Sector 0: El despertar (libro...

By DianaGolay

235K 24K 2.7K

La vida de Lena se hunde cuando es arrestada y condenada a veinte años de cárcel tras un robo. Sin poder ayud... More

Nota
Introducción
Capítulo 1: Una nueva etapa
Capítulo 2: Sussie
Capítulo 3: Terroristas y bombas
Capítulo 4: El trabajo
Capítulo 5: La fuga
Capítulo 6: Los militares
Capítulo 7: El infierno
Capítulo 8: La frontera
Capítulo 9: Las bandas
Capítulo 10: En casa
Capítulo 11: La organización
Capítulo 12: Sin rastro
Capítulo 13: La marcha
Capítulo 14: Promesas
Capítulo 15: El reencuentro
Capítulo 16: Adiós
Capítulo 17: Tocando fondo
Capítulo 18: La OLIC
Capítulo 19: Josh
Capítulo 20: Pérdidas
Capítulo 21: El muro
Capítulo 23: La fiesta
Capítulo 24: Nuevas reglas
Capítulo 25: Incorporación
Capítulo 26: Sector 0
Capítulo 27: Miedos
Capítulo 28: Secretos
Capítulo 29: El plan
Capítulo 30: Brittany
Capítulo 31: Disculpas
Capítulo 32: La cena
Capítulo 33: Confesiones
Capítulo 34: Cambios
Capítulo 35: Confianza
Capítulo 36: El rescate
Capítulo 37: La huida
Capítulo 38: Una ladrona del Sector 4
Capítulo 39: Foso
Capítulo 40: Mala idea
Capítulo 41: Reconciliaciones
Capítulo 42: Mentiras
Capítulo 43: La información
Capítulo 44: Los marginados
Capítulo 45: El Despertar
Epílogo
Nota del autor
Banda sonora

Capítulo 22: Gregory

3.8K 475 61
By DianaGolay

—No, señor. Ha estado hablando en sueños, pero todavía no se ha despertado. —La vocecilla aguda ceso dejando un silencio que agradecí, no me apetecía despertarme quería volver a mi sueño—. Ha estado diciendo cosas sin sentido. —Otro silencio. ¿Había estado hablando en sueños? Era posible, tampoco sería la primera vez—. Claro, señor. Ha balbuceado algo sobre un mundo verde. ¡Ah! Y ha pronunciado varias veces un nombre, ha estado llamando a un tal Jake. Debe de ser un familiar...

Sí, había estado soñando con Jake, bueno... Josh. Estábamos en el mundo de las historias que contaba mamá cuando era pequeña y estábamos todos. Hasta estaba mi padre. Estaba siendo un sueño muy agradable. Por eso quería que la muchacha de voz chillona se callara. Intenté abrir los ojos, pero parecían dos losas de cemento. Sentía la cabeza espesa y el cuerpo pesado.

—Sí, señor. Los resultado ya han llegado. Sólo tiene fracturada la costilla. El doctor después de examinarla ha comentado que es de hace varios días, que no ha sido por la caída. En unas tres semanas estará totalmente curada. —Silencio—. No, señor, los análisis estarán dentro de media hora.

Después de una intensa lucha por abrir los ojos miré a mi alrededor desorientada hasta que conseguí enfocar la imagen de una chica que hablaba por teléfono. ¿Qué había pasado? Me vinieron a la mente las imágenes del muro. Me había caído del muro. Intenté llamar a la chica, pero me salió un gruñido.

—Espere, señor, parece que se acaba de despertar. Sí, señor. Así lo haré. —Colgó y se acercó a la cama para comprobar una máquina que tenía conectada. Me aclaré la garganta y volví a preguntar:

—¿Dónde estoy? —Mi voz sonó ronca. Tenía la boca pastosa y una sed insoportable. La muchacha me ignoró y siguió con los aparatos. Llevaba una bata blanca y el pelo rubio recogido en una coleta alta—. ¿Eres médico? ¿Qué ha pasado? —Me incorporé un poco para ver la estancia. Sentía el cuerpo pesado pero, curiosamente, me encontraba bien. La chica seguía sin hacerme caso. Fruncí el ceño con disgusto, era como hablar con una pared.

Eché un vistazo rápido a la habitación. Aunque tenía los aparatos de un hospital parecía la habitación de una casa. Tenía un gran ventanal por el que entraba la luz del sol. A los lados había unas cortinas espesas con un estampado demasiado cargado. Junto a la ventana se encontraba un gran sofá tapizado con el mismo dibujo que las cortinas. En general la habitación tenía un estilo clásico, lo único moderno era la gran pantalla que había frente al sofá. Mis ojos se posaron en la puerta del baño que estaba al fondo. Tenía que beber agua. Me arrastré hasta el borde de la cama, era la cama más grande que había visto. Cuando conseguí llegar hasta el borde me sobresaltó ese tono agudo.

—¡No te levantes!

—¿Por qué? —pregunté un poco asustada por la orden tan brusca de la muchacha.

—Porque lo han ordenado.

—¿Quién?

—Eso a ti no te incumbe. Si ordenan que no te muevas. ¡No te mueves! —Tenía un tono demasiado alto, estaba segura que en circunstancias normales me habría irritado. Pero estaba de buen humor.

—Pues a menos de que lo haya ordenado el médico, el resto me da igual —dije con tranquilidad desenganchándome los aparatos y la vía que tenía en el brazo de forma patosa.

—¡Te lo ordeno yo! ¡Vuelve ahora a la cama! —Siguió diciendo mientras me seguía.

—¿Eres la doctora? —pregunté poniéndome frente a ella una vez llegué al baño.

-No, pero...

—Pues entonces me da lo mismo lo que ordenes. —Le di un ligero toque con el dedo en la punta de la nariz de forma cariñosa antes de cerrar la puerta. Me dio tiempo de ver su cara enrojecida por la indignación. Era una chica bastante guapa si no fuera por el tono de voz.

Miré la puerta con curiosidad, no tenía cerrojo. Fruncí el entrecejo con disgusto, la muchacha estaba intentando abrir la puerta entre gritos. No iba poder aguantar mucho sus empujones, estaba débil. ¿Quién no pone un cerrojo en una puerta de baño? Es el sitio donde necesitas más intimidad. Cogí una de las sillas que estaban de decoración junto a la puerta y la atasqué como pude. Me apoyé en la puerta recuperando fuerzas con una sonrisa en la boca, no sabía para qué querían una silla dentro del baño, pero en esos momento lo agradecí.

Llegué a trompicones hasta el lavabo mientras oía de fondo las quejas. La luz del espejo se encendió automáticamente sobresaltándome mientras la voz de una mujer me daba los buenos días. Me quedé atónita observando el espejo cuando empezaron a aparecer gráficos del tiempo total de horas que había dormido; la duración de las distintas fases del sueño; e incluso apareció una gráfica con mis movimientos durante el sueño. Todo esto a la vez iba siendo narrado por la voz.

—¡Guau! Es alucinante —dije incapaz de cerrar la boca por el asombro. Las cosas del segundo sector siempre me maravillaban. Cuando desapareció toda la información me pude centrar en mi reflejo. "Vaya pinta", pensé. Estaba muy pálida, con los ojos hinchados y se me veía muy delgada. Todo el conjunto me daba un aspecto enfermizo, aunque por lo menos ya no quedaba restos del hematoma. Lo único que lo salvaba era el gesto relajado del rostro en el que se dibujaba una pequeña sonrisa. La camisa blanca de hospital que me cubría y mi pelo corto revuelto, no ayudaban a mi imagen de persona sana. Intenté peinármelo, pero me quedé a medio camino observando mis manos. Estaban vendadas. Las moví con cuidado, no me dolían. En general, aunque un poco atontada, me sentía muy bien.

Una vez sacié mi sed, eché un vistazo al baño. Era tan grande como mi casa. Ir al inodoro que estaba en la otra punta me iba a suponer un reto.

Cuando por fin llegué a él me sobresalto escuchar de nuevo a la mujer del espejo.

—¡Venga ya! —murmuré molesta. Era terriblemente incómodo. Me resultaba imposible hacer pis mientras me preguntaba si quería saber las noticias del día. Estaba casi segura de que era una máquina, pero aun así no fui capaz de desahogarme. Frustrada me levanté y me dirigí a la puerta.

Al abrir la puerta me encontré con cuatro pares de ojos mirándome. Me centré en los únicos que me importaban en ese momento y que se dirigían a mí para recibirme con un abrazo cariñoso. Me agaché envolviendo con mis brazos a Tony. La verdad es que no me había preocupado por él. Que raro... estaba totalmente tranquila y segura de que estaba bien. Lo achuché con ganas, cómo quería a ese pequeño. Lo besé con cariño sin poder dejar de sonreír. Cuando alcé la vista me encontré con esos ojazos verdes que habían invadido mi sueño. ¡Dios qué guapo era! Le sonreí de forma bobalicona. Como respuesta me frunció el ceño y un brillo de irritación asomó por ellos. "Nada que ver con mi sueño" pensé con fastidio. Me quedé atontada recordándolo, en el sueño había sido simpático, amable y atento. Y era todo tan bonito...

Mis ojos se desviaron a la persona que estaba junto a él. No sabía quién era pero me cayó mal con sólo mirarlo. Claro, que el hecho de que me mirase igual que una rata asquerosa no ayudaba a que me cayese bien. Vestía de forma elegante, pantalones de pinza color caqui, camisa oscura y zapatos negros brillantes. Su vestimenta y su pelo engominado hacia atrás hacía que pareciese más mayor, pero su cara imberbe delataban que era joven, probablemente de mi edad.

—Te ordené que no se levantara de la cama. —La voz enfadada de Josh hizo que le volviera a prestar atención. Se dirigía a la chica.

—Lo siento, señor. La insistí repetidas veces de que no lo hiciera, pero no me hizo caso —dijo la muchacha compungida. Su cuerpo parecía un flan de lo que tiritaba. Josh la estaba asustando con sus formas. Si seguía así conseguiría que le odiase, yo lo haría. Me dio pena.

—Venga, Josh —dije de forma despreocupada intentando proteger a la muchacha—. No te pongas así con la chica, tampoco ha sido para tanto, sólo he ido al baño —continué mientras me acercaba tambaleándome a él para que me sirviera de apoyo. Sentía mi cuerpo ligero aunque poco estable.

—¿Vas a permitir que La Marginada te hable así? —La pregunta cayó en la habitación dejando un silencio tenso. La muchacha de voz aguda se quedo inmóvil con cara de terror mientras el joven observaba de forma desafiante a Josh, que le contestó con una mirada fría pero sin perder la calma. Yo, observa toda la escena sin inmutarme ante las palabras ofensivas del muchacho mientras daba golpecitos cariñosos a Tony que estaba agarrado a mi pierna. Me sentía de buen humor. Pasado unos segundos los ojos de Josh se desviaron del chico para posarse en los míos.

—Veté a la cama —siseó en un tono áspero. A través de la mano que tenía apoyada en su brazo sentí de qué manera se contraían los músculos de su brazo al apretar los puños. Mi cuerpo se estremeció ante su reacción. "Vale" pensé "puede que cuando está enfadado dé mucho miedo".

—Voy... a encargarme de los análisis —balbuceó la chica desapareciendo por la puerta.

Me fui flotando en dirección a la cama. Estaba disgustada con ese chico por su forma de mirarme y con Josh por su forma de tratarme. Tampoco había sido para tanto. Pero el enfado se me pasó en cuanto puse un pie en la cama. ¡Guau! ¡Qué gozada de sábanas! Eran super suaves, parecían hechas de terciopelo. "¡Y mira cómo brillan!" pensé hipnotizada. No sé cuanto tiempo estuve acariciando las sábanas hasta que mi mente volvió a la realidad al oí una voz junto a mi cama. Levanté la cabeza y me encontré con el chico que me observaba con gesto de asco.

—¿Qué? —pregunté confundida cuando me di cuenta que esperaba una respuesta.

—¿Así que tú eres La Marginada? —Le miré desconcertada. ¿Dónde estaba Josh? Repasé la estancia. Estaba con Tony enseñándole la televisión—. Además de marginada eres tonta. La que le ha caído a Josh contigo.

—¡Hey! —conseguí decir cuando mi cerebro reaccionó. En esos momentos no tenía los mejores reflejos, pero aquel chico me estaba insultando—. Un poco de respeto.

El muchacho se empezó a reír de forma siniestra. ¿Qué le hacía tanta gracia?

—Una marginada pidiendo respeto. —Volvió a reír poniéndome los pelos de punta.

—No soy una marginada y, aunque lo fuese, deberías...

—¿Debería qué? —preguntó con un tono tan feroz que hizo que me asustase y me encogiese sobre los almohadones—. Que no se te olvide que estás hablando con alguien del Sector 2, Marginada —lo dijo sin alzar la voz, pero de una forma tan amenazante que me quedé paralizada.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Josh cuando llegó junto a la cama.

—Nada —contestó el chico con una sonrisa tirante—. Hablábamos. —Sus ojos me volvieron a dar un repaso con desagrado antes de continuar hablando—. Me tengo que marchar. —Se estaba dirigiendo a la puerta, pero antes paró junto a Josh—. Controla a tu Marginada.

—Claro —contestó él sin inmutarse. "¿Claro?, ¿había dicho claro?" pensé indignada. Yo no era su marginada, ni siquiera era una marginada.

Cuando desapareció por la puerta Josh se acercó más a la cama.

—¿Qué le has dicho? —Estaba a cuadros. ¿Que qué le había dicho yo a ese imbécil?

—¡No le he dicho nada! —estallé totalmente indignada—. Ese idiota me ha insultado.

—Ese idiota se llama Gregory y es el hijo de una de las personas más importantes del Sector 2. Así que respétale.

—Ha sido él el que no me ha respetado... —dije más calmada abstrayéndome de nuevo con las sábanas, eran geniales.

—Me da igual. No quiero que te acerques a él. ¿Lo has entendido?

—Vale —contesté de forma automática embelesada con el tacto de las sábanas.

—¿Te acuerdas de lo que pasó en el muro?

—Me caí —dije sin levantar la vista.

—Sí, te caíste porque me mentiste. Lo que pasó en el muro fue una gran estupidez. ¿Por qué no me comentaste que tenía una costilla rota? ¿Y lo del equipo? Debiste de decirme que no sabías usarlo. Por tu falta de confianza casi te matas. Si no fuese porque estaba Gregory con su grupo para ayudarnos, ahora mismo estarías muerta. —Podía notar sus movimientos de un lado a otro debido al enfado aunque no le estuviera mirando. Recordaba lo sucedido. No había sido para tanto, un conjunto de circunstancias inevitables. Siguió sermoneándome, pero mi cabeza en algún momento desconecto absorta en algo más interesante.

—¿De qué crees que están hechas? —pregunté de repente distraída.

—¿Qué? —Se paró para observarme.

—Son muy suaves, parecen de seda ¿Crees qué son de seda? Nunca he dormido en una cama con sábanas de seda.

—¿No me estás prestando atención? —El tono amenazador de la pregunta hizo que levantara la cabeza. Pero no me dio tiempo a responderle, en ese momento se abrió la puerta dando paso a un señor canoso con barba seguido de la muchacha de voz chillona.

—Señor Coleman —dijo el hombre con una levé inclinación de la cabeza a modo de saludo

—Doctor —respondió Josh al saludo de la misma forma—. ¿Cómo se encuentra la paciente?

—¡Genial! —contesté con una sonrisa. Recibí dos miradas de desaprobación.

—Tiene el cuerpo débil, pero se recuperará —contestó el doctor ignorándome—. Al parecer su desmayo no se debió a la corriente eléctrica ya que no le pasó suficiente por el cuerpo. Eso es bueno porque no tiene ningún órgano interior dañado.

—¿Por qué se desmayó?

—Puro agotamiento. Su cuerpo colapso, sus análisis son buenos aunque está muy cerca de tener anemia. También está por debajo de su peso. Es normal en un marginado, pero si se le somete a esfuerzos físicos muy grandes pueden pasar este tipo de cosas. —Estuve a punto de replicar ante la exposición del doctor. Todo eso eran un montón de tonterías, me encontraba bien. Además, el doctor no había visto un marginado en su vida. Estaba delgada, pero para nada parecía un marginado—. Necesita descansar y comer bien. Debería pasar unos días en reposo. Los cortes de las manos no han necesitado puntos, se curaran con el tiempo. Y la herida del brazo está curando bien, aunque es probable que deje cicatriz.

—De acuerdo. ¿El escáner de cabeza está bien? Está un poco rara, parece como ida. —Me observaron con atención a lo que respondí con una amplía sonrisa sin dejar de tocar las sábanas. "Vale, esto puede parecer un poco rarito" pensé dejando de hacerlo en el acto.

—El escáner está bien. Probablemente siga con los efectos del calmante. Le hemos dado una dosis bastante fuerte. Cuando se le pase el efecto le va a doler todo el cuerpo —dijo el hombre mientras se marchaba—. Necesita unos días de reposo, que coma bien y que beba mucho agua.

Josh le dio las gracias y le acompañó a la puerta donde le esperaba la muchacha. Las últimas palabras del médico habían tenido un efecto brutal en mí. Me recordaron que no había podido desahogar mis necesidades y ahora me meaba mucho. Sin dudarlo me deslicé de nuevo hacia el borde de la cama, tenía que ir con urgencia al baño.

Un brazo de hierro se cruzó a mitad de mi camino evitando que continuase.

—¿Por qué nunca haces caso de nadie? El doctor te ha dicho que debes estar en reposo.

—Pero es que tengo que hacer pis —dije bailoteando delante de Josh.

—Acabas de salir del baño.

—Ya... pero... —contesté dudando si desvelar lo que había perturbado mi visita anterior al baño—. Hay una señora que me habla y me intimida, ¿vale? Aunque ahora mismo me da igual porque no me aguanto. -Su carcajada inundó la habitación. En otras circunstancias me habría abochornado pero en ese momento me concentré en no hacérmelo ahí mismo.

—Es una máquina —dijo entre risas mientras su mirada se dulcificaba—. Simplemente dila que se calle.

Afirmé con la cabeza evitando su mirada mientras me metía disparada en el baño.

No conseguí que se callara, pero pude ignorarla y desahogarme. Una vez de vuelta en la habitación Josh hablaba con Tony. No conseguí escuchar que le estaba contando, pero el muchacho le prestaba mucha atención. Me estaba acercando a ellos cuando me vieron.

—Vete a la cama. —El buen humor de Josh se había ido. Me fui sin rechistar. Una vez instalada en la cama, Josh volvió junto a mí—. Gracias a la estupidez que hiciste en el muro tenemos que pasar un temporada en casa de Gregory.

—¿Ésta es la casa de ese imbécil?

—Sí, y a partir de ahora vas a cumplir sus normas. Tienes prohibido salir de esta habitación a menos de que sea conmigo. Y si se da ese extraño caso, no te acercaras a Gregory, no le hablaras y no le miraras. —Arrugué la nariz con disgusto—. Comerás todas las comidas que te pongan y descansarás. Tony se quedará contigo cuidándote. Lena —dijo mi nombre para que le prestase atención y me advirtió con mirada severa—, no hagas ninguna tontería. —Esperó unos segundos a que afirmase—. Ahora viene lo divertido. —Le salió una sonrisa pícara mientras se sentaba en la butaca que había junto a la cama con los brazos cruzados—. ¿Sabes eso de que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad? —Volví a afirmar con la cabeza sin entender el brillo en sus ojos—. Creo que pasa lo mismo con la gente drogada. Es un buen momento para tener la conversación que me debes.

Continue Reading

You'll Also Like

345K 22.9K 42
Erika Hill. Soberbia, engreída, sincera, cauta, y sobre todo, complicada. Puede hacer creer a cualquiera que es callada, pero en realidad solo observ...
142K 3.7K 40
One shots de futbolistas. PEDIDOS CERRADOS.
273K 16.6K 75
Esto ocurre cuando ben logra desbloquear el omnitrix y cuando estaban a punto de salir del vacio nulo ,pero en eso cuando lo cruzo fallo el proyector...
35.4K 5.5K 37
AVENTURA EN OTRO MUNDO CON MI ENCICLOPEDIA DE BRUJERÍA. 283 Capítulos Sinopsis Yu Su, que murió durante la era apocalíptica, se vio transportado a u...