí capaz de hacer algo así – Rose continuaba sollozando desconsoladamente – Él me dijo que no había sido... su intención pero...

- No puedes conjurar un hechizo de esa magnitud así sin querer – Le dijo Lily.

- Ya no llores mi sol – Añadió Severus mientras ahora la abrazaba él – Regulus estará bien y en cuanto a ese... chico mañana veremos qué hacer con él.

- ¿Quieres dormir con nosotros mi princesa? – Propuso Lily.

Rose asintió con la cabeza mientras se secaba las lágrimas con la manga de la túnica.

- Creo que será lo mejor cariño – Añadió Severus.

Y así los tres se encaminaron hacia la habitación del matrimonio Snape, Rose con el corazón roto y al mismo tiempo lleno de sentimientos encontrados, Lily asustada por lo que había sucedido y también por lo que pudiera suceder más tarde y Severus por su parte se encontraba esperanzado, sentía que había avanzado un paso por delante de ese chico, al menos Rose ya no estaba junto a él y al parecer ya no le guardaba estima


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