Dos, tres... veinticinco mil millones de besos en solo dos horas. Sus brazos rodeaban mi cuerpo con el fin de que no arrancase al recordar las palabras "novio" e "infiel", solo eran besos, inocentes y puros, nada sexo loco o malas palabras de parte de Aaron. El momento era perfecto, nuestras miradas unidas, nuestras respiraciones chocando una con la otra y de un momento a otra nuestros labios se unían en un majestuoso beso.
-Aaron, debo irme... -susurré.
-no, por favor... Cenicienta -pidió con un todo de suplica inigualable.
-¿cenicienta? -dije hilarante.
Me apegó mas a su cuerpo logrando que no solo nuestros rostros se uniesen si no que ahora era todo el cuerpo, uno contra el otro.
-si, pero mas guapa y sexy...
Tras sus palabras una ola de calor inundo mis mejillas sonrojada, claro, yo sabia que de sexy y guapa no tenia nada pero que un chico como Aaron, el cual es un adonis -no me cansaría nunca de decirle así- con solo 17 años me dijese eso era... Era muy lindo.
-¿sabes? He estado dos horas aquí encerrada cuando debería estar con tus hermanos.
-no, ellos te tendrán por más tiempo, en cambio yo solo estaré contigo por hoy, si es que eso quieres.
-es solo hoy, nada mas que hoy -susurré poco convencida.
Miré el reloj que estaba en la mesa, el cual marcaba las 8:30 de la tarde, Jason pasaría por mi en un rato mas.
-estas pensando en él... ¿Cierto? -preguntó.
-en Jason, si...
-¿le amas?
-eso creo -le miré con el ceño fruncido -¿que vienen todas esas preguntas?
-a nada, solo quiero que tengas cuidado con él... Por favor.
Aun con el ceño fruncido pero mezclado con confusión, me acomodé en la cama separándome de él, ¿decía todo eso para joderme la relación? Maldito, ¿no podía verme feliz?
-¡Aaron! -gruñí -no digas estupideces, que tu nunca hayas sabido darme cariño de verdad o decirme algo totalmente sincero no significa que todos los hombres sean tan mierda como tu...
-¡Kate, es verdad! No te es sincero.
Jason era totalmente sincero conmigo, no tenia porque mentir como él, si, quizá no sepa quien es su familia, donde vive y de que vive... Pero eso no le hace ocultarme cosas, quizá estaba peleado con sus padres y no hablaba de su trabajo ya que nunca dejaba de hablar de mi, ¡que egoísta era!
-¡claro que me es sincero!, déjame ser feliz por una maldita vez Aaron...
-¡se feliz con cualquier otro! Con Matt, con cualquier otro ser humano con pene -agitó sus manos -o si quieres no necesita tener pene, pero que no sea con Jason, por favor...
Realicé un mohín muy enojada.
-¿sabes? Ser lesbiana en este momento no seria mala idea, ya que jamas me hubieras gustado y aparte las mujeres sentimos y no precisamente con el "amiguito".
Soltó un risita y negó jocoso, ¿se burlaba de mi? Le daba la maldita cara de burlase de mi cuando yo debería darle contra el piso en humillaciones.
-solo termina con él y ya.
-por ultima vez, no voy a alejarme de Jason Poulfer ni porque el espíritu santo baje y lo pida.
La bocina de un auto nos hizo sobresaltar, ya había llegado Jason.
-¿jason, no? -preguntó.
Asentí.
-si, me voy...
Jaló de mi muñeca con rapidez, estábamos ambos de pie al lado de su cama, juntos, muy juntos. Su aroma entraba por mis fosas nasales llegando hasta mi débil cerebro revolviendo todo dentro de mi.
-alejate de él, no le conoces...
-¿tu si acaso?
-mucho mas de lo que quisiese...
-mientes, ¿de donde le conoces? -susurré tan cerca de sus labios como fuese posible.
-Kate... -divagó en sus palabras.
La molesta bocina de el trigueño volvió a sonar mas insistente que antes... Se cabreaba rápido y yo mas aun.
-¿ves? Eres un maldito infeliz -le empujé -buenas noches -salí de la habitación dando un gran portaso.
Tomé mi bolso que estaba en la sala y caminé rápidamente hasta la cocina donde estaban los niños comiendo junto a la señora de la cual Marie me había hablado, baja, rechoncha, tez un poco morena pero se notaba que era muy amable y humilde.
-mañana hablaremos sobre lo ocurrido -dije a ambos traviesos mientras la bocina sonaba de nuevo, que insistente -buenas noches -besé sus mejillas.
-¿tu novio? -preguntó Sam
-si, mi insistente novio -hice un mohín.
-no dejes de venir -suplicó la niña tirando de mi ropa.
-no lo haré, solo por ustedes.
-adiós -corearon alegres.
Salí de la cocina con velocidad hasta la entrada, abrí la puerta pero una voz me detuvo.
-te veo mañana Kate y espero que te des cuenta que Jason no es quien realmente dice ser.
Volteé para mirarle, estaba parado en la escalera solo con un pantalón corto, sin camisa, tratando de provocarme con su maldito pelo desordenado y el desgraciado lo lograba con facilidad.
-adios Kauffman -me despedí.
De una vez por todas abrí la puerta rápidamente dejándole con cualquier tipo de frase dentro de su perfecta y adictiva boca. Olfateé y sentí su aroma... Im, impregnado en mi ropa.
«maldición» pensé.
Ahora debía tener una buena excusa para Jason si percibía el perfume de Aaron y de ahí viene el si me creía o no... Ya me había prohibido verle y yo había aceptado "encantada" y mas me asustaba que él le hiciese algo a Aaron por mi culpa ya que aun no tenia idea que le había dicho ese día en el hospital encerrados en su cuarto. Aunque el infeliz sea un gran estúpido le quería y no quería problemas ya que Poulfer celoso era muy impulsivo.
-¿por qué te haz demorado tanto? -preguntó luego de besarme.
Encogí los hombros, debía parecer lo mas tranquila posible si es que eso se podía luego de una sesión de besos con Kauffman y rápida discusión por mi novio.
-los niños no me querían dejar ir, me tenían de los pies, son dos... Imagínate uno en cada lado, horrible -dije tranquila.
Uuff, al menos parecía tranquila...
-¿estas bien? Te siento como hiperventilada -tomó mi mano sin quitar la vista de la carretera.
-¡no! -dije sobresaltada -no, no... Amor, estoy bien, solo un poco cansada.
-¿no quieres ir a cenar?
-Jason, decide tu.
Sonrió a gusto, me asustaba que lo hiciese ya que siempre que sucedía algo tenia en su cabeza... Y no precisamente algo que me gustara de sobremanera.
-iremos a mi departamento, ahí comeremos algo.
¡Toma esa Kauffman! Mi chico no mentía y no tenía nada que esconder como para no llevarme a su casa, cuanto pagaría por ver su cara luego de escuchar algo como "si, me ha llevado a su casa y hemos estado solo, sin insultos ni mentiras"... Estúpido, celoso y ademas trata de arruinar relaciones.
-me parece bien...
Luego de unos minutos de duro silencio llegamos a un edificio del centro de Portland, era grande y con muchas ventanas. El vestíbulo era grande y se veía muy hogareño con aquella chimenea de piedra y sillones de lino grisáceos y cojines marrones demasiados elegantes. En la esquina izquierda a primera vista estaba el mesón de roble impregnado en el cual había una mujer que ya rodeaba los cincuenta.
-hola Parker -saludo a quien parecía ser el botones o como se llamen en los edificios departamentales. El de limpieza ¿quizá? -hola señora Hollder.
El chico no tan viejo le devolvió el saludo de forma muy amistosa, quizá eran amigos... No lo sabia, ¡no sabia nada de Jason aparte de su nombre y edad! Maldición, que mala novia era. Aquella señora le sonrió e hizo un ademan con la cabeza para luego posar sus ojos en mi saludando con la mirada, le respondí de igual forma.
Al subir al vacío ascensor el trigueño me arrinconó y procuró besar cada parte de mi cara y cuello sin pronunciar ninguna palabra en el acto, yo complacida dejaba que disfrutase de mi... Era mi novio, eso hacían los novios.
-recuerda que mi hogar es tu hogar -avisó antes de abrir la puerta para luego tomar mi cintura por atrás y seguir con sus besos en mi cuello.
Mis manos sudaban de manera excesiva, ¿por qué? Porque así mi sistema nervioso lo decidió, si, estaba nerviosísima solo por la idea de estar a solas con un hombre siete años mayor que yo, el cual debía mantener una vida sexual activa y luego la detenía porque se había colado por una niñita de diecisiete que en su vida a visto un pene... Si, si, si, inseguridad a flor de piel y es que él era perfecto y me ayudaba mucho, dejarle seria como darme un tiro explotando mis cesos.
¿Estaba enamorada de Jason? Yo... Claro que... Oh. Mierda.
Entramos a el "pequeño" departamento, que de pequeño no tenia nada, al principio nos encontramos con un corto pasillo donde habían cuadros muy lindos, luego estaba la sala de estar la cual era de un verde limón pálido, dos sofás blancos de cuero con cojines verdes, una mesa de centro de madera de cerezo y bajo esta una alfombra blanca con diseños en amarillo y verde, muebles y mas muebles de cerezo con adornos muy moderno. Todo era muy bonito y daba esa sensación de "hogar dulce hogar".
-todo es muy lindo Jason, me encanta tu casa -dije y entrelacé nuestras manos.
-gracias y eso que no me he arreglado -bromeó.
Le golpeé con el codo sonriendo. Él realmente me arreglaba mi vida con solo estar ahi.
-tonto -le di un beso fugaz en sus labios.
Jason se sentó en su sofá y yo en su regazo y con mis brazos rodeaba su cuello.
-hueles a hombre -me miró con el ceño fruncido -a otro hombre.
Mierda, mierda, mierda...
-es... Es que, Sam, el niño de los mellizos es muy cariñoso, me abrazaba mucho, ya sabes, no tienen a una mamá que les de ese cariño mas delicado.
-¿segura? Ese perfume es precisamente el que había en la habitación de Aaron el día del hospital, ¿le haz visto? -acercó su cara a la mía.
Doble mierda, doble mierda, doble mierda, ¿¡como se acordaba!?
-no, claro que no, es que de seguro al hermanito le echan el mismo perfume -le besé -no hablemos del estúpido -tomé el cuello de su camisa -hablemos de ti.
Tras aquella tres simples y comprensibles palabras Jason se tensó demasiado... ¿Acaso Aaron tenia razón y el trigueño me mentía en algo? No, claro que no, él no tendría que ocultar nada, ¿cierto?
-¿de mi?, Kate, soy una persona muy aburrida.
-no, mira... Yo te haré preguntas y tu respondes, ¿va?
-maldición Kate, no puedo decirte que no si estas tan cerca de mi, pero antes -me corrió de su regazo y se levantó a buscar algo -un poco de esto y ya -me mostró la botella de su perfume y me la aplico, dejó el perfume en la mesa de centro -ahora si -habló mientras besaba mi cuello ya en la posición anterior.
-bueno, empiezo... ¿Quienes son tus papás?
Su mandíbula se tensó lo cual me dio a entender que no era una buena pregunta.
-un par de estúpidos, me han hecho la vida imposible desde que nací, no merece de mi tiempo el hablar de ellos, solo debes saber que son lo mas miserable de este mundo.
Woow... Realmente fue una mala pregunta, la peor que he hecho en mi vida. El chico estaba tenso y si es que se pudiese tirar dagas por los ojos créanme que lo hubiese hecho.
-bueno -mordí mi labio inferior -¿te haz enamorado alguna vez?
-si -dijo -justo ahora, mas que nunca antes en la vida y la única vez -sonrió.
Joder, joder... ¡Jason estaba enamorado de mi! Y era tan lindo y mayor, maduro, perfecto. Y yo bueno, oh... Mierda.
-Jason -le apegué a mi y le besé -eres tan condenadamente perfecto -susurré en su oído.
-creo que lo haz dicho mirando a un espejo.
¿Mas lindo y tierno aun?
-eres un tierno -susurré sobre sus labios -¡siguiente pregunta! -chillé -¿le tienes miedo a algo?
-a que te hagan daño -susurró sobre mi cuello.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, mismo escalofrío que había sentido el día en que Aaron me había hablado sobre Colutti.
-te tengo a ti, nadie me dañara... ¿No?
Me miró exaltado. Sus malditos ojos me miraban diferente, muy diferente, hasta sentía que no le conocía.
-no, jamas nadie te dañara conmigo -junto nuestros labios -sigue...
-si tu estas enamorado... ¿Cómo se siente?
Hace un mohín de duda y mira en ambas direcciones como si buscase alguna buena respuesta.
-mira, primero se sienten una ganas malditas de no separarse, luego las mariposas de las que tanto hablan te invaden totalmente al solo respirar junto a esa persona, cuentas los minutos para verle, te vuelves abusivo de felicidad y cada momento con el susodicho te llena, sonríes sin parar... No importa nada sexual, las feromonas se activan y las hormonas sexuales se mueren, no importa si hay sexo o no, todo es perfecto si tan solo comparten un beso... Eso siento por ti.
¿Feromonas? ¿Deseo sexual? Claro, maldito Aaron, ¿jamas le ame? Solo... ¿Solo deseo sexual? Dios... Yo, oh mierda.
-Jason, creo... Creo que estoy enamorada de ti.
Si, creo que me había enamorado de Jason Poulfer y nunca lo estuve de Aaron, ¿o si? ¡Lio, lío, estaba hecha un lío!